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Presentación: “Vía Comentario inicial: Nos reunimos este Viernes Santo para reflexionar en
Crucis” en latín, o el camino que recorrió Jesús hacia el Calvario, en el cual lleva a término
“Camino de la Cruz”. la obra de la redención que el Padre le había encomendado. Es el
También se le llama momento culminante de su vida: por su muerte en la cruz y su
Estaciones de la Cruz y resurrección gloriosa de entre los muertos, hace que nosotros podamos
Vía Dolorosa. Se trata de acercarnos libre y confiadamente a Dios. Este santo Vía Crucis se
un camino de oración que convierte en signo de nuestro diario vivir. “Él ha tomado sobre sí nuestros
busca adentrarnos en la sufrimientos”, nos enseña Dios por medio del profeta Isaías, porque
meditación de la Pasión de Jesucristo ya ha asumido nuestro peregrinar terreno. En este santo
ejercicio descubramos cómo camina Jesús con nosotros, y cuáles son las enseñanzas que nos da y
ofrece para nuestras vidas.
Por la señal, de la Santa Cruzde nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
ACTO DE CONTRICIÓN
Jesús mi Señor y Redentor yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me
pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno, propongo firmemente no
volver a pecar, y confío en que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas
y me has de llevar a la vida eterna. Amén.
PRIMERA ESTACIÓN:
V/. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos:
R/. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
SEGUNDA ESTACIÓN:
V/. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos:
R/. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
“Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,
tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por
mí, la encontrará. Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O
¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?”
Oración: Señor Jesús, Fuente de la sabiduría, de quien procede todo don perfecto, ilumina la mente y
la conciencia de los gobernantes y de los que ejercen autoridad sobre los hombres, para que conscientes
de su servicio y misión por una sociedad más digna y justa, sean verdaderos instrumentos de bien, y así
nuestros campos, pueblos y ciudades tengan en Ti vida abundante. A Ti, que vives y reinas por los
siglos de los siglos. Amén.
TERCERA ESTACIÓN
V/ Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos,
R/Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
CUARTA ESTACIÓN
V/. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos:
R/. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Oración: Padre Amado, nos has dado un modelo de vida en la Virgen María. Ayúdanos a hacer de nues-
tra vida un lugar en donde reine el amor, la unidad y la paz; sobre todo mira aquellas mujeres que sufren
el desprecio y la marginación de una sociedad donde la cultura del descarte no en pocas veces recae sobre la
mujer, ayúdanos Padre por intercesión de la Santísima Virgen María a hacer siempre tu voluntad. Por
Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor. Amén.
QUINTA ESTACIÓN
V/. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos:
R/. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
SEXTA ESTACIÓN
V/. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos:
R/. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
“Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis
a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.»”
Oración: «Reconociendo en los hermanos que sufren el rostro de Jesús», oremos por todas las
personas que llegan a nosotros huyendo de la guerra, de la violencia, víctimas de la injusticia en la
violación de sus derechos y de sus bienes fundamentales, para que encuentren de nuestra parte una
buena acogida y les ayudemos en la medida de nuestras posibilidades a encontrar soluciones a sus
angustias. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
SÉPTIMA ESTACIÓN
V/. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos:
R/. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Reflexión: Hoy aparecen muchos cristos caídos, a veces aparecen derrotados, incapaces, unos con
culpa y otros por mutaciones y circunstancias. Es el caso de jóvenes que están presos por la
drogadicción y la prostitución mientras se niegan la oportunidad de estudiar y prepararse para la vida;
es también el caso de tantos profesionales y de muchas otras personas que no tienen un trabajo estable
ni menos un salario justo y digno para poder sustentar sus vidas y sus familias. Jesús caído nos muestra
que el camino hay que seguirlo, hay que recorrerlo, levantándose y tener la decisión de seguir adelante,
ser optimistas, dedicados, mirar el horizonte, la gloria se alcanza luchando y venciendo, pasando por la
cruz se llega a la resurrección. Además tendamos la mano a quienes están en diversas situaciones de
postración y desánimo en el camino de la vida.
