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VICENTE FOX QUESADA

Datos económicos de México en el mandato de Vicente Fox

A continuación, se describen los resultados alcanzados por la actividad económica


nacional en el sexenio del presidente Vicente Fox Quesada [1] y se concluye con el
diagnóstico de fortalezas y debilidades, oportunidades y amenazas de la economía
nacional.

PIB

El producto interno bruto presenta una tasa promedio de crecimiento anual con una
tendencia descendente en los últimos tres sexenios que va del 3.9% durante el sexenio
del presidente Carlos Salinas, del 3.5 con el presidente Ernesto Zedillo y del 1.988% en
promedio durante el sexenio del presidente Vicente Fox.

La demanda global ha mantenido su ritmo de crecimiento, sin embargo, la participación


del producto interno bruto en la oferta global ha descendido del 73% al 70.1% durante el
último sexenio, atendiéndose la demanda faltante con un incremento en las importaciones
que pasaron del 27% sobre la demanda global al inicio del período y concluyeron con el
29.5% al final del mismo. La participación del consumo privado en la demanda global ha
descendido del 51.6% al 50.3 en el mismo período y el consumo de gobierno del 7% al
6% favoreciendo la formación bruta de capital que subió del 14.3% al 15.2% y las
exportaciones del 24.7% al 27.8% en el mismo período.

Deuda pública

La Deuda externa bruta del sector público federal paso de 84 600.2 millones de dólares
en el último trimestre del año 2001 a 73 002.5 millones de dólares al segundo trimestre
del año 2006, disminuyendo su participación sobre el PIB del 13.9% al 8.8% en este
período. La reducción de la deuda externa se debió al superávit de la inversión extranjera
en la Balanza de Capitales y las transferencias en la balanza en cuenta corriente, no
obstante que las balanzas comerciales, de servicios factoriales y de servicios no
factoriales presentaron déficit durante el sexenio. La deuda interna no sufrió la misma
tendencia ya que en el mismo período pasó de 712 046.7 millones de pesos a 1 476
525.4 millones aumentando su participación en el PIB del 12.3

% al 15.6% respectivamente. Las deudas interna y externa contrajeron en conjunto su


participación sobre el PIB del 26.2% al 24.4% en el mismo período.

Deuda externa

La deuda externa total del país pasó de144 526.6 millones de dólares en el año 2001 a
133 647.9 millones de dólares al segundo trimestre del año 2006.
Servicios de la deuda externa

El servicio de deuda extranjera durante el presente sexenio bajó de 7448.2 millones de


dólares en el año 2001 a 7082.7 millones de dólares al año 2005, al contraerse la deuda
externa en 10878.7 millones de dólares durante el sexenio.

Agregados monetarios

Los agregados monetarios por tipo de instrumento (M1+M2+M3+M4) presentaron un


saldo de 2 809 004 millones de pesos al año 2001 y concluyeron el período con 4 764 056
al año 2006.como resultado de los incrementos presentados en activos financieros
internos, valores del gobierno federal, valores privados, Valores BREMS emitidos por el
Banco de México, Valores IPAB, otros valores públicos, fondos para la vivienda y otros en
poder de residentes del país, que en conjunto subieron de 1 356 787 millones de pesos al
final del año 2001 a 2 532 045 millones de pesos al año 2006[2]. Los valores del gobierno
federal en poder de residentes en el extranjero se incrementaron en 127 629 millones de
pesos. Los depósitos en cuenta de cheques en moneda nacional y extranjera, cuenta
corriente y billetes y monedas en poder del público se incrementaron en 416 768 millones
de pesos en el mismo período.

Crédito total de la banca comercial consolidada

El crédito total de la banca comercial consolidada pasó de 882 752 millones de pesos en
el año 2001 a 1 246 385 millones de pesos en el año 2006, donde los créditos que más
crecieron fueron los destinados al consumo al pasar de 58 741 millones de pesos en el
año 2001 a 320 768 millones de pesos en el año 2006.

De los créditos destinados a la actividad económica, los más afectados fueron los
agrícolas al contraerse en el mismo período de 30 132 millones de pesos a 20 142
millones de pesos.

