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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN

2557/2020

QUEJOSOS Y RECURRENTES:
**********, POR PROPIO DERECHO Y EN
REPRESENTACIÓN DE SUS MENORES
HIJOS DE IDENTIDAD RESERVADA.

PONENTE: MINISTRO JUAN LUIS GONZÁLEZ ALCÁNTARA CARRANCÁ


SECRETARIO: FERNANDO SOSA PASTRANA
SECRETARIO AUXILIAR: GILBERTO NAVA HERNÁNDEZ

En atención a lo dispuesto por el artículo 73, segundo párrafo, de la Ley de


Amparo, así como la jurisprudencia de rubro: “PROYECTOS DE
RESOLUCIÓN DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
Y DE LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO. SÓLO DEBEN
PUBLICARSE AQUELLOS EN LOS QUE SE ANALICE LA
CONSTITUCIONALIDAD O LA CONVENCIONALIDAD DE UNA NORMA
GENERAL, O BIEN, SE REALICE LA INTERPRETACIÓN DIRECTA DE
UN PRECEPTO CONSTITUCIONAL O DE UN TRATADO
INTERNACIONAL EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS”1, a
continuación, se hace público el fragmento del proyecto de sentencia del
amparo directo en revisión 2557/2020, en el cual se realiza el estudio de
constitucionalidad respectivo:

V.1. Problema Jurídico. Interpretación del párrafo noveno del artículo 4 de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

20. De conformidad con lo resuelto en el recurso de reclamación 1243/2020, la


cuestión constitucional que debe resolver esta Suprema Corte consiste en
determinar si fue o no correcta la interpretación que hizo el Tribunal Colegiado del
artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, relativo
a la fijación del régimen de visitas de los menores de edad con su progenitor no
custodio cuando el domicilio de los infantes se encuentra geográficamente
distante.

1Tesis de Jurisprudencia P./J. 53/2014, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación,
Décima Época, Tomo I, noviembre de 2014, página 61.
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21. Como punto de partida metodológico esta Primera Sala estima necesario precisar
que en el presente asunto opera la suplencia de la queja, al estar de por medio la
posible afectación a la esfera jurídica de un menor de edad y el desarrollo y
estabilidad de la familia, en términos del artículo 79, fracción II, de la Ley de
Amparo.

22. Como segundo punto, resulta fundamental esbozar la doctrina jurisprudencial que
esta Primera Sala ha desarrollado en torno al interés superior de la niñez y el
régimen de convivencias con su progenitor no custodio

23. El interés superior de la niñez está previsto en el artículo 4, párrafo noveno, de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y es un principio esencial
para el orden jurídico mexicano que, además, se encuentra consagrado en los
tratados internacionales de los cuales México es parte y respecto del cual este Alto
Tribunal ha determinado que impone a los juzgadores la obligación de examinar
minuciosamente las circunstancias específicas en cada caso para poder encontrar
una solución estable, justa y equitativa, especialmente para el menor, cuyos
intereses deberán ser preponderantes frente a los demás con los que pudieran
estar en colisión.2

24. El interés superior de la niñez, como se mencionó, también encuentra asidero en


los pactos internacionales de derechos humanos incorporados a nuestro orden
jurídico, destacándose el contenido del artículo 19 de la Convención Americana
de Derechos Humanos que establece que: “[…] todo niño tiene derecho a las
medidas de protección que su condición de menor requieren (sic) por parte de su
familia, de la sociedad y del Estado”.

