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PRINCIPIOS Y NORMAS QUE REGULAN

EL TRANSPORTE TERRESTRE DE
PASAJEROS
MÓDULO: APTITUD FÍSICA Y MENTAL
PARA UNA CONDUCCIÓN SEGURA

CORDILLERA LTDA.

PS. GABRIELA MEDRANDA CEVALLOS


MÓDULO 1: APTITUD FÍSICA Y MENTAL PARA UNA CONDUCCIÓN SEGURA

INTRODUCCIÓN

Todos los conductores deben contar con el máximo de información disponible cada vez que
circulan, a su vez tienen que saber interpretarla, y en función de esto tienen que tomar una
decisión. normalmente en un corto espacio y a veces en situaciones complicadas.

Es la persona, el conductor, quien se convierte en un elemento clave al ser él quién percibe las
distintas situaciones y elementos del tráfico de una manera determinada y quién decide actuar en
ellas de una forma u otra. Conducir es una tarea compleja donde existen múltiples elementos
cambiantes y variables, ante los cuales el conductor debe tomar la decisión de qué hacer, y esta
decisión debe ser correcta, si no es así, hay una mayor probabilidad de sufrir un accidente de
tráfico.

DESARROLLO

Factores que alteran las funciones físicas y psíquicas del conductor

La fatiga, el estrés, el uso de alcohol, drogas ilegales y medicamentos puede afectar tanto las
destrezas y habilidades físicas como psicológicas que son necesarias para conducir
responsablemente. Estos agentes, entre otros, afectan nuestros sentidos, reflejos, capacidad de
atención y movimientos voluntarios, así como alteran las emociones, la reflexión, la atención,
llegando según sea el caso a producirse alucinaciones y conductas agresividades.

A continuación, haremos referencia a cada uno de estos factores:

El alcohol: culturalmente aceptado, a pesar de ello es un tóxico, anestésico y narcótico. El etanol es


un depresor del sistema nervioso central que afecta las funciones inhibidoras del cerebro, las
intelectuales, sensoriales, los reflejos y las motoras. La disminución de la atención y concentración
al manejar, sumado a los reflejos tardíos al tiempo de realizar una maniobra mientras se conduce
coloca al alcohol como el mayor factor de riesgo en siniestros viales.

Respecto a este punto es oportuno resaltar que los jóvenes que no llegan a superar los 30 años son
los principales protagonistas de siniestros viales debido a la ingesta de alcohol, estos son
resultados que lamentablemente se repiten en nuestro país y en todo el mundo.

El nivel de alcohol se mide utilizando la tasa de alcoholemia, en gramos de alcohol por cada litro de
sangre. El porcentaje de absorción de alcohol en sangre varía según el peso, la contextura, el sexo y
del momento en que se consume. Cuando supera cinco décimas de gramo por litro de sangre
(0,5gr/l) la persona se encuentra en estado de intoxicación, cuando se encuentra entre este valor y
el gramo (1gr/l) se considera alcoholemia riesgosa y superando este último valor alcoholemia
peligrosa.

El sueño: es el mayor enemigo del que conduce, pues cuando uno se duerme no tiene ningún tipo
de nivel de control del vehículo. Las alteraciones que se producen por somnolencia son:
disminución de la capacidad de reacción, aumento de las distracciones, alteraciones motoras,
perceptivas y sensoriales (principalmente la vista), cambios en los comportamientos.
La fatiga o cansancio: el factor más importante implicado en la aparición de la fatiga es conducir
sin descanso durante mucho tiempo; también existen otras variables, las mismas se relacionan con
el entorno, con el vehículo y con factores propios del conductor (estados emocionales,
alimentación copiosa). Los diversos síntomas que se destacan son: parpadeo constante, pesadez,
zumbidos, sobresaltos, cambios frecuentes de postura, presión en la cabeza, variar la velocidad
injustificadamente, desviar la trayectoria. La fatiga provoca principalmente dificultad en la visión y
disminuye la capacidad de reacción para tomar decisiones adecuadas.