Sector laboral y Empleo

La Población Económicamente Activa (PEA) registró una tasas de crecimiento de 2001 a


2005 del 6.85%; la población ocupada, por su parte, registró durante el mismo periodo un
tasa de crecimiento del 5.36%, no obstante, la población desocupada de la misma PEA
registró una tasas de crecimiento del 118.02 por ciento en el mismo periodo de estudio En
términos absolutos, el comportamiento de la población desocupada muestra una
tendencia creciente-creciente (una curva cóncava hacia arriba) lo cual muestra la
gravedad de esta problemática durante el sexenio foxista La tasa de desempleo durante
dicho periodo de estudio registra, al igual, un crecimiento constante, es decir las
variaciones porcentuales cada vez son mayores. La variación porcentual más alta durante
el sexenio se presenta en el año de 2005 (0.98).

El total de empleos permanentes y eventuales creados durante el gobierno de Vicente


Fox fue de un millón 400 mil, cantidad equivalente al número de personas que cada año
del sexenio se incorporaron al mercado de trabajo. De cada tres puestos de trabajo que
se crearon en dichos seis años, dos fueron eventuales y uno permanente. No obstante, en
todo el país se calcula que en el 2006 trabajaron cerca de 43 millones de personas, pero
36 por ciento percibe menos de dos salarios mínimos y sólo la décima parte gana más de
cinco salarios mínimos.

Elaboración propia con datos del INEGI.

El empleo formal (trabajadores asegurados en el IMSS) había caído en números


absolutos entre 2000 y 2004, sin embargo, al cierre de 2005 había aumentado en sólo
450 mil asegurados totales, pero sólo en 22 mil permanentes. El bajo crecimiento
económico conlleva a una escasa generación de empleos, de ahí que se expanda el
sector informal de la economía.
Del primero de diciembre del año 2000 al 30 de junio de 2005 el empleo formal registrado
en el IMSS mostró un crecimiento imperceptible de apenas 0.19%. El empleo formal se ha
vuelto más precario pues durante la administración foxista aumentó el número de
empresas que no contratan directamente a sus empleados, sino que recurren a agencias
de subcontratación para reducir el pago de contribuciones al IMSS y al Infonavit. El
desempleo acumulado llegó en el sexenio foxista a más de 18 millones de mexicanos.
En México, en el año de 2006 como hemos establecido, la PEA fue de 43 millones de
personas; únicamente 17 millones, menos del 40 por ciento, tienen seguridad social al
estar afiliadas al IMSS o al ISSSTE. Además, en el país hay tres millones de niños que
trabajan y al menos un tercio de este grupo tiene ente 12 y 14 años, por lo que forma
parte de la PEA.
En México, antes de la crisis económica estallada en los Estados Unidos, más que un
desempleo galopante, se tuvo y se ha seguido propagando un amplio subempleo mal
retribuido y con nulas prestaciones. Dejar que persista esta tendencia hará que
disminuyan los ingresos fiscales por impuestos al trabajo, lo que a su vez impedirá pagar
pensiones de quienes lleguen a la edad de retiro.
Al término del primer semestre de 2005, 13 millones de personas mayores a catorce años
trabajaban en actividades formales e informales por cuenta propia y sin pago alguno.
La tasa de desempleo abierto afectó en junio de 2005 a 3.49 por ciento de la población
económicamente activa del país (ver cuadro 2), lo que significó que al menos 1.6 millones
de personas buscaban algún tipo de ocupación sin encontrarla tanto en el ámbito formal
como informal de la economía mexicana bajo la medición de la nueva Encuesta Nacional
de Ocupación y Empleo del INEGI.

EDUCACIÓN

Políticas públicas y gestión gubernamental de la administración vigente

Durante la administración del presidente Vicente Fox se ha considerado como prioritaria la


inversión en educación y muchos de los esfuerzos están dirigidos a establecer las
condiciones para canalizar mayores recursos por alumno a la población con desventaja.
Por esta razón, se puso en marcha el Programa Nacional de Educación 2001-
2006 basado en tres puntos fundamentales desde los que se comenzaron a pensar las
estrategias que habrían de seguirse en este gobierno.

1. Ampliación del sistema educativo privilegiando la equidad.

2. Proporcionar una educación de buena calidad para atender las necesidades de


todos los mexicanos.

3. Impulsar el federalismo educativo, la gestión institucional, la integración y la


participación social en la educación.

