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Mateo 5,7 “Bienaventurados los misericordiosos”

Introducción

La palabra «feliz» o «bienaventurado», pasa a ser sinónimo de «santo», porque expresa que
la persona que es fiel a Dios y vive su Palabra alcanza, en la entrega de sí, la verdadera
dicha.

Son camino a la santidad: “Son como el carnet de identidad del cristiano. Así, si alguno de
nosotros se plantea la pregunta: «¿Cómo se hace para llegar a ser un buen cristiano?», la
respuesta es sencilla: es necesario hacer, cada uno a su modo, lo que dice Jesús en el
sermón de las bienaventuranzas[66].

En las bienaventuranzas hay un hilo conductor que es la misericordia. Cuando yo


experimento en mi vida la misericordia de Dios por mi y por lo tanto experimento el amor
de Dios, es el primer paso para que nosotros por amor queramos realmente vivir estas
bienaventuranzas.

Por eso quiero detenerme sólo en una (para no extendernos mucho):


“Bienaventurados los misericordiosos”

El Señor nos dejó bien claro que la santidad no puede entenderse ni vivirse al margen de
estas exigencias suyas, porque la misericordia es «el corazón palpitante del Evangelio».

La misericordia recorre toda la biblia. ¿De qué nos habla la biblia? Del amor de Dios por
nosotros. Una vez un santo dijo (no me acuerdo el santo) que la biblia es como una carta de
amor de Dios dirigida a cada uno de nosotros.

La misericordia como uno de los temas centrales de la predicación de Jesús

Lo enseño en distintas parábolas y de distintas maneras: la parábola del deudor que se negó
a perdonar. En el padre nuestro.

La misericordia como empatía

La misericordia no significa ponerse por encima del otro y mirarlo con lástima. Sino que
uno de los aspectos de la misericordia, implica la capacidad de ponerse uno totalmente en el
lugar de otro.

Cuando nosotros logramos ponernos en el lugar del otro nos es mas fácil por ejemplo
perdonar, nos es más fácil tenerle paciencia, nos es más fácil ayudarlo.

Esto es lo que hizo Dios. Se acercó a nosotros haciéndose hombre: con sentimientos
humanos, “haciéndose semejante a nosotros en todo, menos en el pecado”.
Es decir, se acercó a la humanidad no como el Dios soberano, distante, remoto, aislado,
mayestático; sino como un hombre. El ejemplo supremo de misericordia.
Lo que Jesús en definitiva nos está diciendo con esta bienaventuranza es que el que la vive,
no solamente va a alcanzar misericordia, sino que también ha llegado nada menos que a
parecerse a Dios.

SVM

Pidamos a la virgen nos alcance la gracia de hacer carne en nuestras vidas estas enseñanzas
de Jesús

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