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CAMPUS DE MADRID
FACULTAD DE TEOLOGÍA
SECCIÓ N DE TEOLOGÍA PASTORAL
Trabajo final:
“Los jóvenes y la Palabra de Dios”
Sobre el Antiguo Testamento en la pastoral con jóvenes
Madrid – 2022
1 INTRODUCCIÓN
¿La Palabra de Dios está haciendo vivir a los jó venes? ¿Qué piensan los jó venes del
Antiguo Testamento? ¿Có mo lo entienden? ¿Qué dificultades encuentran? ¿Dios sigue
hablá ndoles en él?
La Sagrada Escritura, la Biblia, es uno de los modos privilegiados a través del cual
Dios habló y sigue hablando con sus hijos. Por ella se dio y se sigue dando a conocer. En
ella se guardan, se atesoran, cantidad de historias de amor entre un Dios que busca a su
criatura, y nosotros, que lo buscamos a É l.
Antes la dificultad podía ser material, cuando las personas no tenían acceso a estos
textos, o no sabían leer ni leerlos. Y sin embargo hoy, sabiendo leer, teniendo los textos
por todas partes, a un clic de distancia, o casi en cada hogar, cristiano al menos; la
distancia -y la ignorancia- de la Palabra de Dios, del Antiguo Testamento sobre todo,
sigue limitando esta comunicació n, este encuentro, entre los jó venes con el Señ or.
Puede encontrar Dios infinitas maneras de comunicarse con sus jó venes, pero no hay
duda de que su Palabra es un camino privilegiado. ¿Có mo reconectar, có mo reabrir este
camino?
1
Christus Vivit 224.
2
Eso intento en las siguientes pá ginas: animar un acercamiento, en estilos y
modalidades, entre el Antiguo Testamento y la pastoral con jó venes.
“La economía del Antiguo Testamento estaba ordenada, sobre todo, para
preparar, anunciar proféticamente y significar con diversas figuras la venida de
Cristo redentor universal y la del Reino Mesiá nico. Mas los libros del Antiguo
Testamento manifiestan a todos el conocimiento de Dios y del hombre, y las
2
Evangelii Gaudium 174.
3
formas de obrar de Dios justo y misericordioso con los hombres, segú n la
condició n del género humano en los tiempos que precedieron a la salvació n
establecida por Cristo. Estos libros, aunque contengan también algunas cosas
imperfectas y adaptadas a sus tiempos, demuestran, sin embargo, la verdadera
pedagogía divina.”3
Si bien afirmamos las dificultades lingü ísticas y teoló gicas del Antiguo Testamento,
hemos de reconocer la intensidad y belleza de muchas de sus narraciones. Este estilo
narrativo es especialmente significativo en nuestros tiempos, por la conexió n emocional
que pueden despertar las historias en su lector. De allí que esta cualidad sea una fuerte
potencialidad de los textos del Antiguo Testamento.
3
Dei Verbum 15.
4
M. NAVARRO, Las 7 palabras de Mercedes Navarro, Madrid 1996, 34.
4
Lo confirman numerosas películas y series de televisió n y cine inspiradas en
historias bíblicas: sus historias son atractivas, emocionantes, inspiradoras. De allí el
valor en acercar los textos del Antiguo Testamento a los jó venes, intentando sobrevolar
las dificultades sintá cticas para encontrarnos con su verdadero mensaje.
Creo que se genera una potenciació n negativa en este distanciamiento: mientras los
jó venes se alejan de la Iglesia porque la Iglesia no explica la Palabra, los jó venes se
alejan de la Palabra, por alejarse cada vez má s de la Iglesia. Y este distanciamiento de la
Palabra es tomar también distancia de esa voz de Dios que los busca en la Escritura.
5
Documento Final de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos "Los
jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional", Roma 2018, 53. En adelante: DF.
5
la Iglesia con la experiencia fraterna de los pequeñ os grupos de oració n, que se vuelven
rostro nuevo y concreto de la comunidad eclesial.
