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República Bolivariana de Venezuela

Universidad de las Artes (UNEARTE)


Programa Nacional de Formación en Teatro, mención: Actuación
Unidad Curricular: Teatro Venezolano

Facilitador: Frank Sulbaràn


Participante: Rosa Lina Díaz
C.I. V 9.016.505
SIFAC UNEARTE Valera
Estado Trujillo

Tarea Nro 1:
 Géneros y formas teatrales de la colonia en Venezuela
 Manifestaciones dramáticas en la colonia en Venezuela

Las formas de teatro que se desarrollaron en la época colonial incluyen


farsas, cuadros, pantomimas, bailes y una gran variedad de representaciones
esporádicas, en su mayoría tributarias de la tradición hispánica medieval y
renacentista, tanto en sus formas como en los motivos.
Cuenta la historia que el desarrollo de la vida social, así como la económica
y cultural de la Venezuela colonial, fue muy lento y que Caracas, al igual que
algunas ciudades del interior como El Tocuyo, Coro y Cumana, adquirieron
categoría de ciudad en medio de luchas entre conquistadores y aborígenes;
desarrollándose saqueos por parte de los piratas y en presencia de
enfermedades y pestes como la viruela, además del terremotos que azotó a
Caracas en el año 1641.
Para ese entonces la población de Caracas era de 6.000 habitantes,
con varias cuadras alrededor de la Plaza Mayor, y rodeada ésta de vegas y
haciendas de caña, cacao, café y otros productos agrícolas, se puede decir que
el establecimiento de la Compañía Guipuzcuana a mitad del siglo XVIII impulsó
vigorosamente el comercio en Venezuela, especialmente las relaciones
comerciales con Europa en 1730. Así el país evidenciaba avances alcanzado
cierto grado de desarrollo en algunas áreas, pero la actividad artística y social
continuaba retrasada.
La mayoría de las actividades estaban determinadas por oficios
religiosos donde tanto libres como esclavos a manera de sociedades religiosas
se encargaban del culto de alguna imagen o de la fábrica de algún templo y
dedicadas al servicio de las cosas divinas.
Se celebraba los días de Corpus Cristi, Jueves Santos. y también en el
entierro de algún magnate español, reunidas todas las Corporaciones, hacían
séquito al Ayuntamiento, Gobernación y Audiencia, pues en tales casos hacía
gala cada Cuerpo e individuo del rango que representaba en la esfera política,
social o religiosa.
Sólo una de las hermandades religiosas tenía el privilegio exclusivo de
pedir limosna el día en que la justicia humana decretaba la muerte de algún
criminal, llevando un crucifijo y un plato, iban de casa en casa recitando el
siguiente estribillo: Hagan bien para hacer bien por el alma del que van a
ajusticiar.
A poco se escuchan cuatro o más tiros de fusil en la Plaza de la
Metropolitana o en la de San Jacinto, y los dobles de las campanas de los
templos, para con el producto de la limosna pagar los gastos del entierro, las
misas que por el alma del ajusticiado debían rezarse.
La visita diaria de estos comerciantes religiosos al mercado público, era
un hecho curioso: si por una parte los compradores depositaban en manos del
santero el centavo de la limosna, después de arrodillarse y de besar la imagen,
por la otra, los vendedores depositaban en el prolongado cestillo huevos y
verduras, pan y fritadas que pagaba el santero con una sonrisa, y también con
el permiso de besar la imagen del santo o virgen que le servía de pasaporte
para llamar a todas las puertas y recibir limosnas de todos los fieles.
Una de las fiestas que más entretenía a los caraqueños durante la época
colonial, era la dedicada a la venta de las bulas, la cual se efectuaba cada dos
años en la Metropolitana. Con el permiso de la venta, se contribuía a los
gastos de la conquista, patrocinada no sólo por los que en ella figuraba, sino
igualmente por toda la cristiandad. Por la bula de la Santa Cruzada se
conseguían admirables gracias, entre otras la del ser absuelto de toda especie
de crímenes; y por la de lacticinios obtenían los clérigos licencia para comer
cada uno a sus anchas, durante los días de ayuno. .
La virtud de la bula no se limita a salvar el alma del purgatorio, tiene el
poder de emanciparla de las llamas, donde se blanqueaba, a semejanza del
amianto en el fuego, bastaba con inscribir sobre la bula el nombre de la
persona cuyo cuerpo abandonó el alma, para que al instante las puertas del
paraíso se abran para éste.
La vanidad religiosa que consistía en favorecer la fábrica de los templos,
en asumir a las procesiones, tenía su complemento en los entierros y en el
recibimiento del viático en la casa de los ricos. En una capital donde no existían
las carrera de la industria, que no comenzaron sino en 1778; donde no figuró el
teatro, que no surgió sino en 1784; donde no había alumbrado público, el cual
apareció casi al final del siglo, 1797; y donde las únicas diversiones consistían
en los juegos de toros, cañas y en el de pelota, en los templos y procesiones,
en los entierros y bautizos, debía buscarse solo el entretenimiento social.
La vida caraqueña la sintetizaban en la época colonial en cuatro verbos
que eran; comer, dormir, rezar y pasear. La vida social mantenía cierta
elegancia, sobre todo, por la variedad del vestido de los hombres, que consistía
en casaca redonda de varios colores, chaleco bajo, pantalones cortos, zapatos
cortos con hebilla y sombrero tricornio, desde la confección más barata hasta la
más rica por la abundancia de bordados y piedras preciosas que brillaban en
las hebillas. En lo que respeta a las damas, lo que en éstas sobresalía eran las
ricas mantillas españolas y los camisones de brocado, con adorno de oro y
plata, de seda los más.
En las clases acomodadas, el uso de la capa fue siempre un distintivo
social, y aunque la temperatura no exigiera abrigo, la vanidad lo necesitaba. A
falta de teatro, la noche en Caracas tenía sus diversiones, de acuerdo con la
índole de los habitantes.

