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I ESTACIÓN

JESÚS CONDENADO A MUERTE


Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz
redimiste al mundo y a mí, pecador.
Lector: Los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y todo el
Sanedrín, después de haber atado a Jesús, le entregaron a Pilato y le
acusaron de muchas cosas.
Pilato propone liberar a Jesús, por la costumbre de liberar a un preso en
la fiesta de Pascua, pero el pueblo grita “a ese no, a Barrabas”. Después
de haber flagelado a Jesús, Pilato lo presenta a la gente, pero todos
gritan “Crucifícalo, crucifícalo”.
Les dice Pilato: “Tómenlo ustedes y crucifíquenlo, porque yo no encuentro
en él ningún delito”.
Entonces se lo entregó para que fuera crucificado.
Palabra de Dios.

Pidamos perdón al Señor por nuestras faltas en contra de los hermanos.


Digamos. R/ Señor, ten misericordia de nosotros.
- Cuando condenamos injustamente al prójimo…
- Cuando faltamos a la sinceridad de los demás.
- Por todas las veces que hemos oprimido a los más débiles…

Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.


Señor, pequé, ten piedad y misericordia de nosotros, bendita y alabada
sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lagrimas de su Santísima Madre al pie de la cruz.
Por tus sangrientos pasos Señor seguirte quiero y si contigo muero
dichoso moriré, piedad perdón te pido, pequé mi Dios pequé.
Jesús por todas tus penas misericordia. Señor.
II ESTACIÓN
JESÚS CARGA CON LA CRUZ
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz
redimiste al mundo y a mí, pecador.
Lector: Tomaron a Jesús y le cargaron el leño de la cruz, en la cual iba a
ser crucificado, para que la llevara hasta el lugar que se llama Calvario,
en hebreo Golgota (Jn. 19, 16-17)
Palabra de Dios.

Lector: La muerte de Jesús era una de las más crueles. El condenado


tenia que llevar el instrumento de su muerte hasta el lugar del suplico.
Desde su nacimiento Jesús estaba percibiendo ese dolor. Mientras, por
una parte, era la hora esperada, por otra era la hora de las tinieblas que
quieren deshacerse de la luz. Con Cristo cada hombre que sufre esta
llevando la Cruz, dando un motivo al redentor a su sufrimiento. El agobio
del dolor, llevado en compañía de Jesús, se vuelve más liviano y
meritorio; sin Él se vuelve ocasión de desesperación.

Invocamos la misericordia del Señor sobre nuestra situación humana.


Digamos: R/ Perdónanos, Señor.
- Por que muchas veces descargamos nuestra Cruz sobre los
demás…
- Si no aceptamos lo sufrimientos de la vida…
- Por todas las veces que hemos humillado a los demás…
Padre Nuestro
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de nosotros, bendita y alabada
sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pie de la cruz.
Por tus sangrientos pasos Señor seguirte quiero y si contigo muero
dichoso moriré, piedad perdón te pido, pequé mi Dios pequé.
Jesús por todas tus penas misericordia. Señor.
III ESTACIÓN

JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ


Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz
redimiste al mundo y a mí, pecador.
Lector: Los soldados se lo llevaron para ir a crucificarlo (Mt. 2731).
“El grave peso que siento me tiene en un estado de abatimiento y me
oprime hasta no poder” (Sal. 37-7).
Palabra de Dios.

Pidamos por todas las veces que hemos caído responsablemente en el


pecado, y confiemos en el Señor para levantarnos.
Digamos R/ Ayúdanos, Señor.
- Cuando estamos desanimados…
- En el momento de la tentación…
- Cuando buscamos levantarnos del pecado…

Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.


Señor, pequé, ten piedad y misericordia de nosotros, bendita y alabada
sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pie de la cruz.
Por tus sangrientos pasos Señor seguirte quiero y si contigo muero
dichoso moriré, piedad perdón te pido, pequé mi Dios pequé.
Jesús por todas tus penas misericordia. Señor.
IV ESTACIÓN
JESÚS ENCUENTRA A LA SANTISIMA MADRE.
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz
redimiste al mundo y a mí, pecador.
Lector: Junto a la Cruz, estaba su Madre (Jn. 19-25)
“¡Oh vosotros, todos los que pasáis por el camino, atended y mirad si hay
dolor que pueda compararse con el mío!” (Lam. 1,12).
Palabra de Dios.
Lector: El Dolor del Hijo es dolor de la Madre.
Ella esta unida a Cristo en el camino de la vida, como la esclava del Señor. En
ella se junta el dolor de ser Madre con el dolor de ver al inocente condenado a
causa de la ingratitud humana.
María todavía hoy sufre a causa del hombre que vuelve inútil el sacrificio de
Cristo; sufre por la indiferencia de tantos cristianos, la inconstancia, la
infidelidad al compromiso, la tibieza en el servicio de Dios.
La Madre sufre frecuentemente a causa de sus hijos; María, la madre de la
iglesia, acompaña a su Hijo en su dolor. Es un dolor que salva en unión con el
Sacrificio redentor de Jesús, y María se vuelve aceptar nuestro deseo de
bondad.