Propongo aquí las cuatro claves, inspiradas en las primeras comunidades cristianas,
que brinda el libro “La Biblia en grupo – Doce itinerarios para una lectura creyente”:
leer el texto bíblico en profundidad, y desde él iluminar la propia vida; contemplar la
vida y referirse a textos bíblicos que nos ayuden a comprenderla; leer la Palabra en el
seno de la comunidad, permitiendo que el Espíritu Santo y los hermanos -los cercanos,
los expertos, etc.- nos ayuden a descubrir su hondo significado; finalmente, comprender
la Escritura -y la propia vida- bajo la clave de la vida de Jesú s y especialmente de su
Resurrecció n. 6
Es decir, esa bú squeda de orientació n, propia del tiempo juvenil, puede servirnos
para introducirlos en el aprendizaje del discernimiento, encontrando la guía que se
necesita en la Palabra de Dios. Esto, como afirmá bamos, es parte de una escuela, implica
una educació n en la fe mediante la cual ir conociendo y confrontando el proceso, pero
podemos estar con ello ofreciéndole a los jó venes una herramienta que les sirva en esta
etapa especialmente, y luego a lo largo de todas sus vidas.
“Hay una forma concreta de escuchar lo que el Señ or nos quiere decir en su
Palabra y de dejarnos transformar por el Espíritu. Es lo que llamamos «lectio
divina». Consiste en la lectura de la Palabra de Dios en un momento de oració n
para permitirle que nos ilumine y nos renueve.”8
Con todo, constatamos razonablemente la distancia que puede haber hoy en día
entre los jó venes y el Antiguo Testamento, pero reconocemos de igual manera cuá ntos
senderos abiertos y oportunidades tenemos a disposició n.
7
Verbum Domini 104.
8
Evangelii Gaudium 152.
7
Quisiera desarrollar, en el siguiente apartado, un ejemplo de lectura creyente y
pastoral del Antiguo Testamento, desde el cual evidenciar, tanto en forma como en
contenido, lo mucho que hay disponible para el encuentro entre Dios y los jó venes.
Elijo el relato de la vocació n del profeta Jeremías, Jer 1, 4-10, para la lectura
reflexiva. La selecció n del texto representa desde sí una opció n pastoral; así como
mencioná bamos que las primeras comunidades cristianas iluminaban sus realidades
desde la Palabra, intentaré buscar algunas luces acerca de la relació n entre los jó venes y
la Palabra (en el Antiguo Testamento) desde este texto del joven profeta. Y lo haré
intercalando algunas de las pistas que nos da el método de la lectio divina, evidenciando
prá cticamente esta propuesta teó rica en sus primeros pasos -lectura, meditació n y
oració n.
Lectura – Lectio. Luego de invocar al Espíritu, en una atmó sfera creyente, que así
es como se escucha la Palabra, comenzamos encontrá ndonos con el texto. Leemos cada
una de sus palabras, detenidamente:
9
El texto está tomado de la versió n bíblica del Libro del Pueblo de Dios.
8
Meditación – Meditatio. Nos dedicamos luego a meditar el texto, a reflexionar
sobre él. Podemos buscar primero la ayuda de expertos, estudiando un poco la figura de
Jeremías, y su contexto. Acudimos al libro de P. Andiñ ach sobre la Teología del Antiguo
Testamento –“El Dios que está ”10
El ministerio de Jeremías va del 627 al 587 a.C., y su profecía se destaca por estar
íntimamente expresada desde sus vivencias personales. Se cree que es una obra
literaria que preparada por escrito directamente, má s que un relato luego registrado.
Eso sitú a el relato a cierta distancia de la realidad histó rica, aunque de ningú n modo se
niegue, y con una intencionalidad específica de ser leída, dá ndole al lector un lugar
activo frente a dicha obra.
10
P. R. ANDIÑ ACH, “El Dios que está. Teología del Antiguo Testamento”, Estella 2014, 239-250.
11
Ibíd., 240.
9
“Mientras que en el caso de Isaías se trata de purificar su boca de los pecados
y en el de Moisés de responder a una dificultad física en su habla, en el caso de
Jeremías se trata de capacitar a quien siente que no tiene condiciones para la
tarea.”12
Todo esto será posible por la asistencia fiel del Dios que lo eligió y lo llama: “Yo
estoy contigo, yo pongo mis palabras en tu boca, yo te establezco en este día”. Esto
confirma, ademá s, que la misió n no se apoya en las cualidades del profeta elegido sino
que es pura gracia de Dios, como afirma el Diccionario del profetismo bíblico14.
