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Los estudios exploratorios sirven para familiarizarnos con fenómenos relativamente desconocidos,
obtener información sobre la posibilidad de llevar a cabo una investigación más completa respecto
de un contexto particular, indagar nuevos problemas, identificar conceptos o variables
promisorias, establecer prioridades para investigaciones futuras, o sugerir afirmaciones y
postulados.
Con frecuencia, la meta del investigador consiste en describir fenómenos, situaciones, contextos y
sucesos; esto es, detallar cómo son y se manifiestan. Con los estudios descriptivos se busca
especificar las propiedades, las características y los perfiles de personas, grupos, comunidades,
procesos, objetos o cualquier otro fenómeno que se someta a un análisis. Es decir, únicamente
pretenden medir o recoger información de manera independiente o conjunta sobre los conceptos
o las variables a las que se refieren, esto es, su objetivo no es indicar cómo se relacionan éstas.
Así como los estudios exploratorios sirven fundamentalmente para descubrir y prefigurar, los
estudios descriptivos son útiles para mostrar con precisión los ángulos o dimensiones de un
fenómeno, suceso, comunidad, contexto o situación.
En esta clase de estudios el investigador debe ser capaz de definir, o al menos visualizar, qué se
medirá (qué conceptos, variables, componentes, etc.) y sobre qué o quiénes se recolectarán los
datos (personas, grupos, comunidades, objetos, animales, hechos).
Este tipo de estudios tiene como finalidad conocer la relación o grado de asociación que exista
entre dos o más conceptos, categorías o variables en una muestra o contexto en particular. En
ocasiones sólo se analiza la relación entre dos variables, pero con frecuencia se ubican en el
estudio vínculos entre tres, cuatro o más variables.
Los estudios explicativos van más allá de la descripción de conceptos o fenómenos o del
establecimiento de relaciones entre conceptos; es decir, están dirigidos a responder por las causas
de los eventos y fenómenos físicos o sociales. Como su nombre lo indica, su interés se centra en
explicar por qué ocurre un fenómeno y en qué condiciones se manifiesta o por qué se relacionan
dos o más variables.
Por ejemplo, dar a conocer las intenciones del electorado es una actividad descriptiva (indicar,
según una encuesta de opinión antes de que se lleve a cabo la elección, cuántas personas “van” a
votar por los candidatos contendientes constituye un estudio descriptivo) y relacionar dichas
intenciones con conceptos como edad y género de los votantes o magnitud del esfuerzo
propagandístico que realizan los partidos a los que pertenecen los candidatos (estudio
correlacional), es diferente de señalar por qué alguien habría de votar por determinado candidato
y otras personas por los demás (estudio explicativo). Al hacer de nuevo una analogía con el
ejemplo del psicoanalista y sus pacientes, un estudio explicativo sería similar a que el médico
hablara de por qué razones Ana y Luis se llevan como lo hacen (no cómo se llevan, lo cual
correspondería a un nivel correlacional). Suponiendo que su matrimonio lo condujeran “bien” y la
relación fuera percibida por ambos como satisfactoria, el médico explicaría por qué ocurre así.
Además, nos aclararía por qué realizan ciertas actividades y pasan juntos determinado tiempo.
• Los estudios exploratorios tienen como objetivo esencial familiarizarnos con un tema
desconocido o poco estudiado o novedoso. Esta clase de investigaciones sirve para desarrollar
métodos que se utilicen en estudios más profundos.
• Los estudios descriptivos son útiles para analizar cómo es y cómo se manifiesta un fenómeno y
sus componentes.
• Los estudios explicativos buscan encontrar las razones o causas que provocan ciertos
fenómenos. En el nivel cotidiano y personal, sería como investigar por qué a una joven le gusta
tanto ir a bailar, por qué se incendió un edificio o por qué se realizó un atentado terrorista.
• Una misma investigación puede abarcar fines exploratorios, en su inicio, y terminar siendo
descriptiva, correlacional y hasta explicativa. Todo depende de los objetivos del investigador.
Una vez que se precisó el planteamiento del problema, se definió el alcance inicial de la
investigación y se formularon las hipótesis (o no se establecieron debido a la naturaleza del
estudio), el investigador debe visualizar la manera práctica y concreta de contestar las preguntas
de investigación, además de cumplir con los objetivos fijados. Esto implica seleccionar o
desarrollar uno o más diseños de investigación y aplicarlos al contexto particular de su estudio. El
término diseño se refiere al plan o estrategia concebida para obtener la información que se
desea con el fin de responder al planteamiento del problema (Wentz, 2014; McLaren, 2014;
Creswell, 2013a, Hernández-Sampieri et al., 2013 y Kalaian, 2008).
