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CAPITULO XII

LA LEY PENAL CON RELACIÓN


A LAS PERSONAS
La igualdad ante la ley.— Inviolabilidad, inmunidad y prerrogativas procesales.—
Responsabilidad -del Presidente y Vice-Presidente de la República.— El juicio
político. Naturaleza y trámite.— Responsabilidad de los Ministros de Estado y otros
dignatarios.— Los casos de Corte.— Responsabilidad de los magistrados de la Corte
Suprema de Justicia.— Inviolabilidad e inmunidad parlamentaria.— Inviolabilidad de
los diplomáticos.— Derecho extraterritorial e inmunidad jurisdiccional.
LA IGUALDAD ANTE LA LEY.—
La organización social antigua y medieval reconocía castas, hombres libres y
esclavos, fueros, etc., que determinaba jurídica y políticamente el reconocimiento
de la desigualdad de las personas, incluso en algunos casos los tribunales no eran
los mismos para juzgar a uno u otro según la clase de cada uno.
La injusta desigualdad determinaba que los nobles, los poderosos eran castigados
con penas más suaves y menos deshonrosas que las impuestas a los humildes y
plebeyos a quienes se reservaron las penalidades más duras e infamantes.
Los fueros, es decir leyes especiales protectoras para algunos sectores sociales
que los privilegiaban, eran la máxima expresión de la desigualdad.
La Revolución Francesa que es uno de los más notables cambios políticos, sociales y
económicos producidos en la historia, instaura el principio de igualdad, incluso en
el orden punitivo. Primero aprueba la ley de 21 de febrero de 1790 que establece
que los delitos del mismo género serán sancionados por el mismo género de penas,
cualquiera que sea el rango y el estado del culpable. Principio de igualdad de la
ley incorporado a la "Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano" y la
Constitución de 3 de septiembre de 1790.
A raíz de esta revolución en el campo jurídico de la igualdad de las personas ante
la ley, que supone la desaparición de la desigualdad jurídica ante la ley, que
forma parte de las garantías de la persona, reviste hoy dos aspectos: 1) Todos
están sometidos a las mismas leyes penales, a todos se aplican las mismas penas; 2)
Todos son objeto de idéntica protección penal.
En el fondo la igualdad de las personas en materia penal se plasma en la
proporcionalidad entre delitos y penas, como dice BECCARIA: "Es necesario reprimir
los delitos más peligrosos con las penas más severas, y reservar los castigos más
suaves a los menos importantes".
Es evidente que lo que destruye la desigualdad y las contradicciones es la
justicia.
La importancia política y jurídica de la igualdad de las personas ante la ley ha
determinado su inclusión en las constituciones de los países.
En Bolivia ha estado presente desde la Primera Carta Magna. En los primeros años
del presente siglo se suprimieron los fueros eclesiástico, militar y cualquier otro
que pudiera existir. Nuestra actual Constitución en su artículo 6° establece lo
siguiente: "Todo ser humano tiene personalidad y capacidad jurídicas, con arreglo a
las leyes. Goza de los derechos, libertades y garantías reconocidas por esta
Constitución, sin distinción de raza, sexo, idioma, religión, opinión política o de
otra índole, origen, condición eco-nómica o social, u otra cualquiera.
La dignidad y libertad de la persona son inviolables. Respetarlas y protegerlas es
deber primordial del Estado".
No obstante lo dicho por razones de las funciones que se desempeñan en los
organismos estatales, plantean excepciones al principio de igualdad que son: la
inviolabilidad, la inmunidad y las prerrogativas procesales.
INVIOLABILIDAD, INMUNIDAD Y PRERROGATIVAS PROCESALES.—
Hay excepciones al principio de igualdad de las personas ante la ley, que algunos'
autores llaman privilegios, provenientes, según los casos, del derecho público
interno v del Derecho Internacional.
