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VIA CRUCIS
INTRODUCCIÓN
ORACIÓN INICIAL
RELATOR - Señor mío Jesucristo, Tú anduviste con tan grande amor este
camino para morir por mí y yo te he ofendido tantas veces apartándome de
Ti por el pecado, hoy me invitas a tomar la Cruz y seguirte, caminando Tú
delante para darme ejemplo, ilumina mi alma con la luz de tu gracia para
que pueda meditar fructuosamente tus pasos dolorosos y decirte
sinceramente: te amo con todo mi corazón y porque te amo, me arrepiento
profundamente de todas las ofensas que te he hecho y quiero seguirte con
decisión y coraje.
Perdóname Señor, permíteme que te acompañe en este viaje. Vas a morir
por mi amor, pues yo también quiero vivir y morir por el tuyo, amado
Redentor mío. Amén.
GUIA - La cruz representa el peso de todos nuestros pecados. ¡Lo que Jesús
debe haber experimentado al sentir ese peso sobre sus hombros! Con cada
paso penetra más profundamente en nuestra experiencia humana. Va
recorriendo el camino de la miseria y el sufrimiento humanos, agobiado por
ese peso tremendo.
RELATOR: Entonces Pilato, tomó a Jesús y ordenó que fuera azotado. Los
soldados hicieron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza, le
echaron sobre los hombros una capa color púrpura y acercándose a él, le
decían:
GUARDIAS: ¡Viva el rey de los judíos!
RELATOR: Y le golpeaban en la cara con una caña, le escupían, y se
arrodillaban ante él para rendirle homenaje burlonamente.
GUIA - Observo la debilidad que hay en sus ojos. Puedo ver todo su cuerpo y
observar el agotamiento. Cuando le observo derribado, ensangrentado y sin
fuerzas comprendo de una vez por todas que Jesús conoce mi cansancio y
mis derrotas. Cuando lo veo levantarse una y otra vez, recuperándose
interiormente, comprendo el mensaje sin palabras para todos cuantos están
bajo el peso del pecado: volverse a poner en pie y reanudar el camino. Mi
Señor, danos la fuerza del Espíritu, para llevar contigo la cruz de nuestra
debilidad.
GUIA - María conoce las penas que hay en el corazón de toda madre que ha
perdido un hijo en la tragedia o la violencia, los vicios. Bien sabe ella de
sufrimientos, de desgarro, de pasión y de cruz. Les observo muy
cuidadosamente, y anhelo ese amor, esa paz. Y quiero esa fuerza habitando
en mi corazón. Madre de los Dolores, inspíranos los sentimientos de amor
con que acompañaste en este camino de amargura a tu divino Hijo Jesús
para poder sostener y ayudar como tú a nuestros hijos.
GUIA - Jesús llega hasta a experimentar nuestra lucha por recibir ayuda.
Tiene que experimentar la pobreza de no poder llevar su carga por sí mismo.
Pasa por la experiencia de todos aquellos que deben depender de otros para
sobrevivir. Hasta se ve privado de la satisfacción de llevar esta carga por sí
solo.
RELATOR: Los que iban delante quisieron apartarla, mas la mujer se abrió
paso a través de la multitud de soldados y esbirros, y llegó hasta Jesús, se
arrodilló a su lado y le ofreció el lienzo, diciéndole:
VERONICA: «Permite que limpie el rostro de mi Señor.»
RELATOR: Jesús cogió el paño con su mano izquierda, enjugó con él su cara
ensangrentada y se lo devolvió, dándole las gracias. Veronica, después de
haberlo besado, lo metió debajo de su capa y se levantó.
Luego lo observó y Se quedó atónita, el rostro de Jesús estaba en el lienzo y
ante esto ella se arrodilló, llorando y contemplando el milagro
v Bendita y alabada sea la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo
v Y los Dolores de Su Santísima Madre.
GUIA - El rostro sufriente de Jesús, Qué regalo !! . “Su” regalo, Para que
nosotros lo contemplemos por siempre. ¿Qué me dice el rostro de Jesús?
