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Unidad 1

Psicología Social y Salud Mental

Prof: Wilma Sánchez

Agosto, 2023
Profesional
Masterado con énfasis en RR.HH (UCSA).

Dra. en Psicología (UNA) con Matrícula N° 572.

Abogada (UNA) con Matrícula N° 22.725.

Perito habilitada por la Corte Suprema de Justicia, con Matrícula N°


2616.

Especializaciones en Brasil y Chile sobre innovación y políticas


sociales.

Experiencia de más de 25 años en Empresas Públicas y Privadas,


Wilma Sánchez liderando diferentes áreas de Mejora Continua.
De Rojas
Directora General de WSR Consulting.

Masterclass de Liderazgo con Daniel Goleman.

Formación en la carrera de Psiconeuroinmunología.

Docente Universitaria (UNA y Uninorte)


Psicología Social y Salud Mental
Psicología Social
La psicología social es una disciplina que explora cómo las personas se influyen mutuamente en
situaciones sociales. Se enfoca en comprender cómo las percepciones, creencias y
comportamientos de los individuos son moldeados por su interacción con otros, así como por las
normas y roles sociales. Investigando temas como la conformidad, el prejuicio, la persuasión y la
dinámica de grupo, la psicología social busca desentrañar los procesos subyacentes que impactan
en cómo las personas se relacionan, cooperan y toman decisiones en contextos sociales.
Salud mental:
La salud mental se refiere al bienestar emocional, psicológico y social de una persona. Incluye la
capacidad de manejar el estrés, las emociones, las relaciones interpersonales y los desafíos de la
vida. Una buena salud mental implica tener una autoestima saludable, habilidades de
afrontamiento efectivas y la capacidad de disfrutar la vida. Las condiciones de salud mental
pueden variar desde el estrés ocasional hasta trastornos más graves como la depresión y la
ansiedad. El cuidado de la salud mental implica la búsqueda de apoyo, la comunicación abierta y
la búsqueda de herramientas para mantener un equilibrio emocional y psicológico en la vida
diaria.
¿Cómo se relacionan tanto la Psicología Social y Salud Mental?
La Psicología Social y la Salud Mental están interconectadas en la comprensión de cómo las
interacciones sociales y las percepciones individuales influyen en la salud emocional. La
Psicología Social explora cómo las relaciones y normas sociales afectan las emociones y
conductas. En tanto, la Salud Mental se ocupa de evaluar y gestionar aspectos psicológicos. Las
dinámicas sociales pueden afectar la autoestima y el bienestar emocional, mientras que la salud
mental sólida promueve relaciones saludables y una participación positiva en la sociedad. Juntas,
estas disciplinas revelan cómo las conexiones sociales y la salud emocional se influyen
mutuamente.
Sistema de Salud Mental
El sistema de salud mental se enmarca en la producción y circulación de valores en las relaciones
humanas. Aunque involucra aspectos biológicos, su enfoque en valores de salud y enfermedad
mental lo conecta con la realidad social. A pesar de los cambios físicos y emocionales, la salud
mental se teje en relaciones saludables, con énfasis en la comunicación, respeto y consentimiento.
Se expande hacia la prevención de enfermedades de transmisión sexual y anticoncepción, y se
construye en la historia de respuestas teóricas y prácticas ante problemáticas. La Salud Mental se
analiza como un objeto social-histórico que involucra complejas articulaciones entre valores,
saberes y prácticas, desafiando interpretaciones evolutivas y enfatizando la producción de
bienestar psíquico en contextos culturales y sociales.
Las formas históricas del daño mental
Las formas históricas del daño mental están enraizadas en las condiciones socioculturales de cada
período. La sociedad influye en cómo se conciben y tratan los problemas mentales. El sufrimiento
psicológico es entendido en relación con los códigos simbólicos de cada cultura, generando
diferentes formas de enfermedad mental. La modernización rápida puede llevar a crisis subjetivas y
enfermedades mentales, como se ve en sociedades del Tercer Mundo. Algunas culturas exigen
demasiado o muy poco, llevando a la marginalización o fragilidad psicológica. La transformación en la
salud mental desde 1945 involucra no solo cambios en teorías y terapias, sino también adaptación a
nuevas demandas, como conflictos familiares y laborales. Esto resalta cómo cultura, historia y
subjetividad dan forma a las diversas formas de daño mental.
Las disciplinas
Las disciplinas que tratan el daño mental se moldean según la representación cultural del sufrimiento
psicológico. En el Medioevo, lo sagrado enmarcaba la enfermedad mental, abordada por disciplinas religiosas.
Con la Revolución Francesa, la medicina reemplazó las prácticas religiosas debido a un enfoque ético-político.
No se trata de pasar de desconocimiento a conocimiento, sino de diferentes construcciones de racionalidad
según los valores sociales. Las disciplinas se corresponden con cómo la sociedad ve la subjetividad y sus
alteraciones. La demanda en salud mental involucra el deseo y es colectiva, articulada en un discurso que refleja
temores y deseos. La disciplina satisface esta demanda al establecer un "otro" capaz de responder a ella. La
relación entre disciplina y demanda es mutuamente influyente: la demanda instituye la disciplina y esta codifica
la demanda. La necesidad social se transforma en demanda con la formación de la disciplina.
Teorías y Saberes
a) Teorizaciones Clínicas: Estas teorías se centran en organizar y jerarquizar los síntomas para establecer
diagnósticos. Se inspiran en la tradición kraepeliniana, que enfatiza la diferenciación entre los trastornos
basados en síntomas específicos. Ejemplos son Kraepelin, Bleuler y orientaciones clínicas actuales.