Florian divide las excepciones al principio de igualdad en dos: a) exención total o
parcial de la aplicación de la ley penal o de la jurisdicción de un país y, b)
aplicaciones de la ley penal bajo ciertas condiciones particulares. En cambio
MEZGER las considera como restricciones personales de la validez de la ley penal,
causa por la que las pone en el Derecho Procesal Penal y no en el derecho
sustantivo.
Grispigni a su vez cree que nos hallamos en presencia de una causa personal de
exclusión de una pena, rechaza el criterio de que se trate de un límite a la fuerza
obligatoria de las leyes penales, una causa personal de exclusión de la pena,
criterio con el que está de acuerdo Antolisei.
En el fondo las excepciones al principio de igualdad de la ley penal es su no
aplicación a ciertas personas en razón de las funciones que ejercen, es una
inmunidad jurisdiccional que funciona de distinto modo, según se trate del Jefe de
Estado, Ministros, Parlamentarios, Diplomáticos y otros. Es pues un privilegio que
no se fundamenta como en la antigüedad en la tradición, familia, situación social o
económica, sino, como ya hemos dicho, en la función que se ejerce y mientras ésta
dure, no existiendo ninguna de por vida.
a)Inviolabilidad que afecta a la acción, por motivo de la cual una persona goza de
una verdadera prerrogativa penal, es irresponsable penalmente tanto en el orden
político como en los delitos comunes. Su razón política estriba en mantener al Jefe
de Estado al abrigo de cualquier acción, judicial y en la independencia de los
poderes, puesto que la independencia del Poder Ejecutivo desaparecería si no
respeta la inviolabilidad.
b)La inmunidad que se refiere a los parlamentarios, senadores y diputados, es
funcional, por lo que son inviolables por las opiniones y votos emitidos en el
ejercicio de sus funciones y tampoco pueden ser enjuiciados. En el fondo es una
impunidad destinada a garantizar el libre ejercicio de la representación.
c)Privilegio de dilación procesal, por el cual mientras se ejercen ciertos cargos
no pueden ser procesados, dejándose el enjuiciamiento para cuando dejen la función
privilegiada.
d)Antejuicio como prerrogativa procesal de los ministros, diputados, senadores y
otros señalados por ley, afecta al derecho penal procesal y da la jurisdicción
privilegiada, se concede por el cargo que se ejerce.
e)La extraterritorialidad de los diplomáticos, ya explicada anteriormente.
f)Privilegio de no procesamiento ni sanción del Jefe de Estado extranjero. Se
consideran que esta fuera del alcance de la ley penal del país que visita, se
fundamenta en el hecho de que el Jefe de Estado extranjero representa a su país y
no es posible, por tanto, que quede sometido a la ley extranjera.
RESPONSABILIDAD DEL PRESIDENTE Y VICE PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA.— JUICIO POLÍTICO.
— NATURALEZA Y TRAMITE.—
En la monarquía se establecía que el rey es inviolable, es decir inmune a la ley,
en algunos casos como en las monarquías absolutas, se lo consideraba que estaba por
encima de la ley. En las monarquías constitucionales, en las que los reyes gozan de
prerrogativas penales, son irresponsables, no sólo en el orden político sino
también en el común.
En lo que toca al Presidente de la República y al Vice-Presidente, en nuestro país
se deben distinguir dos situaciones diferentes: delitos comunes y los delitos
señalados por la ley de 31 de octubre de 1884, llamada Juicio de Responsabilidad
contra los Altos Dignatarios del Estado, que son: traición a la patria, violación
de las garantías individuales y malversación de fondos públicos.
Por delitos comunes cometidos durante el ejercicio de sus funciones los dos
primeros magistrados solo podrán ser juzgados cuando hayan terminado sus funciones
(artículo 18) y por los delitos mencionados en la ley de 31 de octubre de 1884
podrían ser juzgados aún cuando estén en el ejercicio de sus funciones, gozando
para esto privilegios procesales, pues el artículo 68 de la Constitución señala que
el Congreso procederá como gran jurado sumariamente, juicio conocido como político
sobre cuya naturaleza no hay acuerdo en la doctrina ni en la legislación positiva.
