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EL DUELO EN LA INFANCIA

Y LA ADOLESCENCIA
MIRIAM AIDEE ACEVES GARCIA
Quizá debamos partir de la premisa de que
vivimos en una sociedad que se posiciona
de espaldas a la muerte, en la que la muerte
es un tabú, un tema incómodo, difícil, una
realidad que se oculta, que se niega
El duelo es un proceso natural, activo y que
compromete la vida de la persona en su
integridad con sus aspectos biológicos,
psicológicos y sociales.
Habitualmente cuando hablamos de
duelo estamos pensando en la • el propio proceso de crecimiento del
pérdida de un ser querido, pero
puede haber muchas pérdidas ser humano conlleva un duelo.
importantes de otro tipo, sobre todo
• diversas experiencias de pérdida, por
en el mundo infantil y adolescente:
desamores.
• divorcio de padres.
• pérdida de amistades.
• fracasos académicos.
• inmigración
• Pérdidas de seres queridos o mascotas
• Pérdida de la salud
muerte y
expresión
del duelo
Es importante según la
tomar en edad y el
desarrollo
cuenta: evolutivo
Hay cinco elementos fundamentales que intervienen en la
comprensión de la muerte y que van a ir cambiando con la edad. La
muerte es:

• Universal – la • No funciona –
• Irreversible – tras
muerte afecta a tras la muerte el
la muerte no se
todos los seres cuerpo deja de
vuelve a vivir.
vivos. funcionar.
• Final de la vida –
• Es incontrolable – tras la muerte no
la muerte no sabemos qué pasa,
depende de existe un gran
nuestros misterio sobre la
pensamientos. continuidad o no de
otra forma de vida.
¿Pero qué pasa con la commprensión de la
muerte antes de los seis años?
No entienden la idea de universalidad de la muerte.
Carecen del concepto de irreversibilidad: No existe el concepto de
“para siempre”.
Creen que el cuerpo de la persona fallecida, de alguna manera, sigue
funcionando ,
Predomina el pensamiento mágico: el niño o la niña puede creer que una discusión o una
conducta por la que se le recriminó, ha podido ser la causante de la muerte del ser querido. El
pensamiento mágico es determinante de los sentimientos de culpa que pueden generarse en estos
momentos de pérdida.
La muerte se relaciona con la vejez y la enfermedad.

La idea de omnipotencia de las personas adultas queda quebrada


Comienzan a
¿qué pasa cuestionarse si la
muerte de otros o
A partir de los 7
años ya
comienzan a
la suya propia es
con la posible. Como
consecuencia de
tener claro el
concepto de que
tras la muerte, el
comprensión
esto aparecen los
cuerpo ya no
temores a perder
funciona y que la
su propia vida y
muerte
Siguees
de la muerte
la de sus seres
irreversible. a
manteniéndose
queridos.
estas edades una

despues de Desaparece el
pensamiento
enorme
curiosidad, una
necesidad de

los seis mágico. razonarlo todo,


de buscar
explicaciones a

años? todo lo que


sucede.
La comprensión de la muerte y la elaboración del duelo es
similar a la de una persona adulta y también lo son sus

¿qué pasa reacciones, si bien


La adolescencia es las
unaemociones las viven
etapa de cambio más intensamente.
y transición hacia la
independencia del mundo adulto por lo que en la relación con

con la sus padres y madres hay más conflictos. Esto puede ser el origen
de sentimientos de culpabilidad si ocurre la muerte de uno de los
Son conscientes de su propia muerte y pueden fantasear con
progenitores o personas cercanas.
commprensi ella, e incluso puede aparecer la idea del suicidio como una
salida a su sufrimiento o a los problemas ocasionados por la

ón de la pérdida.
Es frecuente que no quieran compartir con las personas adultas

muerte en la las emociones derivadas de la pérdida.

adolesencia? No quieren ser diferentes de sus iguales.

Se pueden sentir presionados para comportarse como personas


adultas
• Ansiedad e insomnio persistentes por el

Expresio
miedo a que se produzcan otras pérdidas.
• Dificultad para separarse del entorno familiar
(ansiedad de separación) por miedo a que
nes sucedan otras muertes.
• Rumiar fantasías de reunión con el ser
normales querido fallecido. Incluso pueden aparecer
ideas de suicidio.

del duelo • Durante un tiempo pueden aparecer


sentimientos de culpa ya sea propia o culpar a

en casa
alguien de lo ocurrido.
• Quejas somáticas: dolor de cabeza, de tripa,
vómitos, dolores musculares, poco apetito…
• Dificultades de atención, concentración,
memoria. Expresione
• Disminución del rendimiento
académico. s normales
• Conducta ansiosa (aislarse, preguntar
constantemente, inquietud…)
del duelo
• Arranques de llanto repentinos. en el
• Conductas hiperactivas, irritabilidad.
• Dificultades de relación con sus
entorno
compañeros (aislamiento,
agresividad…)
escolar
Aspectos
comunes
que tiene el EL DUELO ES UN
PROCESO:
• ACTIVO. • NORMAL. • DINÁMICO.

