Está en la página 1de 13

Instituto de Educación Superior Tecnológico Público “Luis Negreiros Vega”

DATOS GENERALES

• ESPECIALIDAD : Electrónica Industrial


• UNIDAD DIDÁCTICA : Interpretación y Comprensión de Textos
• AÑO ACADÉMICO Y LECTIVO : II Ciclo - 2021
• DOCENTE : LC. Mauricio Varillas Guzmán
• TURNO : Noche
• FECHA : 25/10/2021

INTEGRANTES: Jean Pool Ramos Gonzales


Gary Frank Quintanilla Diaz
Joseph Adaryl Armejo Aliaga

Análisis Literario

ARIEL

José Enrique Rodó

LIMA – PERU
2021

1
Instituto de Educación Superior Tecnológico Público “Luis Negreiros Vega”

Agradecer a Dios por ser el pilar fundamental de nuestras vidas


y a nuestros padres por ser el motivo para seguir,
su incondicional apoyo y palabras de aliento
que hacen que sigamos luchando.
Para así poder alcanzar nuestras metas.

BIOGRAFÍA:
José Enrique Camilo Rodó Piñeyro (Montevideo, Uruguay, 15 de julio de 1871 -
Palermo, Italia, 1 de mayo de 1917), citado como José Enrique Rodó, miembro de una
familia bien posicionada económicamente, Rodó aprendió a leer a los cuatro años, con
la ayuda de su hermana, y desde entonces fue un apasionado lector. Su rendimiento
escolar presentó altibajos desde un primer momento. Inició sus estudios en la Escuela
y Liceo Elbio Fernández de Montevideo, donde se interesó principalmente por materias
como la historia y la literatura; ingresó en 1882 y al año siguiente debió pasar a otro
colegio oficial por problemas económicos de su familia, debidos a algunos fracasos en
los negocios de su padre. Fue un escritor y político uruguayo. Creador del arielismo,
corriente ideológica basada en un aprecio de la tradición grecolatina, sus obras
expresaron el malestar finisecular hispanoamericano con un estilo refinado y poético,
típico del modernismo. Formó parte de la vida política de su país como miembro del
Partido Colorado de José Batlle y Ordóñez: fue diputado por Montevideo en 1902 y
renunció a su cargo en 1905, pues estaba desilusionado de la realidad política de su
país. Luego de publicar Liberalismo y jacobinismo en 1906, y como consecuencia de
diversos antagonismos, se distanció de Batlle. En 1915, se dedicó a las obras de
Rubén Darío, Simón Bolívar y Juan Montalvo. Cuando su salud empeoró, emprendió el
siempre soñado viaje a Europa, designado como corresponsal de la revista argentina
Caras y Caretas. Entre 1916 y 1917, las impresiones de sus viajes por España,
Francia e Italia se publicaron en la revista, en artículos cuyo tono melancólico refleja su
desilusión y tristeza.
Rodó murió en el olvido en un hotel de Palermo (Sicilia) el 1 de mayo de 1917, a los 45
años de edad. Sus restos no fueron trasladados a Montevideo hasta 1920

2
Instituto de Educación Superior Tecnológico Público “Luis Negreiros Vega”

Título de la Obra: ARIEL


¿Qué nos quiere decir el título?
Ariel es el imperio de la razón y el sentimiento sobre los bajos estímulos de la
irracionalidad; es el entusiasmo generoso, el móvil alto y desinteresado en la acción, la
espiritualidad de la cultura, la vivacidad y la gracia de la inteligencia; el término ideal a
que asciende la selección humana, rectificando en el hombre superior los tenaces
vestigios de Calibán, símbolo de sensualidad y de torpeza, con el cincel perseverante
de la vida.

Generó: Ensayo
Estiló: Literario y filosófico
Lenguaje: Modernista
Tema Principal: Se enfoca en la democracia y el materialismo frente al elite
intelectual, moral, y espiritual. En su ensayo largo, desarrolla su critica de los valores
vistos en América del Norte. Se dirige a muchos temas como la religión, la naturaleza,
el orgullo latinoamericano, la intelectualidad, la belleza, los griegos ancianos, y la
juventud. Todos los temas ayudan a mejor comprender la tesis de Rodo.