25. También es relevante el artículo 3 de la Convención sobre los Derechos del Niño,
al determinar que: “[…] en todas las medidas concernientes a los niños que tomen
las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las

2 Cfr. Jurisprudencia 1a./J. 53/2014 (10a.) de esta Primera Sala, localizable en la Décima Época de la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 7, Junio de 2014, Tomo I, p. 217, registro digital:
2006791, de rubro: “GUARDA Y CUSTODIA DE LOS MENORES DE EDAD. LA DECISIÓN JUDICIAL
RELATIVA A SU OTORGAMIENTO DEBERÁ ATENDER A AQUEL ESCENARIO QUE RESULTE MÁS
BENÉFICO PARA EL MENOR [INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 4.228, FRACCIÓN II, INCISO A),
DEL CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE MÉXICO]”. Véase también Jurisprudencia 1a./J. 44/2014 (10ª) de
esta Primera Sala, verificable en la Décima Época de la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación,
Libro 7, Junio de 2014, Tomo I, p. 270, registro digital: 2006593 con el siguiente rubro: “INTERÉS
SUPERIOR DEL MENOR. SU CONFIGURACIÓN COMO CONCEPTO JURÍDICO INDETERMINADO Y
CRITERIOS PARA SU APLICACIÓN A CASOS CONCRETOS”.

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autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración


primordial a que se atenderá será el interés superior del niño […]”.

26. De relevancia por su importancia angular, es el artículo 18 de la Convención sobre


los Derechos del Niño3 pues establece la obligación de los Estados parte de que
reconozcan que ambos padres tiene obligaciones comunes en la crianza y
desarrollo del niño y que a ambos padres incumbe la responsabilidad de criar al
niño, en aras de tutelar su interés superior; en esa sintonía el precepto 9.3 de la
propia Convención plasma el derecho de los menores que estén separados de
uno o de ambos padres a mantener relaciones personales con ambos de
modo regular (salvo si ello es contrario a su interés superior)4.

27. Incluso, el artículo 10 del instrumento internacional de referencia 5 reconoce el


derecho de los niños y de sus padres y madres a salir de cualquier país y entrar
en el propio a fin de lograr la reunificación familiar o el mantenimiento de la relación
entre unos y otros; incluso este precepto convencional establece que el niño o la
niña cuyos padres residan en Estados diferentes tiene el derecho de
mantener periódicamente, salvo circunstancias excepcionales, relaciones
personales y contactos directos con ambos padres

28. En cuanto a la normatividad de origen nacional, reviste especial importancia la Ley


General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, pues mandata en su
artículo 2 que el interés superior de la niñez: “[…]deberá ser considerado de
manera primordial en la toma de decisiones sobre una cuestión debatida que

3 “Artículo 18. 1. Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento del
principio de que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo
del niño. Incumbirá a los padres o, en su caso, a los representantes legales la responsabilidad primordial
de la crianza y el desarrollo del niño. Su preocupación fundamental será el interés superior del niño…”
4 “Artículo 9 “…3. Los Estados Partes respetarán el derecho del niño que esté separado de uno o de

ambos padres a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres de modo regular,
salvo si ello es contrario al interés superior del niño…”
5 “Artículo 10. 1. De conformidad con la obligación que incumbe a los Estados Partes a tenor de lo

dispuesto en el párrafo 1 del artículo 9, toda solicitud hecha por un niño o por sus padres para entrar en un
Estado Parte o para salir de él a los efectos de la reunión de la familia será atendida por los Estados Partes
de manera positiva, humanitaria y expeditiva. Los Estados Partes garantizarán, además, que la
presentación de tal petición no traerá consecuencias desfavorables para los peticionarios ni para sus
familiares.
2. El niño cuyos padres residan en Estados diferentes tendrá derecho a mantener periódicamente, salvo
en circunstancias excepcionales, relaciones personales y contactos directos con ambos padres. Con tal fin,
y de conformidad con la obligación asumida por los Estados Partes en virtud del párrafo 1 del artículo 9,
los Estados Partes respetarán el derecho del niño y de sus padres a salir de cualquier país, incluido el
propio, y de entrar en su propio país. El derecho de salir de cualquier país estará sujeto solamente a las
restricciones estipuladas por ley y que sean necesarias para proteger la seguridad nacional, el orden
público, la salud o la moral públicas o los derechos y libertades de otras personas y que estén en
consonancia con los demás derechos reconocidos por la presente Convención.”