 Procesiones del Rosario acompañadas de mala música y peores


cantantes.

 Casas se llenaban de niños y de criados, y las ventanas de


rostros marchitos y juveniles.

 La procesión se recogía cerca de las once de la noche, luego de


cantar cien Salves y doscientas Ave Marías.

 Un mismo alimento nutría a los moradores de la Caracas de


antaño tanto ricos como pobres, solicitaban la misma comida en
el mercado general.
Fue en los siglos XVII y XVIII que mejoró la situación social y cultural,
pues surgió la creación de la Universidad, la Escuela de Música del Padre
Sojo, se construyó del primer teatro (El Coliseo, 1748 con 1.800 butacas) y la
aparición de excelentes pintores y músicos. Al mismo tiempo surgió en la clase
aristocrática venezolana un importante grupo de intelectuales y pensadores
que se habían formado en el espíritu de la igualdad y la libertad proclamada por
la Revolución Francesa, y fueron hombres que concibieron la independencia de
Venezuela y que lucharon por ella, (Miranda, Simón Rodríguez, Simón Bolívar,
Andrés Bello y decenas más).
La Corona y la Iglesia seguían controlando el poder y la economía y
seguían las actividades religiosas como actividad social, pero el desarrollo
cultural logrado por los criollos ricos cambió en algo el panorama, al punto de
que el Barón Alejandro de Humboldt, quien visitó Venezuela en 1800, escribió
en su Diario de viajes a las Regiones Equimoxiales, lo siguiente:
Noté en varias familias caraqueñas gusto por la instrucción,
conocimiento de las obras maestras de la literatura francesa e italiana,
una dedicada predilección por la música, que se cultiva con éxito y sirve
para aproximar las diferentes clases sociales.
Se puede concluir entonces que en la época colonial el teatro como
entretenimiento social, tuvo sus comienzos en la época del Virreinato, a
comienzo del Siglo XIX y que se le llamaba el teatro de la ranchería o teatro de
las casa de comedias donde se observaba en el interior del teatro, un
escenario con pobres recursos, sin bambalinas adecuadas, lo que obligaba a
los actores a decir dónde se hallaban para que el público se imaginara el
ambiente o lugar donde se desarrollaba la escena.
Teniendo en cuenta que las primeras manifestaciones teatrales
aparecieron en el Paleolítico Superior a través de actos rituales mágico-
religiosos, juegos, danzas guerreras y religiosas, brujería, tramas, gestos,
imitaciones, máscaras, caretas, maquillaje para disfrazarse o camuflarse. La
manera como desarrollaban el teatro era aplicando las formas más básicas del
género dramático que son las formas discursivas más habituales de estas
obras como son:

 el dialogo (entre dos o más personajes),

 el monólogo (un personaje expresa sus pensamientos en


soledad)

 el soliloquio (la expresión en voz alta ante un interlocutor


indefinido).
Es sabido que el género dramático surgió en la Antigua Grecia, donde
aparecieron los primeros textos que pueden ser considerados como
dramáticos, ellos realizaba un tipo de festejo anual que rendía culto a Dionisio,
el Dios de la alegría y del vino y la manera de representar la acción en el teatro,
era en pequeñas acciones que se van sumando para resolver el conflicto
principal. Recordemos la obra de Edipo Rey.

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