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CRUZ.
Muy queridos hermanos y hermanas, el vía crucis o camino de la cruz que vamos
a iniciar es una práctica religiosa que se reza especialmente en tiempos de
cuaresma; es decir los 40 días antes del viernes santo, es una peregrinación que
hacemos en oración recorriendo sus 14 estaciones en las que recordamos los
momentos más dolorosos de la vida de Jesús durante su pasión y muerte en la
cruz; derramando toda su preciosa sangre por alcanzarnos el perdón de nuestros
pecados, para él no fue fácil todo ese caminar lleno de sufrimiento.
Por esto los cristianos al rezar lo tenemos que ir reflexionando sobre nuestras
propias faltas, arrepentirnos de ellas y pedir perdón por nuestros pecados a quien
amorosamente dio su vida por nosotros y hacernos el firme propósito de cambiar
de vida para ser buenos cristianos y tratar de no ofender a dios, que maría
santísima que estuvo junto a la cruz de su hijo nos ayude a alcanzar nuestra
conversión; al fiel cristiano que practique el piadoso ejercicio del vía crucis, se le
concederá la indulgencia plenaria.
ORACIÓN INICIAL.
GUÍA: Te adoramos oh cristo y te bendecimos.
TODOS: Que por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi pecador. Amén.
Señor Jesús, que recorriendo tu pasión y muerte en la cruz a lo largo de este vía
crucis meditemos en nuestras propias faltas y nos arrepintamos de ellas para
alcanzar tu perdón, señor hemos pecado contra ti, ten misericordia de nosotros,
bendita y alabada sea la sagrada pasión y muerte de Jesucristo y los dolores de
su madre santísima. Amen.
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Pecamos y nos pesa; ten misericordia de
nosotros que por nosotros padeciste. Un padre nuestro, Ave María y Gloria en
cada estación. Amén.
CANTO.
GUÍA: Madre llena de aflicción.
TODOS: De tu Hijo los dolores graban en mi corazón.
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Pecamos y nos pesa; ten misericordia de
nosotros que por nosotros padeciste. Un padre nuestro, Ave María y Gloria en
cada
e s ta c ió n . Amén.
C A N T O .
Jesús cae por primera vez, bajo el peso de la cruz que llevó a cuestas por nuestros
pecados, cada vez que pecamos hacemos más pesado el madero de esta cruz,
cada vez que pecamos es una caída en nuestras vidas que nos hace perder el
fervor
en dios y nos vuelve tibios de corazón, señor, ayúdanos a vencer las tentaciones
para no caer en el pecado, te pedimos perdón por los que no te piden.
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Pecamos y nos pesa; ten misericordia de
nosotros que por nosotros padeciste. Un padre nuestro, Ave María y Gloria en
cada estación. Amén.
CANTO.
enluedsotlrors maorímaenotossmdieradyesnáonsimqouiyerseufariymuideanrt,on,
oqudieundeamoas Jneusnúcsaeenncubeunstrca rml areían
en el camino y quien ama a María se encuentra con Jesús y por él su salvación,
señor que tu madre santísima nos alcance de ti, aliento calma y paz en todos los
momentos difíciles de nuestras vidas, te pedimos por todas las madres que tienen
a sus hijos enfermos y oprimidos en el vicio.
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Pecamos y nos pesa; ten misericordia de
nosotros que por nosotros padeciste. Un padre nuestro, Ave María y Gloria en
cada estación. Amén.
CANTO.
Llegó un momento en que los soldados se dan cuenta del gran esfuerzo que
Jesús hace en llevar la cruz y uno de ellos se compadece y obliga a un transeúnte
llamado simón de cirene para que lo ayude a cargarla, llevar una cruz era
signo de
humillación, Jesús nos enseña que debemos ayudar a otros a cargar sus cruces si
es necesario, pero muchas veces no lo hacemos porque preferimos estar
sumergidos en nuestros propios problemas y egoísmos; señor ayúdanos a servir
con humildad y entrega a nuestros hermanos.
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Pecamos y nos pesa; ten misericordia de
nosotros que por nosotros padeciste. Un padre nuestro, Ave María y Gloria en
cada estación. Amén.
CANTO.
Una mujer compadecida sin importarle el maltrato que le dieran los soldados se
acerca a Jesús y limpia su cara con un pañuelo y queda grabado su rostro en él,
neol qsuoétrodsirámnulcohsadsevmeáces,snos
fidjaemteonsemenoslads eapharcienr ceilabsi,ednepciomrqouseanmoasr da
Jvesrúgsü, epnezrao no hacemos nada por él, señor que nunca nos avergoncemos
por defenderte y servirte a través del prójimo.