Digamos R/ Queremos consolarte, oh María.


- Por las ofensas a tu Hijo Jesús…
- Por lo que no aceptan tu maternidad virginal…
- Por los cristianos que se burlan de tu hijo Jesús…
- Por todos lo que viven en el pecado y en la indiferencia…

Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.


Señor, pequé, ten piedad y misericordia de nosotros, bendita y alabada
sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pie de la cruz.
Por tus sangrientos pasos Señor seguirte quiero y si contigo muero
dichoso moriré, piedad perdón te pido, pequé mi Dios pequé.
Jesús por todas tus penas misericordia. Señor.
V ESTACIÓN
JESÚS AYUDADO POR EL CIRINEO
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz
redimiste al mundo y a mí, pecador.
Lector: “Y a uno que pasaba por allí, cierto Simón Cirineo, que regresaba
del campo, le obligaron que cargara la Cruz en pos de Jesús”. (Mc. 15-
21; Lc… 23,26)
Palabra de Dios.
Lector: Este hombre fue obligado a ayudarle a Jesús, porque éste no
podía mas por su debilidad. Cada hombre tenia su Cruz, su sufrimiento.
¿Cómo cargamos nuestra Cruz? Si, somos débiles y la tentativa del
demonio es debilitarnos más. Si meditamos con más devoción la pasión
del Señor, sabremos llevar mejor las pruebas de la vida; y en vez de
revelarnos, encontraremos paz, también en la soledad, en el dolor en la
ingratitud.
Pero ¿Con que Espíritu llevaremos todo esto?
El Señor acepta a aquel que da con paciencia, sin cara tiste. Conscientes
de nuestra debilidad, pedimos al Señor que nos de su gracia para llevar
nuestra Cruz.

Digamos R/ Señor, ayúdanos a llevar nuestra Cruz.


- Por el momento del dolor físico o moral…
- Cuando estemos desanimados o solos…
- Para que nuestro dolor tenga sentido redentor contigo…

Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.


Señor, pequé, ten piedad y misericordia de nosotros, bendita y alabada
sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pie de la cruz.
Por tus sangrientos pasos Señor seguirte quiero y si contigo muero
dichoso moriré, piedad perdón te pido, pequé mi Dios pequé.
Jesús por todas tus penas misericordia. Señor.
VI ESTACIÓN
VERONICA ENJUAGA EL ROSTRO DE JESÚS
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz
redimiste al mundo y a mí, pecador.
Lector: “Lo vimos despreciado y repudiado como el más vil de los
hombres, cercado por todas partes de dolores, y su rostro oscurecido por
los oprobios”. (Ls. 53,3)
Palabra de Dios.
Lector: El cansancio, la sangre que la espinas le han derramado, el polvo,
la angustia de la pasión, desfiguran el rostro de Jesús.
Según una tradición, una mujer. Verónica, desafía la muchedumbre y le
va a enjuagar la cara. Recibiendo en cambio de su gesto amoroso, el
premio de la impresión del rostro de Cristo en el lino utilizado.
Quisiéramos también nosotros llevar impresos en nuestro corazón, la
imagen del Señor; llevar ese gesto esplendido. Mas ¿Cómo podemos, si
no tenemos el valor de una vida cristiana, si no logramos superar todas
las dificultades que vienen de las pruebas de la vida y de las tentaciones?
No podemos pretender de pate de Dios, si no tenemos ese valor de
auténtica vida cristiana.
Pedimos al Señor que, como bautizados nos haga dignos de tener la
imagen suya bien gravada en la vida.

Digamos R/ Queremos amarte, oh Señor.


- Por los que no te aman…
- Por los que nunca confían en ti…
- Por los que se olvidan de Ti y no santifican los días de fiesta…

Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.


