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Es falso.
Lo que sí es cierto es que la plasticidad de las conexiones nerviosas
seguramente tiene un gran potencial que aún no se descubre.
2. “Los estudiantes científicos tienen más
desarrollado su cerebro izquierdo, mientras
que los artistas, su cerebro derecho”
Es falso.
Con esto se ha creado la idea equivocada de que hay dos cerebros que
trabajan de manera separada e independiente y con preferencias por uno o
otro tipo de cosas y que si no se considera esta predominancia a la hora de
enseñar, se estaría perjudicando a los y las estudiantes.
No existe una dicotomía entre cerebros, ya que la transferencia de
información entre ambos hemisferios es constante. Los talentos y
capacidades de los estudiantes no son atribuibles a los hemicerebros, sino
a la acción conjunta de ambos hemisferios.
3. “La clave es enseñar según el estilo de
aprendizaje”
Falso.
Es uno de los mitos más perjudiciales para la educación de niños y niñas.
Creer que existen estudiantes visuales, auditivos o cinestésicos, es decir
que aprenden mejor a través de percepciones visuales, auditivas o del
movimiento, condujo a que los profesores y las profesoras desarrollaran
estrategias didácticas para enseñar de forma selectiva, según la
predominancia del estilo de aprendizaje de su grupo de estudiantes. Lo que
está comprobado científicamente, perjudica el equilibrio normal del
desarrollo del niño o niña y su amplia capacidad de aprender.
4. “Los niños y niñas deben dominar una lengua
antes de aprender otra”
Falso.
Los niños y niñas que aprenden dos lenguas de sus padres, desde el
nacimiento no las confunden entre sí. Sino que adquieren ventajas
cognitivas y potencian las estructuras lingüísticas de sus cerebros para el
aprendizaje de otros idiomas.
Esto podría ser particularmente interesante si pensamos en estudiantes que
se expresan a través de diferentes formas comunicativas, que comprenden
la comunicación verbal, pero se expresan a través de sistemas alternativos
de comunicación.
No se debe esperar el dominio de la lengua materna, para enseñar otros
sistemas de comunicación.
¿Cómo podemos estimular la plasticidad cerebral?