En Estados Unidos, el juicio político tiene una tendencia disciplinaria y no penal,
cuya finalidad es destituir a un funciona-rio y declararlo incapaz para ejercer
cualquier cargo público como en el caso de Nixon que perdió la presidencia por el
asunto de Watergate, en principio fue inhabilitado, pero el Presidente Ford lo
rehabilitó usando una facultad constitucional del Presidente. Pero si la conducta
del Presidente fuese delictiva corresponde a los tribunales ordinarios juzgarlo sin
ningún privilegio.
En Inglaterra, que sigue el sistema parlamentario, el Parlamento es el que juzga y
sanciona la conducta del funcionario, pues tiene atribuciones políticas, judiciales
y penales.
En Bolivia de acuerdo a la ley de 31 de octubre de 1884 modificada por la de 23 de
octubre de 1944 el juicio político es mixto, el Congreso hace de sumariante como
gran jurado y la Corte Suprema de Justicia el plenario dictando sentencia. El
procedimiento es el siguiente: la demanda- de responsabilidad se lee en sesión de
Congreso y sin discusión y sin debate se dispone que pase a la Comisión Mixta de
Policía Judicial del Congreso. En el juicio de responsabilidades contra el General
Banzer en 1979, se cometió el error procesal de presentar la demanda y debatirla,
lo que enervo el juicio e impidió que se termine, quedó pues en trámite. La
Comisión Mixta de Congreso instruye el sumario en el término de 15 días. Concluido
el sumario se eleva el informe en conclusiones, el que recién debe ser discutido en
sesión de Congreso. En el caso de que se pronuncie el Congreso por dos tercios de
votos por la acusación, pasa a conocimiento de la Corte Suprema de Justicia, quien
hace el plenario y dicta el fallo final, tal como lo dispone el artículo 127,
inciso 69 de la Constitución que dice: "Fallar en única instancia en los juicios de
responsabilidad contra el Presidente y Vice Presidente de la República y Ministros
de Estado por delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones, cuando el
Congreso les decrete acusación conforme al artículo 68, atribución 12".
Como vemos en nuestro sistema legal, el Presidente y el Vice Presidente en los
delitos comunes que cometen serán juzgados después que terminen su mandato, es
decir por una parte gozan de prerrogativa procesal y de inmuni-dad. Por los delitos
de traición a la patria, definida en el artículo 17 de la Constitución y en el 109
del Código Penal; atentado contra las garantías individuales que están en el Título
Segundo de la Primera parte de la Constitución (Artículo 5 al 35 inclusive) y por
malversación de fondos públicos definido en el artículo 144 del Código Penal, serán
juzgados en juicio político, con una acción mixta en la que interviene el Congreso
y la Corte Suprema de Justicia.
RESPONSABILIDAD DE LOS MINISTROS DE ESTA-DO Y OTROS FUNCIONARIOS.—
Los Ministros de Estado tienen las siguientes responsabilidades:
a) Responsabilidad política: son responsables de los actos administrativos en su
respectiva secretaría conjunta-mente con el Presidente de la República. Pues no
todos los actos engloban al Gabinete en pleno, pero sí en aquellos actos que van
respaldados por un Decreto Supremo, en el que firma refrendando la firma del
Presidente.
También políticamente son responsables solidariamente por los actos y decisiones
tomadas en Consejo de Gabinete. (Ver artículo 101 de la Constitución Política del
Estado).
b)Caso de corte: Los Ministros no tienen inmunidad sino que gozan de caso de corte.
De acuerdo al artículo 68, inciso 12 el Congreso conoce sumariamente de las
demandas contra los ministros de Estado en los delitos menciona-dos por el artículo
17 de la ley de 31 de octubre de 1884 o sea por: 1) traición a la patria;; 2)
infracción del texto ex-preso de la Constitución y de las leyes; 3) malversación de
los fondos públicos; 4) hacer gastos más de los presupuestados; 5) soborno o
cohecho en los negocios de su cargo o nombramientos de empleados públicos; 6) por
violación de las garantías individuales.
