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Son los medios utilizado para obtener cierta ventaja, es decir medio del que se sirve el sujeto activo
de la relación para condicionar la conducta del sujeto pasivo.
Estas formas de poder instituyen una sociedad dividida entre ricos y pobres, sabios e ignorantes y,
entre fuertes y débiles.
Tanto la política como la moral actúan en el campo de la acción humana, pero les diferencia los
criterios de justificación y valoración.
“Aquello que resulta obligatorio para la moral no tiene por qué ser obligatorio para la política, y aquello que
resulta lícito en la política no tiene que ser lícito para la moral”
➔ Maquiavelo: es el que explora la delimitación del poder político y dice: “(...) Y en las acciones de
todos los hombres, y máxime en la de los príncipes, cuando no hay tribunal al que reclamar, se juzga
por los resultados. Haga, pues, el príncipe lo necesario para vencer y mantener el Estado, y los
medios que utilice siempre serán considerados honrados y serán alabados por todos”.
➔ Max Webber: esto, lo tradujo Webber con dos tipos de éticas:
1. Ética de las convicciones (principios): la ética moral, la ética común. En esta no se tiene en
cuenta, los resultados de la acción, pero tengo un mandato categórico que seguir (mis
principios).
2. Ética de la responsabilidad (hay que responder de las consecuencias previsibles de la propia
acción): se tienen en consideración también los resultados, es decir, las consecuencias de
nuestras acciones.
➔ La política como ética de grupo: “El criterio de la ética de las convicciones se utiliza,
normalmente, para juzgar acciones individuales, mientras que el criterio de la ética de la
responsabilidad suele emplearse para juzgar acciones de grupo o, en todo caso, realizadas por un
individuo en nombre de un grupo”.
Las acciones individuales de los ciudadanos (moral), es la ética de las convicciones. La política, las
Por lo tanto, aquí puede haber un problema, ya que, si moral y política son cosas distintas, tienen
caminos distintos, por tanto tenemos un problema: nunca se van a encontrar.
Por ello, algunos autores, indican que la mejor forma de entender la diferencia entre moral y
política sería esta: “no se trata de que haya dos universos o dos éticas distintas, sino que algunos
dicen que lo que ocurre es que, la moral siempre es una, y las normas siempre tienen que ser las
mismas, pero, en ocasiones la ética del político (la moral política) se puede apartar de la moral
común”
Dicho de otra forma, todo esto significa que, todas las personas tenemos una moral, unos principios
y valores por los que nos conducimos, entendidos como buenos, pero como hemos visto, hay una
diferencia entre la moral política y la moral ordinaria, y aparece el tema de la justificación: la
cuestión de justificación.
La cuestión de justificación: “La conducta que precisa justificación es la que no se adapta a las
reglas. No se justifica la observancia a la norma, es decir, la conducta moral. La exigencia de
justificación nace cuando el acto viola o parece violar las reglas sociales generalmente aceptadas,
trátese de reglas morales, jurídicas o consuetudinarias. No se justifica la obediencia, sino la
desobediencia.”
Por tanto, el que viola una norma, es el que tiene que justificar, ya que es quien se aparta de la
norma común.
Teoría de la ética especial (ética de las profesiones): ius commune vs ius singulare: “determinadas
personas, en razón de su condición, de su status, disfrutan o padecen un régimen normativo
diferente al de la gente corriente”. → Ética profesional: “Conjunto de reglas de conducta a que debe
considerarse sometida una persona que desarrolla una determinada actividad y que, por lo general,
difiere del conjunto de normas de la moral común, por exceso o por defecto, es decir, porque impone
a los miembros de la corporación obligaciones más rígidas o porque las eximen de obligaciones
impracticables”.
“Cuando se trata de sanar de los propios males o de someterse a una operación quirúrgica nadie
exige a un hombre honesto (...) sino que todos exigen, buscan y tratan de procurarse, muy al
contrario, médicos y cirujanos, honestos o deshonestos, siempre que sean diestros en la medicina y la
cirugía (...) en los asuntos de la política, por el contrario, se reclaman no hombres políticos, sino
hombres honestos, dotados de aptitudes de una naturaleza totalmente diferente”.