Este programa elabora una relación pormenorizada de la educación mexicana,


destacando los logros obtenidos en las décadas pasadas, pero también detectando los
mayores rezagos en este sector, principalmente aquellos que hacen referencia a los
problemas de la equidad y la calidad de la educación. Con base en lo anterior, el
Programa señala las rutas que se habrán de seguir para alcanzar los objetivos
propuestos, así como las vías para acceder a una mejor educación en el país
contemplando, entre otros cosas, una reforma de la gestión del sistema que involucra
cambios en: la estructura de la federalización educativa y el financiamiento; los
mecanismos de coordinación intergubernamental; los cambios en la legislación,
evaluación, investigación e innovación educativas, así como en las estrategias de
consulta y participación ciudadana.

índices de salud

Durante el sexenio de Fox se publicó la Ley General de Desarrollo Social (2003), donde
se estableció que el gasto social tendría que aumentar cada año, por lo menos,
proporcionalmente con la inflación, y se creó el Consejo Nacional de Evaluación de la
Política Social, responsable de que estas políticas gubernamentales fuesen más
transparentes y efectivas, con amplia participación ciudadana. Esta ley fundamenta el
enfoque de derechos, la medición multidimensional de la pobreza y la evaluación
permanente de los programas de desarrollo social que se consideran cambios centrales y
positivos en la política social en México en este periodo.

Hacia un balance de la pobreza - en la administración foxista

En 2001 surgió el Comité Técnico para la Medición de la Pobreza (CTMP), compuesto por
una mayoría de académicos independientes, mediante el cual, por primera vez en la
historia, el Ejecutivo se comprometió con una medida oficial de la pobreza razonable y
transparente. En el cálculo para el año 2000 se dio a conocer que la pobreza abarcaba
más de la mitad de la población, cifra inferior a algunas apocalípticas valoraciones, pero
muy superior a lo calculado con distintos grados de optimismo por el Banco Mundial o la
Cepal. Este ejercicio se repitió al examinar la reducción de la pobreza de 2000 a 2004,
confirmándose que la población pobre disminuyó de 53.7 a 47 por ciento de la población
total, pese al estancamiento económico.

Sin embargo, en su campaña publicitaria la Presidencia eligió difundir la reducción de casi


30 por ciento en la proporción de personas con evidentes carencias alimentarias, en vez
de reportar el cambio en el número de pobres puro y simple, lo que generó la inquietud:
¿realmente se redujo la pobreza? La pregunta cobra un sentido más amplio al considerar
que una adecuada respuesta debe tomar en cuenta no sólo el número de personas
pobres, sino también la intensidad y la distribución de sus carencias. En diversos foros,
miembros del CTMP establecieron que, si bien se redujo el porcentaje de población
pobre, se dejaron menores ingresos y mayor desigualdad para quienes permanecieron en
la pobreza, de forma que el saldo final es mucho más modesto que lo reportado
oficialmente.

Recientemente se difundió lo que parece una versión preliminar de la Encuesta Nacional


de Ingresos y Gastos de los Hogares 2005, la cual sirve de base para las evaluaciones de
pobreza. Con esta información extraoficial, cálculos propios indican que el número de
personas pobres pasó de 47 por ciento de la población en 2004, a 47.8 por ciento en
2005. En referencia a la pobreza alimentaria, el cambio fue de 17.3 por ciento en 2004, a
18.6 por ciento en 2005. De confirmarse esta información, el presidente Fox
efectivamente concluiría su administración con una reducción de la pobreza entre 2000 y
2005, aunque con resultados aún más modestos que los originalmente encontrados.
Indicadores de vivienda digna

El sexenio de Vicente Fox (2000-2006) fue calificado como el de la política de vivienda


