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INTRODUCCION
La seguridad e higiene alimentaria incluye todas las condiciones y medidas necesarias para
garantizar la inocuidad, el valor nutritivo de los alimentos en todas las fases de la cadena
alimentaria.
Esta condición supone el empleo de buenas prácticas que aseguren un adecuado tratamiento y
control de los alimentos desde su origen (el campo, la granja, etc.) hasta el momento del
consumo.
Incluye el conjunto de procesos que tiene un alimento desde su origen hasta el momento del
consumo. El nombre de «cadena» proviene del hecho de que cada uno de los procesos se puede
considerar un eslabón.
Una cadena más o menos estándar debe contener los eslabones siguientes:
1 producción.
2 transporte.
3 procesado.
4 distribución.
5 comercialización.
6 consumo.
La longitud y complejidad de la cadena será diferente para cada producto; así, la de una lechuga
tendrá menos eslabones que la de unas pechugas de pollo deshuesadas y envasadas, pues esta
experimentará diferentes procesos de despiece y procesamiento en la industria alimentaria.
Áreas consideradas
No solo es importante saber cuáles son las prácticas correctas, sino también incorporarlas
como hábito, lo cual supone actuar de manera correcta prácticamente sin darnos cuenta (es
decir, rutinariamente) cada vez que una situación lo requiera.
La mala praxis o el poco esmero en materia de higiene y seguridad alimentaria elevan los niveles
de riesgo. La relajación de las exigencias facilita la incorporación a los alimentos de agentes
patógenos capaces de contaminarlos y causar enfermedades de transmisión alimentaria.
Las enfermedades de transmisión alimentaria (ETA) son aquellas causadas por la ingesta de
bebidas o alimentos contaminados.
Contaminación de alimento
ETA
INFECCION ALIMENTARIA
INTOXICACION ALIMENTARIA
La produce la ingesta de toxinas o sustancias tóxicas presentes en el alimento, por ejemplo, restos
de pesticidas.
TOXIINFECCION ALIMENTARIA
Estas enfermedades se manifiestan en forma de brotes y suelen presentar síntomas como: dolores
de cabeza, vómitos, dolor abdominal, diarrea o fiebre. En algunos casos pueden ser de mayor
gravedad y provocar incluso la muerte.
Se entiende por brote de origen alimentario todo aquel incidente en el cual dos o más personas
manifiestan la misma enfermedad transmitida a través de los alimentos o bebidas, presentan los
mismos síntomas y excretan, en su caso, los mismos patógenos.
También puede considerarse como tal la aparición de un solo caso de enfermedad alimentaria en
un determinado lugar, cuando habitualmente su incidencia es nula, como, por ejemplo, un caso de
botulismo, de intoxicación por setas, productos químicos o, en general, cualquier otra afección
transmitida por alimentos o bebidas que pueda suponer un riesgo para la salud de las personas.
Los colectivos más vulnerables (personas mayores, niños, niñas, mujeres embarazadas o personas
enfermas) tienen un mayor riesgo de contraerlas; además, los síntomas suelen ser más graves que
en el resto de la población.
La alteración de los alimentos está muy relacionada con su conservación y supone una pérdida de
su calidad nutritiva o gastronómica, pero no necesariamente de su seguridad. De todas maneras,
aunque el alimento alterado sea inocuo, no se debe consumir a fin de evitar posibles riesgos.
Alimentos contaminados
Es aquel que presenta objetos extraños o agentes que pueden provocar o transmitir
enfermedades.
Los alimentos contaminados pueden afectar a la salud de las personas. Según el agente causante,
la contaminación podrá ser: física, química o biológica, veamos el detalle.
CONTAMINACION FISICA
La contaminación física se debe a objetos extraños que de alguna manera han llegado a los
alimentos.
CONTAMINACION BIOLOGICA
La contaminación biológica ocurre como resultado de la presencia en los alimentos de seres vivos
(agentes patógenos) que se diseminan, especialmente si encuentran condiciones favorables para
ello.
CONTAMINACION QUIMICA
Las diferencias entre alimentos alterados y contaminados parecen evidentes pero un alimento
alterado no tiene por qué estar contaminado, y su consumo no debe suponer un riesgo para la
salud. Por ejemplo, una galleta almacenada al aire, en un lugar que presente humedad, puede
ablandarse, dejar de ser crujiente y, sin embargo, su consumo no supondrá un riesgo para la salud.
