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Hospital J u a n A.

Fernández
Serv. d e Urología, Prof. E. C A S T A Ñ O

Por el Doctor
ENRIQUE CASTAÑO

QUISTE DEL EPIDÍDIMO D E


GRANDES DIMENSIONES

C FXiÚN los trabajos de Vautren-Gaultier en su Tesis de Docto-


rado de 19 28, define los quistes espermátícos como tumores
benignos de contenido líquido, encerrando o 110 espermatozoides y
que se desarrollan a expensas de elementos embrionarios aislados de
las vías excretoras del esperma.
A n t i g u a m e n t e la designación de quistes espermátícos sólo era
para los quistes del cordón que contenían espermatozoides, pero hoy
día se engloba en esta definición todos los quistes, cualquiera que
sea su sitio, epididímo o cordón.
Las vías excretoras del esperma son de dos clases, testículares y
epididimianas. Las pr;meras están constituidas: por los tubos rec-
tos que son la prolongación de los canales seminíferos, que son
secretores y que se continúan a su vez con el "rete testís" y que
luego continúan con el epididimo. Las segundas, las epídídimiarias.
están constituidas por los conos aferentes localizados ai nivel de la
cabeza del epididimo y que se continúan por el canal epidídimiario
que f o r m a el cuerpo y la cola del epididimo.
T o d a s estas vías excretoras derivan del canal de W o l f , que
f o r m a en su última etapa de desarrollo p o r su parte superior el
cuerpo y la cola del epididimo y p o r su parte inferior el canal de-
ferente.
E n el desarrollo y descenso del testículo algunos de estos ca-
nales pierden sus conexiones testículares o epidídímiarias, A veces
subsisten divertículos ciegos que se comunican con el "rete testis",
o con el epididimo o con el canal deferente (órgano de G y r a l d e s ) .
Fuera de estos restos embrionarios normales pueden subsistir
^Revista J^rgeniina -

a lo l a r g o de las vías espermátícas e l e m e n t o s canaliculares i n u t i l i z a -


dos, q u e se c o m u n i c a n o n o entre sí.
Según V a u t r e n - G a u l t i e r , la concepción m o d e r n a de los quistes
espermáticos está b a s a d a en la e m b r i o l o g í a y de a h í deducen su pa-
togenia.
L a p r o l i f e r a c i ó n y evolución de estos quistes se explican, o
bien p o r u n a retención en un canal excretor p r e d i s p u e s t o p o r su a n a -

t o m í a a u n a d i l a t a c i ó n y q u e se o b s t r u y e n p o r u n t r a u m a t i s m o o
p o r u n a infección.
L o s quistes del e p i d i d i m o hacen saliencia en la cavidad v a g i n a l
y están s e p a r a d o s de ella p o r u n a h o j a serosa y en general asien-
tan en el espacio i n t e r - e p i d i d i m o - t e s t i c u l a r r e c h a z a n d o el e p i d i d i m o
hacia a f u e r a o atrás. A veces a d q u i e r e n v o l ú m e n e s considerables, in-
sinuándose entre los e l e m e n t o s del c o r d ó n y suelen llegar h a s t a el
orificio e x t e r n o del canal i n g u i n a l , c o m o en n u e s t r o e n f e r m o .
P u e d e n ser únicos o m ú l t i p l e s .
L a pared es delgada, c o n s t i t u i d a p o r t e j i d o c o n j u n t i v o con al-
g u n a s f i b r a s lisas, recubierta p o r epitelio cilindrico.
E l c o n t e n i d o l í q u i d o puede ser t r a n s p a r e n t e c u a n d o n o con-
tiene espermatozoides, o lechoso.
Los s í n t o m a s son m u y insidiosos; se desarrollan m u y lenta-
mente, más de 10 años en nuestro e n f e r m o ; producen molestias
como ser; pesantez y a veces algunos dolores en las excitaciones se~
xuales, irradiándose a lo largo del cordón.
El diagnóstico diferencial es difícil c u a n d o adquiere gran des-
arrollo c o n f u n d i é n d o s e con el hidrocele.: c u a n d o son pequeños, la
palpación del testículo, el pelUzcamiento de la vaginal negativo,
permiten diferenciarlos con el hidrocele.

HISTORIA CLÍNICA

m p . 6 2 anos, comerciante.
N o tiene antecedentes venéreos.
Hace 10 años, p o r unas molestias que sentía en la cintura, me f u é remi-
tido por un c i r u j a n o para su estudio, c o m p r o b a n d o en aquel entonces, un pe-
q u e ñ o quiste del e p i d i d i m o derecho perfectamente diferenciado y que había pa-
sado desapercibido para el e n f e r m o : en aquella época, a pesar de no sentir nin-
gún trastorno, presentaba una próstata aumentada de v o l u m e n con los carac-
teres de un adenoma.

Vuelve a consultarme hace 2 meses por las molestias que siente en su tes-
tículo derecho; del lado de su a p a r a t o u r i n a r i o no presenta n i n g ú n síntoma.
A la inspección se ve un gran testículo, un poco más pequeño que un
h u e v o de avestruz, liso, renitente, indoloro, con algunas lobu(aciones como un
reloj de arena, y cuyo e x t r e m o superior se insinúa en el canal inguinal,
C o n el antecedente de un p e q u e ñ o quiste del e p i d i d i m o que tenía 10 años
atrás, pienso que realmente pudiera ser este mismo quiste, por más que la im-
posibilidad de palpar el testículo, me demostraba también un derrame de la va
ginal, p r o p o n i e n d o la intervención, que es aceptada de inmediato.
A la t r a n s í l u m i n a c i ó n es perfectamente transparente.
Intervención. Anestesia local, Infiltraciones en la región inguinal y para-
lela al paquete; incisión de unos 8 centímetros; llegado al paquete inguinal se
hace % infiltración intra-inguinal de dicho paquete con novocaína adrenalina
al Ií| % y se lleva el t u m o r hasta que aparece en el borde inferior de la herida,
se punza y se extraen unos 50 & c. de líquido, p u d i e n d o luego extraer p o r la
vaginal, aparece un enorme quiste que ha t o m a d o t o d o el e p i d i d i m o al extremo
herida el resto del t u m o r , y c o m p r o b a n d o que vaciado el hidrocele y abierta la
que no se encuentra ni restos de este órgano.
C o n g r a n cuidado para no abrir el quiste, se lo diseca a bisturí y extra-
yéndolo en su totalidad, q u e d a n d o el testículo libre de t a m a ñ o normal con el
copión | vasos. Se invierte U vaginal, se s u t u r a , se repone el testículo en las
bolsas y se reconstruye la herida p o r planos.

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