Señor, pequé, ten piedad y misericordia de nosotros, bendita y alabada
sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pie de la cruz.
Por tus sangrientos pasos Señor seguirte quiero y si contigo muero
dichoso moriré, piedad perdón te pido, pequé mi Dios pequé.
Jesús por todas tus penas misericordia. Señor.
VII ESTACIÓN

JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ


Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz
redimiste al mundo y a mí, pecador.
Lector: “Los soldados llevaron a Jesús hacia el Calvario”. (Mc. 15,22)
“Tomo en verdad sobre si las penas de nuestros pecado. Le repudiamos
como leproso y herido de Dios y humillado” (ls. 53.3).
Palabra de Dios.
Lector: Una tradición dice que Jesús, después de unos pasos rumbo al
Calvario, volvió a caer.
Quizá le hemos dado nuestro empujón con el pecado que, después de
arrepentimiento, hemos vuelto a cometer. La carga del pecado de la
humanidad es demasiada.
El pecado es caída y rebeldía; caída del hombre y rebeldía a la ley de
Dios.
Jesús, puro y santo, con su caída redime las caídas humanas. De verdad
no aparenta ser Dios, y como hombre es tan humillado en el suelo que es
irreconocible.
Pisoteando su dignidad con el pecado, el hombre a pisoteado lo que Dios
le ha dado de noble y santo; por esto el santo, Jesús repara con su
humillación, el atropello a la imagen de Dios. Imploramos la piedad del
Señor sobre nuestros pecados.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.


Señor, pequé, ten piedad y misericordia de nosotros, bendita y alabada
sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pie de la cruz.
Por tus sangrientos pasos Señor seguirte quiero y si contigo muero
dichoso moriré, piedad perdón te pido, pequé mi Dios pequé.
Jesús por todas tus penas misericordia. Señor.
VIII ESTACIÓN

JESÚS ENCUENTRA A LAS PIADOSAS MUJERES.


Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz
redimiste al mundo y a mí, pecador.
Lector: Según unas mujeres que lloraban de tristeza por el “Mas Jesús
volviéndose a ellas les dijo” <<Hijas de Jerusalén no lloren por mí, sino
por ustedes mismas y sus hijos>> (lc. 23, .28).
Palabra de Dios.
Lector: Jesús aun tiene l fuerza para consolar. Dios es amor, también
frente a la maldad humana. Él consuela a estas mujeres que veían la
injusticia que se estaba cometiendo hacia el Santo. Los hombres nos
olvidamos fácilmente de los beneficios divinos recibidos o no lo sabemos
valorar.
Mientras nos duele por la pasión del señor, pensamos también en quien
la provocó. Cada quien llore por si mismo, por todas las veces en que,
olvidamos cumplir la voluntad de Dios y hemos escogido el camino
equivocado.

El Ver a Jesús, injustamente condenado, nos debe hacer reflexionar en


nuestros pecados, por los cuales debemos llorar y reparar.
Pedimos también por los que no piden, por todo pecado humano.
Digamos: R/ Queremos consolarte, Señor.
- Por la ingratitud humana…
- Cuando los hombres se olvidan de ti en la presencia en la
Eucaristía…
- Por los que desprecian la gracia recibida…
Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de nosotros, bendita y alabada
sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pie de la cruz.
Por tus sangrientos pasos Señor seguirte quiero y si contigo muero
dichoso moriré, piedad perdón te pido, pequé mi Dios pequé.
Jesús por todas tus penas misericordia. Señor.
IX ESTACIÓN

JESÚS CAE POR TERCERA VEZ


Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz
redimiste al mundo y a mí, pecador.
Lector: << Estoy afligido y abatido hasta lo máximo. Mi corazón esta
conturbado. Me faltan las fuerzas y aun la caridad de mis ojos se ha
oscurecido >> (Sal. 37,9,11).
Palabra de Dios.
Lector: Cuantas veces del pecado me he levantado; y después de la
confesión, he vuelto a caer una y otra vez. El amor infinito de Dios me
personara infinitas veces si fuera necesario, porque Jesús, aun por una
sola alma daría su vida. Para indicar la disponibilidad de la persona del
Señor, darnos ánimos para levantarnos, Jesús cae y se levanta. Dios nos
permite que seamos tentados más allá de nuestras fuerzas y nos ayuda
con su gracia para lograr mejor la victoria en las tentaciones.
<< Sin mi no pueden hacer nada >>, dice Jesús. Con Él todo lo podemos.
Confiemos en Él y pidamos que nos ilumine con su Santo Espíritu.
Particularmente en el momento de las decisiones.

Digamos: R/ Ilumínanos, Señor.


- En el momento de las decisiones importantes de nuestra vida…
- Cuando estemos cayendo en el pecado…
- Cuando nos piden ayuda espiritual en las dudas y en las
angustias…

Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.


