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CAPÍTULO VII SOBRE EL

COMERCIO EXTERIOR
Principios de Economía Política y Tributación

NANCY MARIA CORTÉS GÓMEZ


MAESTRÍA EN GOBIERNO
11 DE NOVIEMBRE DE 2022
Maestría en Gobierno // Economía

En el Capítulo VII Sobre el Comercio Exterior de la obra Principios de Economía


Política y Tributación, el autor David Ricardo, propuso que un país debe
especializarse en aquellos bienes y servicios que pueda producir de manera más
eficiente y adquirir de otros países aquellos que produzca de manera menos
eficiente y desarrolla esta teoría del comercio exterior basado en la ventaja
comparativa y la especialización. La ventaja comparativa, como ya lo vimos en
clase, reside en el hecho de que cada país solo debería producir aquel bien que
posea el menor costo de oportunidad.

Para ello, plantea un ejemplo numérico del comercio entre Inglaterra y Portugal, en
la producción de Tejidos y Vinos, respectivamente y hace hincapié en que las
naciones han de especializarse y exportar aquello que mejor saben hacer.

Aun cuando, en los ejemplos que plantea el autor, Portugal tiene ventaja absoluta
en la producción de vino y tejidos, le resulta mejor importar el tejido de Inglaterra,
que utilizar una parte del capital que emplea en la producción de vinos, para producir
ahora tejidos como se muestra a continuación:

“En Inglaterra pueden darse tales circunstancias, que para producir el tejido se requiera el trabajo de
100 hombres durante un año; y si ella intentase producir vino, pudiera necesitar el trabajo de 120
hombres durante el mismo tiempo. Inglaterra, por tanto, encuentra interés en importar vinos y
comprarlos con la exportación de tejidos.
La producción del vino en Portugal puede requerir solamente el trabajo de 80 hombres en un año, y
para la producción de tejidos en el país pudieran necesitar 90 hombres por un tiempo igual. Le resulta,
por ende, ventajoso exportar vino a cambio de los tejidos.”

Inglaterra Portugal VENTAJA


ABSOLUTA
V 120 80
T 100 90 VENTAJA
COMPARATIVA
*Unidad de medida: Hombres

Al comparar dos países, incluso si uno de ellos posee ventaja absoluta en la


producción de dos bienes en relación con el otro, puede ser posible para ambos
países la obtención de un beneficio al comerciar entre ellos. Cuando un país se
especializa en los bienes en los que posee ventaja comparativa, la producción total
aumenta, es decir, Portugal al importar tejidos de Inglaterra, obtiene el beneficio de
no desviar el capital que utiliza para la actividad productiva en la que es bueno, para
producir otro producto, en el que es bueno pero que puede obtener del otro país,
intercambiándolo por el producto que ya producía desde un inicio, que es el Vino.

Como se visualiza en la tabla, si Portugal se especializa en la producción de vino e


importa tela, e Inglaterra se especializa en la producción de tela e importa vino,
ambos países puede obtener un beneficio de su ventaja comparativa.

Nancy María Cortés Gómez


Maestría en Gobierno // Economía

Sin el comercio exterior, cada país solo sería capaz de producir y consumir los
productos dentro o sobre su frontera de posibilidades de producción y no se
alcanzaría la relación de intercambio.

Así, con el comercio exterior, Portugal se enfoca en producir vino, que es más barato
de producir; y se beneficia al producir más vino del que consume, para realizar el
intercambio de este excedente por otros productos, en este ejemplo, por los tejidos
que produce Inglaterra, quien también se ve beneficiado, pues ha producido mayor
cantidad de tejidos de los que consume y el excedente lo ha intercambiado por el
vino que produce Portugal.

Aun cuando los aportes de David Ricardo a la ciencia económica fueron


significativos, especialmente debido a la contribución del principio de la ventaja
comparativa, dicha teoría se basa en la oferta y demanda recíproca, es decir,
regresando al ejemplo de Inglaterra y Portugal, que ambos países necesiten los
productos que el otro produce y que esto sea constante, sin embargo, si esta oferta
y demanda no se cumple ¿Qué es lo que sucede?.