duelo ante
pérdidas
significativa • DEPENDIENTE DEL
RECONOCIMIENTO
SOCIAL. CUANDO SE
PUEDE COMPARTIR
• ÍNTIMO. CADA UNO
LO VIVE DE FORMA
ÚNICA.
LAS REACCIONES
EMOCIONALES SON
INTENSAS: •
CULPABILIDAD •

s:
LAS EMOCIONES CON ENFADO •
OTROS, AYUDA EN SU INDEFENSIÓN •
RECUPERACIÓN. LOS TRISTEZA
DUELOS SILENCIADOS
AGUDIZAN EL DOLOR.
Quién:
Cómo • Preferiblemente el padre y la madre o el familiar más cercano.
• Persona emocionalmente próxima o significativa para el niño o niña.
comunicar la Cuándo:

pérdida:
• Inmediatamente o lo antes posible.
Dónde:

información,
• Lugar tranquilo, silencioso y seguro (lo más conocido posible para
la o el niño)
Cómo:
primeros • Utilizando un contacto físico apropiado.
• Evitando eufemismos, metáforas: “se fue a un sitio mejor”, “se fue a
auxilios otro mundo”…
• De forma clara. Sin demasiados detalles ni explicaciones abstractas..
psicológicos. • Compartiendo sus emociones. • Interesándose por sus sentimientos y
pensamientos sobre lo sucedido. • Preguntando por sus dudas.
Ayudarle a
“darse
cuenta de la
Mantener, Actitudes
dentro de lo
pérdida”, a
constatar la
posible, la
cotidianeida
prácticas
ausencia, a
“echarle de
menos”
d
desde los
Apoyarle
Ayudarle a ámbitos
identificar y
emocional
mente
expresar las
emociones
familiar y
escolar
Conductas que nos alertan
un duelo complicado

