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Trabajo DE Psiquiatria
Ciencias:
- La personalidad.
- El aprendizaje.
Todas estas disciplinas están íntimamente relacionadas entre sí, sus límites
no están bien definidos, ya que son formas de ver, estudiar y tratar de
comprender el mismo fenómeno humano desde diferentes ángulos.
donde permaneció hasta 1940 para luego ser trasladado a la antigua cárcel de
Nigua y de allí al kilómetro 28 de la carretera Duarte.
La psiquiatría científica dominicana según lo refiere el Dr. Antonio Zaglul inicia
en 1939 con la llegada de los psiquiatras españoles- Troyano de los Ríos y
Román Duran-, aunque el primer psiquiatra del país fue Rafael Díaz Niese,
graduado en Francia y compañero de Henry Ey y de Delay, pero que no llegó a
ejercer su profesión. Luego menciona a Gilberto Morillo de Soto, Pérez
González, Emilio Guillen, Antonio Zaglul, Read Encarnación y Luís Manuel
Baquero.
En 1967 se fundó la “Sociedad Dominicana de Psiquiatría, Neurología y
Ciencias Afines” que posteriormente se llamó “Sociedad Dominicana de
Psiquiatría, Neurología y Neurocirugía”, siendo su primer presidente el Dr. Luís
Marión Heredia. Para 1975 era miembro de la APAL, de la Asociación
Psiquiátrica del Caribe y de la Federación Neurológica Mundial.
El primer Congreso Dominicano de Psiquiatría se llevó a cabo en el período
1974-1975 bajo la presidencia de la “Sociedad Dominicana de Psiquiatría,
Neurología y Neurocirugía” del Dr. Emilio Guillen.
Concepción mágico-animista
a) Era Pre-técnica:
- Papiros Egipcios.
- Edad Grecorromana.
- Psiquiatría Pre-científica
de la Edad Media.
- Renacimiento (1453-
1600)
- Barroco (1600-1740)
- Ilustración (1740-1800)
- Romanticismo (1800-
1848)
- Positivismo naturalista
(1814-1914)
- Psiquiatría Científica
Actual (1914-...)
En la Edad Media a las personas con un trastorno mental se las trataba como
poseídas por espíritus diabólicos. Especialmente por parte de la iglesia católica, que
consideraba los síntomas como algo relacionado con la brujería. Por lo tanto, el
tratamiento pasaba por la tortura o la hoguera para liberar el alma del demonio.
Pero no hace falta remontarnos tan lejos. En la Europa del siglo XIX proliferaron los
Manicomios, una especie de cárceles en las cuales la tortura fue disfrazada en forma
de curación. Por ejemplo, en el hospital de Charenton de París hay registros de
“tratamientos” en los cuales a las personas se las mantenía atadas, se les sumergía la
cabeza en una bañera, se les aplicaban chorros de agua fría o se las golpeaba. Según
ellos, para apartar las ideas fijas e ilusiones que pudieran albergar. Precisamente, éste
es el hospital en el cual estuvo ingresado el Marqués de Sade, quién también trabajó
allí como escritor, director y actor principal en representaciones teatrales que
realizaban con otros pacientes del manicomio, ya que atraían a la clase burguesa
francesa. Todas las atrocidades vividas en aquella época pueden leerse en la obra de
Michel Foucault “Historia de la locura en la época clásica”.
Ahora bien, en el siglo pasado, con los avances de la medicina y el desarrollo de los
tratamientos psiquiátricos, la situación no fue mejor. Como ya se expuso en otro
artículo de este blog (“Eugenesia y Trastorno Mental: una historia que no debe
Las actividades y los eventos de la vida diaria generalmente nos ponen bajo presiones
que nos causan tensión física y mental. La tensión puede deberse a problemas físicos,
como enfermedades o exceso de trabajo. También puede deberse a lo que nos sucede
emocionalmente, como el tener conflictos familiares. Aún los eventos que generalmente
causan alegría (como el nacimiento de un nuevo bebé o el conseguir un trabajo)
pueden producir tensión, puesto que nos cambian la vida.
Cuando perdemos algo o a alguien que valoramos (a un ser querido, nuestro trabajo,
nuestro hogar, o a una amistad muy cercana) es posible que nos sintamos abrumados
por la aflicción. Eso también puede suceder si nos enfermamos o desarrollamos alguna
discapacidad física.