SELECCIÓN DE LA MUESTRA
crítica y réplica, y este ejercicio solamente es posible si el investigador delimita con claridad la
población estudiada y hace explícito el
Roberto Hernández-Sampieri
• Definir los casos (participantes u otros seres vivos, objetos, fenómenos, procesos, sucesos o
comunidades) sobre los cuales se habrán de recolectar los datos.
• Delimitar la población.
• Obtener la muestra
Por tanto, para seleccionar una muestra, lo primero que hay que hacer es definir la unidad de
muestreo/análisis (si se trata de individuos, organizaciones, periodos, comunidades, situaciones,
piezas producidas, eventos, etc.). Una vez definida la unidad de muestreo/análisis se delimita la
población.
Para el proceso cuantitativo, la muestra es un subgrupo de la población de interés sobre el cual se
recolectarán datos, y que tiene que definirse y delimitarse de antemano con precisión, además de
que debe ser representativo de la población.
Tipos de muestra
Básicamente, categorizamos las muestras en dos grandes ramas: las muestras no probabilísticas y
las muestras probabilísticas. En las muestras probabilísticas, todos los elementos de la población
tienen la misma posibilidad de ser escogidos para la muestra y se obtienen definiendo las
características de la población y el tamaño de la muestra, y por medio de una selección aleatoria o
mecánica de las unidades de muestreo/análisis.
Una vez que se ha definido cuál será la unidad de muestreo/análisis, se procede a delimitar la
población que va a ser estudiada y sobre la cual se pretende generalizar los resultados. Así, una
población es el conjunto de todos los casos que concuerdan con una serie de especificaciones
(Lepkowski, 2008b).
Las poblaciones deben situarse claramente por sus características de contenido, lugar y tiempo.
a) ¿Cuáles son las fuentes de las que se obtendrán los datos? Es decir, los datos van a ser
proporcionados por personas, se producirán de observaciones y registros o se encuentran en
documentos, archivos, bases de datos, etcétera.
c) ¿A través de qué medio o método vamos a recolectar los datos? Esta fase implica elegir uno o
varios medios y definir los procedimientos que utilizaremos en la recolección de los datos. El
método o métodos deben ser confiables, válidos y “objetivos”.
d) Una vez recolectados, ¿de qué forma vamos a prepararlos para que puedan analizarse y
respondamos al planteamiento del problema?
2. Las definiciones operacionales. La manera como hemos operacionalizado las variables es crucial
para determinar el método para medirlas, lo cual, a su vez, resulta fundamental para realizar las
inferencias de los datos.
3. La muestra.
Toda medición o instrumento de recolección de datos debe reunir tres requisitos esenciales:
confiabilidad, validez y objetividad.
Para el enfoque cualitativo, al igual que para el cuantitativo, la recolección de datos resulta
fundamental, solamente que su propósito no es medir variables para llevar a cabo inferencias y
análisis estadístico. Lo que se busca en un estudio cualitativo es obtener datos (que se convertirán
en información) de personas, seres vivos, comunidades, situaciones o procesos en profundidad; en
las propias “formas de expresión” de cada uno. Al tratarse de seres humanos, los datos que
interesan son conceptos, percepciones, imágenes mentales, creencias, emociones, interacciones,
pensamientos, experiencias y vivencias manifestadas en el lenguaje de los participantes, ya sea de
manera individual, grupal o colectiva. Se recolectan con la finalidad de analizarlos y
comprenderlos, y así responder a las preguntas de investigación y generar conocimiento.
Entrevistas
La entrevista cualitativa es más íntima, flexible y abierta que la cuantitativa (Savin-Baden y Major,
2013; y King y Horrocks, 2010). Se define como una reunión para conversar e intercambiar
información entre una persona (el entrevistador) y otra (el entrevistado) u otras (entrevistados).
En el último caso podría ser tal vez una pareja o un grupo pequeño como una familia o un equipo
de manufactura.
Las entrevistas, como herramientas para recolectar datos cualitativos, se emplean cuando el
problema de estudio no se puede observar o es muy difícil hacerlo por ética o complejidad (por
ejemplo, la investigación de formas de depresión o la violencia en el hogar).
En fenómenos sociales, tal vez el instrumento más utilizado para recolectar los datos es el
cuestionario. Un cuestionario consiste en un conjunto de preguntas respecto de una o más
variables a medir (Chasteauneuf, 2009). Debe ser congruente con el planteamiento del problema e
hipótesis (Brace, 2013).