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involucre niñas, niños y adolescentes. Cuando se presenten diferentes


interpretaciones, se atenderá a lo establecido en la Constitución y en los tratados
internacionales de que México forma parte. Cuando se tome una decisión que
afecte a niñas, niños o adolescentes, en lo individual o colectivo, se deberán
evaluar y ponderar las posibles repercusiones a fin de salvaguardar su interés
superior y sus garantías procesales […]”

29. Por su parte, esta Primera Sala ha reiterado que el interés superior de la niñez,
como principio constitucional, implica, en materia familiar, que la determinación
judicial garantice la satisfacción plena de las necesidades más básicas y vitales
del menor, así como las espirituales, afectivas y educativas.6

30. También este Alto Tribunal se ha pronunciado en diversos precedentes respecto


al rol que tiene el régimen de visitas y convivencias desde la perspectiva del interés
superior de la niñez, destacándose la Contradicción de Tesis 123/20097, en la que
se determinó que las niñas y los niños tienen derecho a un adecuado desarrollo
psicológico y emocional, para lo cual es necesaria e indispensable la
convivencia con ambos progenitores.

31. En esa misma línea argumentativa, en el Amparo Directo en Revisión 2931/2021,


esta Primera Sala consideró que las convivencias de los menores con sus padres,
deben llevarse a cabo con cierta regularidad, es decir, ciertos días de la semana,
del mes, periodos vacacionales, a fin de que la niña o el niño sepa con seguridad
de que podrá convivir con su progenitor; determinando también, que cuando el
padre o madre e hijos residan en lugares distantes, deberá combinarse la
convivencia física con la comunicación por algún medio disponible, según
la distancia y la dificultad de las comunicaciones, la edad y la salud del niño,
así como la situación económica de las partes, entre otros8.

6 Cfr. Jurisprudencia 1a./J. 44/2014 (10a.) de esta Primera Sala, localizable en la Décima Época de la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 7, Junio de 2014, Tomo I. Página 270, con número
de registro digital: 2006593 con el rubro: “INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. SU CONFIGURACIÓN
COMO CONCEPTO JURÍDICO INDETERMINADO Y CRITERIOS PARA SU APLICACIÓN A CASOS
CONCRETOS”.
7 Cfr. Jurisprudencia 1a./J. 97/2009 de esta Primera Sala, localizable en la Novena Época del Semanario

Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXI, Enero de 2010, página 176, con número de registro
digital: 2006791, de rubro: “PATRIA POTESTAD. SU PÉRDIDA NO CONLLEVA INDEFECTIBLEMENTE
IMPEDIR QUE EL MENOR EJERZA EL DERECHO DE CONVIVENCIA CON SUS PROGENITORES.”
8 Del asunto emanó la tesis aislada 1a. LXVIII/2013 (10a.) emitida por esta Primera Sala, localizable en la

Décima Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XVIII, Marzo de 2013, Tomo 1,
página 882, con número de registro digital: 2003020, de rubro: “DERECHO DE LOS MENORES DE EDAD
A CONVIVIR CON SUS PADRES. CONDICIONES PARA SU EJERCICIO EFECTIVO CUANDO
RESIDAN EN LUGARES DISTANTES.”

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32. En esta línea jurisprudencial, esta Primera Sala, al resolver el Amparo Directo en
Revisión 3094/2012, determinó que el régimen de visitas y convivencias se trata
de un “derecho-deber”. Sostuvo que los padres que no ejercen o comparten la
guarda y custodia, tienen el derecho de visitas y convivencias con sus hijos
menores con fundamento en la patria potestad que ejercen sobre éstos; y que el
derecho de visitas y convivencias es primordialmente un derecho de los menores,
que impone un deber correlativo a cargo del padre no custodio Desde esta
perspectiva, los padres que no tienen ni comparten la guarda y custodia tienen un
derecho de visitar y convivir con sus hijos, pero tienen sobre todo el deber de
hacerlo, porque se los exige el derecho que gozan primordialmente los menores
de preservar las relaciones personales con sus progenitores. .

