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Estudiante:

Juan José de la Rosa

Matricula:

23-MMRN-6-008

Asignatura:

Gestión empresarial

Tema:

Administración y gestión, un solo concepto. Evolución

Profesor:

Sección:

253
Administración y gestión, un solo concepto. Evolución

La administración se refiere al proceso mediante el cual se coordinan y optimizan los


recursos de un grupo social para lograr la máxima eficacia, calidad, productividad y
competitividad en la consecución de sus objetivos.

La administración ha contribuido al desarrollo de la sociedad al proporcionar


lineamientos para optimizar el aprovechamiento de los recursos y realizar cualquier
actividad con eficiencia. La administración es fundamental en el funcionamiento de
cualquier empresa o grupo social en la actualidad, y es imprescindible para lograr la
competitividad en un mundo globalizado.

Época primitiva:

En la época primitiva, cuando el hombre comenzó a trabajar en grupo, surgió de manera


incipiente la administración como una asociación de esfuerzos para lograr un fin
determinado que requería la participación de varias personas.

Grandes civilizaciones (2150 A.C. - 500 A.C.):

Con la aparición del Estado y el inicio de la civilización, surgieron numerosos avances


en ciencia, literatura, religión, organización política, escritura y urbanismo. En
civilizaciones como Mesopotamia y Egipto, la sociedad se dividió en clases sociales.

Origen y evolución de la administración:

Desde épocas antiguas, como se puede ver en el Código de Hammurabi, la


preocupación por obtener una máxima productividad ya era evidente. Los proyectos de
construcción requerían un gran número de personas y una mayor especialización del
trabajo, lo que llevó a nuevas formas de organización y el uso de procesos de
administración más eficientes.

Antigüedad grecolatina (500 A.C. - 400 D.C.):

Grecia, considerada la cuna de la civilización occidental, fue un claro ejemplo de la


aplicación de la administración. Fue en Grecia donde surgió la democracia y se
desarrollaron muchas disciplinas, como la filosofía, la medicina, la historia, las
matemáticas, la astronomía, las bellas artes, la ingeniería, el derecho y la
administración.
Edad media (400-1400):

Durante la Edad Media, las relaciones sociales estaban regidas por el feudalismo, donde
existía un régimen de servidumbre. El señor feudal tenía el control sobre la producción
de los siervos en los feudos. En esta época surgieron los talleres y los gremios, así como
formas más complejas de organización y administración.

Edad moderna: Renacimiento y reforma (1400-1700):

En la Edad Moderna, con el surgimiento del capitalismo comercial y el trabajo


asalariado, los gremios se fortalecieron y los talleres continuaron funcionando como
empresas incipientes. Los sistemas de administración y los estilos de liderazgo
mantuvieron características similares a las de la Edad Media.

Revolución industrial (1700-1900):

Durante la Revolución Industrial, diversos inventos y descubrimientos, como la


máquina de vapor, propiciaron un importante desarrollo industrial y, como resultado, se
produjeron grandes cambios en los procesos de producción.

La complejidad del trabajo hizo necesaria la aparición de especialistas y


administradores incipientes que se ocupaban directamente de los problemas de las
fábricas.

En la época prehispánica, en el horizonte preclásico (1800 A.C. - 200 D.C.), se


caracterizó por la división social del trabajo por edad y sexo, así como en actividades
artesanales, comerciales y agrícolas. Surgieron las clases sociales, la escritura jeroglífica
y el poder teocrático y centralizado. Algunos vestigios de la administración en esa época
son el sistema calendárico y numérico, el uso del barro cocido para el ámbito doméstico
y ceremonial, y la construcción de pirámides.

En el horizonte clásico (200 D.C. - 800 D.C.), durante este período se desarrollaron las
culturas teotihuacana, maya y zapoteca. La principal característica de la administración
en esta etapa es el estado teocrático con una administración centralizada y numeración
vigesimal.

En el siglo XIX, en México independiente (1810-1821), se inició el movimiento


independentista, el cual duró once años. A partir de 1812, los gobiernos comenzaron a
fomentar la minería, la agricultura y la incipiente industria, otorgando facilidades para la
introducción de maquinaria, patentes y privilegios a las nuevas manufacturas. Sin
embargo, durante el periodo de 1821 a 1834, hubo inestabilidad política.

En el siglo XX, se dieron avances políticos, sociales y económicos. En 1910, con la


Revolución Mexicana, se derrocó a Porfirio Díaz y se iniciaron una serie de cambios
como el reparto de tierras y la promulgación de la Constitución de 1917. Durante el
periodo de 1930 a 1950, se nacionalizó la industria petrolera y se inició el proceso de
industrialización en el país, pero con una política proteccionista que desalentaba las
importaciones. Surgen grandes empresas transnacionales y la pequeña y mediana
industria nacional. Mientras que en las primeras predominaban sistemas modernos de
administración, en las segundas prevalecía la administración empírica.

Fue hasta la década de 1990, con el Tratado de Libre Comercio (TLC), que México se
vio obligado a modernizar su planta productiva nacional y establecer programas de
reconversión industrial. En este periodo, la administración experimentó un auge
definitivo con la proliferación de empresas extranjeras y transnacionales.

En el siglo XXI, se destacan los avances tecnológicos, como la automatización de los


procesos y el uso de tecnologías de la información en las empresas. En el actual
escenario empresarial, existen múltiples empresas globales, nacionales, transnacionales,
grandes, pequeñas y medianas, lo que hace indispensable la utilización de diferentes
escuelas y estilos de administración.

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