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I VIACRUCIS JUVENIL-VOCACIONAL
25 DE MARZO DE 2023
GUAYABAL DE SÍQUIMA
Por eso queridos jóvenes, nos congrega hoy la cruz de Cristo, misterio de
amor y de salvación, de dolor y glorificación. El lema que acompaña este
primer viacrucis juvenil-vocacional es “SIEMBRO CON LA CRUZ Y
ME ENAMORO DE JESÚS” es una clara invitación a ver nuestras
vidas desde el misterio pascual del Señor, desde la cruz que representa
nuestras vidas tan chocadas por los sin sabores de la vida, pero llena de
esperanza en un mejor mañana.
❖ Acto de contrición
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he
cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un
Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu
infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de
llevar a la vida eterna. Amén.
1
Primera estación: Jesús es condenado a muerte.
Te adoramos, ¡Oh Cristo!, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Sentenciado Señor por mí, entregas tu vida al poder y voluntad del mundo.
Señor ¿cuánto fue el precio de nuestra libertad?
Solo y despojado de tu dignidad vienes a mí con tanta bondad.
Hoy mi sentencia es la depresión, mi largo llorar. Solo y abandonado me
siento cada día más.
Más tu acompáñame en la soledad, sana mi depresión, libérame de esta
cárcel que me inquieta más.
Rompe mi silencio, sácame de la soledad, toma mi depresión y enciende en
mi pecho la llama de tu amor.
Sacúdeme Señor del sueño que me pasma más, despiértame a la vida que en
ella tus obras pueda alabar.
Toma mi sentencia, cárgala sobre tu espalda que pueda experimentar de tus
manos la libertad.
2
Segunda estación: Jesús carga con la cruz a cuestas.
Te adoramos, ¡Oh Cristo!, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
3
Tercera estación: Jesús cae por primera vez.
4
Cuarta estación: Jesús encuentra a su madre.
«¡Vosotros, los que pasáis por el camino, fijaos bien y mirad si hay un dolor
comparable al mío: a este dolor que me atormenta, ¡porque el Señor ha
querido afligirme en el día de su furor! A causa de esto, estoy llorando, mis
ojos se deshacen en llanto, porque está lejos de mí el consolador que podría
reanimarme. Mis hijos están desolados, porque triunfa el enemigo».
Palabra de Dios
R/. Te alabamos Señor.
En medio del dolor que felicidad tan grande, que encuentro providencial
entre creador y creatura. Cuánto sufre y llora la Madre del amor al
contemplar al hijo desfigurado por tu ingratitud. Es el encuentro más grande
de hijo y madre, cuánta riqueza la que nos da el Señor, que no hay en esta
tierra corazón tan parecido al de Dios mi Señor que el corazón de una madre
traspasado por el mismo amor.
Hoy la maternidad se debe reivindicar como signo claro de vida y de
cooperación con el Dios amor.
Mujer comprende tu dignidad y empodérate de luminosidad. Tu Dios te creo
para ser fuerte imagen de su amor. No denigres tu vocación, encuéntrate con
el Señor y a sus brazos ve a restaurar tu corazón.
5
Quinta estación: El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la
Cruz
Te adoramos, ¡Oh Cristo!, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
6
Sexta estación: La Verónica limpia el rostro de Jesús.
Te adoramos, ¡Oh Cristo!, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
«¿Quién creyó lo que nosotros hemos oído y a quién se le ¿Reveló el brazo del
Señor? Él creció como un retoño en su Presencia, como una raíz que brota de una
tierra árida, sin forma ni hermosura que atrajera nuestras miradas, sin un aspecto
que pudiera agradarnos. Despreciado, desechado por los hombres, abrumado de
dolores y habituado al sufrimiento, como alguien ante quien se aparta el rostro, tan
despreciado, que lo tuvimos por nada. Pero él soportaba nuestros sufrimientos y
cargaba con nuestras dolencias, y nosotros lo considerábamos golpeado, herido por
Dios y humillado.
Él fue traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras iniquidades. El
castigo que nos da la paz recayó sobre él y por sus heridas fuimos sanados. Todos
andábamos errantes como ovejas, siguiendo cada uno su propio camino, y el Señor
hizo recaer sobre él las iniquidades de todos nosotros. Al ser maltratado, se
humillaba y ni siquiera abría su boca: como un cordero llevado al matadero, como
una oveja muda ante el que la esquila, él no habría su boca».
Palabra de Dios
R/. Te alabamos Señor
Para orar: (Oscar)
Contempla joven en esta estación la mayor prueba de compasión. Un hombre
sin rostro va, condenado por tu voluntad. Mira la caridad de una joven mujer
que no dudó en dar lo mejor de su ajuar. Sin rostros vamos hoy muchos
jóvenes en el andar, desfigurados por nuestra propia maldad.
Limpia tus manos joven, ve tu bondad la misma que Cristo palpó en tu alma
cuando por amor la vida te dio.
Renueva tu imagen, cambia tu mente ya. Limpia tu alma y adórnala con
caridad. No dejes a un lado lo que Dios quiere hacer por ti ya.
Abrázate a tu cruz y busca en ella la vida, porque solo en ella el Señor te
salvará.
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria.
7
Séptima estación: Jesús cae por segunda vez.
8
Octava estación: Jesús consuela a las mujeres de
Jerusalén.
«Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se
lamentaban por él. Jesús, volviéndose a ellas, dijo: “Hijas de Jerusalén, no
lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos. Porque
llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no
engendraron y los pechos que no criaron! Entonces se pondrán a decir a los
montes: ¡Caed sobre nosotros! Y a las colinas: ¡Cubridnos! Porque si en el
leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?”»
Como objetos, cosa sin valor, tratadas han sido las mujeres, creación de
Dios.
Por placer las pueden buscar, por llenar vacíos y soledades, por mantener
hogares han sido solicitadas y maltratadas.
Pero cuántas maravillas llevan en el alma grabadas semejantes bellezas. Son
sensibles a la fe, prontas a la sanación y compasión. Solo las mujeres
pudieron tener la dicha de asistir en la agonía al Señor de la vida y más dicha
aún de verlo glorificado en el día del descanso a Jesús resucitado.
Valgan las mujeres lo que son y llenen ellas el lugar que de razón merecen
ocupar: el centro de la vida y la complementariedad del hombre vacío que
sin sentido va.
9
Novena estación: Jesús cae por tercera vez.
Te adoramos, ¡Oh Cristo!, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
«Pues para esto habéis sido llamados, ya que también Cristo sufrió por
vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus huellas. El que no cometió
pecado, y en cuya boca no se halló engaño; Él que, al ser insultado, no
respondía con insultos; al padecer, no amenazaba, sino que se ponía en
manos de Aquel que juzga con justicia; el mismo que, sobre el madero, llevó
nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros pecados,
viviéramos para la justicia; con cuyas heridas habéis sido curados. Erais
como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de
vuestras almas.»
Palabra de Dios
R/. Te alabamos Señor
Para orar: (Cristian)
Dios eterno, padre de infinita bondad, que reclamas con amor, lo miserable
de nuestro corazón. Falsos ídolos nos hemos fabricado, hechura de nuestras
manos sin redención. Juegos, música, dinero y lujosidad ocupan el centro de
nuestra felicidad.
Soltemos joven por un instante el ídolo que tus manos sujetan con sutil
vigorosidad.
Contempla a tu Señor, que, por amor a ti, cae con fragilidad, al suelo
derribado va la suprema divinidad.
He aquí a tu héroe que por amor al suelo va, es el héroe de la caridad, es el
mártir de la bondad. Solo a Él tu corazón darás; en tus manos la cruz te da,
llévala en tu pecho con suprema dignidad.
10
Décima estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.
Te adoramos, ¡Oh Cristo!, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
«Los soldados, después que crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos, con
los que hicieron cuatro lotes, un lote para cada soldado, y la túnica. La
túnica era sin costura, tejida de una pieza de arriba abajo. Por eso se
dijeron: “No la rompamos; sino echemos a suertes a ver a quién le toca.”
para que se cumpliera la Escritura: Se han repartido mis vestidos, han
echado a suertes mi túnica. Y esto es lo que hicieron los soldados.
11
Undécima estación: Jesús es clavado en la cruz.
Te adoramos, ¡Oh Cristo!, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
12
Duodécima estación: Jesús muere en la cruz.
Parece que la muerte no renunció a su poder, más hambre tiene del joven
que desesperado ve.
No busques tu propia muerte, tómate el tiempo que mereces.
Piensa en tu vida, piensa en tu familia, piensa en ti. Con la muerte puedes
terminar el mar de desdichas en el que te atragantas más. Pero con la muerte
tu desdicha pasa al que por amor sufre más.
Señor que en la cruz moriste, muriendo por mí y por más, con tu muerte
sepultaste todas mis tragedias, en ella te llevaste toda mi infelicidad.
Por mí Señor soportaste tanto dolor, muerte e iniquidad. Llévate mis
amarguras que no busque la muerte con las manos que me das.
La muerte es tan sólo un sueño de esas que vivo ya. Que muera yo al pecado
y en tu cruz resucita a la eternidad. Contigo quiero estar, en tu paraíso quiero
entrar, tómame en tus brazos y lléname de felicidad.
13
Décima tercera estación: Jesús es bajado de la cruz.
Te adoramos, ¡Oh Cristo!, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
14
Décima cuarta estación: Jesús es sepultado.
Te adoramos, ¡Oh Cristo!, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Contigo Jesús hemos llegado al final, tu muerte vida nos da. Un sepulcro no
puede evitar que renazca contigo a una vida sin igual. Sepultados contigo
queden mis pecados, mis miedos y temores, sepultados contigo la soledad y
el frío vacío de una vida sin claridad.
Quiero Señor contigo resucitar, contigo quiero triunfar, rotos ya mis ídolos
libre he de caminar. Rompe mis cadenas Señor, libertad quiero
experimentar, átame en los lazos de tu amor porque ellos son felicidad.
Siembra en mi corazón la esperanza de un mundo mejor y así de mis manos
forjarás el Reino de luz que en gracia se nos da.
El sepulcro no es el final, es tan solo el principio de una siembra sin par.
Siembra en el corazón del joven el germen del amor. Que en tu Resurrección
sienta la paz de una cruz que trae la salvación.
15
Oración
Señor, ayúdanos a vivir una vida espiritual fecunda, que sea capaz de
renunciar a nuestro orgullo.
Que pueda superar nuestros miedos, temores y sentir tu voz de consuelo.
Deseamos abandonarnos en tus manos, Señor, y sentir que contigo nuestra
vida es más liviana.
Bendícenos, Señor, y danos la alegría de ser tus discípulos, morir contigo y
resucitar a una nueva vida.
Amén.
16