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"VIA CRUCIS VIVIENTE" - Con gestos corporales.

PARROQUIA SANTO CURA BROCHERO - 2023


INTRODUCCION:
Una vez más la Iglesia, nuestra madre y maestra, nos brinda la oportunidad de acercarnos a
Cristo, meditando su Pasión y su Muerte. Acompañaremos a Jesús en el camino de la Cruz.

GUIA 1 – Nos ponemos en presencia del Señor: Por la señal, de la Santa Cruz de nuestros
enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén

Amado Jesús, vamos a recorrer contigo las estaciones de tu agonía y tu muerte. Vamos a
pasar un poco de tiempo contigo, renovando el sacrificio que nos dio la vida. Por ese
sacrificio tuyo en la Cruz somos cristianos, y hemos recibido las gracias de Dios. Por ese
sacrificio tuyo hemos sido salvados. Ayúdanos a comprender un poco mejor, a amar un
poco más, para que después de meditar sobre estas estaciones de tu Vocación salvadora,
nosotros mismos nos decidamos a dar algo de nosotros. Tú que vives y reinas por los siglos
de los siglos. Amén.

GUIA 2 - Hermanos, no queremos que interpreten este vía crucis como un simple teatro. No
es para criticar la vestimenta, las expresiones, el escenario, sino para que en nuestro
interior, meditemos seriamente sobre nuestro compromiso, con la Iglesia, con el Cristo
Salvador y con nuestros propios hermanos. Vamos a vivir este vía crucis, de forma
personal, genuina y libre, donde todos podamos expresar nuestras emociones a través de
los distintos signos que se irán presentando en cada una de las estaciones. Pedimos
respeto, silencio y colaboración.

Comenzamos a recorrer este doloroso camino de la Cruz:

PRIMERA ESTACION: LA SENTENCIA DE JESUS


Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Los miembros del Sanedrín, como no podían ejecutar a nadie, llevaron a Jesús, de la casa
de Caifás, al Pretorio. Pilato no encontraba razones para condenar a Jesús, e incluso trató de
liberarlo, pero, ante la presión amenazante del pueblo instigado por sus jefes: «¡Crucifícalo,
crucifícalo!», «Si sueltas a ése, no eres amigo del César», pronunció la sentencia que le
reclamaban y les entregó a Jesús, después de azotarlo, para que fuera crucificado.

- Jesús está solo, preso y juzgado por mentiras; pero no tiene miedo.
- Esto sigue sucediendo hoy, cuando condenamos lo que hacen los demás, sin darnos
cuenta, estamos condenando a Jesús, a veces hasta peor que Pilato.
- Cuando un hermano desesperado necesita ayuda y no la encuentra en nadie.
- Cuando se oprime a quien no puede defenderse, a los niños, a los débiles, a las
mujeres... y nosotros callamos y los dejamos solos.

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A cada intención respondemos, escúchanos Señor.
 Que nuestra tentación del temor a los intereses del poder, como lo vivió Pilatos, no nos
lleve a negar los valores de nuestra conciencia. Roguemos al Señor.
 Que nuestra Iglesia tenga como único norte la defensa de los más pobres y no
sucumba a otros intereses. Roguemos al Señor.
 Que los cristianos podamos comprometernos en las estructuras sociales, políticas,
económicas y de justicia, para actuar con mayor sensibilidad ante los más débiles en
nuestro país. Roguemos al Señor.

ORACION:
Padre justo y misericordioso, que nos entregaste a Jesús,
perdónanos por haber abandonado a muchos hermanos en sus
problemas y en su soledad.
Padre Nuestro, avemaría, gloria.

(Avanzamos hasta la siguiente estación cantando)

SEGUNDA ESTACION: JESUS CARGA CON LA CRUZ


Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Condenado a muerte, Jesús quedó en manos de los soldados del procurador. Llegada la
hora, le cargaron la cruz en que había de morir y salieron camino del Calvario para allí
crucificarlo.
El peso de la cruz es excesivo para las debilitadas fuerzas de Jesús, convertido en un
espectáculo para todo el pueblo. No obstante, se abraza a su deseo de cumplir hasta el final
la voluntad del Padre: que cargando sobre sí el pecado, las debilidades y flaquezas de todos,
los redima.