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Pecamos y nos pesa; ten misericordia de
nosotros que por nosotros padeciste. Un padre nuestro, Ave María y Gloria en
cada estación. Amén.
CANTO.
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Pecamos y nos pesa; ten misericordia de
nosotros que por nosotros padeciste. Un padre nuestro, Ave María y Gloria en
cada estación. Amén.
CANTO.
adúenbemnonsuemsitraorsnosufrtaimniteontaosnodseobteromsosmsisemr omsá,
sqgueneternoesomsocsoqnuleosdesmpoájsa,rnqouse dneo nuestras
mezquindades aún en la adversidad.
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Pecamos y nos pesa; ten misericordia de
nosotros que por nosotros padeciste. Un padre nuestro, Ave María y Gloria en
cada estación. Amén.
CANTO.
Jesús casi sin fuerzas cae por tercera vez bajo el peso de la cruz, incontablemente
caemos en el pecado nos sentimos muchas veces debilitados por la violencia, el
orgullo, la envidia, la pereza, las pasiones desordenadas; pero no nos esforzamos
por levantarnos, Jesús si se levantó por amor a nosotros, hasta cuando nos
esforzamos por levantarnos del pecado, por amor a él. Señor ayúdanos a
entender
que el pecado nos destruye, que nos liberemos de él siendo más humanos con
nosotros mismos y con los demás, te pedimos por todos los enfermos.
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Pecamos y nos pesa; ten misericordia de
nosotros que por nosotros padeciste. Un padre nuestro, Ave María y Gloria en
cada estación. Amén.
CANTO.
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Pecamos y nos pesa; ten misericordia de
nosotros que por nosotros padeciste. Un padre nuestro, Ave María y Gloria en
cada estación. Amén.
CANTO.
En cada mano le atraviesan un clavo y con otros sus pies para fijarlo en la cruz, no
hay dolor físico más grande que este y sin embargo Jesús lo soportó por nosotros,
luego elevan la cruz y Jesús pende de esos clavos, cuánto dolor, pero Jesús no se
baja de la cruz; cuantas veces nosotros estamos llenos de buenas intenciones que
no se realizan porque nos falta decisión, desprendimiento para con el prójimo.
Jesús
danos la gracia para cambiar y así servir al prójimo con amor de caridad, te
pedimos por los que sufren en la guerra y en las catástrofes.
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Pecamos y nos pesa; ten misericordia de
nosotros que por nosotros padeciste. Un padre nuestro, Ave María y Gloria en
cada estación. Amén.
CANTO.
Jesús pasa tres horas en agonía, pero pide al padre perdón por todos nosotros y
entrega a su madre a juan y en él a todos nosotros, luego muere en la cruz. Lo
hizo
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Pecamos y nos pesa; ten misericordia de
nosotros que por nosotros padeciste. Un padre nuestro, Ave María y Gloria en
cada estación. Amén.
CANTO.
Jesús es bajado de la cruz y lo ponen en brazos de María, cuánto dolor para ella,
nadie más que ella puede entender los dolores que vivimos en cada sufrimiento,
ella trae consuelo esperanza y paz en el dolor. Señor que reconozcamos a tu
santísima madre como nuestra corredentora, te pedimos que alivies el dolor de
las madres
que pierden a sus hijos.
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Pecamos y nos pesa; ten misericordia de
nosotros que por nosotros padeciste. Un padre nuestro, Ave María y Gloria en
cada estación. Amén.
CANTO.
Jesús nace pobre en un portal y muere pobre sin tener tumba donde ser
enterrado, se compadece de él José de Arimatea quien pide su cuerpo a Pilato
para sepultarlo
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Pecamos y nos pesa; ten misericordia de
nosotros que por nosotros padeciste. Un padre nuestro, Ave María y Gloria en
cada estación. Amén.
CANTO.
ORACIÓN FINAL.
Señor Jesús tú has dicho: “venid a mí los que andáis cansados y agobiados que
yo os aliviaré”, después de meditar en tu pasión y muerte en la cruz, te
reconocemos como nuestro salvador, ayúdanos a sentir dolor por nuestras
ofensas, que nos
propongamos confesarlas y luchar por alcanzar nuestra santidad siguiendo tu
ejemplo de vida. Oh, María Santísima, Madre de Jesús y Madre Nuestra,
presérvanos siempre del pecado y de todo mal. Amén.