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Policía boliviana investiga el caso de un niño

que fue quemado por su madre


Este contenido fue publicado el 30 noviembre 2021 - 22:5930 noviembre 2021 - 22:59

La Paz, 30 nov (EFE).- La Policía Boliviana investiga el caso de un niño de nueve años que fue
quemado por su propia madre por presuntamente pedir comida, quien se encuentra hospitalizado
y por cuya situación no se descarta pedir ayuda internacional para su tratamiento.

El subdirector de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) de La Paz, Juan José
Donaire, informó este martes de un caso de un niño que aparentemente fue quemado con alcohol
por su madre cuando él le pedía desayunar.

Según Donaire la madre llegó a su casa en la madrugada "aparentemente bajo la influencia


alcohólica" y su hijo le pedía desayunar, ante la insistencia se presume que la mujer utilizó un
"elemento combustible" con el que afecta al menor.

El subdirector comentó que el menor vivía en "precariedad" y "un poco contaminado con el
aspecto delincuencial", por una relación amorosa que presumiblemente tiene la madre.

El menor fue ingresado en un hospital en La Paz en el que tratan sus quemaduras. Los médicos
evalúan realizar varias cirugías.

El niño al parecer tiene un 30 % de su cuerpo quemado y se prevé que tiene que estar
hospitalizado al menos unos dos meses, según información de medios locales.

De acuerdo con información del Hospital Arco Iris, el niño tiene quemaduras de segundo grado
"que pueden pasar a tercer grado" en la cara, la espalda y el tórax.

El niño actualmente está internado y se encuentra solo y deprimido, ya que su madre no va a


visitarlo, por lo que la Policía la está buscando e inició una investigación en su contra por el
delito de intento de infanticidio.

El hospital no descarta pedir ayuda internacional para el tratamiento del menor.

Bolivia registra desde enero a octubre de este año 34 infanticidios, de acuerdo con información
de la Fiscalía General del Estado.

Las regiones con más casos de infanticidios son La Paz, donde se encuentra la sede de Gobierno,
Chuquisaca y la altiplánica Potosí, de acuerdo con información de la Fiscalía. EFE

CASO PROBLEMA QUEMADURAS


Mercedes L.R., mujer de 40 años llama a los servicios de urgencias por dolor intenso al
explotarle la olla de vapor cuando intentaba abrirla. Cuando acude el personal
paramédico al domicilio, se encuentra a la mujer tumbada en el sofá retirada del lugar
de la explosión. La mujer vive con su hija de 20 años, la cual se encuentra en la
universidad cuando ocurre los acontecimientos. La paciente presenta quemaduras de
segundo grado en cara, cuello y tórax en parte anterior. La mujer se encuentra
consciente, orientada y con dolor insoportable en las partes quemadas. Antecedentes
personales: no alergia a ningún medicamento, asmática, diabética tipo I desde los 9
años bien controlada, es alérgica a las picaduras de avispas, al pelo del perro, gato,
caballo y al polen.

Se sigue el protocolo de Guías de Práctica Clínica para el cuidado de personas que


sufren quemaduras.

Utilizamos la escala de Glasgow con una puntuación total de 15/15. La paciente, al


aplicarle la escala en respuesta motriz, obedece a órdenes, en apertura ocular su
respuesta es espontánea y se siente orientada en respuesta verbal. La escala de
Glasgow se divide en tres grupos de manera independiente que evalúan la apertura de
ojos sobre 4 puntos, la respuesta verbal sobre 5 y la motora sobre 6, siendo la
puntuación máxima y normal 15 puntos y la mínima 3. Se considera leve al que
presenta un Glasgow de 15 a 13 puntos, moderado de 12 a 9 y grave menor o igual a
8. Además, se le realiza la Escala Visual Analógica (EVA) para medir la intensidad del
dolor interpretándose en una línea de 10 centímetros. En uno de los extremos se
coloca el “no dolor” y en el otro extremo “el peor dolor”. La distancia en centímetros
desde el punto “no dolor” a la marcada por el paciente, representa la intensidad del
dolor. Nuestra paciente refleja un dolor de intensidad comprendida entre 8 y 9.

Las actuaciones del equipo paramédico fueron, en primer lugar, asegurar de que la vía
aérea se encontrase permeable ante la posibilidad de obstrucción por edema, vigilar
que tuviera una adecuada oxigenación y circulación y valorar el nivel de conciencia de
la paciente con ayuda de la escala de Glasgow. Monitorizamos las constantes vitales
(frecuencia cardiaca, temperatura, presión arterial, saturación de oxígeno,
respiraciones por minuto y excreción urinaria) reevaluándola continuamente y vigilando
cualquier signo que indique algún compromiso respiratorio o circulatorio. A
continuación, se retira joyas y ropa para identificar y tratar lesiones determinando la
profundidad, extensión y gravedad de las quemaduras. Se observan quemaduras de
segundo grado en cara, cuello y tórax. Se le canaliza un acceso intravenoso con
catéter de gran calibre para empezar la reposición de líquidos y se le administra
analgesia intravenosa sin administrar antibiótico.

Se limpia las quemaduras con suero salino templado, nunca frío en quemaduras
moderadamente extensas. Utilizamos soluciones jabonosas suaves tipo clorhexidina,
sin hexaclorofeno o antisépticos líquido.
Se cubre las quemaduras con compresas empapadas en suero fisiológico templado
para no interferir en la valoración posterior del centro especializado en quemados que
determine el tratamiento definitivo, evitando la perdida de calor corporal y le
administramos profilaxis antitetánica.

El equipo paramédico pudo estabilizar a la paciente y decide trasladarla rápidamente a


un centro de quemados por requerir de tratamiento antibiótico y vendaje.

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