- El peso de la cruz es el peso de los pecados de todos y cada uno de los seres humanos.
- Cada cual sabe cuánto peso ha puesto en la Cruz de Cristo.
- No hacemos lo que agrada a nuestro Padre Dios, lo ofendemos a Él y ofendemos a
nuestros prójimo.

SIGNO:
Vamos a escribir nuestro nombre en la cruz que lleva Jesús, como expresión del inmenso
amor que nos tiene a cada uno y como carga con nosotros, en su cruz.
En silencio, rezamos por todos los que sufren.

ORACION:
Padre del cielo, queremos ayudar a Jesús a cargar la Cruz. Aceptamos
vivir en paz en nuestra familia.
Aceptamos la convivencia diaria con nuestros amigos a pesar de las diferencias.
Aceptamos cargar la cruz hasta en los momentos más difíciles de nuestra vida.
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Credo….

CANTAMOS (Avanzamos hacia la siguiente estación)

TERCERA ESTACION: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ


Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Nuestro Salvador, agotadas las fuerzas por la sangre perdida en la flagelación, debilitado
por los sufrimientos físicos y morales que le infligieron aquella noche, en ayunas y sin haber
dormido, apenas pudo dar algunos pasos y pronto cayó bajo el peso de la cruz. Se
sucedieron los golpes de los soldados, las risas y expectación del público. Jesús, con toda
la fuerza de su voluntad, logró levantarse para seguir su camino.

Jesús cae porque pesan nuestros pecados, miserias, vicios, injusticias, infidelidades,
mentiras.
- ¡Cuánto tendrías que cargar si tuvieras que cargar con los pecados de todos los que
estamos aquí!

A cada intención respondemos, escúchanos Señor.

 Oremos por los cansados y fatigados de la vida. Que descubran en Jesús la alegría de
vivir. Roguemos al Señor.
 Oremos por los enfermos, que sientan a Jesús acompañándolos en su enfermedad y
sufrimiento. Roguemos al Señor.
 Oremos por los humillados, que a ejemplo de Jesús, humillado y maltratado, reciban la
fortaleza para continuar el camino de la cruz. Roguemos al Señor.

ORACION:
Padre del cielo, oye las súplica de tu Hijo Jesucristo.
Reconocemos nuestras culpas. No ayudamos a levantar a los
que han caído; guardamos silencio ante muchas situaciones
personales y comunitarias que te ofenden. Amén
Padrenuestro…..

CUARTA ESTACION: JESUS SE ENCUENTRA CON SU MADRE.


Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

En su camino hacia el Calvario, Jesús va envuelto por una multitud de soldados, jefes judíos,
pueblo... También se encuentra allí María, que no aparta la vista de su Hijo, quien, a su vez, la
ha visto en la muchedumbre. Pero llega un momento en que sus miradas se encuentran, la de
la Madre que ve al Hijo destrozado, la de Jesús que ve a María triste y afligida, y en cada uno
de ellos el dolor se hace mayor al contemplar el dolor del otro, a la vez que ambos se sienten
consolados y confortados por el amor y la compasión que se transmiten.

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- Cuando todos dejaron solo a Jesús, su madre viene a acompañarlo.
- Todos necesitamos de una madre. Ella nos enseña a amar; está presente en nuestras
alegrías, pero sobre todo está presente en nuestras tristezas y enfermedades.
- En los momentos más duros de nuestra existencia, personal y comunitaria, la santísima
Virgen María está a nuestro lado.
- Cuantas veces la presencia de una madre de familia, una esposa, una hermana, una hija,
nos recuerda el amor de María.