33. Ahora bien, considerando que todas las niñas y niños tienen el derecho a convivir
de forma directa, física y regular con sus progenitores, esta Primera Sala ha
reconocido que el derecho de los hijos menores para convivir con su progenitor no
custodio puede entrar en colisión cuando éste debe cambiar su residencia a un
lugar lejano, complicando las convivencias físicas, presenciales y regulares entre
ambos, dada la distancia, las comunicaciones existentes, el acceso de la familia a
estos, y el costo tanto físico como económico de los traslados para llevar a cabo
las convivencias9.

34. De hecho, en el referido Amparo Directo en Revisión 2931/2012, este Máximo


Tribunal sostuvo que una primera solución para este tipo de problemáticas es la
conciliación de intereses, para lo cual el juez debe tomar las medidas adecuadas
para lograr el ejercicio de ambos derechos, donde podría combinarse la
convivencia física con la comunicación a distancia por algún medio accesible a las
partes, como son el teléfono, el correo electrónico o algún otro.

35. En el citado precedente también se consideró que habrá casos, en los que no sea
factible la conciliación; lo cual puede deberse a infinidad de razones, entre las
cuales destacan que los medios para lograr las convivencias no sean de fácil

9Así lo consideró esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al resolver el Amparo
Directo en Revisión 2931/2012, resuelto en sesión de veintiuno de noviembre de dos mil doce por
unanimidad mayoría de tres votos de los señores Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón
Cossío Díaz (Ponente) y Olga Sánchez Cordero de García Villegas, en contra de los emitidos por los
Ministros Guillermo I. Ortiz Mayagoitia y Presidente Jorge Mario Pardo Rebolledo.

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acceso, el costo físico o económico que las partes no pudieran asumir, porque los
medios no garanticen el ejercicio pleno del derecho de convivencias o porque el
derecho del menor corre peligro de no ejercerse; circunstancias en las cuales, por
regla general, la decisión debe inclinarse en favor del derecho del niño o de la niña,
porque la libertad personal del progenitor que tiene la guarda y custodia para
residir en cierto lugar no debe llegar al grado de suprimir los derechos de su hijo,
ya que éstos merecen especial protección frente a los adultos de su entorno
familiar10.

36. En esta sintonía, en el Amparo Directo en Revisión 3094/2012, esta Primera Sala
determinó, como regla general, que los padres custodios no pueden cambiar el
domicilio del menor sin la autorización del juez en el supuesto de que exista una
determinación judicial donde se haya establecido el domicilio donde se ejercerá la
guarda y custodia, o cuando exista un acuerdo expreso al respecto entre los
padres. Aunque el progenitor que ejerce la guarda y custodia del menor puede
cambiar libremente su domicilio y el del menor cuando no exista una decisión
judicial o un convenio donde se establezca el domicilio del menor, lo cual tienen
como limitante que el cambio de domicilio no haga nugatorio o dificulte de manera
excesiva el ejercicio del derecho del menor a las visitas y convivencias; lo cual
ocurre cuando el progenitor custodio decide cambiar el domicilio del menor a un
lugar muy lejano del domicilio del padre no custodio, de tal manera que por razones
económicas o de distancia sea prácticamente imposible mantener un contacto
frecuente entre padre o madre y el hijo o hija11.

37. Para arribar a esa conclusión, este Máximo Tribunal partió de la base de que el
domicilio es un aspecto que incide directamente en el derecho a las visitas y
convivencias, y de que cuando los padres no custodios conservan la patria
potestad tienen derecho a participar en las decisiones que afecten al menor (como
ocurre en el presente caso). De tal manera que el padre que tiene la guarda y