Señor, pequé, ten piedad y misericordia de nosotros, bendita y alabada
sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pie de la cruz.
Por tus sangrientos pasos Señor seguirte quiero y si contigo muero
dichoso moriré, piedad perdón te pido, pequé mi Dios pequé.
Jesús por todas tus penas misericordia. Señor.
X ESTACIÓN
JESÚS DESPOJADOS DE SUS VESTIDURAS.
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz
redimiste al mundo y a mí, pecador.
Lector: << Los soldados le quitaron sus vestiduras y se las repartieron >>
(Jn. 19, 23; Mc 15.24). <<En mis carnes no hay parte sana. Me dieron hiel
por comida; y en mi sed me dieron a beber vinagre >> (Sal. 37.8;69,22).
Palabra de Dios.
Lector: La palabra de Dios hecha carne, el Santo de los Santos, Aquel
que el universo no puede contener está puesto, como uno de tanto, en
manos de burlones soldados, espectáculo para la grosería de los
enemigos, humillación para Él y para su madre María.
Le arrancan las vestiduras, que se habían pegado a su piel por las
heridas de la flagelación. Con tanto cariño María las había preparado
para su Hijo, para cumplir el templo Santo del Santísimo, ahora Dios
Padre permite que su Hijo sea Humillado hasta la profanación de su
honor. Tal vez para reparare las inmoralidades de la pornografía, la falta
de vergüenza por la desnudez en la infidelidad conyugal, el maltrato
sexual a la dignidad del cónyuge, la ofensa al honor de las personas y los
robos.

Digamos: R/ Perdónanos, Señor.


- Por todas las faltas hechas a la moralidad publica y a la decencia…
- Por todos los escándalos contra la pureza…
- Por todos los robos a la propiedad ajena…
- Por las calumnias con que se ha mermado la dignidad ajena…
- Por quedarnos pasivos ante la inmoralidad que se extiende …

Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.


Señor, pequé, ten piedad y misericordia de nosotros, bendita y alabada
sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pie de la cruz.
Por tus sangrientos pasos Señor seguirte quiero y si contigo muero
dichoso moriré, piedad perdón te pido, pequé mi Dios pequé.
Jesús por todas tus penas misericordia. Señor.
XI ESTACIÓN

JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ


Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz
redimiste al mundo y a mí, pecador.
Lector: << Llego al lugar de Golgota (Calvario) en donde le crucificaron y
con Él otros dos ladrones a su lado; y en medio Jesús>> Jesús decía
<<Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen >> (Lc. 23,33).
Palabra de Dios.
Lector: Mientras le clavan manos y pies en el madero, cada golpe
retumba a través de todo el mundo como anuncio. Nuestro Dios ha
amado tanto al mundo hasta entregarse a los carniceros y así pagar el
rescate. Cada golpe retumba también en el corazón de la Madre María.,
que recuerda las palabras de Simeón en la presentación de su hijo al
Templo: Una espada te atravesara el alma. De los labios de Jesús salen
siempre salen palabras de Perdón: “Padre, perdónalos porque no saben
lo que hacen” a cada golpe murmurara una palabra: “perdónalos”.

Digamos: R/ Enséñame a perdonar oh Señor.


- Para que sepa perdonar y comprender
- Cuando estamos desanimados por la incomprensión humana…
- En el momento en el que el odio parece prevalecer alrededor de
nosotros…

Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.


Señor, pequé, ten piedad y misericordia de nosotros, bendita y alabada
sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pie de la cruz.
Por tus sangrientos pasos Señor seguirte quiero y si contigo muero
dichoso moriré, piedad perdón te pido, pequé mi Dios pequé.
Jesús por todas tus penas misericordia. Señor.
XII ESTACIÓN

JESÚS MUERE EN LA CRUZ


Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz
redimiste al mundo y a mí, pecador.
Lector: << Era la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad
en toda la tierra hasta la hora nona, el velo del santuario se rasgó, en
medio y Jesús exclamando con voz potente dijo: Padre, en tus manos
encomiendo mi espíritu y en aquel instante murió>> (Le. 23,46).
Palabra de Dios.
Lector: ¡Cuantos detalles en este momento! Y todos, detalles de amor:
- Jesús perdona al buen ladrón y le promete el paraíso por su
pequeño acto de bondad.
- Nos da a su madre como Madre nuestra.
- Prueba el supremo dolor de la soledad: “Padre ¿Por qué me has
abandonado?”
- Encomienda su espíritu al Padre.

La tierra se estremece: su creador, la delicia de la creación, la luz


del mundo a muerto como hombre pecador, siendo el Santo, el
justo, el Bueno, el Amor. ¿Cómo agradecerle tanto perdón, tanta
misericordia? Frente a Jesús sumergido en las tinieblas de aquellos
tres horas.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.