más grande en la historia de México. El presidente Fox, presentó el Programa Nacional de
Vivienda 2001-2006 en el que estableció la meta de otorgar a lo largo de su sexenio, la
cantidad de tres millones de créditos para la adquisición de vivienda con un ritmo de
construcción de 750 mil viviendas por año. El crecimiento del número de créditos
otorgados durante el sexenio foxista creció de manera sostenida a un ritmo promedio de
18% anual. Para diciembre de 2005 ya se tenía el récord de 2 320 créditos hipotecarios,
con un beneficio estimado de 10 millones de personas, es decir, 1 246 familias
diariamente. Para alcanzar la meta de tres millones de créditos, para el año 2006, los
diferentes organismos e instituciones de vivienda tendrían que enfrentar el siguiente reto:
el Instituto del Fondo Nacional de Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) continuaría
otorgando la mayor parte de los créditos (435 mil que representan el 50%), el Fondo de la
Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado
(Fovissste), con base en las reformas de que fue objeto, aumentaría su participación de
manera significativa a 70 mil créditos, 8% de los contemplados para ese 2006), Fonhapo
tendría una participación de 140 mil, 16% del total; la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF)
cubriría 13%, es decir, 115 mil, y otro tanto lo harían la banca, las Sofoles18, los
organismos estatales de vivienda y otros organismos. Los que al actuar en conjunto
tendrían que alcanzar en 2006 la meta de 870 mil créditos (menos 120 por los
financiamientos –créditos o subsidios– que están considerados en dos o más
instituciones). El mayor financiamiento en ese año sería para el Distrito Federal, (73 015),
el Estado de México (57 556), Jalisco (45 812), Nuevo León (42 412) y Chihuahua (38
093). Desde el sexenio foxista, la estrategia de vivienda privilegió los criterios financieros
y destacó la función del mercado como instancia rectora del sector, dejando en segundo
plano el objetivo fundamental de proporcionar una vivienda digna para el grueso de la
población. Esto es más claro si observamos que los programas de trabajo fundamentales
de la Conafovi no mencionan nada relativo al diseño y calidad de la vivienda. No es sino
hasta septiembre de 2005, después de haberse otorgado más de 230 mil créditos, cuando
se plantea la necesidad de vigilar la calidad de las viviendas que se estaban
construyendo.

DESARROLLO SOCIAL

Políticas públicas y gestión gubernamental de la administración vigente

En este apartado se describe la política social de la presente administración. En primer


lugar, se presenta el contenido social del Plan Nacional de Desarrollo y los aspectos más
relevantes del Programa Nacional de Desarrollo Social. Posteriormente, se describen la
estrategia Contigo, que es el eje rector de la política social, y las funciones y programas
de la Secretaría de Desarrollo Social.

El Plan Nacional de Desarrollo y el Programa Nacional de Desarrollo Social


En materia de desarrollo social, el Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006 (PND)
combinas políticas universales como la educación y la salud, junto con políticas
focalizadas orientadas a grupos específicos, como es el caso de la población en
condiciones de pobreza extrema. El PND se enmarca en una visión de largo plazo, al año
2025, horizonte en el cual se visualiza la reducción sustancial de la pobreza extrema. Los
objetivos del Plan trazan la ruta sexenal que se encamina en esa dirección.

En concordancia con lo anterior, el Programa Nacional de Desarrollo Social 2001-


2006 (PNDS), a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), tiene como objetivo
central la reducción de la pobreza, razón por la cual todos los programas están diseñados
con ese propósito. El PNDS se propone tres objetivos más: generar igualdad de
oportunidades para los grupos más pobres y vulnerables, apoyar el desarrollo de las
capacidades de las personas en condición de pobreza y fortalecer el tejido social a través
de fomentar la participación y el desarrollo comunitario. En el cuadro que se presenta en
el anexo 1 de este apartado, se incluyen las estrategias, las líneas de acción y las metas
del Programa.

El Programa Nacional de Desarrollo Social 2001-2006 propone una serie de


indicadores para medir la reducción de la pobreza y marginación y la Sedesol la
encargada de darles seguimiento. Este conjunto de indicadores estratégicos tiene la virtud
de facilitar la integración de elementos cuantitativos que permitan una evaluación global
del desempeño de la Sedesol con relación a la evolución de la pobreza. Los indicadores
se presentan en el anexo 1.

INDICADORES DE ECOLOGIA Y MEDIO AMBIENTE

Los ecosistemas y recursos naturales de México están sufriendo un proceso de rápida


degradación. Los bosques, que representan cerca del 29% del territorio, se reducen a una
tasa anual promedio de 1.1%, una de las tasas más altas en el mundo.8 Esto trae como
consecuencia impactos negativos sobre los ecosistemas y la población humana (riesgos
alimenticios, por ejemplo), mientras que reduce el potencial de actividades económicas a
largo plazo (sustentabilidad).
Las pesquerías están siendo sobreexplotadas precipitando conflictos sociales complejos
entre pescadores y otros productores en zonas costeras.