10 Del asunto emanó la tesis aislada 1a. LXIX/2013 (10a.) emitida por esta Primera Sala, localizable en la
Décima Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XVIII, Marzo de 2013, Tomo 1,
página 883, número de registro digital: 2003021, de rubro: “DERECHO DE LOS MENORES DE EDAD A
CONVIVIR CON SUS PADRES. MODOS DE RESOLVER SU CONFLICTO CON EL DERECHO DEL
PROGENITOR CUSTODIO A DECIDIR SU LUGAR DE RESIDENCIA.”
11 Del asunto emanó la tesis aislada 1a. CCCLXVI/2014 (10a.) emitida por esta Primera Sala, localizable

en la Décima Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro 11, Octubre de 2014, Tomo
I, página 596, con número de registro digital 2007793, de rubro: “CAMBIO DE DOMICILIO DEL
PROGENITOR QUE TIENE LA GUARDIA Y CUSTODIA DE UN MENOR DE EDAD. EL DERECHO DE
VISITAS Y CONVIVENCIAS CONSTITUYE UN LÍMITE A ÉSTE.”

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custodia no puede decidir por sí solo dónde va a vivir el hijo en común, sino que
tiene que tomar esa decisión de forma consensuada con el padre no custodio o en
su defecto con autorización judicial.

38. De todo lo anterior se advierte que esta Primera Sala ha reconocido la posibilidad
de que ciertos aspectos de la libertad personal y, específicamente, de la libertad
de circulación y de residencia del progenitor custodio, colisionen o entren en
tensión con el derecho de visitas y convivencias del menor, y ha concluido que
este último derecho constituye un límite legítimo en el artículo 4º de la Constitución
Federal, es decir, que el ejercicio del derecho de circulación y de residencia de un
progenitor custodio puede ser válidamente restringido en virtud del derecho de su
hijo a convivir con el progenitor no custodio.

39. Incluso, por vía jurisprudencial, se ha reconocido que es muy difícil alcanzar una
solución o dar lineamientos en abstracto para resolver este tipo de controversias,
pues atendiendo al interés superior del menor, deben analizarse las circunstancias
particulares del caso concreto, a fin de arribar a una solución que brinde el mayor
beneficio para los derechos e intereses del o la menor.

40. Por otra parte, esta Primera Sala, al fallar el Amparo en Revisión 1084/2016,
determinó que, en este tipo de casos, la prohibición de variar de residencia resulta
proporcional en términos constitucionales, pues permite salvaguardar el derecho
de convivencia con el progenitor no custodio hasta en tanto el juez familiar propicie
un consenso entre las partes o, en su defecto, determine lo conducente.

41. Expuesta la doctrina que esta Primera Sala ha desarrollado sobre esta
problemática, es el momento de dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿fue o no
correcta la interpretación que hizo el Tribunal Colegiado del artículo 4 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en cuanto a la forma
en cómo debe establecerse el régimen de visitas de menores de edad con su
progenitor no custodio cuando el domicilio del primero se encuentra
geográficamente muy alejando del correspondiente al segundo de los
nombrados?

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42. La respuesta es negativa y los agravios propuestos por los recurrentes son
esencialmente fundados y suficientes para revocar la sentencia de amparo
recurrida.

43. De manera previa, esta Primera Sala precisa que no se ocupará del agravio del
recurrente relativo a que, desde su demanda de amparo, sí planteó una
interpretación directa del artículo 4 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, lo anterior, en tanto, éste ya fue materia de análisis por parte
de este mismo órgano jurisdiccional en el Recurso de Reclamación 1243/2020 y
consideró que, tal y como lo adujo el recurrente, en el caso sí subsistía tal
interpretación directa.

44. El recurrente alega, en vía de agravios, muy esencialmente, dos cosas:

a. El cambio de domicilio del progenitor custodio tiene como límite que


no haga nugatorio o dificulte de manera excesiva el ejercicio del
derecho del menor a las visitas o convivencias no sólo con el padre
sino con los hermanos entre sí.

b. Fue incorrecta la decisión del Tribunal Colegiado de validar un


régimen de convivencias virtual, ya que, por la corta edad del menor
**********, es imposible que sepa manejar videoconferencias o correo
electrónico, además de que dichos medios nunca le van a poder
otorgar el cariño físico de poder sentir un abrazo o un beso de parte
de su padre y sus otros dos hermano; por lo que, la medida de
convivencias virtuales a los que se les está sujetando no resulta
respetuoso del interés superior del menor.

