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• Edad avanzada
• Causas genéticas
• Sobrepeso u obesidad
• Falta de actividad física Consumir mucha sal.
• Beber demasiado alcohol.
• Tabaquismo
Respecto a los factores modificables se identifican: las dietas nocivas (exceso de
sal y grasas trans, consumo insuficiente de frutas y verduras), la inactividad física,
el consumo de alcohol y tabaco más el sobrepeso u obesidad. Adivine, ¿quién debe
hacerse cargo de modificar esto?, efectivamente, Usted. Además, es importante
considerar los factores que no podemos modificar como lo son: la edad mayor a 65
años, factores genéticos y enfermedades concomitantes como la enfermedad renal
y la diabetes mellitus.
Pero, ¿Qué síntomas le podrían sugerir a usted que está siendo víctima de este
asesino silente?, pues la OMS destaca que esta afección podría dañar el corazón o
provocar derrames al cerebro y que la única forma de saberlo es tomarse la presión.
Esta organización expone también que ante presiones desde los 180/120 mmHg.,
se pueden presentar o manifestar los siguientes síntomas: dolor intenso de cabeza,
dolor en el pecho, visión borrosa (daño a la retina), mareos, dificultad para respirar,
náuseas, vómitos, ansiedad, confusión, pitido en los oídos, hemorragia nasal
(epistaxis) y cambios en la frecuencia cardíaca. Suficientes motivos para hacer algo
al respecto, ¿no lo cree así?
Si lo anteriormente expuesto no le convence, le informamos que la hipertensión
arterial puede producir daños cardíacos graves. El exceso de presión sobre las
paredes de los vasos sanguíneos puede provocar endurecimiento de sus arterias,
afectando gravemente el suministro sanguíneo al corazón y resto del organismo. Lo
anterior se puede manifestar con: dolor torácico agudo, infarto agudo al miocardio,
en donde parte de su corazón se muere por no recibir el adecuado aporte
sanguíneo, insuficiencia cardiaca, ritmo cardíaco irregular, rotura de vasos a nivel
cerebral, lo que podría provocar zonas de infarto cerebral y a nivel renal, la presión
afecta la función, ocasionando insuficiencia renal (4).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Hipertensión Arterial afecta a
más de 1280 millones de adultos entre 30 y 79 años en el mundo y que, en su
mayoría, cerca de dos tercios pertenecen a países de ingresos bajos y medianos.
Según las mediciones, el 46% de los afectados desconocen que la padecen, y los
que están recibiendo tratamiento, representan a menos de la mitad de la población
total afectada (42%). Por otra parte, aproximadamente el 21% de los que están en
tratamiento, logran controlarla, siendo esta enfermedad una de las causas
principales de muerte prematura en el mundo (4).
Se mencionó que las ENT representan la escalofriante cifra del 85% de la mortandad
anual, siendo las enfermedades cardiovasculares, las que provocan más muertes
de chilenas y chilenos. Asimismo, uno de cada cuatro hombres, y una de cada cinco
mujeres presentan el diagnóstico, siendo más de cuatro millones de habitantes los
afectados. Por supuesto la cifra está enmascarada por todos aquellos, que, en su
desconocimiento, están en la mira de este ‘’verdugo’’ que los acecha. El Ministerio
de salud consideró la inclusión de la HTA en el primer paquete de medidas sanitarias
del programa nacional contra enfermedades crónicas desde mediados de los años
80. Desde la primera de las tres encuestas nacionales en materias de salud que se
han implementado, se ha logrado reducir las cifras de HTA no controlada, cuyos
puntos abordados consideró: Prevención, concientización, seguimiento, los tipos de
medicamentos disponibles y, por último, y no menos importante, la cobertura
financiera. Dicho impacto positivo se logró también desde el ingreso de esta
patología al plan de Acceso Universal de Garantías Explícitas en Salud (GES). La
Organización Panamericana de la Salud (OPS), con ayuda del centro de control de
enfermedades de EEUU., colaboró con el Ministerio de Salud de Chile el año 2013,
para materializar un proyecto innovador en dos consultorios donde se atendían
casos de HTA. El proyecto utilizó un algoritmo para tratar la enfermedad y así
aumentar la disponibilidad y asequibilidad de medicamentos antihipertensivos,
además se emplearon registros en la historia clínica para favorecer el seguimiento
y se gestionaron de mejor forma las tareas, logrando con ello, prestaciones que se
solían ofrecer en recintos de atención privada (5).