El Congreso hace de sumariante y la Corte Suprema de Justicia dicta el fallo en
única instancia de acuerdo al artículo 127, inciso 6° de la Constitución y Ley de
23 de octubre de 1944.
c)Responsabilidad Penal: par los demás delitos que no están especificados
anteriormente serán juzgados por la justicia ordinaria, una vez que concluyan sus
funciones, tal como lo establece la última parte del artículo 18 de la ley de
responsabilidad de los Altos Dignatarios del Estado.
LOS CASOS DE CORTE.— RESPONSABILIDAD DE LOS MAGISTRADOS DE LA CORTE SUPREMA DE
JUSTICIA.—
Los casos de corte son aquellos enjuiciamientos que no se hacen ante los jueces que
juzgan al común de la gente, sino por tribunales señalados por ley en atención a la
investidura de las personas a juzgarse. No gozan de inmunidad sino de jurisdicción
especial, para esto debe distinguirse los delitos sometidos a la jurisdicción
especial y los que conoce la jurisdicción ordinaria:
a) Caso de Corte: La ley de 7 de noviembre de 1890 llamada "Juicio de
Responsabilidad de los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia", dispone que
los magistrados de la Corte Suprema serán juzgados en caso de corte por el delito
de prevaricato, que presenten las siguientes figuras: 1) los que juzgan. contra ley
expresa, en perjuicio de la causa o de tercero interesado, por afecto o desafecto a
alguna persona o corporación; 2) los que juzguen por soborno o cohecho, dado o
prometido directamente o por interpósita persona; 3) los que intervienen y fallan
en causa en que son interesados personalmente, o conociendo que lo es algún
pariente suyo legal, consanguíneo, dentro del cuarto grado o a fin dentro del
segundo; 4) los que dan consejo a alguno de los que litigan o son juzgados ante
ellos, con perjuicio de la .parte contraria (artículo 2° y 39 de la ley de 7 de
noviembre de 1890.
El caso de corte es para juzgar por prevaricato a los magistrados de la Corte
Suprema por mandato del artículo 66, inciso 19, que dispone que el Senado los
juzgará en única instancia por acusación de la Cámara de Diputados a la denuncia de
cualquier ciudadano, siendo necesario el voto de dos tercios de los presentes
(artículo 62, inciso 4° de la Constitución).
b) Responsabilidad Penal: Por los• otros delitos que no sean prevaricato, los
ministros de la Corte Suprema serán juzgados en la jurisdicción ordinaria.
En la legislación boliviana hay otros funcionarios que expresamente la ley les
reconoce el caso de corte o de jurisdicción especial en razón de la importancia de
la función que desempeñan.
El artículo 127, inciso 7°, de la Constitución, establece que la Corte Suprema de
Justicia fallará en única instancia, en las causas de responsabilidad seguidas
contra. los Agentes Diplomáticos y Consulares, Comisarios Demarcadores, Prefectos
de Departamento, Superintendentes Departamentales de Minas, Rectores de
Universidad, Vocales de las Cortes Superiores, Fiscales de Gobierno y de Distrito y
en general, contra los altos funcionarios con jurisdicción nacional que señala la
ley, por delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones.
Lo dicho para la Corte Suprema de Justicia se aplica al Fiscal General de la
Nación.
Por la clásica división de los poderes del Estado, el Poder Legislativo juzga a los
Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, puesto que no existe un tribunal,
fuera del mencionado, con jurisdicción y competencia de conocer las demandas
formuladas contra los miembros del Tribunal Supremo. En esta coyuntura el Poder
Legislativo obra como jurado nacional. Los Alcaldes gozan de caso de Corte en la
Superior del Distrito.