45. El primero de los argumentos es infundado, por las razones que ahora se
expondrán.

46. Tal y como se expuso en párrafos anteriores, si bien es cierto que existe la
posibilidad que la libertad de circulación y de residencia del progenitor que tiene la
guarda y custodia de un menor de edad entre en colisión con el derecho de visitas
y convivencias del niño con el progenitor no custodio, también lo es que esta
circunstancia se actualiza cuando el progenitor custodio pretende cambiar o

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cambia su domicilio de forma unilateral durante la tramitación de un juicio en el


que se esté dirimiendo el régimen de convivencia paterno-filial, dificultando o
haciendo nugatorio el ejercicio de ese derecho; situación frente a la cual el
juzgador puede establecer válidamente una medida cautelar de prohibición de
cambio de residencia con la finalidad de preservar el entorno familiar y el
mantenimiento de las relaciones afectivas en tanto resuelve sobre la posible
variación del domicilio donde se ejercerá la guarda y custodia durante el
juicio, lo que encuentra su fundamento en los artículos 4o. y 11 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.

47. Así también cuando la persona juzgadora provea en definitiva lo atinente a la


guarda y custodia y al lugar de residencia del o la menor (lo que ya ocurrió en el
caso concreto, como quedó expuesto en párrafos anteriores), debe ponderar los
elementos personales, familiares, materiales, sociales y culturales que concurren
en el caso específico, velando siempre por el interés superior del menor
involucrado, lo que además deberá hacer a la brevedad a fin de evitar una mayor
injerencia de la estrictamente necesaria, en el proyecto de vida de las partes.

48. Esta Primera Sala, tomando en cuenta que, en el caso concreto, el cambio de
residencia ocurrió antes del inicio del procedimiento judicial de divorcio, es decir,
antes de la crisis de la ruptura matrimonial, sin existir orden judicial que lo
prohibiera o convenio respecto a la prohibición del cambio de domicilio; que el juez
de origen no encontró elementos suficientes para decretar la pérdida de la patria
potestad contra la madre12, por lo que ambos progenitores debían continuar en el
ejercicio de ésta13; que el padre no cuestiona que la guarda y custodia del menor
debe quedar a cargo de su madre, pues solo cuestiona la modalidad del régimen
de visitas; que el juez de origen ponderó cuáles eran las mejores circunstancias
para los menores; que a la fecha del dictado de sentencia de primera instancia

12 Al respecto se consideró que la madre no abandonó sus deberes alimentarios y de convivencia en


relación con los menores ********** y **********; que ella ha tenido a su cuidado a **********, lo cual debe
tomarse como su aportación al sustento familiar; que el actor no demostró que la demandada, durante el
tiempo que vivió en familia, no contribuía al sostenimiento del hogar, no trabajaba, no mantenía la casa y
las habitaciones de los menores en condiciones de higiene; que de la diligencia de escucha de menores a
cargo de ********** y ********** no se advertía que señalaran alguna conducta perjudicial y que, contrario a
ello, manifestaron recuerdos de amor y felicidad y que han mantenido contacto telefónico con su madre.
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Lo que no es materia de impugnación en el presente juicio de amparo, incluso el recurrente únicamente
alega que el régimen de convivencias debe ser en otra modalidad

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(veintiuno de marzo de dos mil diecinueve)14, el cuidado directo del menor


**********. había estado a cargo de su madre por un tiempo mayor a un año, hoy
(mayo de dos mil veintidós) ya más de cuatro años que el menor ha estado
viviendo en Mexicali, Baja California bajo el cuidado de su madre, y que el menor
ha estado desarrollando sus estudios en esa ciudad; que la madre ha estado en
contacto con sus menores hijos; y que estas circunstancias no actualizan los
criterios que esta Primera Sala ha establecido para la limitación del ejercicio de
libre circulación de la madre y de su proyecto de vida; y a fin de evitar que el menor
sufra una nueva quiebra en su ambiente familiar que pueda significar un peligro
para su correcto desarrollo psicológico, se concluye que el menor ********** debe
continuar al cuidado de su madre con domicilio en la ciudad de Baja California.