¿Qué es lo que veo, cuando observo detenidamente su rostro? Cualquier
gesto de bondad, de comprensión y de servicio deja en el corazón del
hombre una señal indeleble, son éstas las acciones con las que se forma la
identidad, el verdadero nombre del ser humano.
GUIA - Esta caída no debe tomarse como un fracaso, sino como acto del
verdadero amor hacia el prójimo. El esfuerzo Y el dolor son insoportables
pero, Él sigue, Su entrega es total, a tal punto de entregar su propia vida por
sus hermanos.
JESÚS - “Hijas de Jerusalén no lloren por mi, lloren más bien por ustedes y
por sus hijos. Porque vendrán días en que se dirá: “Dichosas las estériles,
los vientres que no engendraron y los pechos que no amamantaron. Porque
si esto hacen con el leño verde ¿Qué harán con el seco?”
GUIA - Hay en las palabras de Jesús a las piadosas mujeres, una alusión
muy directa a los días aciagos que bien pronto vendrían sobre Jerusalén;
pero hay también una alusión bien clara a lo que acontecerá a los hombres
en su vida espiritual. La única vida verdadera y eterna es la suya: Vida que
Él ha recibido del Padre,
GUIA - Esta última caída es devastadora. Jesús apenas puede seguir hasta
el final. Haciendo acopio de las fuerzas que le quedan, apoyado por su
confianza en Dios. Lo miran como un hombre destrozado, patético, y sin
embargo pagando un precio que según ellos, merece.
RELATOR: Jesús cae por tercera vez. Sus fuerzas físicas no le permiten
seguir cargando con el pesado madero. Jesús se desploma bajo el peso de
la cruz. Sus verdugos si dejar de azotarle lo ayudan a levantarse para que
pueda llegar a la colina de la crucifixión.
v Bendita y alabada sea la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo
v Y los Dolores de Su Santísima Madre.
RELATOR - Y así se cumplió la escritura que dice: “Se han repartido mis
vestidos, han echado a suerte mi túnica”
GUIA – Jesús asume una vez más la situación del hombre caído. Hago una
pausa para ver cómo le despojan de sus vestiduras. Contemplo todo lo que
le quitan. Cómo enfrenta la muerte en su desnudez y reflexiono sobre todo
lo que me ha revelado sobre sí, mostrándome su humildad sin reservas.
Concédenos un profundo respeto hacia el hombre en todas las fases de su
existencia y en todas las situaciones en las cuales lo encontramos. Señor,
danos el traje de la luz de tu gracia para vestir nuestras miserias humanas.
GUIA - Enormes clavos perforan sus pies y manos para fijarle a la cruz. Está
sangrando mucho más. Cuando levantan la cruz, el peso de su vida cuelga
de esos clavos. Cada vez que trata de erguirse para respirar, se le escapa
un poco más de vida. Me obligo a observar cómo los clavos perforan su
carne. Y observo su rostro. Contemplo la totalidad de su entrada en
nuestras vidas. ¿Acaso habrá algún dolor o agonía que él no pueda
entender? Y pienso: Esto es por mí. Jesús clavado en la cruz proclamando
eternamente la libertad a los cautivos. ¡Cuánto dolor y gratitud llenan mi
corazón!.
RELATOR - La gente estaba allí mirando, los jefes, por su parte, se burlaban
diciendo:
JEFES - Si salvó a otros, que se salve a sí mismo, ya que es el Mesías de
Dios, el Elegido.
JUDÍO - Si bajas de la cruz, creeremos en ti
RELATOR - Ellos seguían insultándolo y burlándose pero Jesús hablaba a
Dios Padre diciendo:
JESÚS - “¡PERDÓNALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN!”
RELATOR - Crucificaron con él también a dos ladrones, uno a su derecha y
el otro a su izquierda Uno de los malhechores lo insultaba diciendo:
LADRÓN MALO - ¿No eres tú el Mesías? ¡Sálvate a ti mismo y también a
nosotros!