ORACIÓN:
Padre misericordioso,
que quisiste asociar íntimamente a María Santísima a la obra
redentora de tu Hijo,
haz que, como ella, tengamos compasión del caído;
que como ella, miremos con ojos de bondad a quienes nos ofenden; que
reconozcamos la bondad de la mujer y la respetemos.
Ave María…..

QUINTA ESTACION: SIMON DE CIRENE AYUDA A JESUS CON LA CRUZ


Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Jesús salió del pretorio llevando a cuestas su cruz, camino del Calvario; pero su primera caída
puso de manifiesto su agotamiento. Temerosos los soldados de que la víctima sucumbiese
antes de hora, pensaron en buscarle un sustituto. Entonces, el centurión obligó a un tal Simón
de Cirene, que venía del campo y pasaba por allí, a que tomara la cruz sobre sus hombros y
la llevara detrás de Jesús. Tal vez Simón tomó la cruz de mala gana y a la fuerza, pero luego,
movido por el ejemplo de Cristo y tocado por la gracia, la abrazó con resignación y amor y fue
para él y sus hijos el origen de su conversión.

- Jesús viene a salvar a todos los hombres, y quiere que le ayudemos a realizar su misión,
Para que seamos buenas personas, constructoras de una comunidad viva.
- Para ser compasivos y no maltratar al prójimo. Para que en todas partes haya más justicia.
Para que nos llevemos mejor unos con otros.
- Para que cada quien se arrepienta de corazón y viva en el amor
- ¡Qué gran responsabilidad ayudar a Jesús en la tarea de salvar a los demás!

SIGNO:
Como signo, de ayuda mutua, de compasión, de solidaridad con el otro, vamos apoyarnos
mutuamente en el hombro del que esta al lado.

ORACION:
Dios de la vida, que enviaste a tu Hijo a hacerse carne y a redimir nuestra historia por su

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muerte en la cruz.
Danos tu Espíritu Santo que nos haga colaboradores en la misión de Jesús. Enséñanos a ver
que nuestros hermanos también necesitan que les ayudemos a llevar la cruz de la vida.
Padre Nuestro

SEXTA ESTACION: LA VERONICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESUS


Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Dice el profeta Isaías: «No tenía apariencia ni presencia; lo vimos y no tenía aspecto que
pudiésemos estimar. Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de
dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no lo tuvimos en cuenta».
Es la descripción profética de la figura de Jesús camino del Calvario, con el rostro
desfigurado por el sufrimiento, la sangre, los salivazos, el polvo, el sudor... Entonces, una
mujer del pueblo, Verónica de nombre, se abrió paso entre la muchedumbre llevando un
lienzo con el que limpió piadosamente el rostro de Jesús. El Señor, como respuesta de
gratitud, le dejó grabada en él su Santa Faz.

- Sangre, polvo, sudor, heridas, moretones, hinchazón: ¡ni parecía el mismo Jesús!, de pronto,
una mujer se arriesga a darle consuelo. Ella, la Verónica, le limpió la cara. Fue la única
valiente. Los demás tenían miedo y eran cobardes.

- También nosotros somos así. Nos da vergüenza que nos vean rezando; nos da miedo hablar
de Dios a los demás; nos da miedo ser honestos; nos da miedo ir a un grupo para opinar;
callamos nuestra condición de cristianos. Nos da vergüenza pedir perdón a los que hemos
ofendido. Por miedo, dejamos que se cometan injusticias.
- La Verónica no tuvo miedo de salir al encuentro de Jesús y ser su amiga. Por ese acto de
valentía, Jesús le dejó para siempre su rostro.

SIGNO:
Vamos a tomarle de las manos a quien esté a nuestro lado y vamos a mirarnos a los ojos por
unos minutos, y en esa mirada ver a Jesús. Le ofrecemos a esa persona nuestras manos
para cuidar de él, para que siempre conserve su dignidad.

ORACION:
Señor Jesús, en varias ocasiones pasaste a nuestro lado y no te reconocimos. Nos gusta más
ver tu rostro de niño Dios en el pesebre;
o tu rostro doliente en una imagen de madera;
pero nos cuesta reconocerte en el rostro de los que sufren, los que lloran, los que tienen
hambre, los que están enfermos.
Gloria.