Desde aquí, habiendo recibido ayuda para reflexionar sobre los significados
concretos y contextuados del relato, ahondamos preguntá ndonos qué nos dice sobre los
jó venes de hoy y la Palabra de Dios en el Antiguo Testamento.
12
Ibíd., 242.
13
Ibíd., 242-243.
14
J. L. BARRIOCANAL, “Vocació n” en Diccionario del profetismo bíblico, Burgos 2008, 780.
10
“Aquellos relatos son un espejo en el que se reconoce todo el que se siente
vocacionado: la presencia divina, su misió n, el diá logo, la duda, la resistencia, el
abandono, la confianza, la asistencia del Señ or…”15
La Escritura puede así servir de reflejo dó nde los jó venes puedan animarse a
plantear, cuestionar, discernir y decidir su vocació n. Lo afirmado por el Sínodo de
jó venes sobre la vocació n de Samuel podría leerse perfectamente desde la vocació n de
Jeremías:
“El relato (…) permite darse cuenta de cuá les son los rasgos fundamentales
del discernimiento: la escucha y el reconocimiento de la iniciativa divina, una
experiencia personal, una comprensió n progresiva, un acompañ amiento paciente
y respetuoso del misterio en acto, una destinació n comunitaria. La vocació n no se
impone a Samuel como un destino que debe padecer; es una propuesta de amor,
un envío misionero en una historia cotidiana de confianza recíproca.”16
Tal vez una buena manera de afianzar la cercanía de los jó venes a este texto del
Antiguo Testamento será invitá ndolos a actualizar, desde ellos, un relato semejante. La
oració n podría consistir, por ejemplo, en entrar ellos en la escena e imaginar có mo se
sienten al recibir la palabra del Señ or, que llega hacia ellos expresá ndoles toda su
predilecció n, su conocimiento, su consagració n, desde el inicio de sus historias. Qué
respuesta se despierta en ellos, de disponibilidad o de objeciones, y cuá les son
concretamente. Có mo los asiste Dios en esas dificultades, reconociendo que así lo hizo
con Jeremías, abrazando su inseguridad y confirmá ndolo con sus gestos y palabras.
Finalmente, có mo creen ellos que puede expresarse su vocació n, a qué creen que los va
llamando o invitando Dios en estos tiempos, en su contexto, sea de modo concreto o sea
simbó licamente, cuyo significado se sigue encontrando en el tiempo…
15
Ibíd., 780.
16
DF 77.
11
nosotros reconocemos en su persona. Y finalmente, la misión -missio- con la cual,
explícita o implícitamente, termina todo encuentro con la Palabra y a la cual mueve todo
auténtico llamado vocacional.
4 CONCLUSIONES
“El Señor Dios llamó al hombre y le dijo: ¿Dónde estás?”
Gn 3, 9
Tal vez la primera conclusió n que reconozco aquel mismo punto de partida de
reconocer y aceptar dicha distancia, nombrando, explicitando el desafío de buscar una
mayor inclusió n de la Sagrada Escritura, del Antiguo Testamento en este caso, en
nuestra actividad pastoral con jó venes. Porque, dadas las dificultades expuestas, entre
muchas otras, el riesgo puede ser el de evitar la dificultad, buscando reemplazar la
Palabra por textos má s contemporá neos, má s simples, menos conflictivos. Y sin
embargo, hemos de convencernos de que la Escritura es irremplazable, de que Dios
sigue hablando hoy de un modo muy especial y privilegiado a través de sus textos y de
que los jó venes siguen también abiertos y sensibles a ello, aunque necesiten en su
mayoría iniciació n y acompañ amiento para lograrlo.
12
“Para ello, necesitan testigos y maestros, que caminen con ellos y los lleven a
amar y a comunicar a su vez el Evangelio, especialmente a sus coetá neos,
convirtiéndose ellos mismos en auténticos y creíbles anunciadores.”17
17
Verbum Domini 104.
18
Lumen fidei 8.
13
5 BIBLIOGRAFÍA
ANDIÑ ACH, P. R., “El Dios que está. Teología del Antiguo Testamento”, Editorial Verbo
Divino, Estella 2014.
CONCILIO ECUMÉ NICO VATICANO II, Constitución dogmática Dei Verbum, Roma 1965.
Documento Final de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos "Los
jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional", Roma 2018.
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