INVIOLABILIDAD E INMUNIDAD PARLAMENTARIA.—
Los representantes nacionales gozan, según nuestras leyes, de inmunidad e
inviolabilidad, que en el fondo es una prerrogativa procesal. Gran parte de los
autores no están de acuerdo en reconocer a los parlamentarios la inviolabilidad,
puesto que, según ellos, es privilegio del rey que lo situaba fuera del alcance de
las leyes. Con la eliminación de la Monarquía Absoluta este privilegio ha
desaparecido.
Luis Jiménez de Asúa dice "que la inviolabilidad protege la persona y por ende
todos sus actos". De lo que se trata, dice el mismo autor, es de un ante juicio
parlamentario para que el cuerpo legislativo decida si se puede o no procesar a un
diputado o senador.
La extensión y campo de acción de la inmunidad varía según la legislación de cada
país.
Tanto la inmunidad como la inviolabilidad son funcionales y no se establecen por la
persona, pues, el representante nacional debe gozar de una total independencia de
criterio y de una absoluta seguridad personal para el cumplimiento fiel del mandato
popular.
La inmunidad parlamentaria es irrenunciable, se la puede considerar como una
extensión de la soberanía popular, sin embargo en la vía disciplinaria las cámaras
pueden sancionar a sus miembros de acuerdo al Reglamento de Debates cuando en el
uso de la palabra ofenden a otros.
De acuerdo a nuestra Carta Magna tenemos dos situaciones diferentes, ya que se
trata de la inmunidad o de la inviolabilidad parlamentaria:
a) Inmunidad Parlamentaria: Consiste en que ningún senador o diputado, desde el día
de su elección hasta la finalización de su mandato, sin discontinuidad, podrá ser
arrestado, acusado o perseguido en ninguna materia a no ser que la Cámara a la que
pertenece de la licencia para esto. Cuando un representante nacional es acusado,
enjuicia-do, el juez de la causa debe pedir a la respectiva Cámara el desafuero o
licenciamiento. La Cámara en sesión secreta, oye los cargos, los discute y vota por
papeleta secreta por el desafuero que procede si se reúne dos tercios de votos en
contra del diputado.
El desafuero o licencia, significa que el representante nacional queda suspendido
de sus funciones y ya no goza de la inmunidad, puede recobrarla si es declarado
inocente o sobreseído con auto ejecutoriado.
En materia civil, dice la Constitución, el representante no podrá ser demandado ni
arraigado desde 60 días antes de la reunión del Congreso y a la terminación del
período, hasta el término de la distancia para que se restituya a su domicilio.
En el fondo el artículo 52 de la Constitución distingue materia penal y civil, la
primera parte se aplica a materia penal y la última a civil.
b) Inviolabilidad: El artículo 51 de la Constitución distingue de la inmunidad
parlamentaria a la que se refiere el 52, la inviolabilidad.
Se reconoce la inviolabilidad de los representantes nacionales _referida
limitativamente, en todo tiempo, a las opiniones que emitan en el ejercicio de sus
funciones.
El concepto que nuestra Constitución da a la inviolabilidad no es clásico, de
considerar a una persona fuera del alcance de la ley, sino la no censura, la
impunidad por las versiones que emite en el parlamento en las sesiones camarales.
INVIOLABILIDAD DE LOS DIPLOMÁTICOS.—
La inviolabilidad de los diplomáticos nos viene desde Roma, los feciales en Roma se
amparaban en ella. Los diplomáticos gozan de independencia respecto a las leyes
penales del país en el que ejercen sus funciones.
Esta inmunidad se la justifica en los siguientes puntos: 1) el agente del país
representa al Jefe del Estado ante la nación en la que está acreditado y no puede
ser sometido a ley extranjera; 2) necesita libertad para cumplir sus funciones.
Como consecuencia de esto, no pueden ser detenidos ni presos por cualquier delito
cometido en el Estado ante el que ejerce sus funciones. Su duración comienza cuando
empieza a representar al país y termina cuando cesa en el cargo.
