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Los guardias civiles queremos seguir cumpliendo y haciendo cumplir la Ley, igual que
los jueces y magistrados seguir interpretando y aplicando la Ley y haciendo ejecutar
las sentencias. Para ello, hoy tenemos que hablar alto y claro. Nos lo exigen un
mandato constitucional, moral y con el ciudadano.
Nuestro estatuto deja nítido este mandato, que sabemos no está exento de crítica por
algunos. En este sentido, tras las purgas políticas de al menos seis coroneles y dos
tenientes coroneles, con manifiesto desprecio de la legalidad y la tradición, los
guardias civiles no podemos decir que la prosperidad de la arbitrariedad como forma
de gobierno sea una sorpresa. Así, se impuso el silencio hace tres años, como en otras
instituciones antes o después ha ido sucediendo, infundiendo miedo a hablar en la
Guardia Civil. Aunque, todo sea dicho, el fin principal de sus promotores era más bien
distraer nuestra actuación precisamente del interés general y el servicio al ciudadano.
Sin embargo, los guardias civiles de APROGC hoy consideramos ineludible
expresarnos en estas líneas, ante lo que se anuncia.
Como siempre, los guardias civiles, en este caso los de APROGC, seguiremos siendo
fieles a la Constitución y seguiremos cumpliendo, por encima de cualquier otra
prescripción tintada que podamos recibir, los mandatos que recibamos de los jueces
y tribunales, como se nos exige legalmente y por la ciudadanía. Sobre cualquier otra
instrucción, prevalecerá siempre el cumplimiento de los mandamientos y las
resoluciones judiciales.
Con enorme tristeza y desolación, los guardias civiles nos preguntamos cuándo
volveremos a tener jefes que se sometan al imperio de la Ley en lugar de estudiar sus
fisuras. Mientras tanto, observamos esperanzados el compromiso y tenacidad del
Poder Judicial para mantener su independencia y esperamos que encuentre el
camino para preservar el Estado de Derecho. En su labor encontrarán nuestro firme e
indudable compromiso, en aras de garantizar la igualdad ante la ley y su aplicación,
especialmente ante quienes sistemática y arbitrariamente demuestran vocación de
situarse por encima de todos y la ley.