Cantamos y avanzamos a la siguiente estación.

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SEPTIMA ESTACION: JESUS CAE POR SEGUNDA VEZ.
Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Jesús había tomado de nuevo la cruz y con ella a cuestas llegó a la cima de la empinada calle
que daba a una de las puertas de la ciudad. Allí, extenuado, sin fuerzas, cayó por segunda
vez bajo el peso de la cruz. Faltaba poco para llegar al sitio en que tenía que ser crucificado, y
Jesús, empeñado en llevar a cabo hasta la meta los planes de Dios, aún logró reunir fuerzas,
levantarse y proseguir su camino.

A veces pensamos que no hemos ofendido gravemente a Dios. Y sin embargo Jesús
vuelve a caer. Otras veces creemos que ya hemos cambiado lo suficiente... pero Jesús
vuelve a caer. Cuando nuestra familia cree que vamos a ser diferentes pero no pasa nada,
Jesús vuelve a caer. Cuando los niños son objetos de maltrato y abuso por parte de los
mayores, Jesús vuelve a caer. Cuando nadie hace nada por remediar las situaciones de
injusticia, Jesús vuelve a caer.

ORACION:
¡Ten piedad de mí, oh Dios,
por tu bondad, por tu gran compasión,
borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de
mi culpa y purifícame de mi pecado!
Porque yo reconozco mis faltas y mi
pecado está siempre ante mí. Contra ti,
contra ti solo pequé e hice lo que es
malo a tus ojos.
Padre Nuestro, avemaría, gloria

OCTAVA ESTACION: LAS MUJERES LLORAN AL ENCONTRAR A JESUS


Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Dice el evangelista San Lucas que a Jesús, camino del Calvario, lo seguía una gran multitud
del pueblo; y unas mujeres se dolían y se lamentaban por Él. Jesús, volviéndose a ellas les
dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos».
Mientras muchos espectadores se divierten y lanzan insultos contra Jesús, no faltan algunas
mujeres que, desafiando las leyes que lo prohibían, tienen el valor de llorar y lamentar la
suerte del divino Condenado.

- Las mujeres siempre están presentes en las situaciones de dolor y angustia, y son las
primeras en brindar ayuda. Las mujeres lloraban porque veían a Jesús sangrando, sucio, y
cargando una cruz tan grande y pesada.
- Sabían que Jesús estaba pasando por una situación injusta, y que la gente no comprendía
ni valoraba su sufrimiento.

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- Jesús, olvidándose de su dolor, se detiene a consolar.
- Nosotros casi nunca lloramos por el mal que hacemos, ni nos detenemos a consolar a los
que sufren.

A cada intención respondemos, escúchanos Señor.

 Señor Jesús, tu dignificaste a la mujer y la trataste siempre con respeto y cariño, ayuda
a nuestra sociedad a terminar con toda forma de discriminación y violencia contra las
mujeres. Roguemos al Señor.
 Señor Jesús, tu elegiste mujeres para ser tus discípulas y ellas te acompañaron con su
cariño y con sus bienes, ayúdanos a valorar siempre el aporte femenino y la
participación de la mujer en nuestra Iglesia. Roguemos al Señor.
 Señor Jesús, tu que a todos amas por igual, haz que descubramos que no existe
superioridad del hombre ni sometimiento de la mujer. Roguemos al Señor.
ORACION:
Señor Jesucristo, nacido de una mujer;
consuela a las mujeres que lloran junto a nuestro camino de muerte,
levanta a las que están caídas, y ayúdanos a promover rectamente a la mujer.
Ayúdanos a amarnos unos a otros con amor de hermanos;
que estemos con los que lloran para consolarlos; que nos
importe de verdad el dolor de los demás.
Ave María