Oración: Señor Jesucristo, en las adversidades de la vida danos la fortaleza para vencer la incapacidad
de renacer, de levantarnos, de seguir caminando, para que podamos acceder a una vida significativa y
productiva, de tal manera que en nuestro quehacer cotidiano seamos agentes constructores de vida,
dignidad y paz. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
OCTAVA ESTACIÓN:
V/. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos:
R/. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
“Se fue a una ciudad llamada Naím, e iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre. Cuando se
acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era
viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad. Al verla Jesús, tuvo compasión de ella, y le
dijo: No llores. Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: Joven, a ti te
digo: Levántate. El muerto se incorporó y se puso a hablar, y Jesús se lo dio a su madre”.
Oración: ¡Oh buen Jesús!, te pedimos por las mujeres que se sienten solas; por las que no
encuentran sentido a su vida; por las marginadas y usadas como objeto de placer y de consumo; por las
que han sido maltratadas y abandonadas por sus esposos, para que contemplando a la Santísima Virgen
María, puedan comprender mejor su dignidad y la grandeza de su misión. A Ti, que vives y reinas por
los siglos de los siglos. Amén.
NOVENA ESTACIÓN
V/. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos:
R/. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
“Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre
vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.”
Reflexión: El peso de los maderos se acrecienta a cada paso. Jesús cae. La tierra cubre su rostro y
empasta sus heridas. No resiste más. Sus fuerzas, al límite de lo humano. Pero su fidelidad es mayor
que el dolor. Una vez más se sobrepone. Hay que seguir, Señor. Si es posible alíviame de este trance,
pero que se haga tu voluntad, Padre. Jesús se reincorpora y prosigue, es la actitud que deben tomar
quienes pierden el sentido de la vida a causa de los diversos problemas y angustias de la cotidianidad.
Los últimos pasos son terribles, pero se mantiene fiel a su Palabra: el buen pastor da la vida por sus
ovejas. Mantiene viva la esperanza.
Oración: Señor, tú eres la Vida que da sentido a nuestra vida. Te pedimos que resucites a los que están
muertos en vida en las cárceles, para que mediante la intercesión de la Virgen de la Merced, adquieran
la verdadera libertad de los hijos de Dios y los hagas libres de cualquier esclavitud, de modo que
experimenten la alegría de la salvación. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
DÉCIMA ESTACIÓN
V/. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos:
R/. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
“Los soldados, después que crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos, con los que hicieron cuatro
lotes, un lote para cada soldado, y la túnica. La túnica era sin costura, tejida de una pieza de arriba
abajo. Por eso se dijeron: "No la rompamos; sino echemos a suertes a ver a quién le toca." Para que
se cumpliera la Escritura: Se han repartido mis vestidos, han echado a suertes mi túnica. Y esto es lo
que hicieron los soldados”
Reflexión: Llegamos al calvario. Jesús, agotado y exhausto, es desnudado ante la multitud. La guardia
romana, que detentaba el poder, comete la injusticia más grande: no sólo condenan a un inocente, sino
que además lo humillan e intentan quitarle lo más propio del hombre: su dignidad. Y lo desnudan, así
como desnudan hoy a todos aquellos hombres y mujeres cuando se les trata como objetos
reemplazables, según las necesidades del mercado laboral. A otros los consideran desechables, sin
oportunidades, les quitan las posibilidades de ser, sin igualdad. Intentan quitarles la dignidad cuando
los obligan a mendigar un derecho propio, cuando los explotan, cuando se abusa de ellos. Pero ellos,
al igual que Jesús, a pesar de la impotencia por la situación, a pesar de quedar en ridículo ante los ojos
de los demás, a pesar de la desesperación y la angustia, se resisten a perder su dignidad. Y aceptan su
destino, saliendo todos los días, por ellos y por sus familias, caminando con el diario en la mano, como
cargando una pesada cruz.