La aflicción es una reacción natural que nos ayuda a adaptarnos a las pérdidas y a la
muerte. Sin embargo, si sufrimos de varias pérdidas a la vez, o si sufrimos de mucha
presión en nuestra vida diaria, es posible que comencemos a desarrollar problemas de
salud mental.
Los traumas
Cuando algo terrible nos sucede o le sucede a alguno de nuestros seres queridos,
podemos sufrir un trauma. Algunas de las causas más comunes de los traumas son la
violencia en el hogar, la violación, la guerra, la tortura y los desastres naturales.
Un trauma amenaza nuestro bienestar físico o mental. Como resultado de esto, nos
sentimos en peligro, inseguros, impotentes e incapaces de confiar en el mundo o en la
gente a nuestro alrededor. Generalmente se requiere mucho tiempo para recuperarse
de un trauma, sobre todo si éste fue causado por otra persona, no por la
naturaleza. Los traumas que pudimos haber sufrido cuando éramos niños, antes de
poder comprender lo que nos estaba sucediendo o de poder hablar de ello, pueden
afectarnos durante muchos años sin que nosotros mismos lo sepamos.
- La desnutrición.
Siempre hay que considerar la posibilidad de una causa física cuando tratemos los
problemas de salud mental. Recordemos también que los problemas físicos pueden ser
una señal de un problema de salud mental.
Las enfermedades mentales no obedecen a una causa única, por el contrario, son el
resultado de la confluencia de una enorme cantidad de factores que comienzan a
actuar desde el momento mismo de la concepción. A estos factores podemos dividirlos
con fines docentes en predisponentes y desencadenantes. Entre los predisponentes
se encuentran todos aquellos que influyen en la estructuración de la
personalidad. Entre los desencadenantes están aquellas situaciones o alteraciones
orgánicas, que, al incidir sobre el individuo, van a provocar un tipo de respuesta
inadecuada, a la cual llamamos enfermedad.
Las pruebas psicológicas que utilizamos, ya mencionadas, tanto por la calidad de sus
estímulos como por el periodo de ReTest que forma parte de su técnica, nos
proporcionan valiosos indicadores que nos permiten reconstruir hipotéticamente el
proceso de elaboración de la conducta, desde las ansiedades relativas a la constitución
del objeto y del sujeto Basta los más sofisticados productos del pensamiento y la
acción consensuales.
Por sexo:
- Mujeres
La incidencia de los trastornos mentales es mayor en las mujeres que en los hombres.
Aunque los factores genéticos u hormonales influyen, muchos expertos consideran que
factores sociales tales como estar en paro o la sobrecarga de trabajo explican que ellas
sufran más problemas psicológicos como depresión o ansiedad. En este artículo se
describen cuáles son las principales causas de los trastornos mentales en las mujeres
y sus factores de riesgo.
Teniendo en cuenta que las mujeres tienen que lidiar con problemas biológicos que los
hombres no, tales como: Periodo menstrual, Embarazo y otros procesos hormonales.
Además, las mujeres realizan la función de hacerse cargo del cuidado de la familia y
los deberes del hogar.
Una de cada cinco personas padece alguna enfermedad mental, como depresión,
trastorno de ansiedad, adicciones, esquizofrenia, etc. Se considera que el riesgo de
sufrir una patología psiquiátrica está determinado por la genética, lo que se denomina
"vulnerabilidad biológica", y por el ambiente, es decir, por las vivencias de la persona,
como la familia en la que crece o las circunstancias a las que tiene que enfrentarse,
como la muerte de un ser querido o la pérdida del empleo.
- Hombres
La depresión afecta tanto a los hombres como a las mujeres, pero los síntomas pueden
ser muy diferentes. Los hombres que están deprimidos pueden parecer enojados o
agresivos en lugar de tristes. Sus familiares, amigos e incluso sus médicos no siempre
reconocen la ira o la agresión como síntomas de depresión. Además, los hombres son
menos propensos que las mujeres a reconocer, hablar de o buscar tratamiento para la
depresión. Sin embargo, la depresión afecta a un gran número de hombres.
Por edad:
Los problemas de salud mental en niños y adolescentes han aumentado en los últimos
años, manifestándose en edades cada vez más tempranas.
