actividades, entre ellas la política. La política en el país se ha vuelto una suerte de actividad circense en donde los debates de tesis y las propuestas se subsumen a ridiculeces que terminan en detrimento del pueblo. En antaño las tesis políticas tenían escenarios esenciales para su escrutinio: la plaza pública, el congreso, las asambleas y los concejos; algunas veces se exponían en los medios de comunicación con el animo de dar a conocer lo que ocurría en aquellos lugares y recintos. El político acicalaba la tesis a defender con un discurso firme, estructurado, persuasivo, con técnicas de oratoria y retorica per se, apelando a su bagaje cultural para convencer a las masas de que aquello que espetaba era necesario y era él quien una vez dichas las palabras se convertía en guía de las masas para lograr lo que había propuesto bien fuera en las aulas de tribunos o en las esferas de poder. Y era evidente que se cumplía con la tesis que ora que el político esta destinado a persuadir al pueblo para lograr lo que a este le conviniera. La política era, entonces, un ejercicio culto; asequible para todos, siempre y cuando se tuviera cierta cultura y estatura moral; a los que llamaban políticos brutos por aquel entonces, los risibles, los analfabetas tenían estatura y coherencia1 en medio de su ignorancia. El proselitismo político se hacía, y de forma censurable, con las armas de por medio; había solo dos partidos dominantes y otros de poca monta que se peleaban el poder. Los dominantes hacían proselitismo como una manera de llenar un requisito pues se sabia de su cierta victoria y los otros participaban bajo el sino de hacerse contar para llegar a la burocracia. Sí, la vocación de poder de los 1 El candidato presidencial que prometió pavimentar el río Magdalena - Gobierno - Política - ELTIEMPO.COM partidos políticos ha sido por la burocracia y los políticos son los que han hecho historia porque con sus paradojas y todo han sido ellos quienes construyeron el devenir nacional, con discursos, oratoria, retorica y voluntad. Si bien el resultado de esa voluntad no ha sido el correcto, hubo personas que legaron resultados sin apelar a circenses parodias, ridiculizando la dignidad del país. Hoy, en cambio, los escenarios políticos ya no son los esenciales, sino escenarios fictos, fantoches, simulados y virtuales en donde no se respetan ni si quiera los escenarios reales (la plaza pública, el congreso, las asambleas y los concejos) pues con la “democratización” de los medios de comunicación (redes sociales, etc.) ya cuanto petimetre lo desee puede espetar sus dichos y hacer puestas en escena tan ridículas cuando poco y estúpidas cuando mucho. Se remplazaron los escenarios esenciales por estos e incluso se gobierna a través de estos, como si un corregimiento, municipio, departamento o país fuera un ente virtual, junto con sus gentes, al que se le puede dar “suprimir” cuando se equivocan. El político de hoy en día plantea tesis desestructuradas, no las adorna con estructura, persuasión, oratoria y retórica, todo lo contrario: las adorna con amenazas, gritería e ignorancia pues, los actuales, creen que los destinatarios son simplones y ramplones a los que el alarido convence. Se han vuelto guías enemigos de las masas pues el interés los posee; hoy se evidencian las corruptelas de las que tanto gustan para luego pasar por santos mártires. La política ya no es un ejercicio culto; sigue siendo asequible para todos, pero no porque se tenga cultura y estatura moral sino porque se grita, se insulta y se señala a los otros; decirle hoy por hoy a un político bruto es decir la realidad porque son risibles, incoherentes y a pesar de sus muchos cartones son analfabetas titulados. El proselitismo político, se hace aún con las armas; pero no es censurable, esa es la nueva realidad. Hay pluralidad de partidos políticos, según algunos, como una expresión de la democracia y lo cierto es que esa pluralidad lo que demuestra es el hambre animal, bestial, de unas mayorías por expoliar al Estado; no por burocracia, sino para tener una tajada beneficiosa de los recursos públicos. Cuando hacen campaña buscan generar una opinión pública iletrada, una legión de seguidores que a cuanta pendejada publican o hacen le dan “me gusta” en las redes sociales( y es obvio que todo aquello bajo coacción), no hay forma de llamar a eso política. Conclusión: Hoy por hoy hay, en Colombia, políticos decentes, buenos, estructurados, como los de antaño, pero estos son minoría. El resto es una caterva de camorreros titulados, que cambian de principios sin sonrojarse, olvidándose de quien los elige. PD: Hay un candidato a la alcaldía de Medellín, por cierto entrado en años, que en un “ataque de dignidad” se reveló contra la administración actual y comenzó a llamarla corrupta, derrochona y otros calificativos; inclusive se reunió con Álvaro Uribe Vélez tras haberlo criticado de manera mendas y altanera en diferentes medios de comunicación y en aulas de clase; algunos llamaron todo lo que hizo un acto de sensatez política y eso lo “empodero” en redes y encuestas. Pero lo cierto es que lo que este candidato hizo fue un evidente y sínico “cambio de principios” pues lo que se le olvido decir fue que él se lucró del erario público cuando fue contratista de la alcaldía corrupta y también se le olvido decir que cuando fue docente tacho al expresidente con calificativos tan duros que caían en lo soez. Quien no es consecuente, no es confiable, le falta coherencia y peor aún: engaña a la gente que cree que con griterías y señalamientos todo cambiará. Ya veremos si hay quienes lo elijan.
9.RINCON, Omar. Comunicación Política en América Latina. Centro de Competencias en Comunicación para América Latina, Friedrich Ebert Stiftung, 2004 PDF
La Agenda 2030 Al Descubierto 2021-2050: Crisis Económica e Hiperinflación, Escasez de Combustible y Alimentos, Guerras Mundiales y Ciberataques (El Gran Reset y el Futuro Tecno-Fascista Explicado)