PERO ESTO NO ES TODO…
La OMS establece ciertos cambios que ayudaría a disminuir la presión arterial como,
por ejemplo: llevar una dieta saludable y disminuir la ingesta de sal, practicar
actividad física, perder peso y dejar de fumar. Además, expone ciertas
recomendaciones médicas y farmacológicas que no serán consideradas en el
presente texto ya que, el objetivo final de este, es que Usted tome la decisión de
controlar su presión arterial y por supuesto, acudir a sus chequeos médicos en el
centro de salud que le corresponda.
En cuanto a la prevención, la OMS presenta cambios en ciertos hábitos que le
ayudarían a bajar la presión arterial elevada, aunque se recalca que, no reemplaza
la necesidad de la medicación cuando está debidamente indicada por un médico.
Los cambios presentados que podrían prevenir o reducir la HTA son (4):
MANOS A LA OBRA
Considerando todo lo abordado hasta aquí, usted ya está en condiciones de dar
respuesta a la primera interrogante planteada. Sin duda alguna siempre será más
beneficioso estar en pos de una actitud orientada a conductas preventivas, en
comparación a medidas de recuperación que, muchas veces, no devuelven el
bienestar de forma completa a la persona, sin mencionar a aquellos que perdieron
la vida o quedaron con graves secuelas. Por esta razón, no debemos ignorar que a
nuestro alrededor existe un entorno familiar y social que puede verse afectado
producto de la dejación propia, por lo tanto, considere esto si no ha asistido a control
médico por la ingenua apreciación de que ‘’se siente bien’’. Nuestro bienestar afecta
al entorno.
Si Usted pertenece a un programa de salud cardiovascular, debe ser consciente y
responsable (con su tratamiento), para entender de que en todo lo que recibe, están
los esfuerzos económicos de un país, y por supuesto, el trabajo investigativo de
muchos hombres y mujeres de ciencia.
En síntesis, lo instamos a que haga todo lo necesario para procurar un mejor estado
de salud para Usted y los suyos, cuide los recursos de su nación y aconseje a quien
está sumido en la falsa tranquilidad de que todo está bien porque ‘’no le duele nada’’.
Es muy probable que esté previniendo a otra víctima de este asesino en serie y
silencioso.
REFERENCIAS
1. https://www.who.int/es/news-room/fact-
sheets/detail/noncommunicablediseases
2. .https://informesdeis.minsal.cl/SASVisualAnalytics/?reportUri=%2Freports%
2Freports%2F4013de47-a3c2-47b8-8547-
075525e4f819§ionIndex=0&sso_guest=true&reportViewOnly=true&rep
ortContextBar=false&sas-welcome=false
3. https://www.redalyc.org/pdf/120/12018210.pdf
4. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/hypertension
5. https://www.paho.org/es/noticias/25-8-2021-chile-donde-medidas-
contrahipertension-salvan-
vidas#:~:text=En%20Chile%2C%20aproximadamente%20uno%20de,de%2
0cuatro%20millones%20de%20personas.
6. https://www.who.int/news/item/15-09-2016-global-hearts-initiative
7. https://www.paho.org/es/noticias/11-5-2023-mejor-manejo-
hipertensionpodria-salvar-420000-vidas-al-ano-americas-dice
8. https://www-webofscience-
com.recursosbiblioteca.unab.cl/wos/woscc/fullrecord/WOS:0004190309000
35
9. https://world-heart-federation.org/wp-content/uploads/2017/05/spanishpress-
release.pdf