Los problemas de salud mental son comunes entre las personas mayores y pueden
incluir aislamiento, desórdenes afectivos y de ansiedad, y sicosis, entre otros. Como
resultado de desórdenes físicos o intervenciones quirúrgicas, muchos adultos mayores
también pueden padecer problemas para dormir y desórdenes de comportamiento,
deterioro cognitivo o estados confusión.
Por tal razón se dice que los solteros son más vulnerables a padecer problemas de
salud mental.
Escolaridad:
Ocupación:
Ingresos Económicos:
Religión:
La religión puede tener un papel negativo en la salud mental cuando presenta rasgos y
relaciones sectarias, expresiones fundamentalistas y una normatividad limitadora de la
libertad personal. En estos casos, puede potenciar determinados trastornos como la
neurosis, la ansiedad… a causa de los sentimientos de culpa derivados de la
imposibilidad de cumplir con la totalidad de sus exigencias y preceptos.
Los hermanos mayores suelen sufrir más problemas de salud mental, debido a que
comienza a tener responsabilidad y ocupación de sus hermanos desde muy temprana
edad, es el encargado de dar el buen ejemplo e incluso suplir necesidades de sus
hermanos si lo ameritan en algún momento determinado.
Por otro lado, también afectan los cambios de hora, porque de repente nos sobran
horas de luz, aparecen días de sol, el día no termina nunca, nos trastocan el sueño,
nos quitan una hora para dormir.
Todo esto, aunque no provoca por si sólo alteraciones psiquiátricas relevantes, sí que
puede agravar las ya existentes.
Dormir poco está relacionado con una gran variedad de trastornos físicos, mentales y
del comportamiento, también hace que nos alimentemos peor, afectando esto nuestra
nutrición.
Los cambios abruptos en la vida de las personas (por ejemplo, divorcio, pérdida del
empleo, duelo o accidentes) ha contribuido con la explicación de las diferencias en
exposición a estrés, salud y bienestar entre los grupos sociales.
Las mujeres, por ejemplo, viven más que los hombres, pero sufren más enfermedades
agudas, más condiciones crónicas de salud y discapacidad funcional que los varones.
La adversidad, que incluye los conflictos interpersonales, la inestabilidad social y otras
experiencias que generan estrés, pueden acelerar los procesos fisiopatológicos por
Según el estudio realizado por el CDC el TDAH sería el trastorno más frecuente en
niños y adolescentes, con una media de 6,8% de la población comprendida entre los 3
y 17 años. Es más frecuente en el sexo masculino comparado con el femenino, en una
proporción aproximada de 2 a 1, lo cual es un porcentaje muy singular.
Los niños y adolescentes que sufren este trastorno tienen dificultades para prestar
atención durante cierto tiempo al mismo estímulo. Este déficit les impide organizarse
correctamente y llevar a cabo sus tareas diarias de forma eficiente, lo cual se refleja
notablemente en el rendimiento escolar.
Trastornos de conducta
suele ser el familiar o el escolar, aunque en los casos más graves las conductas se
presentan en todos los entornos.
Trastornos de ansiedad
En la adultez:
Esquizofrenia
Depresión mayor
Con la depresión, a menudo usted ve todo en una forma negativa. Es difícil para usted
imaginar que un problema o situación se pueda resolver de un modo positivo.
Trastorno bipolar
El trastorno bipolar es una enfermedad mental severa. Las personas que la sufren
experimentan cambios de ánimo poco comunes. Pueden pasar de ser muy activos y
felices a sentirse muy tristes y desesperanzados. Y, así, empezar el ciclo otra vez.
Frecuentemente tienen estados de ánimo normales entre uno y otro ciclo. A las
sensaciones de euforia y actividad se les llama manías. A las de tristeza y
desesperanza se les llama depresión.
Las causas de este trastorno no son del todo claras. Pueden ser genéticas, o sea que
pueden tener una tendencia familiar. Otra causa puede ser una estructura anormal de
las funciones del cerebro.
En la vejez:
Demencia senil
El embarazo es uno de los momentos donde la madre debe sentirse tranquila y plena.
Es importante para la embarazada cuidar de su salud mental como de su salud física y
procurar menos estrés y mejorar la calidad de vida, es imperante durante la gestación.