49. Esta Primera Sala reitera como ha determinado en los precedentes ya expuestos
que el proyecto de vida y el derecho de libre circulación de los progenitores
custodios no puede quedar limitados de forma indefinida, únicamente pueden ser
restringidos de forma provisional, temporal y proporcional (como ocurrió en el
Amparo en Revisión 1084/2016) en tanto se determina de forma definitiva cuál es
la mejor situación para los menores, lo que ya ocurrió en el caso concreto; sin que
obste a la mejor determinación del menor la distancia entre dos puntos
geográficos, pues la finalidad última es tutelar de la mejor posible los derechos e
intereses de las niñas y los niños.

50. Ahora bien, en cuanto al segundo de los argumentos, esta Primera Sala considera
que es esencialmente fundado y suficiente para revocar la sentencia de amparo
recurrida; pues si bien es cierto todo lo anterior y que, en el caso concreto, pudiera
ser que la gran distancia entre Querétaro, Querétaro y Mexicali, Baja California,
constituyan un impedimento para llevar a cabo las visitas entre ********** y su padre
(progenitor no custodio) y sus hermanos; también es verdad que, de acuerdo a los
precedentes ya expuestos, en aras de proteger el interés superior de los menores,
el régimen de visitas no puede ser exclusivamente por medios electrónicos, por
correo electrónico, por teléfono, entre otros, como lo determinó el Tribunal
Colegiado. Pues en este tipo de casos, donde media una gran distancia entre los
domicilios fijados para el ejercicio de la guarda y custodia de niñas y niños, debe

14En la que se decretó que la custodia definitiva de los menores ********** y ********** quedaría a favor de
su padre y su domicilio en la ciudad de Querétaro, Querétaro, y que la misma referente a ********** sería a
favor de su madre con domicilio en Mexicali, Baja California

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procurarse un régimen en dónde se estatuyan convivencias por medios de


comunicación y presenciales, de forma regular, habitual y constante.

51. En efecto, esta Primera Sala considera que el derecho que tienen las niñas y los
niños a convivir con sus progenitores, especialmente, cuando están separados de
alguno de ellos, previsto en el artículo 9.3 de la Convención sobre los Derechos
del Niño, a la luz del interés superior del menor previsto en el artículo 4 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos implica que estas
convivencias se lleven a cabo con cierta regularidad, es decir, ciertos días de la
semana, del mes, periodos vacacionales, a fin de que la niña o el niño sepa con
seguridad de que podrá convivir con su progenitor no custodio; por lo que, en
casos como éste, en los que el padre o la madre no custodio y el niño o la niña
residen en lugares distantes, el contacto debe efectuarse combinando las nuevas
tecnologías de comunicación, a saber, teléfono, mensajes de texto, correo
electrónico, plataformas de videoconferencias, etcétera, con el contacto físico
que necesita con su progenitor para sentirse querido y aceptado, y con esto
contribuir a su sano y correcto desarrollo y crecimiento.

52. Así, para el efecto de que se combinen estos dos tipos de convivencias,
especialmente, para que la persona juzgadora fije las circunstancias de modo,
tiempo y lugar más adecuadas para las visitas presenciales y las modalidades de
convivencias a distancia es necesario que el juez o jueza de lo familiar pondere la
edad del menor, sus necesidades y costumbres, la relación que tiene con el padre
no custodio, la distancia geográfica entre la residencia habitual de los menores de
edad y la del padre no custodio; y, en general, cualquier otro factor que permita al
juzgador discernir qué régimen de convivencia sería más benéfico para los
menores de edad involucrados; a fin de velar siempre por el bienestar del menor.