b) Teorizaciones Fenomenológicas: Basadas en el análisis psicopatológico de Jaspers, estas teorías abordan


los síntomas psíquicos como fenómenos globales con rasgos formales y relaciones de sentido. Se centran en
comprender la comprensibilidad o incomprensibilidad del síntoma. Afecta aún el criterio clínico actual.

c) Teorizaciones Psiquiatría Dinámica: Impulsadas por Sullivan y Alexander, adoptan aspectos del
psicoanálisis para explorar dinámicas inconscientes y del yo en la causación de la enfermedad. Aunque con
énfasis en lo interpersonal, estas teorías buscan abordar el conflicto psicológico.
d) Teorizaciones Neurobiológicas: Estas teorías provienen de la neurobiología, la neuroquímica y la
investigación en endocrinología y metabolismo. Buscan explicar trastornos mentales desde una perspectiva
biológica, analizando factores neurológicos, químicos y metabólicos.

e) Teorizaciones Comunitarias e Institucionales: Estas teorías marcan la transición desde la psiquiatría


clásica hacia la salud mental contemporánea. Ejemplos son la psiquiatría comunitaria en EE. UU. y el
movimiento de sector en Francia. Buscan abordajes más sensibles a dinámicas sociales y políticas.

f) Teorizaciones de Desinstitucionalización: Representadas por la antipsiquiatría de Laing y Cooper, así como


el movimiento de psiquiatría democrática iniciado por Basaglia en Italia, estos enfoques critican y reforman
modelos tradicionales. Buscan cambiar la percepción y el tratamiento de los problemas de salud mental.
Cada teoría refleja valores y objetivos particulares en relación con la salud mental y su comprensión.
Prácticas terapéuticas
En relación a las prácticas terapéuticas en salud mental, es importante destacar su independencia con respecto
a las teorías y su naturaleza pragmática. Estas prácticas, a menudo, no están alineadas con las teorías
existentes y tienden a surgir de manera espontánea. Un ejemplo ilustrativo son las prácticas asilares
empleadas por algunos psiquiatras fenomenólogos.
Estas prácticas terapéuticas se pueden clasificar en diversas categorías:
a) Tratamientos basados en la palabra: Incluyen una variedad de psicoterapias y técnicas de sugestión y
moral. Desde los enfoques iniciales de figuras como Pinel hasta una diversidad de métodos contemporáneos,
estas prácticas han evolucionado significativamente.
b) Tratamientos basados en técnicas corporales: Comprenden terapias que involucran al cuerpo, como el
teatro terapéutico, la danza y la expresión corporal. Estas técnicas se centran en la expresión emocional y la
mejora de las relaciones interpersonales.
c) Tratamientos físicos: Se relacionan con el uso terapéutico de la electricidad, desde estimulaciones
eléctricas de baja intensidad hasta técnicas más modernas como el electrochoque.
e) Tratamientos quirúrgicos: Surgieron en la década de 1930 con la psicocirugía, incluyendo procedimientos
como la lobotomía frontal. Aunque han sido criticados por su brutalidad, todavía se encuentran vestigios de
estos tratamientos en ciertos contextos.
f) Tratamientos químicos: Comenzaron con drogas rudimentarias y evolucionaron hacia tratamientos
convulsivos y alucinógenos. Sin embargo, la falta de fundamentación sólida y la efectividad cuestionable
caracterizan a este grupo.
g) Tratamientos basados en contención y aislamiento: Implican métodos coercitivos como el aislamiento y la
contención física. Estos métodos varían desde enfoques más humanos hasta prácticas más violentas.
h) Tratamientos grupales y comunitarios: Representan un enfoque moderno en salud mental, incluyendo
terapias de grupo, familiares y comunidades terapéuticas. Hubo un desplazamiento desde el enfoque individual
hacia un enfoque más grupal y comunitario.
Estas prácticas terapéuticas, aunque han evolucionado a lo largo del tiempo, no reemplazan mutuamente sino
que se acumulan y coexisten, contribuyendo a la complejidad del abordaje de los problemas de salud mental
en la sociedad.
Las Instituciones
La psiquiatría y la salud mental se erigen en instituciones sociales que generan discursos y
prácticas específicas en torno a la norma psicológica. Estas instituciones organizan relaciones
entre individuos, creando roles de enfermos y curadores, y se concretan en lugares como
hospitales psiquiátricos. Se discute cómo las "instituciones totales", como asilos, rompen las
divisiones entre áreas de vida y administran todas las necesidades de los individuos. Se destaca
la tendencia totalizadora de estas instituciones, representada por obstáculos físicos y simbólicos
que limitan la interacción con el exterior, como ocurre en los manicomios.
¡MUCHAS GRACIAS POR SU INTERÉS!

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