El estrés: es un estado psicobiológico generado por hiperactividad, aparece por una sobre
exigencia física, psíquica o ambas a la vez. En el proceso de estrés se destacan tres etapas: alarma,
resistencia y agotamiento. En las últimas, la conducción puede ser peligrosa, apareciendo graves
cambios en el comportamiento: el nivel tolerancia tiende a reducirse a la vez que se incrementa la
impulsividad, competitividad y agresividad; también pueden producirse alteraciones en el sistema
circulatorio, digestivo, dolores de cabeza, trastornos del sueño, afectando el modo de conducir.

Las drogas y los medicamentos: Los efectos de las drogas son similares a los del alcohol y algunos
fármacos: producen euforia, incremento del tiempo de reacción, mala valoración del riesgo,
aumento de sensación de seguridad.

Algunos medicamentos pueden ocasionar somnolencia, falta de concentración, reducción de la


atención, trastornos visuales, alteraciones motoras, así como variación del pensamiento y el
razonamiento. Por lo tanto, es importante realizar la adecuada consulta médica para saber los
efectos que pueden ocasionar en la capacidad conductiva.

Factores psicológicos: Es muy frecuente que el conductor al volante manifieste sus tendencias
naturales, su carácter y su estado de ánimo, tanto si está eufórico como deprimido. Esto puede
llevarle a ejercer una conducción imprudente.

A continuación, se definen y ejemplifican algunos conceptos en relación a estos factores.

La percepción es el proceso mediante el cual los individuos organizan, interpretan y dan significado
al mundo interno y externo. La percepción difiere de una persona a otra, es de carácter subjetivo.

La atención es la concentración de la actividad mental, es uno de los mecanismos fundamentales


de la conciencia. Se clasifica en selectiva, sostenida y dividida. Cuando se conduce un vehículo es
necesario estar atentos a todo lo que ocurre a nuestro alrededor, a esta atención se le llama
sostenida. Los distractores externos, así como los problemas personales la afectan y cuanto mayor
cantidad de estímulos se quiera captar mayor es la fatiga atencional, con los riesgos que esto
implica. Por ejemplo, el uso de teléfonos celulares afecta la conducción porque repercute en la
capacidad de recepción de los sentidos, en las facultades del sistema nervioso, como la atención y
la concentración del conductor durante el manejo. Puede alterar el comportamiento generando
diversas emociones que afectan la conducción segura.

Las emociones son estados anímicos que manifiestan una gran actividad orgánica, las mismas se
pueden agrupar de acuerdo a la manera en cómo afectan la conducta del individuo impulsándolo a
realizar o evitar algo. Por ejemplo, un conductor en estado emocional de ira, ansiedad o euforia
presenta serios déficits de atención, que dificultan la adecuada conducción.
Factores que favorecen la capacidad de conducción:

Detrás de cada una de las respuestas, maniobras, que se producen durante la conducción hay todo
un proceso de toma de decisiones, el cual va a influir de forma directa en las diferentes acciones
que se lleven a cabo.

Los conductores pueden procesar mucha información y son capaces de tomar una decisión en
apenas un segundo gracias a que cuentan con diferentes factores que favorecen la capacidad para
conducir, tales como:

- Habilidades perceptivas: hacen referencia principalmente a las capacidades auditivas y visuales


(agudeza visual sensibilidad visual, visión periférica, percepción de la velocidad, del movimiento,
de la profundidad...) del propio conductor.

- Habilidades atencionales: saber de donde procede la información seleccionarla y mantener el


nivel de atención.

- Habilidades motoras: es necesario adoptar unas determinadas habilidades motoras para poder
conducir de forma adecuada, por ejemplo, pisar el freno, incorporaciones a las vías rápidas o girar
el volante, es decir, realizando lo mejor y más rápidamente posible la maniobra.

- Habilidades cognitivas: relacionadas con el aprendizaje de la conducción, no sólo los


conocimientos técnicos que se adquieren en el centro de formación vial, sino también los que
provienen de nuestra propia experiencia.

Factores que influyen durante la conducción:

Durante la conducción también influye de manera importante:

- El sistema emocional: el estado emocional del conductor (triste, eufórico, enfadado) va a


condicionar su conducción.

- Y el sistema motivacional y actitudinal: qué motivación tiene el conductor para conducir de una
determinada manera y que actitud tiene, por ejemplo, hacia el cumplimiento de las normas de
tráfico.