Patrones de desarrollo turístico, ambiental y socialmente agresivos, causan, junto con un


descontrolado crecimiento urbano en los alrededores, severos daños a los ecosistemas,
poniendo en riesgo la viabilidad de actividades turísticas.

La bioprospección es una cuestión importante, la cual puede ofrecer opciones


interesantes en México, debido a su biodiversidad, así como al conocimiento tradicional
local acerca de propiedades de recursos biológicos.

Para asegurar la efectividad de medidas conservacionistas es necesario complementarlas


con alternativas económicas para comunidades locales (frecuentemente pobres), a través
del uso sustentable de recursos naturales. En este contexto, los beneficios de mercados
regulados para bienes "verdes" y servicios bajo condiciones convenientes han empezado
a ser considerados y pueden representar una opción interesante, en términos tanto
ecológicos como socioeconómicos, si los mercados internacionales garantizan
condiciones equitativas de acceso, por ejemplo, para la agricultura orgánica.

Crecimiento del sector agropecuario

El cuarto año del sexenio del Gobierno del presidente Vicente Fox ha transcurrido con
fuertes expectativas en torno a las próximas elecciones, aún a dos años vista, lo cual
denota las importantes características de este evento para el sistema político mexicano
toda vez que será el primero después del triunfo del Partido Acción Nacional –en julio del
año 2000- que puso fin a más de 70 años del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en
el gobierno. En el sector agropecuario, una parte importante de la dinámica se ha dado en
torno al cumplimiento de los 282 puntos del Acuerdo Nacional para el Campo (ANC), que
en el 2003 definió una amplia serie de acciones por parte del Gobierno y de la sociedad
rural para mejorar, tanto la situación social, como la competitividad del sector. Los dos
estudios estipulados en el ANC en relación con el impacto del Farm Bill y del Tratado de
Libre Comercio de América del Norte (TLCAN-NAFTA) sobre la agricultura mexicana
fueron llevados a cabo por el IICA y el Colegio de México, respectivamente. El consenso
parece ser que los problemas estructurales del sector, minifundio e infraestructura
institucional para atender las necesidades del sector social principalmente, son los
factores más relevantes para explicar la falta de dinámica en una parte importante del
sector rural. En octubre del presente año se aprobó la reglamentación de la Ley de
Desarrollo Rural Sustentable (LDRS) lo cual permitirá acelerar varios programas de
Gobierno vinculados a los puntos del ANC. El déficit en la balanza comercial
agroalimentaria, que ha crecido en un 20% entre los primeros ocho meses del 2003 y los
primeros del 2004, ha sido señalado como una expresión de la falta de dinamismo a la
que se hacía referencia. Si bien las medidas de seguridad agroalimentaria (relación entre
importaciones agroalimentarias totales y exportaciones totales) son relativamente
adecuadas -básicamente por la dinámica de las exportaciones- existe la preocupación
acerca de si México podrá mantener ese ritmo hacia el futuro, sobre todo porque a partir
del 2008 -con la desaparición de aranceles- se espera un alza considerable de las
importaciones de maíz, aceites y otros productos alimenticios. La firma y puesta en
marcha del TLC con Japón, a partir del año próximo, se espera que dinamice las
exportaciones agroalimentarias de México hacia ese país.

REFERENCIAS
https://www.eumed.net/tesis-doctorales/2012/oajm/sector_laboral.html
http://archivos.diputados.gob.mx/Centros_Estudio/Cesop/Comisiones/3_educacion.htm
https://www.senado.gob.mx/64/gaceta_del_senado/documento/11869#:~:text=Seg
%C3%BAn%20el%20%C3%BAltimo%20conteo%20de,de%20personas%20en%20esa
%20condici%C3%B3n.
https://ibero.mx/web/html/actividades/sexenio/HaciaUnBalance.pdf
https://www.puec.unam.mx/pdf/publicaciones_digitales/
01_eje_1_politica_nacional_vivienda.pdf
http://archivos.diputados.gob.mx/Centros_Estudio/Cesop/Comisiones/3_dsocial.htm
http://repiica.iica.int/docs/B0277e/B0277e.pdf

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