La mujer necesita del apoyo de su pareja, porque la vulnerabilidad juega un papel muy
importante sobre la embarazada. Con amor y muchos cuidados se podrá lograr
mantener el nivel de salud mental adecuado. Las mujeres embarazadas son más
propensas a sufrir ansiedad y depresión; éstos favorecen a los problemas mentales
habituales durante la gestación, que conlleva a problemas de salud física graves y
además de afectar a la madre también pueden ocasionar efectos en el feto. Los llantos
frecuentes y pensamientos negativos en la embarazada son algunos de los indicios
para saber que necesita atención, pues a veces no es solo tener malos pensamientos o
estar estresados, la ilusión por el bebé y la euforia también pueden incidir en nuestra
salud mental.
La ansiedad afecta a unas 15 de cada 100 mujeres embarazadas, en relación con esto
el estrés es el más usual en la mayoría de las gestantes, pues esto dificulta el control
emocional especialmente ante preocupaciones financieras, laborales y sentimentales;
también le añadimos las náuseas, dolor de espalda y otros síntomas. Los cambios
hormonales son muy frecuentes en el embarazo, porque a veces se sienten alegres,
a) Esquizofrenia
b) Trastorno Delirante
c) Trastorno Esquizofreniforme
Antidepresivos:
- Maprotrilina (Ludiomil)
- Fluvoxamina
- Escitalopram (Lexapro)
Ansiolíticos (benzodiazepinas):
- Clonazepam
- Alplazolam
- Lorazepam
- Midazolam
- Bromazepam
- Diazepam
- Clordiazepóxido
- Lofacepato de etilo
Antipsicóticos:
a) Clorpromacina
b) Levomepromazina
c) Flufenazina
e) Tioridazida
Muchas personas que tienen un problema de drogas también tienen algún problema de
salud mental, como, por ejemplo:
- Depresión, hace a la persona sentirse muy tristes y cansadas.
- Trastorno de personalidad antisocial, hace que les sea difícil relacionarse bien
con la gente y tener consideración por los sentimientos de los demás.
Las personas que tienen este tipo de problemas mentales tienen más probabilidades
de tener problemas con las drogas. Esto es en parte porque el abuso de drogas y los
problemas de salud mental afectan las mismas áreas del cerebro.
Si alguien se siente realmente mal, puede tratar de sentirse mejor consumiendo
drogas. Lamentablemente, por lo general eso no da resultado por mucho tiempo. Lo
que sucede en cambio es que la persona puede convertirse en adicta a las drogas y
entonces se siente peor que antes.
Un problema de drogas puede empeorar un problema de salud mental. Y un problema
de salud mental puede empeorar un problema de drogas. Una persona que tenga los
dos problemas necesita tratamiento para los dos para poder mejorarse.
Las personas con este trastorno tienden a sentirse incómodos con los
sentimientos, con los conflictos interpersonales, y en situaciones en las que no
tienen el control.
Los pacientes con este trastorno pueden explotar a otras personas con fines
materiales o para obtener una gratificación personal. Muchos se frustran
fácilmente y toleran mal la frustración. Como resultado de ello, actúan de
manera impulsiva e irresponsable, cometiendo a veces actos delictivos. En estos
casos, actúan sin considerar las consecuencias negativas de sus conductas y
Los trastornos adaptativos son poco conocidos por el público general y frecuentemente
ignorados por los profesionales. Esto se debe a que en realidad un trastorno adaptativo
se puede parecer mucho a otro tipo de trastorno mental (depresión, ansiedad,
alteraciones de conducta…) solo que temporal. Muchas veces lo que ocurre es que se
diagnostica otro trastorno mental en lugar del trastorno adaptativo, esto ocurre
especialmente cuando falta información del caso.
Los Trastornos adaptativos son Trastornos mentales de duración breve (limitada en el
tiempo) causada por la dificultad en ajustarse a un suceso vital o evento estresante o
de gran impacto emocional, por ejemplo, un divorcio, cambio de trabajo o residencia,
una pérdida, tener un accidente, ser madre, ser diagnosticado de una enfermedad,
etc.… Este trastorno consiste en el desarrollo de unos síntomas emocionales y/o
conductuales desproporcionados en respuesta a la presencia del estresor, es el
estresor el que precipita los síntomas y se entiende que estos están condicionados al
mismo y desaparecerían en su ausencia. Los síntomas o la respuesta deben ser más
intensos que lo esperado normalmente en una situación; así, por ejemplo, un duelo
normal no es un trastorno adaptativo.
