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“Te amo”-decía Lauren mientras recostaba a Camila.
La castaña la besaba con una desesperación tremenda, como si fuese el último beso.
Lauren le desabrochaba la camisa demasiado rápido, sus dedos se trababan en varios, Camila
por mientras le quitaba la corbata, para después colgarla al cuello de Lauren y jalarla para
besarla más.
Sus manos se fueron rápidamente al cinturón de Lauren, con una rapidez impresionante se lo
quitó y después desabotono y bajó el cierre para encontrarse con un bulto grande, Camila le
bajó rápidamente los boxers y empezó a acariciar el miembro de la ojiverde.
“Ca…mila”-gemía mientras intentaba no tomar a la castaña por las caderas y penetrarla con
total brutalidad.
Era una mujer inteligente, comprensiva, amorosa, cariñosa, con educación ¿qué más podía
pedir?
Si sus padres estuvieran vivos, realmente le habría sido un orgullo presentarla ante ellos.
Tal vez ya la habría enfadado con ello pero él no se las entregaba, no, se las guardaba.
Prefería que, si algún día, ella y él formaban un matrimonio, en ese momento se las daría
todas, él realmente quería casarse con ella, era un pensamiento algo tonto, para algunos,
puesto que él tiene apenas 17 años, pero realmente la amaba.
Lauren le jalaba el cabello violentamente, levantando a Cama hacia ella, le tomaba los pechos
y la penetraba con más fuerza y rapidez por detrás.
Camila gemía cada vez más fuerte, mientras se movía de arriba a abajo para sentir el placer
con más intensidad.
Lauren ahora estaba encima de ella, en posición del misionero, empujándose hacia delante,
sus dos brazos estaban apoyados en la cama, mientras se agitaba cada vez con más fuerza.
“LAUREN…”-gemía la castaña.
“AH…AH…AH…¡A-AAHHH!”
El cuarto orgasmo en esa noche, las dos brillaban en la oscuridad de lo sudadas que estaban,
siempre que Camila llegaba al clímax, descansaba un poco, su pecho no dejaba de subir y
bajar, tragaba saliva intentando saciar su sed, y miraba adormilada a una silla, mientras
Lauren se seguía meciendo en ella, faltaba poco para ella…un poco más…y…
“Me daré una ducha”-dijo Camila mientras tapaba a Lauren con una colcha y ella se
levantaba.
Se metió al baño.
Al siguiente día…
Camila pasaba sola por los pasillos, su clase de literatura había sido cancelada, la profesora se
había enfermado terriblemente.
Miró su reloj y vio que faltaba demasiado tiempo para que salieran sus amigos de la absurda,
en opinión de Camila, clase de Química.
Al bajar se encontró sola en el pasillo, los demás habían bajado corriendo para estar en los
jardines, en paz.
“A dónde vas”-dijo la ojiverde poniendo su brazo en la pared, con una pose muy sexy.
Camila le sonrió coquetamente, con una sonrisa desafiante que abarcaba una parte de su
mejilla izquierda.
Lauren embestía con más fuerza a Camila, mientras la castaña se dejaba caer en el escritorio
totalmente desnuda.
Lauren la manoseaba por todas partes mientras esta solo se impulsaba más para ser penetrada
con mayor intensidad.
“AH, AH, AH”-gemía rápidamente mientras Lauren la tomaba de la cintura y la subía hacía
sí.
“No como las otras chicas que siempre esperan a que seamos novias o algo de esas
mierdas”-dijo con repugnancia.
“No olvidas que tengo novio y que es tu mejor amigo”-dijo subiéndose la falda sensualmente,
mientras veía con picardía la cara lujuriosa de Lauren.
Camila caminaba por los pasillos, si cualquiera la hubiese visto antes y después de lo
ocurrido, hubieran dicho que nada había pasado, cargaba sus libros como antes, con su
semblante de niña inocente feliz de estar en la escuela.