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1.

Un ciudadano de nacionalidad ecuatoriana puso una bomba y mató a 2 policías y 50


niños en Colombia. Tras su captura los colombianos están pidiendo que el responsable del
atentado sea condenado con la pena de muerte. De conformidad con la Constitución
Política y al Bloque de Constitucionalidad ¿Es posible aplicar esa pena? ¿Por qué?
-Son varios los argumentos que impiden que la pena de muerte sea una acción aplicable
dentro de la ley en Colombia. Se puede empezar por citar dos artículos de la Constitución
Política que ponen de manifiesto la inviolabilidad del derecho a la vida, el art. 11
menciona que “El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte” y el art. 12
dice “nadie será sometido desaparición forzada, a torturas ni tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes”. Ambas normas figuran dentro del capítulo que consagra los
Derechos Fundamentales y como son fundamentales se entiende que están amparados
bajo el principio de la Dignidad Humana, lo cual constituye un principio universalista y es
sujeto a su vez del principio de progresividad o de no regresión. Es decir, que todos
aquellos derechos que están fundamentados en la Dignidad Humana deben tener las
garantías de un avance constante y siempre se considere una ampliación y realización
cada vez más efectiva. Con base en este primer argumento, aplicar la pena de muerte en
este caso constituye una violación a un derecho fundamental, como su retroceso.
Ahora bien, según la Sentencia C-144/97, la pena de muerte representa esa antigua idea
de la Ley del Talión. Así, la justicia penal debe siempre apelar por la aplicación de penas
bajo el principio de racionalidad y humanidad, en ese sentido, se menciona que el derecho
humanista abandona el retribucionismo (proporcionalidad entre pena, delito y grado de
culpa). Bajo esa consideración se puede inferir que la pena de muerte (y apelando
nuevamente a la racionalidad) es un acto desproporcional y remite a un acto de barbarie.
De acuerdo con la sentencia C-225/95, el Bloque de Constitucionalidad remite a que el
Estado Colombiano siempre tenga en cuenta aquellos tratados o convenios en los que se
ha vinculado y a la hora de adoptar normas, porque si bien, aunque no se encuentren
formalmente articulados a la carta Constitucional, este bloque de constitucionalidad lo
obliga a tener en cuenta los principios y derechos a los que se ha vinculado. Por ejemplo,
como al segundo Protocolo del pacto de Derechos Civiles y Políticos para abolir la pena de
muerte.
2. De conformidad al art. 53 y al art. 93 de la C.P ¿Es posible que a un ciudadano
venezolano que entró ilegalmente a Colombia y al cual le adeudan 4 meses de trabajo
pueda reclamar sus garantías laborales? ¿Por qué?
-El art. 53 claramente dice que el empleado no puede renunciar a los beneficios mínimos
establecidos en normas laborales, ahora, el mismo artículo le garantiza el derecho a un
pago oportuno; por lo cual, si le adeudan 4 meses de trabajo, quiere decir que el
empleador infringió en una falta por no pagarle de manera oportuna. Seguidamente,
tanto el art. 53 como el art. 93 amparan al inmigrante, pues “los tratados y convenios
internacionales” sobre el trabajo y a los que esté adscrito el Estado colombiano, igual
forman parte de la legislación interna; por lo cual el ciudadano, aunque sea inmigrante, no
está desprovisto de los mínimos derechos fundamentales, esto es similar al Bloque de
Constitucionalidad mencionado en el anterior punto. Ahora bien, hay una cuestión
interesante y es que las empresas que emplean a un extranjero debe de antemano exigir
la visa y todos aquellos documentos para que el extranjero pueda desarrollar la actividad;
si la empresa o el empleador vincularon al ciudadano venezolano con anterioridad se
tenía conocimiento si estaba o no autorizado para la ocupación o el oficio. El ciudadano
venezolano, aunque esté en condición de inmigrante sigue estando sujeto de los derechos
internacionales que lo amparan y en efecto, puede apelar a sus garantías laborales.

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