El DSM distingue los siguientes tipos (según la predominancia de síntomas):
- Trastorno adaptativo con ánimo depresivo.
El trastorno depresivo grave, también llamado depresión grave, se caracteriza por una
combinación de síntomas que interfieren con la capacidad para trabajar, dormir,
estudiar, comer, y disfrutar de las actividades que antes resultaban placenteras. La
depresión grave incapacita a la persona y le impide desenvolverse con normalidad. Un
episodio de depresión grave puede ocurrir solo una vez en el curso de vida de una
persona, pero mayormente, recurre durante toda su vida.
- El trastorno distímico, también llamado distimia, se caracteriza por sus síntomas
de larga duración (dos años o más), aunque menos graves, pueden no
incapacitar a una persona, pero sí impedirle desarrollar una vida normal o
sentirse bien. Las personas con distimia también pueden padecer uno o más
episodios de depresión grave a lo largo de sus vidas.
- Depresión psicótica, que ocurre cuando una enfermedad depresiva grave está
acompañada por alguna forma de psicosis, tal como ruptura con la realidad,
alucinaciones, y delirios.
- Citalopram
- Escitalopram
- Fluoxetina
- Fluvoxamina
- Paroxetina
- Sertralina.
- Duloxetina
- Venlafaxina
- Desvenlafaxina.
Es una preocupación de que los síntomas físicos son signos de una enfermedad grave,
incluso cuando no exista ninguna evidencia médica para respaldar la presencia de un
padecimiento de salud.
Causas
Síntomas
Las personas con el trastorno de ansiedad por enfermedad son incapaces de controlar
sus miedos y preocupaciones. Con frecuencia, creen que cualquier síntoma o
sensación es un signo de una enfermedad seria.
Ellos buscan el consuelo de la familia, los amigos o proveedores de atención médica de
manera regular. Se sienten bien a lo sumo durante un tiempo corto y luego empiezan a
preocuparse por los mismos síntomas o por síntomas nuevos.
Los síntomas pueden alternar y cambiar y con frecuencia son vagos. Las personas con
este trastorno a menudo examinan su propio cuerpo.
Algunas pueden reconocer que el temor de tener una enfermedad grave es irracional o
infundado.
Pruebas y exámenes
Tratamiento
Es importante tener una relación de apoyo con el proveedor. Debe tener únicamente un
proveedor de atención primaria. Esto es para evitar demasiados exámenes y
procedimientos.
Los antidepresivos pueden ayudar a reducir la preocupación y los síntomas físicos de
este trastorno.
Encontrar un profesional en salud mental con experiencia en el tratamiento de este
trastorno con psicoterapia puede servir. La terapia conductual cognitiva (TCC), un tipo
de psicoterapia le puede ayudar a manejar sus síntomas. Durante la terapia, usted
aprenderá:
A reconocer lo que parece empeorar los síntomas.
A desarrollar métodos para manejar los síntomas.
A mantenerse más activo, incluso si todavía tiene los síntomas.
Expectativas (pronóstico)
Posibles complicaciones
Disfunciones sexuales
Las disfunciones sexuales se caracterizan por una alteración del deseo sexual, por
cambios psicofisiológicos en el ciclo de la respuesta sexual y por la provocación de
malestar y problemas interpersonales.
Las disfunciones sexuales comprenden los trastornos del deseo sexual (p. ej., deseo
sexual hipoactivo, trastorno por aversión al sexo), trastornos de la excitación sexual (p.
ej., trastorno de la excitación sexual en la mujer, trastorno de la erección en el varón),
trastornos del orgasmo (p. ej., disfunción orgásmica femenina, disfunción orgásmica
masculina, eyaculación precoz), trastornos sexuales por dolor (p. ej., dispareunia y
vaginismo), o disfunción sexual debida a una enfermedad médica, disfunción sexual
inducida por sustancias o disfunción sexual no especificada.