RELATOR - Pero el otro lo reprendió diciendo:
BUEN LADRÓN - ¿no temes a Dios tú, que estas en el mismo suplicio?
Nosotros lo hemos merecido y pagamos por lo que hemos hecho, pero este
no ha hecho nada malo.
RELATOR - Y dirigiéndose a Jesús añadió:
BUEN LADRÓN - Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu Reino.
RELATOR - Jesús le respondió:
JESÚS - “EN VERDAD TE DIGO, QUE HOY MISMO ESTARÁS CONMIGO EN EL
PARAÍSO”.
RELATOR - Cerca de la cruz de Jesús estaba su Madre, con María, la
hermana de su Madre, esposa de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, al ver a
su Madre, y junto a ella, al discípulo que más quería, dijo:
JESÚS – “¡MUJER!... AHÍ TIENES A TU HIJO!”...
RELATOR - Después dijo al discípulo:
JESÚS – “AHÍ TIENES A TU MADRE”.
RELATOR - Y desde aquel momento el discípulo se la llevó a su casa.
GUIA - Entre dos criminales, con un título burlón sobre su cabeza, con
solamente María, Juan y María Magdalena para apoyarle, Jesús exhala su
último suspiro.
GUIA - En esta noche, Cristo de la Cruz, vine a rogarte por mi, pero al verte,
mis ojos van y vienen de tu cuerpo al mío con vergüenza. ¿cómo quejarme
de mis pies cansados, cuando veo lo tuyos destrozados? ¿cómo mostrarte
mis manos vacías, cuando las tuyas están tan llenas de heridas? ¿cómo
explicarte a ti mi soledad cuando en la cruz Alzado y solo estás? ¿cómo
explicarte que no tengo amor cuando tienes rasgado el corazón?. Ahora ya
no me acuerdo de nada, huyeron de mi todas las dolencias. El ímpetu del
ruego que traía se me ahoga en la boca pedigueña. Y sólo pido no pedirte
nada, estar aquí, junto a tu imagen muerta, ir aprendiendo que el dolor es
sólo la llave santa de tu santa puerta .amen.
REFLEXION FINAL:
GUIA - Allí está Cristo en el sepulcro Está muerto. Allí está la cruz,
recordándonos que Jesús no ha cerrado los brazos para cubrir su rostro
cuando lo golpeaban, ni para defenderse y tampoco los cierra ahora. Aún
cuando su cabeza ha caído, sus brazos están abiertos. Los ha abierto para
abrazar a sus enemigos y a toda la humanidad. Se abraza a su cruz.
RELATOR - Como hombre le temió, estremeciéndose ante la muerte; pero,
aún así, la abraza mostrándonos solo el amor que libera. Con valentía,
herido de amor, lleno de confianza Jesús abre sus brazos al duro madero…
RELATOR - Cristo muere, pero no su abrazo…
Allí está, dispuesto a brindar su abrazo a quien lo necesite. Y nosotros lo
necesitamos. Lo necesitamos para que nos ayude, nos de la fuerza y el valor
de abrazar a nuestra cruz. Casi siempre vamos a Cristo para pedirle que nos
alivie nuestra cruz, pero nunca nos acercamos para que nos enseñe a
llevarla. El pudo llevarla, y terminar con los brazos abiertos…
GUIA - Nosotros no podemos dejar que nuestros brazos se cierren. Aunque
haya clavos de prejuicios, comodidad y egocentrismo, no debemos dejar de
abrazar. Abrazo que muchos hermanos necesitan: los pobres, los oprimidos,
los rechazados. Abrazo con el poder de transformar esta sociedad de
doloroso viernes, en sociedad de Domingo de Pascua.
RELATOR: Jesús, gracias por morir por mí para salvarme y Que tu bendición,
Señor, descienda con abundancia sobre los que han conmemorado la
muerte de tu Hijo con la esperanza de su Santa Resurrección. Venga sobre
ellos tu perdón, tu consuelo, acrecienta su Fé y guíalos hasta su salvación
eterna. Por Cristo nuestro Señor. AMÉN.