Tema Secundario: Rodó pertenece a la tendencia literaria del modernismo. En


este ensayo se destacan algunas características modernistas por el lenguaje literario
con el que está escrito que se destaca desde las primeras líneas: "Aquella tarde, el
viejo y venerado maestro, a quien solían llamar Próspero, por alusión al sabio mago de
La tempestad shaksperiana, se despedía de sus jóvenes discípulos, pasado un año de
tareas, congregándolos una vez más a su alrededor." También por el sensualismo
reflejado en la relación entre el profesor y la estatua de Ariel.

Personajes Principales:
Próspero: Personaje con quien se empieza el ensayo, que representa la sabiduría.
Personajes Secundarios:
Ariel: Símbolo del idealismo y la espiritualidad.
Calibán: Representa el materialismo.
Los discípulos: Representan a la joven generación. A diferencia de otro tipo de
escenas de enseñanza, como la del diálogo socrático, estos jóvenes son una
presencia muda durante todo el discurso; escuchan sin preguntar, comentar o refutar.

3
Instituto de Educación Superior Tecnológico Público “Luis Negreiros Vega”

Enjolrás: Uno de los discípulos de Próspero que se destaca en Ariel por tomar la
voz en el final del ensayo.

ARGUMENTO
Ariel es la obra más conocida de Rodó. Fue muy estudiada tanto por los escritores
americanos como por los españoles.
En Ariel se expone una propuesta moral a la juventud, que llevará aparejada un
cambio social. Dicha propuesta tiene como supuesto la conquista de la libertad
personal que se orienta a la búsqueda del bien. Rodó propone la ordenación de la
inteligencia y de la voluntad atal fin.
Se ha dicho que el regeneracionismo presenta siempre una línea programática. En
razón de la época, esta obra rodosiana podría encuadrarse como afín al espíritu
regeneracionista, pues Ariel cumple de forma clara ese carácter, ya que la obra
presenta un programa de vida, pero más que regeneracionista es una obra
modernista.
Ariel expone una antropología que apuesta por una vida austera de amor a la ciencia;
sorprende gratamente comprobar la importancia que Rodó concede a la voluntad, lo
cual le impide caer en intelectualismos reductivistas o en sentimentalismos
decadentes. Desde la voluntad exalta la esperanza, el entusiasmo, el optimismo, la
renovación, la fe en el porvenir, la confianza en el esfuerzo humano, como una
capacidad que la voluntad posee para alcanzar los más altos ideales. Rodó propone la
práctica de pasiones puras frente a sentimentalismos subjetivistas, carentes de
desarrollo personal que merman el progreso social.

RESUMEN:
CAPITULO N° 1 - 2
Ariel es un ensayo filosófico dividido en ocho partes, cuyos temas principales se
desarrollan a través de una escena ficcional: la de un profesor que se dirige a sus
alumnos. El texto se inicia con un breve relato-marco en el que un narrador
omnisciente introduce dicha escena y a quien será el narrador principal, el maestro
apodado Próspero, que toma la voz en primera persona a partir de la segunda parte.
Lo único que se repone como trasfondo de esta escena es que se trata de una
despedida, luego de un año de trabajo compartido. Se puede inferir que Próspero ha
estado preparando a sus discípulos para este momento, en el cual los convoca a
entrar en acción en el mundo real.
El tema principal de esta sección es el juvenilismo, la convicción de que los jóvenes y
las nuevas generaciones cumplen un papel fundamental en el desarrollo espiritual de

4
Instituto de Educación Superior Tecnológico Público “Luis Negreiros Vega”

la humanidad. Próspero asegura que la juventud lleva dentro suyo la fuerza y el


instinto necesarios para llevar a cabo su labor, por lo que su propio papel consiste en
guiar esa fuerza y darle orientación moral. Pero no es su función disipar todo rastro de
duda o temor; esto es algo que la juventud debe hacer por sí misma, tratando de
descifrar el reto de la Esfinge; aquí, Rodo utiliza una imagen simbólica de la mitología
griega: la de una criatura que transmite un enigma que debe ser descifrado.
Un aspecto para destacar de Ariel es que es un ensayo muy cargado de referencias
culturales, simbolismos e imágenes poéticas. Las ideas de Próspero, que son las
Rodó, se expresan a través de estos recursos literarios porque, para el autor de Ariel,
la belleza es un modo de acceso al conocimiento. Tomemos, por caso, un pasaje en el
que Próspero habla de la juventud:

Aquí, Próspero recurre a la personificación singular de una entidad colectiva, la


juventud, para dar una imagen poética de la actitud optimista con la que dicha juventud
debe encarar el futuro, diciendo que tiene una frente alta y una sonrisa altanera.
También recurre a una densa adjetivación poética –“altanero desdén”, “dulces y
remotos mirajes”, “misteriosos estímulos”– y toma como referencia dos espacios
utópicos imaginados por las conquistas europeas –Cipango y El Dorado (ver sección
“Glosario”)–, porque para Próspero los jóvenes deben actuar como conquistadores de
su propio mundo, analogía con la que cierra también esta primera parte de su
discurso. El uso de la metáfora también puede verse en cómo recurre a la nutrición
para sostener que “las cobardías morales” se sustentan de “la decepción y de la duda”,
como un bebé que se alimenta del seno de su madre.
La referencia literaria más importante de Ariel, por su significado simbólico, es el
drama de William Shakespeare La tempestad. En la trama de esta obra, Próspero es
un mago al que le han usurpado su título de duque de Milán y que gobierna en la isla
en la que se ha exiliado escapando de un complot de asesinato. Ariel, por su parte, es
un espíritu de la isla al servicio de Próspero, y la fuente de sus poderes mágicos.
Calibán, por último, es nativo de aquel lugar y su legítimo gobernador, pero a quien
Próspero convierte en su esclavo tras su llegada.
Rodó toma a estos tres personajes para caracterizar tres entidades: a Próspero, como
el mago sabio que guía a la juventud, –que sería el propio Rodó dirigiéndose a los
jóvenes latinoamericanos–, a Ariel, como imagen de los ideales espirituales que la
juventud debe seguir, y a Calibán, como personaje monstruoso que condensa todo lo
malo de la modernidad y que la juventud debe rechazar. Más adelante, Próspero
volverá sobre las imágenes de Ariel y Calibán para profundizar sus sentidos; lo
importante para destacar en esta parte es que el maestro invoca a Ariel como su
numen, es decir, como una musa o deidad que lo inspira a hablarle a sus discípulos y
que le da un valor espiritual a su discurso, que para Próspero pertenece al “género de
la oratoria sagrada”.

5
Instituto de Educación Superior Tecnológico Público “Luis Negreiros Vega”

Otra referencia que aparece en esta primera sección es a escritores franceses


contemporáneos. Aquí, Próspero cuestiona las expresiones románticas y decadentes
del arte porque considera que se han dejado abatir por el pesimismo de fin de siglo.
Luego propone que, para vencer este pesimismo, es necesario convertirlo en un
“optimismo paradójico”, es decir, buscar la forma de contrarrestar el abatimiento
teniendo fe en el porvenir.
Por último, podemos destacar la mención a otros dos temas que tendrán relevancia a
lo largo del ensayo: el valor de las culturas cristiana y de la grecolatina, y la
importancia de conformar una identidad latinoamericana o americana. Próspero hace
mención de Grecia y del cristianismo como ejemplos de culturas que prosperaron por
mantener un alma joven. Pero estos no son, simplemente, modelos a seguir, sino que
forman parte de la genealogía virtuosa de los pueblos latinos de América. Por eso,
cuando al final de la segunda parte Próspero afirma que América necesita de su
juventud, es porque considera que a través de ella pueden reanimarse “las fuerzas
vivas del pasado” (p.10), para que el espíritu del pueblo americano sea parte del
porvenir. En este sentido, los jóvenes son el presente que puede conectar el pasado
con el futuro de América Latina.

CAPITULO N° 3 – 4
Próspero realiza una reflexión acerca de la especialización del individuo en la época
moderna. Comprende que este es el resultado al que llegan las civilizaciones
avanzadas, pero considera que es necesario contrarrestar esta especialización
recuperando la totalización que caracterizaba a la cultura grecolatina, en la cual se
desarrollaban todas las facultades humanas. De esta manera, Ariel propone una crítica
a la modernidad que produce, en palabras de Próspero, “espíritus estrechos” y
desconectados de su propia especie. Por eso afirma que cada individuo debe ser “un
ejemplar no mutilado de la humanidad”.
Para demostrar de qué forma sus discípulos pueden reconectarse con la totalidad,
Próspero acude a un relato literario como método de enseñanza. La historia del
monarca y de su palacio abierto a todas las personas y los intereses de su reino, salvo
por un recinto cerrado al que el rey acudía para estar solo con sus pensamientos,
funciona como una parábola en la cual el palacio representa el “reino interior” de cada
ser humano. Como aquel palacio, el espíritu debe estar predispuesto a recibir todos los
aspectos humanos y, al mismo tiempo, reservarse un espacio para el ocio, en el
sentido en el que la antigüedad clásica comprendía esta actividad, como aquel
momento de meditación en el que el pensamiento se libera del utilitarismo de la vida
moderna y se halla a sí mismo en el mundo de la totalidad y la unidad.

6
Instituto de Educación Superior Tecnológico Público “Luis Negreiros Vega”

La historia que cuenta Próspero, que está cargada de imágenes poéticas (ver sección
“Citas”), ejemplifica el modo en que Rodó concibe la belleza como medio de acceso a
los ideales que el individuo y la sociedad deben alcanzar. Ariel posee un discurso que
se propone ser bello y transmitir los valores que perfeccionan al ser humano. En este
sentido, persigue el modelo de belleza clásico de la Antigüedad griega, que une lo
bello con lo verdadero y lo bueno. Por eso, Próspero asegura que, “a medida que la
humanidad avance, se concebirá más claramente la ley moral como una estética de la
conducta. Se huirá del mal y del error como de una disonancia; se buscará lo bueno
como el placer de una armonía”. De esta manera, aunque acepta la posibilidad de una
“belleza del mal y del error”, el maestro considera que todo lo que sea virtuoso es
intrínsecamente bello, y por eso le resulta necesario el cultivo del buen gusto como
desarrollo del sentimiento moral.
Próspero cuestiona el puritanismo y el ascetismo como dos vertientes cristianas que se
desviaron en el camino de la perfección al intentar separar la virtud de lo bello,
mientras el Renacimiento italiano hizo lo mismo, pero desdeñando la virtud a favor de
lo puramente estético. Además de recurrir al ya mencionado modelo griego, Próspero
también utiliza la naturaleza como ejemplo de cómo la belleza ha contribuido a la
evolución de los seres vivos, puesto que, dentro de cada especie, “los seres mejor
dotados de hermosura” han sabido prevalecer sobre “los menos ventajosamente
dotados”. Es interesante destacar que, aquí, el pensamiento de Rodó dialoga con la
filosofía positivista de su época, porque concibe una idea del progreso de la
humanidad no muy lejana a la teoría de que las especies evolucionan por la
supervivencia del más apto. Pero a diferencia del positivismo, que pone el énfasis en
la superioridad de la razón y de lo utilitario, Rodó destaca a lo bello como elemento
evolutivo. Veremos cómo más adelante pondrá en cuestión otro aspecto del
positivismo, al poner en tela de juicio la supuesta superioridad de la raza anglosajona
por sobre la latina.
Para finalizar este apartado, Próspero les aconseja a sus alumnos que, para incentivar
que la sociedad utilitarista en la que viven se interese por la belleza, es importante que
el sentido estético no se convierta en una especialización más, desconectada de todos
los otros aspectos de la vida. Para transmitir su importancia, es necesario hacer
comprender que lo bello armoniza con todas las facultades y actividades humanas.
Solo así se podrá entender que la belleza es uno de los aspectos esenciales que el
individuo y la sociedad necesitan para recuperar su totalidad como especie humana.

CAPITULO N° 5
El tema principal de esta sección es la democracia. En el Ariel, la posición de Rodó
sobre el régimen democrático difiere de la que tienen muchos pensadores a los que
respeta y admira, como el filósofo Ernest Renan. Estos pensadores critican la
democracia porque la consideran un sistema de gobierno dominado por el número, es
decir, por las mayorías y no por aquellas personas moralmente superiores que sabrían
qué es lo mejor para un pueblo. Asimismo, estos filósofos cuestionan la democracia

7
Instituto de Educación Superior Tecnológico Público “Luis Negreiros Vega”

por considerar que se centra en perseguir fines utilitaristas y bienestar material los
fines que encarna la figura de Calibán y porque, a su parecer, deja de lado la
educación en los ideales de la moral, la virtud o el sentimiento de lo bello,
representados por el espíritu de Ariel.
Próspero, que expresa el pensamiento de Rodó, coincide con estos pensadores al
sostener que la calidad no debe ser sustituida por la cantidad, porque “de la
acumulación de muchos espíritus vulgares se obtendrá jamás el equivalente de un
cerebro genio”. No obstante, sostiene que la democracia es el mejor punto de partida
para formar mentes que puedan alcanzar esa superioridad y constituir un gobierno de
los mejores. Por eso arguye que el deber del Estado “consiste en colocar a todos los
miembros de la sociedad en indistintas condiciones de tender a su perfeccionamiento”
y en “predisponer los medios propios para provocar, uniformemente, la revelación de
las superioridades humanas, dondequiera que existan”. Para Próspero, lo importante
es que todos tengan iguales condiciones para convertirse en personas superiores,
pero solo los que alcancen esa superioridad deberían ser los que gobiernen. Allí yace,
según su perspectiva, el único límite legítimo a la igualdad humana, “el que consiste en
el dominio de la inteligencia y la virtud, consentido por la libertad de todos”.
En la paradoja de que debe existir un elemento aristocrático dentro del régimen
democrático, podemos ver cómo Rodó logra reconciliar, en su filosofía, aspectos
aparentemente contradictorios. Aquí también acude a la recuperación de las
tradiciones cristiana y grecolatina para unir los dos aspectos que considera necesarios
para el progreso humano: la igualdad de la moralidad cristiana y la jerarquía de la
cultura clásica. Esta armonía entre lo democrático y lo aristocrático también la
encuentra en lo que la ciencia ha revelado de la naturaleza, porque en ella se
corrobora, por un lado, “la eficacia del esfuerzo colectivo” y “la participación de los
colaboradores ignorados en la obra universal” y, por otro lado, la necesidad del “orden
jerárquico” en la evolución de las especies.
Es importante remarcar que Rodó piensa en un principio aristocrático que no tiene que
ver con el privilegio de la casta de las aristocracias tradicionales las cuales, según
Rodó, eran injustas por fundamento y opresoras por imposición sino con las calidades
“de la virtud, el carácter, el espíritu”, a las que cualquier persona puede aspirar. En
este sentido, Rodó está pensando en una meritocracia a la que él llama aristarquía
pero que no esté basada en los logros materiales del individuo, sino en sus méritos
espirituales. Esta es, para el ensayista, la desigualdad justificada que debe existir en
todo régimen democrático.
En conclusión, si bien Rodó cuestiona la época moderna por haberse desinteresado
de los ideales espirituales, también recupera de ella la democracia y la ciencia como
“los dos insustituibles soportes sobre los que nuestra civilización descansa”. De esta
manera, aunque critica la modernidad, no pretende destruir todos sus logros, sino
incluirlos dentro de un proceso en el cual es necesario recuperar ciertos ideales
perdidos del pasado para avanzar hacia el perfeccionamiento futuro de la humanidad.

8
Instituto de Educación Superior Tecnológico Público “Luis Negreiros Vega”

CAPITULO N° 6
Este apartado trata sobre los Estados Unidos y sobre lo que Rodó denomina la
narcomanía de algunos hispanoamericanos, que quieren seguir el ejemplo del país
norteamericano sometiéndose voluntariamente a su influencia. La visión que se le
presenta a Próspero y que quiere disipar es la de una “América des latinizada por
propia voluntad, sin la extorsión de la conquista, y regenerada luego a imagen y
semejanza del arquetipo del Norte”. De esta manera, el Ariel expone un tipo de crítica
al predominio político, económico y cultural de los Estados Unidos, una crítica que
cobrará más fuerza a lo largo del siglo XX.
Rodó piensa la relación entre Estados Unidos y los países hispanoamericanos como
una confrontación entre dos tradiciones étnicas distintas: la anglosajona y la latina. En
este punto, acompaña la visión positivista de su época porque reconoce una
correlación entre los valores y los atributos de un pueblo y la raza a la que pertenece.
Al afirmar que cada sociedad debe seguir lo que es propio de su etnia, Rodó también
adscribe a cierta concepción romántica que rescata lo que reconoce como original y
natural en un pueblo: “no veo la gloria, ni el propósito de desnaturalizar el carácter de
los pueblos, su genio personal, para imponerles la identificación con un modelo
extraño al que ellos sacrifiquen la originalidad irreemplazable de su espíritu”. Este
sería uno de los argumentos en contra de seguir el ejemplo norteamericano: que no se
adecúa al ser de los pueblos hispanoamericanos, que deben seguir los pasos de su
propia tradición.
Otro argumento que esgrime Rodó con la voz de Próspero es el tema de la oposición
entre utilitarismo e idealismo. Estados Unidos es un país que se interesa únicamente
por la realidad inmediata y el bienestar material y que solo educa para alcanzar fines
útiles, sin perseguir ninguna idealidad que eleve su espíritu. También cuestiona el
hecho de que en Estados Unidos rige una plutocracia en la cual, en vez de que
dominen las personas con mayor superioridad moral, quienes tienen poder político son
los que poseen más riquezas y control económico, porque monopolizan la producción.
La opulencia de este país, aunque genere admiración, es para Próspero algo
insuficiente y vacío, porque le falta “la chispa eficaz que haga levantarse la llama de un
ideal vivificante e inquieto sobre el copioso combustible”; con esta metáfora, el maestro
afirma que no sirve de nada la riqueza material si no se pone al servicio de avivar las
facultades humanas más nobles, como la belleza o la virtud.
Pero, así como no quiere desestimar por completo la modernidad por considerarla una
etapa crucial en el proceso hacia la perfección humana, Rodó tampoco quiere
desestimar por completo la influencia de los Estados Unidos en el resto del mundo, y
en especial en los países hispanoamericanos. En este punto, vuelve a proponer la idea
de reconciliar contrarios, y se apoya en ejemplos históricos para demostrar que el
bienestar material que ha conseguido el utilitarismo es necesario también para el
idealismo. De esta manera, Próspero asegura que sin el oro acumulado por el
mercantilismo de las repúblicas italianas no podría haber existido el arte renacentista

9
Instituto de Educación Superior Tecnológico Público “Luis Negreiros Vega”

en todo su esplendor. Y así como lo útil puede servir a lo ideal, lo ideal también puede
provocar resultados útiles, y esto lo demuestra Próspero al decir que, si en el pasado
no hubiera habido soñadores y ociosos que contemplaran el cielo, no se podría haber
mejorado la navegación.
Sin embargo, Próspero considera que debe pensarse a Estados Unidos como un país
en formación al que le falta mucho para alcanzar su estado ideal, y no como el ejemplo
máximo de modelo de civilización a seguir. Próspero sostiene que los
hispanoamericanos deben hallar en sí mismos, es decir, en los valores que han
heredado de su cultura, lo que necesitan para seguir su camino hacia la perfección.