Por otro lado, David Ricardo planteaba que existen dos maneras de acumular el
capital: “puede ahorrarse a consecuencia de un aumento de ingresos o de una
disminución del consumo”, en ambos casos, se añadiría, efectivamente, más a la
riqueza real del país, en el primer caso, sería a consecuencia del aumento de los
ingresos y, en el otro, por la disminución de los gastos.

Asimismo, menciona que los beneficios no se elevan por la extensión de los


mercados y que no se pueden aumentar jamás si no es por la reducción de salarios,
situación que solo ocurrirá cuando se abaraten los artículos en los que se gastan
los salarios. En ese tenor, si derivado del uso de maquinaria o el desarrollo del
comercio exterior, los artículos de primera necesidad disminuyen su precio, los
beneficios se elevaran.

En palabras sencillas, si los artículos que son necesarios para el trabajador, se


obtuvieran del comercio exterior, a precios más baratos, los salarios bajarían debido
a que el trabajador necesitara menos para obtener los productos de primera
necesidad y así, aumentarían los beneficios, por la reducción de los salarios y por
el ahorro en la importación de los bienes a menor precio.

Sin embargo, si los artículos que se obtienen a menor precio, ya sea, por el comercio
exterior o por el perfeccionamiento de la maquinaria, no son de primera necesidad,
los salarios no podrían descender y los beneficios se mantendrían igual.

Posteriormente, el autor puntualiza que el comercio no es meramente un trueque,


si no que busca, como en el caso de Inglaterra y Portugal, que el vino y los tejidos
importados se vendan por una cantidad de oro mayor de la que cuesta en el país
productor.

Nancy María Cortés Gómez


Maestría en Gobierno // Economía

Antes de esto, el autor describía de manera muy sencilla la manera de actuar de


ambos países, sin embargo, al momento de integrar a la ecuación el efecto que
produce el dinero, la cosa cambia.

Veamos el ejemplo de Inglaterra y Portugal:

Si en Inglaterra, por las razones que sean, se comienza a producir vino y tejidos, ya
no será necesario importar vino de Portugal, por lo que una parte del capital se
trasladaría del comercio exterior al interior, entonces, se dejarían de realizar tejidos
para exportar y se dedicarían a producir vino para su propio consumo; se seguirían
exportando tejidos a Portugal porque siguen costando más allá que en Inglaterra,
pero a cambio de los tejidos ya no se recibiría vino, si no, dinero, lo que causaría a
largo plazo, que el dinero se acumule en Inglaterra y se disminuya en Portugal, lo
que actuaría sobre el precio de los tejidos y dejaría de generar beneficios al
exportarlo. Ahora, Portugal ya no tendría tejidos…

Sin embargo, esto va más allá, pues la simple decisión de Inglaterra de producir su
propio vino para consumo, afectaría el precio de todas las mercancías, e
invariablemente, el dinero habrá variado de valor en ambos países bajando en
Inglaterra y subiendo en Portugal, por lo que la renta de Portugal sería menor que
antes y la de Inglaterra habría aumentado.

Siendo así, el perfeccionamiento del proceso de producción tiende a alterar la


distribución de los metales preciosos (oro o plata), al mismo tiempo, aumenta la
cantidad de mercancías y eleva todos los precios del país donde se ha
perfeccionado la manufactura.

Además de las mejoras en la manufactura, existen otras causas que actúan sobre
el comercio y el valor relativo del dinero, tales como primas a la exportación o
importación o la aplicación de impuestos, por lo que aun cuando dos países
mantengas las mismas condiciones, el valor del dinero no sería igual en ellos,
reflejándose más alto en el país donde se importa una mayor cantidad de dinero a
cambio de productos.

Nancy María Cortés Gómez

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