Un alimento contaminado no tiene por qué estar alterado, y su consumo supone un riesgo para la
salud. Un ejemplo es la mayonesa contaminada con la bacteria salmonella, pues a simple vista no
presenta ningún olor ni ningún sabor.
Alimentos adulterados
La adulteración puede tener como finalidad, aumentar el peso o volumen, encubrir algún defecto
o potenciar alguna característica.
Las personas que manipulan los alimentos deben conocer todos los posibles peligros de
contaminación que afronta un alimento para poder evitarlos, eliminarlos o reducirlos a un nivel
aceptable.
La contaminación cruzada
Es el proceso por el cual un peligro: físico, químico o biológico, pasa de un alimento contaminado a
otro no contaminado.
Es el proceso por el cual un peligro: físico, químico o biológico, pasa de un alimento contaminado a
otro no contaminado.
El mecanismo a través del cual se transmite la contaminación puede ser muy variado: las personas
que manipulan los alimentos, los equipos o utensilios que usan, las superficies en que trabajan,
etc.
Esta contaminación se realiza por contacto directo del alimento contaminado. Por ejemplo,
almacenar en una cámara un pollo crudo sin proteger junto con un plato cocinado.
El alimento se contamina a través de una tabla de corte, un cuchillo o una superficie contaminada.
Por ejemplo, cortar con un cuchillo un pollo que lleva salmonela y luego, sin desinfectarlo,
utilizarlo para cortar una lechuga
Problemas de salud en las personas que han consumido los productos. Pueden ser más o menos
graves, incluso en algunos casos pueden provocar la muerte.
Ya hemos indicado que los procesos alimentarios están regulados por normativa, por tanto, el
incumplimiento de la normativa puede generar sanciones proporcionales a los daños causados:
Multas o indemnizaciones.
Responsabilidades penales.
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Pérdidas económicas directas, a causa, por ejemplo, del género que debe desecharse por mal
estado, para hacer frente a las sanciones y gastos judiciales (multas, indemnizaciones, etc.), por el
cese de la actividad, etc.
Costes ocultos, difíciles de cuantificar, pero que pueden ser muy cuantiosos, incluso pueden poner
en cuestión la viabilidad del negocio:
Pérdida de reputación a causa de la difusión del suceso en la prensa, Internet, redes sociales, etc.
Pérdida de la motivación y probable fuga de los trabajadores con mayor aptitud y cualificación.
Descenso de la actividad y las consecuencias que conlleva: disminución del beneficio o pérdidas,
despido de personal (con las indemnizaciones correspondientes) y baja de salarios, pérdida de
confianza con las empresas proveedoras y peores condiciones en el aprovisionamiento, etc.
En definitiva, si se ponen en una balanza los beneficios y los costes que supone la adopción de
buenas prácticas y la implantación de sistemas de autocontrol en materia de higiene y seguridad
alimentarias, parece claro cuál de las dos opciones pesa más.
MANIPULACION DE ALIMENTOS
HIGIENE
PERSONAL CONTROL DE
ALERGENOS
BUENAS PRACTICAS
DE HIGIENE
ALIMENTARIA
LIMPIEZA,
DESINFECCION Y
MANTENIMIENTO
GESTION DE
RESIDUOS
UTILIZACION DE
RECURSOS
Se deben implementar sistemas de autocontrol para: identificar, evaluar y mantener bajo control los peligros que de
manera significativa pueden afectar a la inocuidad de los alimentos que la empresa o establecimiento elaboran o
comercializan.
El sistema de autocontrol se define como el conjunto de actuaciones, procedimientos y controles que cada empresa
del sector alimentario debe diseñar para garantizar que los alimentos son seguros desde el punto de vista sanitario.
Para implantar este sistema, cada establecimiento tiene que elaborar un documento denominado documento del
sistema de autocontrol en el que se recojan las especificaciones del sistema implantado. En este documento deben
figurar
Los datos generales de identificación del establecimiento, la actividad que desarrolla, los procesos de trabajo, la
comercialización de los productos, etc.
Los planes generales de higiene (PGH). En ellos se definen las actividades preventivas básicas en diferentes ámbitos.
Así, por ejemplo, algunos de los planes a que nos referiremos son: