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FAMILIA, SOCIEDAD Y EDUCACIÓN

TEMA 2. FUNCIÓN DE LA FAMILIA: ELEMENTOS ESENCIALES

Contenido

1. Ubicación de la familia como elemento natural y fundamental de la sociedad.


• No existe un acuerdo internacional para explicar una definición de familia aceptada por todos
• La familia se podría definir como: “el conjunto de personas físicas relacionadas entre sí por vínculos
conyugales o de parentesco”.
• Hay consenso en reconocer la contribución de la familia a ejercer el derecho de tener un nivel de
vida adecuado para sus miembros, la erradicación de la pobreza y en el logro del desarrollo
sostenible.
• Sentido existencial, aspectos esenciales y aceptación del otro.
2. Elementos esenciales que configuran la familia
1. El amor incondicional
2. La primera educación
3. La salvaguarda de los derechos y libertades fundamentales
4. El desarrollo humano sostenible
5. El compromiso marital
6. La responsabilidad parental
7. La responsabilidad filial
8. El valor añadido que genera en la sociedad
• Tres motivos por los que la sociedad está interesada en proteger el buen funcionamiento de las familias.
• Genoma social

Objetivos del tema:

• El papel natural y esencial que tiene la familia en la sociedad (función de la familia).

• Los ingredientes básicos que configuran la familia (elementos esenciales).

INTRODUCCIÓN

Este capítulo parte del reconocimiento del papel que corresponde a las madres, padres y tutores legales
como primeros responsables de la educación de sus hijos, como queda recogido en el artículo 26.3. de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, que establece: “Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de
educación que habrá de darse a sus hijos", educación que tiene por objeto, -como reconoce esta misma Declaración
en su punto26.2, "el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto los derechos
humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las
naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas
para el mantenimiento de la paz.

Un objetivo de este capítulo es presentar las condiciones y dinámicas que mejor ayudan a este desarrollo pleno de
los estudiantes en el ámbito familiar. Otro objetivo es reflexionar sobre la importancia de potenciar una saludable
participación de las familias en la vida del centro educativo, pues existe el pleno convencimiento de que ni la familia
sola ni la escuela sola, pueden ser instituciones educativas únicas, cerradas, sino que han de ayudarse mutuamente y
no por meros lazos de unión, sino formando una comunión educativa.

1. Ubicación de la familia como elemento natural y fundamental de la sociedad

Todos los seres humanos procedemos de una familia y esto que en el plano fenomenológico resulta una experiencia
común, en nuestra era de la posverdad, no resulta sencillo plasmarlo en una definición que responda a hechos
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objetivos y sea aceptada por todos los colectivos y comunidades. Tanto es así que la misma Organización de las
Naciones Unidas indica que en el derecho internacional de los derechos humanos no figura una definición de familia
(ONU, 201 6). Sin embargo, se reconoce en el artículo 16 de la declaración Universal de Derechos Humamos que "la
familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del
Estado" y la Constitución española, en su artículo 39.1, mantiene que "los poderes públicos aseguran la protección
social, económica y jurídica de la familia".

Para saber a qué nos referimos cuando decimos familia, esta se podría definir como “el conjunto de personas físicas
relacionadas entre sí por vínculos conyugales o de parentesco (O’Callaghan, y Fernández González, 201 6, p. 141). Y
decimos que la familia es funcional, en la medida que cumple sus funciones básicas: biológicas, afectivas, sociales,
económica, educativas, etc.

El hecho es que, como reconoce Naciones Unidas, "las familias se han visto afectadas por la evolución mundial de los
flujos migratorios, el envejecimiento de la población, la pandemia de VIH/SIDA y las consecuencias de la
globalización. Ante todos estos cambios sociales, algunas familias experimentan dificultades a la hora de cumplir con
sus responsabilidades les cuesta cada vez más ocuparse del funcionamiento de la vida en sociedad" (ONU, 2017, sp.)

Y es que cuando la familia no cumple lo elemental de su función educativa, los hijos se ven afectados en su
autoestima y sus habilidades sociales. Su fuerza interior tiende a la violencia, y en lugar de orientarse a la efusión
constructiva del nosotros se dirige a la posesión y utilización egocéntrica del otro, El menor, dentro de una familia
que no cumple su función educativa se siente inseguro, desorientado y a merced de sus tendencias más elementales
y de las manipulaciones del entorno.

La resiliencia no se desarrolla, y se aprenden la indefensión y la desconfianza ante el otro. La falta de condiciones


elementales de crecimiento puede llevar al joven a perder la perspectiva de su vida; se ve dificultado para diseñar un
proyecto de vida lleno de sentido y con mayor probabilidad que otros, se ve inmerso en problemas de droga,
alcoholismo, adicción a la pornografía, embarazo adolescente, violencia sexual, acoso escolar, sectas, radicalización,
patologías de la alimentación, depresión o suicidio. .

Si, como decimos, no existe acuerdo internacional para explicitar una definición de familia aceptada por todos, sí hay
consenso en reconocer la contribución de la familia a la realización del derecho a un nivel de vida adecuado para sus
miembros (en particular a través del papel que desempeña en la educación), la erradicación de la pobreza y en el
logro del desarrollo sostenible.

Como marco de políticas internacionales en el que se pone de relieve la importancia de las familias en el proceso de
desarrollo, encontramos la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. No obstante, no se trata de algo nuevo, pues
consenso internacional viene de lejos y se ha ido forjando en los últimos decenios como parte de debates más
amplios acerca del desarrollo y la protección social, en los que se favorecían políticas sólidas y centradas en las
familias como parte de los esfuerzos de ámbito nacional e internacional por hacer realidad el derecho a un nivel de
vida adecuado, el desarrollo sostenible y la reducción de la pobreza. (ONU, 2016).

• En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se subraya la función de las familias como agentes de
desarrollo y a partir de esta hoja de ruta los Estado se comprometen a garantizar a los niños y los jóvenes un
entorno familiar propicio para la plena realización de sus derechos y capacidades, incluso velando por la
cohesión de las familias y comunidades (Unesco, 2016). .
• En este marco en el que se establecen los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), se fijan metas que son
significativas para la protección de la familia y sus miembros y para la realización del derecho a un nivel de
vida adecuado para todas las familias.
• Además, se reconoce a la familia como el elemento fundamental en la transmisión de valores que son
esenciales para hacer realidad la agenda del desarrollo sostenible, como la igualdad de mujeres y hombres,
el respeto del medio ambiente y la solidaridad intergeneracional.
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Objetivos de Desarrollo Sostenible

https://accionfamiliar.org/familias-compromiso-agenda2030/

Se reconoce que para que los Estados cumplan sus objetivos con respecto a los niños y de las personas mayores, es
imprescindible que las familias cumplan con sus funciones con respecto a los hijos. Sin embargo, lo que define a la
familia no es su condición funcional, sino su sentido existencial. Funcione o no, cada estudiante se refiere a “mi
familia”, y resulta indisoluble de la propia autoconfiguración de su "sí mismo".

Por tanto, antes de afrontar la dimensión funcional de la familia, convendrá reconocer algunos aspectos esenciales
que la configuran, además convendrá tener presente que las familias, por muy funcionales que logren ser, nunca
funcionan bien del todo. Es lo propio del ser humano, pero es así mismo, lo propio de la familia como lugar en el que
se aprende a querer a los demás por sí mismos, y no por lo que consigo con o de ellos, sino por el mero hecho de
que son mi familia. Y quizá sea este uno de los aprendizajes sociales principales que esta aporta: la aceptación del
otro tal y como es, que implica aprender a comprender, convivir, y perdonar los fallos y defectos ajenos.

2. Elementos esenciales que configuran la familia

Entre los elementos que configuran la familia y le permiten desempeñar sus funciones con suficiente energía vital, se
podrían destacar los siguientes:

1. El amor incondicional
2. La primera educación
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3. La salvaguarda de los derechos y libertades fundamentales


4. El desarrollo humano sostenible
5. El compromiso marital
6. La responsabilidad parental
7. La responsabilidad filial
8. El valor añadido que genera en la sociedad

Podría ocurrir que alguna familia no presente alguno de estos rasgos o no cuente con el adecuado desarrollo de
alguno de ellos; sin embargo, sigue siendo familia. Lo mismo que una persona a la que le falte salud o tenga un
problema de autoestima, o incluso se encuentre en estado de inconsciencia, seguirá siendo plenamente persona,
pero el desarrollo de su personalidad o su proyecto de vida pueden verse afectados. Es decir, si no se dan en una
adecuada proporción estos elementos configurativos, la familia sigue siendo familia, pero se encontrará en una
situación de vulnerabilidad y desventaja para realizarse como tal y cumplir sus funciones, en detrimento de los
derechos de sus miembros, en particular de aquellos que no son dirigentes, como es el caso de los menores y
personas dependientes.

1. En relación con el amor incondicional se puede decir que la familia es, ante todo, el lugar del primer amor.
Tan propio es esto que de la familia que cuando alguno de sus miembros no lo manifiesta y falta a los
deberes que se imponen a la madre, padre, hijo o hermanos, se dice de ellos que están desnaturalizados. Es
fundamental que los padres amen y que el hijo sea amado, de lo contrario la familia se irá descomponiendo.
La familia surge de una donación, de una entrega mutua que sobrepasa cualquier cálculo, aceptando al otro
con todo lo que es y tiene.
2. En cuanto a la educación, nos referiremos a ella en profundidad a lo largo de este capítulo, pero puede
adelantarse que la familia es el marco de la primera educación en el que los hijos encuentran las condiciones
básicas derivadas de ese amor incondicional y de un proyecto parental responsable, y gracias a ellos pueden
crecer en todas sus dimensiones.
3. En lo referente a los derechos y las libertades, familia es la expresión básica de su respeto, y salvaguarda de
la dignidad de la persona. Los padres están unidos por un contrato y, a través de la función educativa,
ayudan a crecer a los hijos, promoviendo su autonomía y no reforzando sus dependencias. El
desprendimiento de los hijos es una manifestación de madurez personal de los padres y viceversa. No
significa desamor, desinterés o ignorancia de las necesidades de los demás miembros de la familia, sino el
respeto a la libertad de los hijos para elegir su camino. Por otro lado, la familia es el entorno de confianza
donde sus miembros pueden expresarse con libertad sin miedo a ser rechazados por lo que piensan, sienten
o hacen. La familia es el entorno de intimidad elemental al que todo ciudadano tiene derecho, y los padres
enseñan a los hijos a cultivar su propia intimidad ya protegerla. La familia es el lugar donde se materializan
todos los derechos a la vivienda, la alimentación, etc..
4. En cuanto a la sostenibilidad, la familia es el primer lugar en el que la satisfacción de as necesidades de las
generaciones actuales no compromete la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias
necesidades.
5. En cuanto al compromiso marital, se puede decir que una nueva familia surge de la decisión de los esposos
de conformar un proyecto de vida común, lo que implica una donación personal mutua. Al referirnos al sexo
no solo lo hacemos desde una perspectiva reproductiva, sino también desde la perspectiva unitiva de la
pareja por la que dos personas se unen tomando la forma de un nosotros maduro.
De entrada, los padres biológicos son los primeros responsables del hijo que han concebido, pero si no están en
condiciones de asumir esta responsabilidad, puede ser la familia extensa quien asuma la crianza del hijo como
hoy, en tantas familias, hacen los abuelos. Es un hecho que todo ser humano tiene la condición de hijo, y tanto
desde lo corporal, como lo mental como lo apertural, estamos condicionados por nuestros padres biológicos.
Una manifestación del reconocimiento de esa misma importancia se manifiesta en la tendencia legal a evitar la
separación del menor de sus progenitores, siempre que se pueda.

Además de ser un hecho constatable de forma biológica, jurídicamente cuenta con todo el reconocimiento, de
tal modo que se procura por todos los medios mantener a los hijos con sus padres biológicos y solo en casos de
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extremada gravedad, se prescinde de ellos: "mientras en las situaciones de riesgo, caracterizadas por la
existencia de un perjuicio para el menor que no alcanza la gravedad suficiente para justificar su separación del
núcleo familiar, la citada intervención se limita a intentar eliminar, dentro de la institución familiar, los factores
de riesgo, en las situaciones de desamparo, donde la gravedad de los hechos aconseja la extracción del menor
de la familia, aquella se concreta en la asunción por la entidad pública de la tutela del menor y la consiguiente
suspensión de la patria potestad o tutela ordinaria" (Sieira, 2011, sp.).

Puede ocurrir que falten padre y madre o alguno de ellos, por muerte, por abandono, por divorcio, familia
monoparental, etc. En caso de que falten ambos por el bien del menor, se intentará compensar esa ausencia
procurándole una familia de adopción o de acogida, y en su defecto, un centro de acogida.

6. Con lo dicho ya nos hemos adelantado al factor de responsabilidad parental. Se puede ser padre s n disponer
o asumir la responsabilidad que corresponde y la responsabilidad implica el compromiso correspondiente a
los padres de velar por la seguridad, el cuidado y crianza de los hijos. (…) La plenificación familiar es
consecuencia de un proyecto de vida, de una planificación, pero no como una forma de tener el proyecto
controlado por otros intereses, sino como tendencia a tomar decisiones que permitan realizar el proyecto y
vivirlo de forma plena.
7. En lo referente a la responsabilidad filial, cada cultura tiene sus manifestaciones, pero en todas se promueve
el respeto y la deferencia por sus mayores. El respeto a los padres es consecuencia de la gratitud hacia
quienes han dado la vida al hijo, han puesto el suyo a su servicio, han dado su amor, su trabajo, e incluso con
sus errores, nos han ayudado a ser lo que ahora somos. Incluso cuando unos padres se hayan portado mal
con los hijos o hayan perdido su custodia, conviene procurar que los hijos respeten a sus padres, aunque
deban mantener la debida distancia o alejamiento.
La responsabilidad filial se expresa en la respuesta dócil y obediente a los padres, cuando los hijos son
menores. Y, en la medida en que van creciendo y se encuentran en disposición de administrar su libertad,
tenerlos siempre en consideración, respetarlos y contribuir a la cohesión familiar y el mantenimiento del
hogar mientras vivan bajo el mismo techo, y luego, seguir acompañando y atendiendo a sus padres, como
estos les acompañaron y atendieron cuando eran niños.
Mientras el hijo vive en el domicilio de sus padres, debe obedecer a todo lo que estos dispongan para su bien
o el de la familia, y contribuir a su funcionamiento y desarrollo desde el papel que le corresponde. Asimismo,
los niños han de obedecer las indicaciones razonables de sus educadores y de todos aquellos a quienes sus
padres les han confiado. No obstante, si el niño, en conciencia, considera que lo que se ordena es
moralmente malo, tiene derecho a no obedecer.

Cuando los hijos se hacen mayores, deben seguir respetando a sus padres y contar son sus consejos y
escuchar sus observaciones, cuando están justificadas. Incluso los hijos emancipados tienen una obligación
moral de respetar y cuidar de sus padres o poner todos los medios para que sean atendidos cuando ya no
puedan valerse por sí mismos.

La responsabilidad filial también implica la responsabilidad fraternal que, bien vivida, favorece la armonía de
la familia.

8. En cuanto al valor añadido que genera en la sociedad, queda patente al afrontar la caída de la natalidad que
supone para los países occidentales una insuficiencia de recursos humanos. Sin los hijos, el desarrollo
sostenible se encontraría amenazado. Por tanto, a los Estados les interesa minimizar los obstáculos que
desalientan la natalidad. Además de facilitar la natalidad, el Estado debe proteger a las familias para que
sean funcionales: La funcionalidad de la familia es un aporte imprescindible al funcionamiento global de la
sociedad. Cuando las familias no funcionan, el Estado encuentra mayores dificultades para sostener la
sociedad de bienestar. La familia que funciona aporta a la sociedad ciudadanos con bienestar subjetivo
emocionalmente equilibrados, con calidad de vida y al que se respetan sus derechos y libertades desde el
primer momento. Los ciudadanos con familia que funciona, encuentran en ella un entorno en el que volver
para recomponerse y seguir luchando por el bien común. No se conoce un Estado que haya prescindido de
las familias y haya conseguido mejores cotas de solidaridad humana, libertad y crecimiento personal como
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se ha explicado en el primer capítulo. Si no se protege a las familias para que sean funcionales, se forman
familias problemáticas que tienen todo el derecho de ser protegidas y apoyadas para mejorar su
funcionalidad, pero, en lugar de ser parte de la solución, se convierten en fuente de más problemas.

• Se pueden apreciar tres motivos por los que la sociedad está interesada en proteger el buen funcionamiento de
las familias:
1. La primera razón es que los ciudadanos que forman una familia, de entrada, desean continuidad para sus
proyectos, y, además, las rupturas familiares mal gestionadas fa­ miliares mal gestionadas pueden conllevar
consecuencias negativas en la educación de los futuros ciudadanos. En las encuestas la mayoría de los
jóvenes todavía hoy declara como su principal y último deseo el conseguir relación conyugal duradera en la
que se incluya la procreación de hijos, pero a la vez, tienen la percepción que ese deseo cada vez es más
inalcanzable.
2. La segunda razón que justifica una preocupación por la funcionalidad familiar es que los niños
viven mejor en las familias que funcionan bien y los padres mantienen una relación estable entre ellos. Los
estudios indican que los porcentajes de calidad de vida y bienestar subjetivo de los hijos mejoran en estas
circunstancias familiares.
3. Un tercer motivo de interés es el éxito o fracaso escolar. Los estudios muestran que las probabilidades de
éxito escolar son mayores para los hijos de familias estables, mientras que los niños que provienen de
familias débiles y desorganizadas tienen más probabilidad de fracasar. En cuanto a la debilidad familiar,
estos estudios consideran la existencia de un único padre al frente de la familia, lo que supone un doble
esfuerzo y necesidad de mayores ayudas, pero con todo, y no solo por este factor, los resultados muestran
que los hijos en estos hogares tienen mayor probabilidad rebajar el rendimiento académico y presentar
problemas en relación con Ja asistencia a clase.

Para concluir este punto sobre los elementos constitutivos de la familia, también se puede decir, desde la sociología
relacional, independientemente de la funcionalidad o disfuncionalidad, que una relación es familia y no otro tipo de
relación comunitaria o social cuando se identifican cuatro elementos, que constituyen
Lo que Donati (2014) denomina genoma social que da forma a la relación-familia y le confiere una naturaleza única y
concreta:
1. Don: propio del amor oblativo o agápico, gratuito, dirigido a un quién y no a un qué. Es principio
dinamizador del genoma y de la relación entre los cuatro elementos. El don en la familia se manifiesta en
la disposición de la persona siempre única e irrepetible que trasciende su propia individualidad para
entregarse y servir a los demás. Ese ponerse al servicio de los otros se transfiere luego a Ja sociedad,
generando comunidades de personas y relaciones humanas basadas en la solidaridad, la justicia y el bien
común.
2. Reciprocidad: es ese circuito de donaciones entre aquellos que se reconocen unidos y comprometidos
por un vínculo sexual y generacional, consecuencia directa de la donación que nutre y fortalece a la
familia. Fuente de solidaridad social y de intercambios supra funcionales, que van más allá del interés
individual y la utilidad.
3. Sexualidad: propia del amor esponsal, exclusiva y excluyente. No se queda únicamente en la dimensión
reproductiva; sirve además de fundamento para las relaciones humanas y posiciona existencialmente a
la persona en su condición sexuada para la vida en pareja, en familia y en sociedad.
4. Generatividad: es la concreción de la reciprocidad entre los sexos, cuya finalidad es generar los bienes
relacionales primarios que son los hijos. Mediante la generatividad, la pareja excede su individualidad, la
transciende y se convierte en comunidad generativa de amor. No se ve por tanto reducida a la
procreación -generar hijos- ni al habitar, sino que es generadora de relaciones (Donati, 2014).

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