Cuando un conductor circula y se va encontrando a su paso con múltiple información, debe hacer
una interpretación y evaluación correcta de esta, es decir, debe saber asimilar y procesar la
información. Después, en el menor tiempo posible, se ha de tomar una decisión sobre que
maniobra vamos a ejecutar y, finalmente realizarla. Esto quiere decir que en conducción no sólo
influyen nuestros conocimientos teóricos (los adquiridos en un centro de formación vial) y
prácticos (las clases prácticas que tuvimos durante la obtención del permiso), sino también
nuestras expectativas, actitudes, experiencias, motivos y emociones.

PROCESOS ATENCIONALES EN CONDUCCIÓN

Una conducción adecuada va a estar en función de la correcta selección de información que


realiza el conductor, desechando aquellos elementos que considera irrelevantes.
El conductor no es capaz de atender a la vez a todos los estímulos procedentes del medio, las
capacidades mentales no lo permiten (los sujetos somos procesadores limitados de información),
pero si se prestara atención a "todo" el accidente no tardaría en producirse.

El prestar atención sólo a la información relevante se conoce como función selectiva de la


información.

Nota: El estado psicológico del conductor, su formación y su experiencia en


conducción influyen en todo el proceso de selección de datos, es decir, en el proceso
atencional.

ESTADO FÍSICO DEL CONDUCTOR, ALIMENTACIÓN SANA Y EQUILIBRADA

La alimentación es la ingestión de alimentos cuya finalidad básica es conseguir una buena


nutrición para conservar la integridad física y asegurar el correcto funcionamiento de las funciones
que hacen posible que la vida continúe. La alimentación ha de ser personalizada en cuanto a la
edad, trabajo y zona donde se habita, entre otros determinantes.

Para nutrirnos adecuadamente necesitamos alimentarnos bien, manteniendo una alimentación


variada y equilibrada. La nutrición puede ser mala no sólo por un exceso de alimentos sino
también por su falta o porque existe un desequilibrio entre los que tomamos. Es de vital
importancia controlar los alimentos que forman parte de nuestra dieta.

Estamos hablando de una alimentación equilibrada cuando se incluye una diversidad suficiente de
alimentos en las cantidades adecuadas, en función de las características personales de cada uno, y
que garantiza que se cubran los requerimientos de energía y nutrientes que el organismo necesita
para mantener un buen estado nutritivo, de salud y bienestar.

ALIMENTACIÓN Y CONDUCCIÓN

Hemos de tener en cuenta como puede influir la comida en la conducción de un vehículo, sobre
todo si vamos a realizar un viaje largo. Las comidas no deben ser ni muy pesadas (facilitan la
aparición del sueño) ni muy ligeras (si nos quedamos con hambre podemos ser más propensos a
las distracciones). Antes de iniciar el viaje y durante el recorrido, hemos de procurar no ingerir
comidas copiosas con mucha grasa (mantequilla, queso graso, carne en salsa, etc.). Estas comidas
necesitan una digestión somnolienta. Por el contrario, antes de salir es conveniente tomar un
desayuno muy completo para evitar la fatiga producida por la hipoglucemia. Al inicio de un viaje
largo es conveniente tomar algún tipo de alimento, sobre todo si se piensa no realizar alguna
parada. Si viajamos a primera hora de la mañana, debemos desayunar de manera abundante ya
que habitualmente el primer tramo de conducción suele ser el más largo, por lo tanto, vamos a
necesitar un mayor aporte energético.

El agua: fundamental para la conducción y es la bebida menos peligrosa para el conductor. Cuando
se conduce, especialmente en verano, se produce una mayor transpiración y deshidratación. Ello
va a influir en que hay un mayor desgaste físico y psíquico de lo habitual, la fatiga se incrementa
de forma notable y es más fácil que pueda hacer aparición el sueño, al que podemos hacer frente
bebiendo una pequeña cantidad de agua.

El café: es un estimulante que actúa sobre los sistemas nervioso circulatorio y respiratorio. Afecta
a la frecuencia cardiaca y al estómago y si se toma en exceso, la excitación nerviosa que produce
puede resultar negativa para la conducción. sobre todo, si el conductor atraviesa estados
emocionales tales como ansiedad, nerviosismo, estrés. Si se consume en grandes cantidades hay
mayor probabilidad de que pueda producir ansiedad y nerviosismo lo que facilita que se
produzcan conductas de mayor riesgo.

En dosis moderadas, un café puede ser beneficioso, salvo en personas no habituadas a ingerirlo. La
cafeína ayuda a mantener el estado de vigilia, facilita los reflejos y alivia la fatiga. Cuando se pasan
sus efectos estimulantes se puede producir el efecto rebote, en el que el sueño. aparece de
repente, cogiendo desprevenido al conductor.

EL ALCOHOL, SUS EFECTOS EN LA CONDUCCIÓN.

Como ya hemos visto anteriormente, el alcohol es un depresor del sistema nervioso, influyendo de
forma alarmante en los accidentes de tráfico. El alcohol afecta especialmente al cerebro, al
sistema nervioso, al sentido de la visión y al comportamiento del conductor:

- Alteraciones del comportamiento: se asumen más riesgos. los conductores se vuelven menos
prudentes, se cometen más infracciones y los conductores tienden a sobrevalorar sus capacidades.

- Alteraciones perceptivas: se calculan peor las distancias y las velocidades, se perciben peor las
señales y las luces. los conductores son más sensibles a los deslumbramientos y se puede llegar a
sufrir la visión túnel, que es cuando el conductor sólo es capaz de percibir con nitidez el centro de
la vía, resultando este efecto especialmente peligroso en las intersecciones o en los cambios de
carril en Ias autovías.

- Alteraciones en la atención: se producen mayor número de distracciones.

- Alteraciones psicomotrices: la precisión y coordinación de los movimientos se altera.

- Alteraciones en la toma de decisiones: el conductor tarda más tiempo en reaccionar y toma más
decisiones erróneas.

FATIGA Y ESTRÉS

Como hemos visto en ocasiones anteriores, la tarea de conducción es una actividad compleja que
provoca fatiga. La fatiga, ya sea física o psíquica, supone la disminución en las capacidades del
conductor, por lo que sus niveles normales de seguridad resultarán disminuidos. La fatiga es un
importante factor de riesgo pues está implicada entre el 20 y el 30% de los accidentes. La fatiga
física o corporal se aprecia por el cansancio muscular en general del organismo y con la fatiga
psíquica disminuye Ia capacidad de concentración.
ALTERACIONES DE UN CONDUCTOR FATIGADO

 Alteraciones perceptivas: tales como visión borrosa, menor sensibilidad auditiva,


dolores de nuca y espalda, calambres, migrañas, sensación de pesadez ...
 Alteraciones en la atención: los sujetos son más propensos a las distracciones, y, por lo
tanto, se cometen más errores.
 Alteraciones de los movimientos: estos son más lentos y menos precisos, se realizan
menos maniobras y aparecen movimientos indicadores de la fatiga, tales como
bostezos, estiramientos, rascarse, agarrotamiento muscular y, como consecuencia de
esto, frecuentes cambios de postura...
 Alteraciones del comportamiento: se conduce de forma más automatizada, se asumen
más riesgos y el conductor puede estar más agresivo o irritable.
 Alteraciones en la toma de decisiones: el conductor empleará más tiempo para
reaccionar ante las situaciones del tráfico.

Los síntomas que produce el estrés son:

 Aumento de nivel de agresividad, hostilidad y competitividad hacia otros conductores.


 Comportamiento más imprudente y conducción más temeraria, se aceptan mayores
niveles de riesgo.
 Se tiende a no respetar las señales ni las normas de circulación.
 Se cometen mayor número de errores, las decisiones son más lentas.

 Es más fácil sufrir distracciones.

El descanso es el único remedio eficaz. No debe iniciarse ningún viaje sin estar suficientemente
descansado, y durante la conducción, se han de realizar varias paradas y dar pequeños paseos
que permitan estirar las piernas.

El estrés es un mecanismo de defensa que nuestro cuerpo pone en marcha cuando nos
enfrentamos a diferentes situaciones amenazantes o que requieren un gran esfuerzo.

Ciclo básico actividad-reposo

Todos los organismos vivos tienen su propio ritmo de actividad y reposo. Muy a menudo, estos
ritmos se desencadenan por los ciclos naturales, tales como la sucesión del día y de la noche, el
llamado ciclo luz-oscuridad, las estaciones del año y también el ciclo de las mareas.

