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PRESENTADO POR:
DANIEL ALEXANDER MARTÍNEZ SILVA
DOCENTE:
ADDYS ISABEL LLANOS AYOLA
UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
FACULTAD DE INGENIERÍAS
PROGRAMA DE INGENIERÍA DE ALIMENTOS
MONTERIA, 2023
INTRODUCCIÓN
En el complejo entramado de la industria agroalimentaria, la premisa "donde hay comida,
hay una plaga" encapsula de manera sucinta una realidad innegable. La producción,
procesamiento y distribución de alimentos a escala global no solo nutren a la creciente
población mundial, sino que también atraen una gama diversa de plagas, desde insectos
hasta roedores, que amenazan la integridad de la cadena de suministro y la seguridad
alimentaria.
Bayer se ve obligada a mejorar la calidad y sanidad: La expresión "donde hay comida, hay
una plaga" según la diapositiva presentada, resalta la relación intrínseca entre la presencia
de alimentos y la posibilidad de infestación por plagas, como insectos, roedores u otros
organismos no deseados. En el contexto de la alimentación, esta afirmación sugiere que los
entornos donde se manejan, almacenan o procesan alimentos son propicios para el
desarrollo de plagas. Existen varias razones para esta relación:
· Fuente de Alimentación: Los lugares donde se manipulan alimentos proporcionan
una fuente directa de alimento para muchas plagas. Los restos de alimentos,
derrames y productos almacenados son atractivos para insectos y roedores.
Las plagas son organismos no deseados que pueden causar daños o molestias en entornos
agrícolas, industriales o domésticos. En el contexto de la seguridad alimentaria, las plagas
incluyen insectos, roedores, aves, microorganismos y otros organismos que pueden
contaminar los alimentos y poner en riesgo la salud pública.
La afirmación "las plagas existen porque el hombre las hace, sin seres humanos no hay
plaga" destaca la idea de que la presencia y proliferación de plagas en muchos casos están
vinculadas a las actividades y acciones humanas. En otras palabras, la intervención humana
en el entorno, ya sea a través de prácticas agrícolas, manejo inadecuado de residuos, o
condiciones de almacenamiento y procesamiento de alimentos, puede crear condiciones
propicias para el surgimiento y la propagación de plagas. Esta afirmación reconoce que las
plagas, en su mayoría, no son un fenómeno natural independiente. En cambio, su presencia
está ligada a las decisiones y comportamientos humanos que pueden crear hábitats
favorables para el desarrollo de insectos, roedores, microorganismos y otros organismos no
deseados. a responsabilidad de la existencia de plagas recae en las acciones humanas y que,
mediante prácticas más sostenibles y conscientes, se puede reducir la incidencia y el
impacto de estas plagas.
La Gestión Integrada de Plagas (GIP) es un enfoque holístico y sostenible para controlar las
poblaciones de plagas en entornos agrícolas, urbanos o industriales. La GIP se centra en la
prevención y el control de plagas de una manera coordinada y eficiente, minimizando los
riesgos para la salud humana, la biodiversidad y el medio ambiente. Este enfoque busca
reducir la dependencia de los pesticidas químicos y fomentar prácticas más equilibradas y
sostenibles.
La Gestión Integrada de Plagas (GIP) se basa en cinco puntos estratégicos clave que se
centran en la prevención, monitoreo y control sostenible de plagas. Estos puntos
estratégicos proporcionan un marco integral para abordar los desafíos asociados con las
poblaciones de plagas. Aquí están los cinco puntos estratégicos de la GIP:
Estos cinco puntos estratégicos reflejan la naturaleza integral de la GIP, que busca abordar
los desafíos de las plagas desde múltiples perspectivas y con una variedad de herramientas
y enfoques.
Además, la GIP no solo se enfoca en la producción agrícola, sino que abarca toda la cadena
alimentaria, desde la manipulación y procesamiento hasta el almacenamiento y
distribución. Las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) y los estándares de higiene son
componentes esenciales de la GIP en la industria alimentaria, asegurando la integridad de
los productos alimenticios a lo largo de su ciclo de vida.
La Gestión Integrada de Plagas emerge como un paradigma efectivo para abordar los
desafíos dinámicos y multifacéticos asociados con las plagas en la industria de la
alimentación. Al adoptar enfoques preventivos, sostenibles y participativos, las empresas
alimentarias pueden no solo controlar las plagas de manera eficaz sino también promover la
seguridad alimentaria y la sostenibilidad a largo plazo.
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