53. El juez debe fijar las circunstancias en las que tendrán lugar las visitas y
convivencias, pudiendo establecer que éstas tendrán lugar en fines de semana,
días entre semana, días de fiesta, vacaciones o días de importancia para el
progenitor no custodio; el lugar en que se desarrollen, es decir, en la residencia
del o la progenitora no custodia o del custodio, o incluso en un lugar distinto a los
anteriores; mediante conversaciones telefónicas o por correo electrónico; así como
determinar la necesidad de que esté presente una tercera persona; y cualquier
otra modalidad que el juzgador considere pertinente de acuerdo a las

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circunstancias del caso concreto y a las necesidades del menor. Incluso, la


persona juzgadora podrá, si así lo advierte del caso concreto, privar o suspender
las convivencias, si estima que estas son más perjudiciales que beneficiosas para
el menor15.

54. Esta Primera Sala considera que un régimen de visitas combinado, en este tipo de
casos, garantiza, por un lado, un contacto constante y permanente entre el menor
y el progenitor no custodio, lo cual hace que el niño o la niña tengan presentes
constantemente a sus progenitores y que estos últimos participen de forma activa
en la toma de las decisiones que los afecten; y, por otro, el contacto físico y afectivo
que el menor requiere para su sano y correcto desarrollo y crecimiento.

55. Además, se considera que estos regímenes combinados, no solo propician una
interacción y mantenimiento de las relaciones personales, emocionales y afectivas
de los menores con el progenitor no custodio, sino que deben estar encaminados
a reforzar o consolidar un sistema de corresponsabilidad parental entre los
progenitores y los menores.

56. En efecto, esta Primera Sala, al resolver el Amparo Directo en Revisión


392/201816, determinó que la corresponsabilidad parental permite que ambos
progenitores puedan tener parte activa en las labores de educación, crianza y
desarrollo de sus hijos y en la toma de decisiones fundamentales, aun cuando
estén separados, y este principio de corresponsabilidad parental, con las
consecuencias que acarrea, debe ser tomado en cuenta por las autoridades
jurisdiccionales al momento de determinar la guarda y la custodia, así como la
modalización del derecho de visitas y convivencias para garantizar el derecho de
la persona menor de edad a relacionarse con sus progenitores y a ser cuidada
(obligaciones de crianza) por ambos.

57. En particular, cuando la guarda y custodia es atribuida a uno de los padres, el


establecimiento de un régimen amplio y fluido de relación directa y regular con el

15 Apoya esta decisión la tesis aislada 1a. CCCVIII/2013 (10a.) emitida por esta Primera Sala, localizable
en la Décima Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XXV, Octubre de 2013,
Tomo 2, página 1063, con número de registro digital 2004774, de rubro: “RÉGIMEN DE CONVIVENCIA O
DERECHO DE VISITAS. ELEMENTOS A LOS QUE HA DE ATENDER EL JUEZ DE LO FAMILIAR AL
MOMENTO DE MOTIVAR SU DECISIÓN.”
16 Resuelto el diecinueve de febrero de dos mil veinte, por unanimidad de cinco votos de las ministras y los

ministros: Norma Lucía Piña Hernández, Ana Margarita Ríos Farjat, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena (Ponente) y Juan Luis González Alcántara Carrancá (Presidente).

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2557/2020

progenitor no custodio es una manera de observar este principio que asegura la


igualdad en las obligaciones de crianza.

58. Como se advierte, esta Primera Sala ha considerado que la corresponsabilidad


parental se encuentra indisolublemente ligada al interés superior de la niñez; esto
es, a ambos padres les corresponden responsabilidades respecto de sus hijos e
hijas.

59. En este sentido, bajo la premisa de que a ambos progenitores les corresponde por
igual, sin distinción de género, el ejercicio de los deberes y derechos inherentes a
la patria potestad, y de que, ante una ruptura, una separación de ambos
progenitores, la guarda y custodia es atribuida a uno de los padres, el
establecimiento de un régimen amplio y fluido de relación directa y regular con el
progenitor no custodio es una manera de observar este principio que asegura la
igualdad en las obligaciones de crianza; con la finalidad de proteger los derechos
e intereses de los hijos e hijas, que tienen el derecho a ser cuidados por ambos
progenitores.

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