NOVENA ESTACION: EL PESO DE LA CRUZ SE HACE INSOPORTABLE, JESUS CAE


POR TERCERA VEZ.
Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Una vez llegado al Calvario, en la cercanía inmediata del punto en que iba a ser crucificado,
Jesús cayó por tercera vez, exhausto y sin fuerzas ya para levantarse. Las condiciones en
que venía y la continua subida lo habían dejado sin aliento.
Jesús agota sus facultades físicas y psíquicas en el cumplimiento de la voluntad del Padre,
hasta llegar a la meta y desplomarse. Nos enseña que hemos de seguirle con la cruz a
cuestas por más caídas que se produzcan y hasta entregarnos en las manos del Padre vacíos
de nosotros mismos y dispuestos a beber el cáliz que también nosotros hemos de beber.

- Ver a Jesús caído por tercera vez nos hace recordar nuestras repetidas caídas personales
y las de nuestros hermanos: caídas y recaídas en el error, la miseria, la injusticia, la
indignidad, en medio de estas situaciones está Jesús que cae.

SIGNO:
Vamos a dejarnos caer al suelo……y permanecemos un momento en ese lugar,
imaginándonos el peso de la cruz, y la gravedad de nuestros pecados.

Cuantas veces, vemos a nuestros hermanos caídos y miramos para otro lado, o pasamos

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de largo frente a estas situaciones? O en lugar de imitar a Jesús que lucha por levantarse y
continuar la marcha, más bien imitamos a los soldados que lo golpean para siga en el piso y
no se levante.?
Frecuentemente, en lugar de ayudar, estorbamos; en vez de construir, destruimos; en vez
de hablar bien, maldecimos; en vez de levantar a Jesús caído, lo pisoteamos

ORACION:
Padre misericordioso,
que te compadeces de todas las miserias de la humanidad
y despiertas sentimientos de solidaridad cristiana
en hombres y mujeres de buena voluntad, ayúdanos
a ser tus amigos siempre,
a querer cada día más a los demás, a animar y apoyar a todos para que
crezcan y se desarrollen,
y a reconocer a tu hijo en todos los caídos.

Gloria.

DECIMA ESTACION: LOS SOLDADOS DESPOJAN DE SUS ROPAS A JESUS


Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Los soldados despojaron a Jesús, sin cuidado ni delicadeza alguna, de sus ropas, incluidas
las que estaban pegadas en la carne viva, y, después de la crucifixión, se las repartieron.
Para Jesús fue sin duda muy doloroso ser así despojado de sus propios vestidos y ver a qué
manos iban a parar. Y especialmente para su Madre, allí presente, hubo de ser en extremo
triste verse privada de aquellas prendas, tal vez labradas por sus manos con maternal
solicitud, y que ella habría guardado como recuerdo del Hijo querido.

- A Jesús, no sólo le quitaron la ropa; también le quitaron sus derechos. Pronto le quitarían
también la vida. ¿Quiénes lo hicieron? Sus enemigos, los malvados, los que no le creen; los
ladrones, los chismosos que le quitan la buena fama a los demás; los vendedores de droga
que matan a la juventud; los vendedores de sexo que despojan de inocencia a los
pequeños; los que maltratan a los débiles.
- Por favor Ya no desnudemos más a Jesús.

SIGNO:
En esta estación, como signo, vamos a quitarnos nuestros calzados, y continuar sin ellos.
Vamos a despojarnos de eso que nos da seguridad, y que nos expone vulnerables ante la
sociedad. Así como Jesús fue despojado de TODAS sus vestiduras, imaginemos por un
momento, lo que nosotros sentimos, con solo dejar nuestros pies desnudos, inimaginable lo
que sintió Jesús.

ORACION:
Señor Jesucristo, que te despojaste de tu gloria divina para hacerte siervo

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y someterte a la muerte humillante de la cruz, para salvarnos.
Quítanos la ropa de hombres pecadores,
y revístenos como en el día de nuestro bautismo, con la luz de tu verdad
para que vivamos con la dignidad de sabernos hijos tuyos, en una familia de hermanos.
Padre Nuestro

UNDECIMA ESTACION: JESUS ES CLAVADO EN LA CRUZ.

Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos


Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

«Y lo crucificaron», dicen escuetamente los evangelistas. Había llegado el momento terrible


de la crucifixión, y Jesús fue fijado en la cruz con cuatro clavos de hierro que le taladraban
las manos y los pies. Levantaron la cruz en alto y el cuerpo de Cristo quedó entre cielo y
tierra, pendiente de los clavos y apoyado en un saliente que había a mitad del palo vertical.
En la parte superior de este palo, encima de la cabeza de Jesús, pusieron el título o causa
de la condenación: «Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos». También crucificaron con él a
dos ladrones, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
El suplicio de la cruz, además de ser infame, propio de esclavos criminales, era
extremadamente doloroso, como apenas podemos imaginar. El espectáculo mueve a
compasión a cualquiera que lo contemple y sea capaz de nobles sentimientos. Pero
siempre ha sido difícil entender la locura de la cruz, necedad para el mundo y salvación
para el cristiano.

- Jesús es clavado todos los días en los heridos de las guerras, en las víctimas de
accidentes y asaltos, en los enfermos m e n t a l e s , e n l o s a d i c t o s , en los presos de
las cárceles, en los niños de la calle, en los enfermos y moribundos de los hospitales. En
las casas de la gente que no consiguió nada para comer, y en la de los que robaron para
conseguirlo.
- En todos los que sufren injusticias y miserias. En todos los que no han sentido el amor de
los demás.
- Este es el Jesús que sufre a diario en los hermanos más abandonados.

A cada intención respondemos, escúchanos Señor.

 Oremos por el Papa, Obispos, Presbíteros y Diáconos. Que sean fieles al Evangelio
anunciado por Jesús y trabajen en favor del Pueblo de Dios. Roguemos al Señor.
 Oremos por los Consagrados y Consagradas. Que su misión evangelizadora sea
siempre mostrar el rostro misericordioso de Dios. Roguemos al Señor.
 Oremos por aquellos en los que hoy sigues crucificado, los enfermos, migrantes,
abusados, discriminados, etc. Danos un corazón misericordioso como el tuyo para no
abandonarlos a su suerte y acompañarlos para mitigar su dolor y despertar en ellos la
esperanza de la salvación. Roguemos al Señor.

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ORACION:
Perdónanos, Señor,
porque seguís crucificado por la falta de amor en el mundo.
Perdón por las guerras, por las incomprensiones, por no saber perdonar. Perdón por las
injusticias de unos pueblos contra otros.
Perdón por maltratarnos entre nosotros;
por no entender que cuando hay corrupción, traición, falta de honradez, te estamos
crucificando de nuevo.

Padrenuestro, avemaría y gloria.

DUODECIMA ESTACION: JESUS MUERE EN LA CRUZ

Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos


Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Desde la crucifixión hasta la muerte transcurrieron tres largas horas que fueron de mortal
agonía para Jesús y de altísimas enseñanzas para nosotros. Desde el principio, muchos de
los presentes, incluidas las autoridades religiosas, se desataron en ultrajes y escarnios
contra el Crucificado. Poco después ocurrió el episodio del buen ladrón, a quien dijo Jesús:
«Hoy estarás conmigo en el paraíso». San Juan nos refiere otro episodio emocionante por
demás: Viendo Jesús a su Madre junto a la cruz y con ella a Juan, dice a su Madre: «Mujer,
ahí tienes a tu hijo»; luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre»; y desde aquella hora el
discípulo la acogió en su casa. Después de esto, nos dice el mismo evangelista, sabiendo
Jesús que ya todo estaba cumplido, dijo: «Tengo sed». Tomó el vinagre que le acercaron, y
añadió: «Todo está cumplido». E inclinando la cabeza entregó el espíritu.

SIGNO:
Vamos arrodillarnos, cerrar los ojos, y pensar en Jesús que muere de amor por nosotros. En
silencio adoramos el Misterio de su Muerte redentora, y oramos por todos los que
agonizan y mueren.