Todos necesitamos dormir varias horas al día. El ciclo sueño-vigilia, que se repite como una
constante en nuestras vidas está regido por un "reloj biológico" interno que nos dicta cuándo
despertar y cuándo dormir. Este "ritmo circadiano" (alrededor de 24 h.) determina, que la
oscuridad promueva el reposo y que la luz ponga en marcha múltiples sistemas que movilizan los
procesos vitales y sociales. La vida humana también sigue esos ritmos con variaciones individuales
o de grupo.

El dormir implica cambios de actitud física y conducta motora.

Las funciones biológicas cambian durante la noche, aun cuando una persona no duerma, Ellas son
responsables de las alteraciones en la conducta y en el rendimiento físico e intelectual, lo cual
repercute profundamente en el desempeño laboral y social, algunas de las cuales provocan, a
cierta hora, una sensación de fatiga o molestia física de que es el momento de irnos a dormir.

Factores cardiovasculares

La alteración del ritmo circadiano se puede producir por las siguientes circunstancias.

- Sueño retrasado: aparece entre las personas que adelantan las fases del ciclo sueño-vigilia. Se
despiertan y duermen con horarios coherentes, aunque retrasados. Puede corregirse por sí
mismos. debido a que el reloj biológico interno se adelanta naturalmente con la edad.

- Turno de trabajo: las personas que trabajan en horarios nocturnos sufren trastornos en su ciclo
de sueño-vigilia que normalmente se ajustan transcurridas unas semanas desde que se recupera el
ritmo normal.

Son muy frecuentes los accidentes de tráfico en las calles y carreteras en horas de madrugada.
Muchos de esos graves siniestros pueden estar relacionados con una alteración de la capacidad de
vigilia.

Trastornos del sueño y medidas preventivas:

Existe una relación entre los accidentes laborales y de tráfico con los casos de trabajadores con
turnos rotatorios y con alteraciones que provocan somnolencia como el Síndrome de Apnea del
Sueño y la Narcolepsia y se ha observado en conductores de camiones, trenes, pilotos de líneas
aéreas, operadores de pistas y otros que han sufrido ataques de somnolencia/sueño durante una
tarea laboral.

La somnolencia leve produce sólo trastornos menores en funciones sociales y laborales.

La somnolencia moderada está asociada a episodios de adormecimiento durante actividades que


requieren cierto grado de atención (por ejemplo, conducir un vehículo) y pueden causar notables
trastornos en la vida social, personal o en el trabajo.

La somnolencia severa, producida por la falta de sueño derivada de exigencias laborales o como
consecuencia de Apnea del sueño, puede favorecer la disfunción cognitiva, depresión e
irritabilidad. Se asocia con accidentes de tráfico o laborales, asi como con situaciones en las que es
necesario mantener la vigilia.

Horas de sueño necesarias: Tantas que permitan a la persona encontrarse bien durante el día. La
media está en 7 u 8 horas. Debemos valorar el sueño en términos de cantidad y calidad del
mismo. El sueño se considera reparador cuando permite permanecer alerta durante un periodo
prolongado del día. Según avanza el día, y se van realizando diferentes actividades físicas y
mentales, empezamos a sentir cansancio y cuando llega la noche tenemos ganas de volver a
dormir.

Si no descansamos lo suficiente, podemos presentar los siguientes síntomas:

- Psicológicos: irritabilidad, ideas de persecución en individuos predispuestos. errores perceptivos,


alucinaciones.
- Comportamentales: fatiga. pérdida de concentración, pérdida de orientación física.

Si cuando conducimos tenemos dificultad para concentrarnos en la carretera, si realizamos


maniobras casi inconscientemente. si no podemos mantener la cabeza erguida, si empezamos a
sentir aburrimiento, ansiedad e inestabilidad, si bostezamos continuamente, si los ojos quieren
cerrarse, se siente la vista cansada y parpadeamos constantemente, si parece que los brazos y las
piernas están dormidos y no tenemos ninguna percepción del riesgo, entonces es que estamos en
peligro de quedarnos dormidos frente al volante. Todos somos vulnerables a la somnolencia si
hemos dormido poco o mal. El descansar de manera adecuada sirve para:

 Para restaurar el cuerpo y el cerebro.