Oración: Señor, conscientes de que la fuerza de nuestra misión reside en el testimonio que damos,
ayúdanos a escuchar permanente y comunitariamente tu Palabra, para que unidos podamos crecer en
santidad y en identidad como discípulos tuyos, y así llevemos al mundo el testimonio de nuestra vida
para que nuestra misión evangelizadora en este tiempo sea significativa y eficaz. Tú, que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén.
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UNDÉCIMA ESTACIÓN:
V/. Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos:
R/. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Oración: Padre Bueno, que creaste todas las cosas y nos diste un mundo tan hermoso. Te pedimos para
que todos sepamos cuidar tu creación. Que respetemos la vida de los animales, de los bosques. Que no
abusemos de la naturaleza ni la ensuciemos con contaminación. Pedimos por quienes defienden las
bellezas naturales, las especies en extinción, por quienes trabajan por un mundo más limpio. Te
suplicamos también para que todas las personas puedan gozar de la naturaleza y los bienes que ella nos
provee. Padre Bueno ayúdanos a conservar el planeta y a repartir las riquezas de la naturaleza para
beneficio de todos. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
“Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta
la hora nona. El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: Padre, en
tus manos pongo mi espíritu; y, dicho esto, expiró”
“Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los
judíos, pidió a Pilato autorización para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. Fueron,
pues, y retiraron su cuerpo. Fue también Nicodemo - aquel que anteriormente había ido a verle de
noche - con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo
envolvieron en vendas con los aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar”.
Todos nosotros formamos familia, en este año en que celebramos el congreso Eucarístico Diocesano,
pidámosle al Señor se quede en nuestros brazos como en María, para que esposos y esposas, padres y
madres, hijos y hermanos, vivan la unidad del amor de Dios y en la fidelidad como comunidad de
personas en torno a Jesús Eucaristía. Pidamos la bendición de Dios para que a todos nos ilumine en las
dudas que tenemos, nos sostenga en las dificultades, nos consuele en los sufrimientos de cada día. Que
nuestros hogares sigan siendo nidos donde se nace y se crece en el amor, la fe, la solidaridad, el respeto
y la vida comunitaria. María de Nazaret, Madre de la Iglesia, inspira ternura y comprensión a todas
nuestras familias.
Oración: OH Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra, Padre que eres amor y
vida, haz que cada familia humana sobre la tierra se convierta, por medio de tu Hijo, Jesucristo,
“nacido de Mujer”, y del Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y
del amor para las generaciones que siempre se renuevan. Haz que tu gracia guíe los pensamientos y las
obras de los esposos hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo. Haz que las
jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte apoyo para su humanidad, su crecimiento en la
verdad y en el amor. Por tu Hijo, Jesucristo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios por los siglos de los siglos. Amén.
“En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el que
nadie todavía había sido depositado. Allí, pues, porque era el día de la Preparación de los judíos y el
sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús”.
Este es el mensaje para nuestros pueblos. Dios no nos abandona en el dolor, en la injusticia y el
sufrimiento. Nos quiere libres y libres para amar, empeñados en la construcción de la civilización del
amor. Sumando nuestros esfuerzos para empezar hoy y aquí la fraternidad, la paz y la justicia
anheladas. Nos propone a todos el camino de Jesús. Camino de cruz, camino de esperanza y
liberación. Camino de donación, dar la vida para que otros vivan.
Oración final: Dios de la vida, son incontables las carencias materiales, espirituales y morales que
afligen hoy a la humanidad y que mantienen a millones de seres humanos suspendidos en una situación
degradante, indigna, dolorosa, y no pocas veces repugnante a la dignidad humana. Ayúdanos a resucitar en
Cristo, recuperando los valores del Reino que hemos perdido y la dignidad de nuestro ser como personas y
hermanos en Cristo. Por tu Hijo, Jesucristo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios por los siglos de los siglos. Amén.