Los trastornos sexuales se caracterizan por una alteración de los procesos propios del
ciclo de la respuesta sexual o por dolor asociado con la realización del acto sexual. El
ciclo completo de la respuesta sexual puede dividirse en las siguientes fases:
- Deseo: Esta fase consiste en fantasías sobre la actividad sexual y el deseo de
llevarlas a cabo.
- Orgasmo: Esta fase consiste en el punto culminante del placer sexual, con la
eliminación de la tensión sexual y la contracción rítmica de los músculos del
perineo y de los órganos reproductores. En el varón existe la sensación de
inevitabilidad eyaculatoria, que va seguida de la emisión de semen. En la mujer
se producen contracciones (no siempre experimentadas subjetivamente como
tales) de la pared del tercio externo de la vagina. Tanto en el varón como en la
mujer el esfínter anal se contrae de manera rítmica.
a) De toda la vida. Este subtipo indica que el trastorno sexual ha existido desde
el inicio de la actividad sexual.
Para indicar el contexto en el que aparece el trastorno sexual, puede usarse uno de los
siguientes subtipos:
- General. Este subtipo indica que la disfunción sexual no se limita a ciertas clases
de estimulación, de situaciones o de compañeros.
- Situacional. Este subtipo indica que la disfunción sexual se limita a ciertas clases
de estimulación, de situaciones o de compañeros. Aunque en la mayoría de los
casos las disfunciones se presentan durante la actividad sexual con una pareja,
en otros puede ser apropiado identificar las disfunciones que se presentan
a) Debido a factores psicológicos. Este subtipo se ha descrito para los casos en los
que los factores psicológicos son de gran importancia en el inicio, la gravedad, la
exacerbación o la persistencia del trastorno, y las enfermedades médicas y las
sustancias no desempeñan ningún papel en su etiología.
Parafilias
trastorno del estado de ánimo inducido por sustancias se diferencia del trastorno
distímico, debido a que en el primero se produce una alteración del ánimo como
consecuencia de una sustancia.
Es frecuente que coexista una alteración de la personalidad. Cuando en el cuadro
patológico se cumplen los criterios para ambos trastornos, esto es, para el trastorno de
la personalidad, como para el trastorno distímico, se establecerán ambos diagnósticos.
Podemos encontrar alguna diferencia si comparamos los criterios para el diagnóstico
del trastorno distímico que se recogen en el DSM-IV TR y la clasificación CIE-10. En
principio, en la CIE-10 se limita la coexistencia de este trastorno con el depresivo
mayor, a ninguno o muy pocos episodios. Otra diferencia es que en el CIE-10 se exige
que el estado de ánimo depresivo se acompañe de tres síntomas de una lista de once,
entre los que se encuentran cinco de los seis síntomas que aparecen en el DSM-IV TR.
33- Diagnóstico diferencial entre Psicosis por Esquizofrenia por Retraso Mental,
por Epilepsia, por Drogas, y otras.
El diagnóstico diferencial sirve para hacer una correcta valoración de una enfermedad
con respecto a otras parecidas, con las que pudiera confundirse o solaparse. Es una
valoración clínica que corresponde exclusivamente a los especialistas, en ningún caso
a los pacientes. En muchos casos requiere de pruebas y exploraciones
complementarias que han de solicitarse a los servicios médicos pertinentes en cada
caso.
El Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), ha de diferenciarse de otros trastornos
formalmente parecidos:
- Trastorno de ansiedad debido a enfermedad médica: si existen obsesiones y/o
compulsiones, se explican por los efectos fisiológicos directos de una
enfermedad médica.
por hechos de la vida real -ej. por perder el empleo-, además que se
experimentan como autogeneradas (egosintónicas).
Muchos de los criterios específicos que se usan para describir las características
contenidas en los trastornos de la personalidad, son típicos de los trastornos mentales
del Eje I.
Puede resultar una tarea difícil diferenciar los trastornos de la personalidad de los
contenidos en el Eje I, ya que también tienen un inicio temprano y un curso crónico y
relativamente estable; además de que algunos trastornos de la personalidad tienen
relación con el “espectro” de alguna enfermedad del Eje I (por ejemplo el trastorno
esquizotípico de la personalidad con la esquizofrenia).
Existe una exclusión que diferencia a los trastornos de personalidad que pueden estar
relacionados con trastornos psicóticos (por ejemplo, paranoide, esquizotípico). Esta
exclusión hace referencia a que el patrón de comportamiento no debe haber aparecido
exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia, de un trastorno del estado de
ánimo con síntomas psicóticos y de otros trastornos psicóticos.