La inmunidad se extiende a la persona del diplomático, su familia y a su séquito
muchas veces. Es así que el Código Bustamante en el artículo 298 dice: "Gozan de
igual exención los representantes diplomáticos de los Estados contratantes en cada
uno de los demás. así como sus empleados extranjeros y las personas de la familia
de los primeros que viven en su compañía. También alcanza a los objetos, valijas,
archivos, etc., y por cortesía, hasta el equipaje del Embajador y Ministro
Plenipotenciario".
La inmunidad de los diplomáticos lleva la extraterritorialidad al local que ocupa
la sede y residencia diplomática, esto es que, los delitos que se cometen en ellos
escapan al derecho del país en el que se ejerce sus funciones.
Respecto a su naturaleza no hay acuerdo, por ejemplo Franz von Liszt cree que es
una causal personal que exime de la pena; pero Binding y Manzini piensan que son
responsables cuando cesan en el cargo. Se trata en el fondo de in-munidad penal y
procesal en el territorio en que ejerce sus funciones, pero no en el país al que
pertenecen.
Pueden presentarse dos situaciones: cuando el diplomático acreditado en el
extranjero comete un delito referente a sus funciones, que importa al país que
representa, caso en el que se aplica el principio real o de protección,
respondiendo ante su propio Estado. La segunda situación se presenta cuando se
comete una infracción, de carácter común o político, que interesa al país ante el
que está actuando. En este último caso, la comisión del delito no importa
impunidad. La nación extranjera donde se halla, le declarará persona no grata y su
país al removerle del puesto, le penará por el principio de representación. Sólo en
el supuesto que corneta un delito político contra el Estado ante quién ejerce sus
funciones, puede ser que la impunidad le proteja.
El país víctima le declarará persona no grata, pero su propia Nación, que instigó
sus acciones, no le castigará seguramente.
El Instituto de Derecho Internacional en el Artículo 14 de la Resolución adoptada
en Nueva York en 1929, dice: "En caso de delitos o crímenes contra el orden, la
tranquilidad pública o la seguridad del Estado, la inmunidad de jurisdicción penal
subsiste, sin que ella sea obstáculo para las medidas estrictamente necesarias de
protección o de defensa que pueda verse obligado a tomar el gobierno ante el cual
se halle acreditado el agente, o del país que atraviese. Las autoridades
competentes podrán rodear el hotel; pero ninguna coacción directa podrá ser
ejercida contra la persona, salvo caso de extrema urgencia.
Los hechos imputados al agente deben ser puestos in-mediatamente en conocimiento de
su gobierno, para que éste dicte las medidas adecuadas".
En resumidas cuentas podemos decir que el diplomático real y materialmente es
impune, sus delitos se penan extraterritoriaImente.
DERECHO EXTRATERRITORIAL E INMUNIDAD JURISDICCIONAL.—
Hay tratadistas que consideran la inviolabilidad acordada a los diplomáticos como
un derecho extraterritorial, es decir que la ley penal de su país lo sigue y se le
aplica aunque esté en una nación extranjera. La ley nacional sigue a la persona.
Otros consideran que es una inmunidad jurisdiccional y personal, es decir que a la
persona del diplomático no le alcanza la jurisdicción del país en el que ejerce sus
funciones
Los agentes consulares no gozan de los privilegios acordados a los representantes
diplomáticos, por regla general y, en determinados países no son perseguidos,
acusados ni detenidos, por delitos de escasa gravedad.
El inciso 6° del artículo 1? del Código Penal Boliviano prescribe que: "Este código
se aplicará: a los delitos cometidos en el extranjero por funcionarios al servicio
de la Nación, en el desempeño de su cargo o comisión". Aplica el principio de
extraterritorialidad, dentro de esa generalidad estarían comprendidos todos los
funcionarios diplomáticos, agentes consulares, adjuntos, asesores, técnicos, etc.

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