CAPITULO N° 7 – 8
Próspero vuelve a poner el foco en el futuro como el momento histórico de realización
del ideal: “El porvenir es en la vida de las sociedades humanas el pensamiento
idealizador por excelencia”. Esto quiere decir que la humanidad se perfecciona cuando
se preocupa por el legado que dejará a las sociedades venideras.
Próspero rescata del pasado a aquellas civilizaciones que, por haber propiciado
bienestar material y educación espiritual, han avanzado un peldaño en el camino hacia
la perfección, y las opone a las ciudades que hicieron de la riqueza un fin en sí mismo.
Esta comparación, que vuelve sobre el tema de reconciliar utilitarismo e idealismo, le
sirve para referirse a la que llama “nuestra América”, es decir, la América de
procedencia latina, que está en condiciones de “participar del primer rango en el
mundo” si logra que el pensamiento domine por sobre la grandeza material aspirando
a la superioridad del idealismo. Aquí aparece el latino americanismo de Ariel en forma
de llamamiento a que los pueblos de procedencia latina a los que puede conectar
genealógicamente a la Antigüedad clásica ocupen el lugar que les corresponde por
herencia entre las grandes civilizaciones.
En este punto, se dirige a sus discípulos, en quienes ve representada a “la juventud
que se levanta, sangre y músculo y nervio del porvenir”; ella es la generación con la
suficiente energía vital para impedir que la América Latina sea dominada por el espíritu
utilitarista de Calibán. Es así como Rodó concibe la empresa de los jóvenes como una
batalla que se vence con “arte, ciencia, moral, sinceridad religiosa, política de ideas”,
esto es, con el desarrollo de las facultades humanas desinteresadas, las que no
persiguen un fin material e inmediato. Y cada vez que los jóvenes sientan menguar sus
fuerzas y su esperanza, deben acudir a Ariel, que, aunque fuera derrotado una y otra
vez por “la indomable rebelión de Calibán”, resurgirá siempre “para animar a los que
trabajan y a los que luchan”.
La juventud debe tener en cuenta que tal vez no viva para ver los resultados de sus
esfuerzos. Por eso, su labor para el porvenir debe sostenerse por la convicción de
saber que ha contribuido a la perfección futura de la humanidad. No obstante, su
empeño tendrá una recompensa espiritual, porque eliminar “la sugestión del interés

10
Instituto de Educación Superior Tecnológico Público “Luis Negreiros Vega”

egoísta” y preocuparse por los “destinos ulteriores a nuestra vida” purifica y ennoblece
el alma.
Próspero cierra su discurso acentuando el tono optimista con el que, al comienzo,
había convocado a la juventud a intervenir en el mundo educando su espíritu y el de su
sociedad en el idealismo. Acude al “yo” y al “vosotros” para difundir confianza en sus
discípulos, poniendo el futuro en sus manos: “Yo creo en vuestra voluntad, en vuestro
esfuerzo; y más aún, en los de aquellos a quienes daréis la vida y transmitiréis vuestra
obra”. Finalmente, recurre una última vez a la figura de Ariel construyendo una imagen
poética para el futuro: la de la cordillera americana el cordón de cordilleras que se
extiende de norte a sur en todo el continente como “pedestal definitivo de esta
estatua”. Podríamos considerar que, de esta manera, Rodó está sugiriendo una unión
entre la América anglosajona y la latinoamericana, ofreciendo una visión de América
que apunta a la totalización, como otra manera de enfrentar la especialización del
utilitarismo. En este sentido, si bien su discurso se dirige a los pueblos
latinoamericanos, su confianza en el porvenir apunta a una integración de la
humanidad en todos los rincones del mundo.
La última parte, en la que aparece el narrador omnisciente que había presentado la
escena del comienzo, tiene la función de darle un marco de cierre a la escena de
enseñanza que tuvo lugar durante todo el ensayo. Después de que Próspero cerrara
su discurso con signos de exclamación, este momento narrativo busca evidenciar el
impacto que produjeron las palabras del maestro en sus discípulos con un tono más
calmo, acorde a la tranquilidad de las mentes que reflexionan: “Al amparo de un
recogimiento unánime, se verificaba en el espíritu de todo ese fino destilar de la
meditación, absorta en cosas graves”.
Cuando estos jóvenes meditabundos salen a la realidad, se produce un contraste entre
el éxtasis de su reflexión y “el áspero contacto de la muchedumbre”. Es entonces
cuando el más joven de ellos, Enjolrás, observa que la multitud no contempla el cielo,
aunque el cielo mira a la multitud, y relaciona la “vibración de las estrellas” con el
“movimiento de unas manos de sembrador”, comparando la tarea de transmitir
idealidad con cultivar la tierra fértil. Si bien esta observación pone en evidencia el lugar
pasivo que tienen las masas en la filosofía de Rodó que deben esperar pasivas a que
las mentes superiores las dirijan, también funciona como una primera puesta a prueba
de que los jóvenes han aprendido cuál es su deber en el mundo, como sembradores
de idealidad.