Señor, pequé, ten piedad y misericordia de nosotros, bendita y alabada
sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pie de la cruz.
Por tus sangrientos pasos Señor seguirte quiero y si contigo muero
dichoso moriré, piedad perdón te pido, pequé mi Dios pequé.
Jesús por todas tus penas misericordia. Señor.
XIII ESTACIÓN

JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ


Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz
redimiste al mundo y a mí, pecador.
Lector: << Siendo ya tarde, vino un hombre rico de Arimatea, que se
llamaba José, y que también se había hecho discípulo de Jesús, fue
donde Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús, y el gobernador ordeno que
se lo entregaran>> (Mt. 57,58).
Palabra de Dios.
Lector: María como madre dolorosa, pide tener a su Hijo entre sus
brazos, lo había cuidado desde chico y amamantado. Hubiera querido
morir con Él, mas no. Ella es necesaria para la Iglesia y se queda todavía.
Hablémosle a ella para expresar nuestro dolor y arrepentimiento, frente al
momento de la prueba y la tentación, como la mayoría de los Apóstoles,
hemos abandonado cobardemente a nuestro Señor.
Digámosle que queremos cambiar y no echar por la borda la Pasión y
muerte redentora de su Hijo Jesús. Ella es la Madre de la misericordia;
pidamos permiso para poder besar esas llegas que le provocamos a
Jesús.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.


Señor, pequé, ten piedad y misericordia de nosotros, bendita y alabada
sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pie de la cruz.
Por tus sangrientos pasos Señor seguirte quiero y si contigo muero
dichoso moriré, piedad perdón te pido, pequé mi Dios pequé.
Jesús por todas tus penas misericordia. Señor.
XIV ESTACIÓN

JESÚS ES DEPOSITADO EN EL SEPULCRO


Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz
redimiste al mundo y a mí, pecador.
Lector: << José y Nicodemo tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron
con vendas y perfumes, según la costumbre que siguen los judíos para
enterrar a los muertos >> << y en el lugar donde fue crucificado había un
huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido
puesto ninguno. Allí, pues colocaron a Jesús>> (Jn 19,41-42).
Palabra de Dios.
Lector: Jesús con su muerte y su sepultura, lleva consigo a la muerte y a
la sepultura el pecado, con el cual había cargado. De allí nace el hombre
nuevo. Quisiéramos nosotros también estar en ese sepulcro: Sepultar al
hombre del pecado y renacer como hombres nuevos. Deben morir las
obras de las tinieblas, las obras de la carne, como dice San Pablo, a
saber: la fornicación, la impureza, el libertinaje, la idolatría, los odios y la
discordia, los celos y la ira, las rencillas y las divisiones, las disensiones y
las envidias, la embriaguez y las orgias. Contigo, oh Jesús, queremos
suputar todo eso. Llévanos contigo al sepulcro para que no vuelva a vivir
el hombre del vicio y del pecado.
Digamos: R/ Te lo pedimos Señor.
- Ayúdanos a sepultar al hombre viejo…
- Ayúdanos a dominar particularmente las pasiones, que más se
manifiestan en nosotros…
- Convierte nuestro corazón para que no vuelva a brotar las malas
inclinaciones…

Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.


Señor, pequé, ten piedad y misericordia de nosotros, bendita y alabada
sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pie de la cruz.
Por tus sangrientos pasos Señor seguirte quiero y si contigo muero
dichoso moriré, piedad perdón te pido, pequé mi Dios pequé.
Jesús por todas tus penas misericordia. Señor.
XV ESTACIÓN

LA ESPERA
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz
redimiste al mundo y a mí, pecador.
Lector: Una tradición Antigua dice que ese año el huerto de José de
Arimatea todavía no había florecido, aunque alrededor los árboles habían
ya echado flores. Los arboles de ese huerto florecieron en el momento en
que Cristo resucitó.
Palabra de Dios.
Lector: Con Cristo, resucita también el hombre. El esta destinado a dar
frutos, a ofrecer las flores de la virtud. EL mismo Apóstol San Pablo nos
invita a construir el nuevo hombre. Dando frutos según el espíritu: Amor y
alegría, paz y paciencia, afabilidad y bondad, fidelidad, mansedumbre y
dominio en sí. Los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con
sus pasiones y sus apetencias.
Si vivimos según el espíritu, obremos también según el espíritu.
Pidamos al Señor que nos ayude a cumplir esta obra de renovación en
nosotros y ser alrededor semilla de bondad.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.

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