 Para reactivar el sistema inmune.
 Para la memoria y el aprendizaje.

PRINCIPIOS ERGONÓMICOS

¿Qué es la ergonomía?

Cada día las máquinas efectúan más trabajos. Esta difusión de la mecanización y de la
automatización acelera a menudo el ritmo de trabajo y puede hacer en ocasiones que sea menos
interesante. Por otra parte, todavía hay muchas tareas que se deben hacer manualmente y que
entrañan un gran esfuerzo físico. Una de las consecuencias del trabajo manual, además del
aumento de la mecanización, es que cada vez hay más trabajadores que padecen dolores de la
espalda, dolores de cuello, inflamación de muñecas, brazos y piernas y tensión ocular.

La ergonomía es el estudio del trabajo en relación con el entorno en que se lleva a cabo (el lugar
de trabajo) y con quienes lo realizan (los trabajadores). Se utiliza para determinar cómo diseñar o
adaptar el lugar de trabajo al trabajador a fin de evitar distintos problemas de salud y de aumentar
la eficiencia. En otras palabras, para hacer que el trabajo se adapte al trabajador en lugar de
obligar al trabajador a adaptarse a él.

Ejercicios para prevenir riesgos en accidentes de trabajo

Es importante que hagas pequeños descansos para mejorar tu desempeño y eficiencia como
conductor, así como para que todos los que viajan contigo recuperen energía. En el caso de
trayectos largos, practiquen estos ejercicios para prevenir o reducir la fatiga, los trastornos
osteomusculares y el estrés. Lo ideal es hacerlos cada dos horas durante, mínimo, cinco minutos.
Espalda y pectoral

 Pon tus manos a la altura de los riñones, lleva los codos hacia atrás y estira el cuerpo
hacia arriba. Haz cinco veces el ejercicio y sostén la postura, en cada repetición,
durante veinte segundos.
 Flexiona las rodillas y el tronco y baja hasta tocar los talones. Al levantarte, hazlo
despacio para evitar mareos. Haz cinco series de veinte segundos.
 Flexiona la parte superior del cuerpo hacia la derecha y luego a la izquierda. Hazlo
cinco veces por cada lado.

Brazos

 Levanta los brazos y llévalos hacia atrás, hasta donde sientas el estiramiento, según tu
flexibilidad. En lo posible, mantén rectas la espalda y la cabeza. Realiza cinco series
manteniendo la posición durante 30 a 40 segundos.
 Sube los hombros hacia las orejas y, al mismo tiempo, inhala. Contén la respiración
durante tres segundos y baja los hombros exhalando. Haz de tres a seis repeticiones.

Piernas

 Sube y baja los tobillos: tres veces el derecho y otras tres el izquierdo.
 Eleva una pierna hacia delante y hacia atrás cinco veces. Luego, repite lo mismo con la
otra.
 Haz sentadillas suaves para liberar la presión de las rodillas. Lleva a cabo dos series de
cinco repeticiones.
 Realiza una caminata corta para estirar las pantorrillas.

Cuello

 Mueve la cabeza sobre el hombro derecho, mantén la postura por diez segundos y
luego hazlo sobre el izquierdo. Hazlo tres veces en cada lado.
 Siéntate cómodo, junta las manos por detrás de la cabeza y baja con delicadeza
acercando la barbilla al pecho. Mantén esta posición por 30 segundos y luego,
lentamente, eleva la cabeza. Repite el ejercicio tres veces.

Permanece atento a las señales de fatiga: Conducir por largos períodos genera cansancio. En caso
de que identifiques una o varias de las siguientes señales, detente y descansa (aprovecha la pausa
para hacer los ejercicios anteriormente mencionados):

 Visión borrosa.
 Reacciones exageradas frente a ciertos estímulos. Por ejemplo: frenar bruscamente al
escuchar un pito.
 Incomodidad persistente en el asiento.
 Dificultad para mantener la cabeza erguida.
 Correcciones bruscas del curso del vehículo.
 Cambios en la velocidad sin darte cuenta.
 Conducción automatizada y menos activa.
 Frenadas intempestivas.

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