Hasta un 35% de niños y niñas menores de 12 años presentan criterios de depresión un año después de una pérdida parental
Antes de los seis
años
• Incapacidad para realizar aquellas cosas que ya realizaban
de forma autónoma: no vuelven a su cama, dejan la luz
encendida, no quieren dejar el chupete…
• Llantos constantes que no cesan, exagerados.
• Ansiedad de separación que no cesa.
• Miedos incapacitantes, terror ante cosas cotidianas que
antes no existían.
• Insomnio prolongado o pesadillas recurrentes que antes no
tenía.
Despues de los seis años
• Aislamiento familiar y social extremo.
• Aparente anestesia emocional
• Tendencia exagerada a cuidar a otras personas.
• Síntomas persistentes de ansiedad, nerviosismo en sus actividades cotidianas.
• Malhumor y agresividad constante, incluso agresiones a sus iguales.
• Síntomas depresivos que se mantienen: insomnio, regresión a etapas anteriores, apatía,
pérdida de interés por cosas que antes le interesaban. • Bajada drástica de actividad
• Miedos prolongados e impropios de su edad y somatizaciones persistentes que no tienen
una explicación médica: dolores de cabeza, de tripa, vómitos, dolores musculares…
En la adolescencia
• Ira hacia quienes le dieron la noticia o hacia el personal sanitario que
no pudo hacer más, llegándoles a hacer responsables directos de la
muerte.
• Pensamientos negativos recurrentes sobre la muerte que no cesan.
• Pone en práctica conductas de riesgo porque la vida ha dejado de
preocuparle o de tener valor para él o ella.
• Ideación suicida que llega incluso a la elaboración de un plan suicida.
• Sintomatología depresiva mantenida.
• Culpa que no cesa.
• Consumo de sustancias que antes no consumía y/o aumento de las que
ya consumía.
• Incapacidad para retornar a sus rutinas habituales.
Intervervenciones
clínicas para el duelo
• La pérdida es un fenómeno universal pero la forma de responder ante
ella puede ser muy diferente, encontrándose distintos grados de
manifestaciones de dolor y distintos niveles de duración, además de
diversos rangos de manifestaciones que pueden ir desde la depresión a
la rabia o la evitación (Howarth, 2011)
• En el DSM-V se ha propuesto el trastorno de duelo complejo persistente que se caracteriza por
“la pena intensa y persistente y por reacciones de luto” (APA, 2013, p. 172). Este trastorno se
incluye dentro de los trastornos relacionados con traumas y 8 factores de estrés y, en concreto,
dentro del apartado otro trastorno relacionados con traumas y factores de estrés especificado
(APA, 2013). Esta última categoría se aplica a aquellas situaciones en las que aparecen
predominantemente los síntomas de un trastorno relacionado con traumas y factores de estrés,
que causan un malestar clínicamente significativo o que provoca deterioro social, laboral o en
otras áreas importantes del funcionamiento; pero que no llega a cumplir con todos los criterios
de los trastornos de la categoría de los trastornos relacionados con traumas y factores de estrés, y
se utiliza en aquellas situaciones en las que se quiere comunicar el motivo específico por el que
no se cumplen todos los criterios de ningún trastorno relacionado con traumas y factores de
estrés específico (APA, 2013).
Las terapias de terecera
generación para la
intervención del duelo
• Terapias de tercera generación como alternativa A lo largo de la
historia de la psicología clínica, la terapia de conducta ha ido
evolucionando dando lugar a distintos periodos en los que los
tratamientos han ido adaptándose a las necesidades de cada época. En
2003 Steven C. Hayes propuso la existencia de tres generaciones de
terapias en el desarrollo de la Terapia de Conducta (Hayes, Masuda y
De Mey, 2003). Esta distinción se ha vuelto bastante popular y está
ampliamente aceptada por otros autores. A continuación se desarrollan
las principales características de cada una de estas generaciones.
• Las terapias contextuales o de tercera generación presentan una serie de características particulares entre
ellas destacan (Pérez Álvarez, 2008): a) El trastorno se explicaría en términos interactivos, funcionales y
contextuales; a diferencia de los demás tipos de terapias que lo explican como algo “defectuoso” dentro
del propio individuo, es decir, las terapias contextuales explicarían el trastorno basándose en la historia y
las circunstancias de quien los sufre. b) El modelo contextual de psicoterapia supone que el problema tiene
que ver con la persona en sus relaciones con la conducta de los demás y con su propia conducta. c) El
modelo contextual de terapia se basa en dos grandes principios terapéuticos: la aceptación y la activación.
La aceptación se basa en el acto de aceptar las experiencias que antes se intentaba eliminar. Por otro lado,
la activación consiste en reorientar y en actuar en dirección a las cosas que importan para poder así
cambiar las circunstancias que mantenían el problema. d) Por último, el modelo contextual de psicoterapia
mide su eficacia a través de los logros personales conseguidos siguiendo la dirección de los valores en los
distintos dominios en los que la persona presenta un problema, y no se tiene tanto en cuenta la reducción
de los síntomas negativos que la persona pueda experimentar
• “propone a los clientes de la terapia aceptar y
experimentar los eventos privados sin
someterlos a ‘juicios valorativos’, a la vez que
les propone perseguir los valores y objetivos
relevantes para su vida (p.10)”. Según esta
definición, la ACT se centraría en la
act aceptación de los síntomas y en la orientación
hacia objetivos que valgan la pena, a pesar de
las experiencias sufridas y los síntomas
experimentados. Esta característica es la clara
diferencia que presenta frente a las terapias
cognitivo-conductuales tradicionales (Pérez
Álvarez, 2008)
las a) La identificación del “trastorno de
principale evitación experiencial”, común en la
mayoría de los trastornos.
s b) El principal objetivo terapéutico se
basará en la aceptación y el compromiso
aportacion para actuar. Se denomina trastorno de
evitación experiencial (TEE) al hecho de
es de la no querer establecer contacto con los
propios pensamientos, sentimientos,

ACT sensaciones corporales, etc.; es decir, la


evitación de las propias experiencias
privadas (Wilson y Luciano, 2002).
• Se basa en estar abierto ante
ciertas conductas que se
preferirían no tener, pero que
no se pueden evitar. No se trata
aceptación de un estado de resignación, ni
sumisión; sino en el
compromiso o activación hacia
una dirección positiva (Pérez
Álvarez, 2008).
• El trastorno por duelo podría considerarse como una forma de
evitación experiencial, debido a que si se quiere eludir la aceptación
del fallecimiento de un ser querido, podría suponer una condición
psicológicamente perjudicial para el individuo que lo sufre, ya que
este tipo de eventos no son susceptibles a ningún tipo de cambio
(Luciano y Cabello, 2001). Es más, la evitación de los eventos
privados ligados a este hecho llevaría a una exacerbación de los
síntomas y al alejamiento de los valores personales
• La muerte de un ser querido supone que aparezcan numerosos eventos
negativos con funciones aversivas, tanto de forma directa como a
través del lenguaje o las cogniciones y pensamientos relativos al
fallecido (Luciano y Cabello, 2001). La solución a esto, desde la
perspectiva del doliente, pasaría por conseguir un control de los
mismos, para acabar así con este sufrimiento (Hayes y Hayes, 1992,
citado por Luciano y Cabello, 2001, p. 403). Por todo lo anterior el
sujeto pone en marcha estrategias para evitar y/o controlar situaciones
o pensamientos que le hacen sentir mal. Estos intentos de evitación
acaban convirtiéndose en el problema. Si a todo esto se suma la
• En resumen, se trataría de poner el foco de atención en aquello que no
puede cambiarse, dando paso a la aceptación, con el principal fin de
realizar actuaciones dirigidas en esa dirección.

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