También puede dar lugar a confusiones en el diagnóstico de los trastornos de
personalidad, si éstos se presentan durante un episodio de trastorno del estado del
ánimo o bien de un trastorno de ansiedad. Cuando el cambio de personalidad empieza
o sigue después de que el sujeto haya estado expuesto a un episodio de estrés
extremo, hay que tener en cuenta el diagnóstico de trastorno de estrés postraumático.
Cuando una persona se encuentra bajo los efectos de alguna sustancia, o posee un
trastorno relacionado con sustancias, es conveniente que no se realice un diagnóstico
de trastorno de personalidad que se base únicamente en su comportamiento como
consecuencia de la intoxicación o bien de la abstinencia a la sustancia.
Además, cuando los cambios de personalidad aparecen como resultado de los efectos
fisiológicos directos de alguna enfermedad médica (por ejemplo, un tumor cerebral) se
debe diagnosticar cambio de personalidad debido a enfermedad médica.
Los trastornos de personalidad deben distinguirse de aquellos rasgos de personalidad
que no alcanzan al umbral para un trastorno de personalidad. Sólo se diagnostica
trastorno de personalidad cuando dichos rasgos son inflexibles, persistentes y des
adaptativos y ocasionan tanto un deterioro funcional como un malestar subjetivo
significativo.
El trastorno paranoide
Trastorno delirante
Requieren una detenida valoración de las circunstancias que han concurrido para
moti-var el episodio. Deben buscarse acontecimientos relacionados con pérdida de
autoes-tima o sumisión pasiva respecto a alguna si-tuación frustrante. No deben
desdeñarse las consecuencias que producen ciertas enfermedades orgánicas, sobre
todo si comportan al-guna limitación social notable. Su raciocinio delirante da cierta
abordabilidad, a diferencia de los desarrollos paranoicos genuinos.
Es preciso, por otra parte, realizar a menu-do el diagnóstico diferencial de estas
reaccio-nes con la esquizofrenia aguda de temática paranoide. Hay que valorar
especialmente el grado de desestructuración de la personalidad, los síntomas
disociativos, la es-casa sistematización, la falta notable de lógi-ca y la variabilidad,
todos ellos típicamente esquizofrénicos. En la reacción paranoide, la personalidad se
halla conservada, hay ele-mentos desencadenantes y el delirio está más sistematizado,
incluye argumentos lógicos y forma un conjunto estable. El pronóstico evo-lutivo varía
sensiblemente, ya que con cierta frecuencia el brote esquizofrénico deteriora la
-personalidad, mientras que la reacción para-noide genuina no.
Esquizofrenia
a otro sujeto (folie a deux) o colectivamente. Esta propagación so-cial rara vez
se observa en el esquizofrénico.
Esquizofreniforme
- Evaluación médica.
1. La CH nunca le da a la persona cuando está sola, por lo general sucede cuando está
en compañía. En cambio, la CE da en cualquier momento, incluso puede dar cuando el
individuo está dormido, despertándolo, en tanto que el histérico nunca tiene crisis
mientras duerme. El histérico siempre trata de sacar ventaja de la crisis y siempre está
consciente.
2. La CE se ajusta a crisis motoras, ausencias, ataques originados en el lóbulo
temporal, etc. En cambio, la CH no se ajusta a estos patrones, son bizarras, no se
parecen unas a otras, rara vez se muerden la lengua (se muerden a veces las mejillas
por dentro), en fin.
3. La piel en la CE está cianótica o hay palidez extrema. En cambio, en la CH no tiene
alteraciones.
4. La incontinencia urinaria es común en la CE, no así en la CH.
5. El reflejo de la córnea está, por lo general, abolido en la CE; lo contrario ocurre en la
CH.
6. El reflejo plantar en el enfermo inconsciente es a menudo extensor (casi como un
Babinski); en el histérico siempre es flexor.
7. Por último, en el Electro-Encefalograma (EEG) siempre hay alguna alteración
durante el ataque o inter-crisis epiléptico, situación que no se presenta en las CH.
8.- Las crisis epilépticas no se asocian a eventos de manipulación, a diferencia de las
crisis histéricas.