CANTO.

DECIMOTERCERA ESTACION: MARIA RECIBE EN SUS BRAZOS EL CUERPO DE


JESUS

Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos


Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Para que los cadáveres no quedaran en la cruz al día siguiente, que era un sábado muy
solemne para los judíos, éstos rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran;

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los soldados sólo quebraron las piernas de los otros dos, y a Jesús, que ya había muerto,
uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza. Después, José de Arimatea y
Nicodemo, discípulos de Jesús, consiguieron el permiso de Pilato y por otros discípulos del
Maestro, se acercaron a la cruz, desclavaron cuidadosa y reverentemente los clavos de las
manos y los pies y lo descolgaron.
Al pie de la cruz estaba la Madre, que recibió en sus brazos y puso en su regazo maternal el
cuerpo sin vida de su Hijo. Imagen de amor y de dolor, expresión de la piedad y ternura de
una Madre que contempla, siente y llora las llagas de su Hijo martirizado.
María es madre en todas las etapas de la vida. Ella es madre nuestra, refugio de pecadores,
y espera que también nosotros resucitemos a una vida nueva con Jesús.

ORACION: CANTO

DECIMOCUARTA ESTACION: JESUS ES SEPULTADO

Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos


Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

José de Arimatea y Nicodemo tomaron luego el cuerpo de Jesús de los brazos de María y lo
envolvieron en una sábana limpia que José había comprado. Cerca de allí tenía José un
sepulcro nuevo que había cavado para sí mismo, y en él enterraron a Jesús. Mientras los
varones procedían a la sepultura de Cristo, las mujeres que solían acompañarlo, y sin duda
su Madre, estaban sentadas frente al sepulcro y observaban dónde y cómo quedaba
colocado el cuerpo.
Después, hicieron rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro, y regresaron todos a
Jerusalén.
Con la sepultura de Jesús el corazón de su Madre quedaba sumido en tinieblas de tristeza y
soledad. Pero en medio de esas tinieblas brillaba la esperanza cierta de que su Hijo
resucitaría, como Él mismo había dicho.
En todas las situaciones humanas que se asemejen al paso que ahora contemplamos, la fe
en la resurrección es el consuelo más firme y profundo que podemos tener. La tumba no es
el final, es tan sólo un paso. La fe en la resurrección es el consuelo más firme y profundo que
podemos tener.

Vamos a reflexionar sobre todas esas cosas, situaciones, que queremos enterrar, lo que no
nos permite ser discípulos y misioneros de Cristo….ofrezcamos estas situaciones, para
poder resucitar con Cristo a una vida más libre.

A cada intención respondemos, escúchanos Señor.


 Oremos por todos los cristianos. Que seamos siempre signos de vida eterna y
discípulos y misioneros del Evangelio de Jesús. Roguemos al Señor.
 Oremos por nuestras familias y comunidades cristianas. Que vivamos siempre en
fraternidad, solidaridad y amor al prójimo, como familia de Dios. Roguemos al Señor.

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 Oremos por los excluidos de la sociedad. Que nuestras palabras y acciones les
acojan a imagen de Jesús de Nazaret. Roguemos al Señor.

ORACIÓN
Desde tu sepultura, Señor, nos invitas a todos a la reflexión,
la soledad y a meditar en el misterio;
a saber, descubrir en el silencio,
la silenciada voz de la esperanza. Amén.

Padrenuestro Ave maría

ORACIÓN FINAL Padre amado, hemos realizado el camino recorrido por Jesús;
ayúdanos a valorarlo como muestra de amor y entrega. Derrama sobre nosotros el
Espíritu de la Verdad para que nos enseñe a vivir la comunión y a ser testigos de la
vida en el mundo. Que tu amor esté siempre en nuestro corazón para contagiar a
todos la alegría de sabernos hermanos. Que mostremos este amor orando
intensamente por todos, Amén.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo… Amén (Nos retiramos en
silencio)

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