GLOSARIO:
Arielismo: Término que no se utiliza en Ariel pero que surge posteriormente a su
publicación como corriente ideológica del siglo XX que se inspira en el pensamiento
filosófico de José Enrique Rodó.

11
Instituto de Educación Superior Tecnológico Público “Luis Negreiros Vega”

Aristarquía: Gobierno de los mejores. Con este término, Rodó expresa su idea de
formar un gobierno erigido por las personas que se destacan por su superioridad
moral.
Ascetismo: Práctica de una vida austera y severa en la que se renuncia a los
intereses mundanos para alcanzar la perfección espiritual.
Briozoo: Pequeños animales coloniales e invertebrados.
Cipango: Antiguo nombre de Japón, otorgado por los chinos y luego utilizado por los
europeos durante los viajes de colonización de comienzos de la Edad Moderna.
Damasquinar: Adornar una pieza de bronce, acero o hierro con incrustaciones de
plata y oro.
El Dorado: Ciudad mítica hecha de oro que se creía ubicada en la zona actual de
Colombia y que fue buscada por conquistadores europeos.
Genio: En Ariel, se usa una doble acepción de "genio", como aquel carácter propio de
un individuo o un pueblo, y como la capacidad extraordinaria de algunos artistas para
crear cosas originales y admirables.
Igualitarismo: Tendencia política que prioriza la igualdad social, para todas las
personas. En Ariel se utiliza despectivamente, porque Rodó cree que el igualitarismo
se centra en una igualdad "que aspira a la nivelación de todos por la común
vulgaridad".
Materialismo: En Ariel, tendencia del utilitarismo a dar importancia primordial a los
intereses materiales.
Nordomanía: Término que acuñó José Enrique Rodó para describir el interés de
algunos latinoamericanos que quieren adoptar los valores de la cultura norteamericana
o estadounidense, alejándose de los ideales de su propia cultura.
Numen: Espíritu o deidad con poderes especiales que preside una cosa o un lugar.
Numulita: Fósil de género foraminífero con forma de moneda.
Obséder: En francés: obsesionar. Rodó utiliza este término conjugándolo en español
para hablar de la obsesión del pájaro que construye un nido: "la obra instintiva del
pájaro que, al construir el nido bajo el imperio de una imagen interna que le obsede.
Ocio: En Ariel, el ocio es el tiempo dedicado a la reflexión y la meditación como
medios de acceso al ideal. Es un momento opuesto al de la actividad económica. En
palabras de Próspero, es "el más elevado empleo de una existencia verdaderamente
racional, identificándolo con la libertad del pensamiento emancipado de todo innoble
yugo"
Plutocracia: Sociedad gobernada o controlada por las personas adineradas o con
poder económico.

12
Instituto de Educación Superior Tecnológico Público “Luis Negreiros Vega”

Puritanismo: Facción del protestantismo inglés que se propuso reformar la iglesia


anglicana erradicando lo heredado del catolicismo, como la suntuosidad y los festejos.
Los puritanos practican un tipo de vida ascética, simple y rigurosa.

13

También podría gustarte