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Formación Complementaria

Práctica Docente I

La Identidad de la Actividad Docente


Cualquier propuesta de formación se apoya en un conjunto de reflexiones y supuestos acerca de
las tareas que maestros y profesores realizan. Diseñar una preparación específica para la tarea
docente supone analizar todas las dimensiones involucradas en el ejercicio del rol y a partir de ello
definir las cuestiones a ser descubiertas en la formación a fin de posibilitar su desarrollo. Por esa
razón es esencial detenernos en el análisis de la práctica para la que se pretende preparar,
aproximarnos a la "identidad de la actividad".

Resulta de interés, entonces introducirnos en algunos rasgos compartidos. A pesar de las


incomodidades que genera cualquier inventario, hoy no es posible dejar de señalar, entre las
características de la actividad, las siguientes:

La multiplicidad de tareas que supone el ejercicio docente: cualquier listado mínimo de las tareas
que efectivamente realiza un docente rebasa rápidamente la definición normativa de la docencia
como enseñanza. Diversos autores señalan que los docentes hacen muchas más cosas además de
enseñar. Sin entrar tanto en listar ya que ustedes mismos los realizan a diario, podríamos resumir
en algunas tareas tales como: repartir desayunos y meriendas, relacionarse con los padres,
preparar actos escolares, preparar bailes, escribir notas especiales, entre tantas otros que
seguramente se les están ocurriendo en este momento de lectura. Pero además cumplen con
tareas que les asignan otras dependencias, realizar censos, promover campañas.

Y siempre escuchar, algún que otro niño que se acerca para contar una situación determinada que
puede o no revestir importancia, salidas educativas, comunicados con la dirección de la escuela,
corregir cuadernos, confeccionar legajos, realizar carteles, preparar y disponer de los materiales a
veces escasos.

La variedad de contextos en que estas tareas pueden desempeñarse: Los análisis recientes ponen
el acento sobre el hecho de que la tarea docente se desarrolla en escenarios singulares,
atravesados por el contexto. Las escuelas son diversas según los rasgos objetivos del contexto
(dependencias oficiales, privadas, de ubicación rural, urbana, urbana-marginal, hospitalaria,
domiciliaria, de prisión) según su organización (distribución de la jornada de trabajo, alumnos
agrupados por grados, multigrados, comisiones) y también por sus historias.

La complejidad del acto pedagógico: la acción educativa tiende a mostrar la multiplicidad de


dimensiones que la atraviesan. Durante mucho tiempo la educación fue tan ingenua que se
reducía al encuentro de un adulto con un grupos de alumnos independientemente de otros
factores, ahora se sabe que de la díada (alumno/maestro), se pasó a la triada
(docente/alumno/conocimientos), pero Mialaret (1986: 36/7) ha mostrado en su agudo análisis
que son tantas tríadas que es preferible pensar en la educación como una función de "n" variables,
entre las que caben considerar la sociedad y sus características, el sistema escolar en su conjunto,
los programas de enseñanza, métodos y técnicas de uso, la estructuración del espacio, la
institución escolar, el sistema de reclutamiento, la formación docente, el micromedio o comunidad

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Práctica Docente I

inmediata, el equipo docente.

La insistencia está puesta en marcar la complejidad del acto pedagógico.

La Inmediatez: Gimeno Sacristán (1991) han destacado que la simultaneidad con la que tienen
lugar las situaciones en el aula crean condiciones de inmediatez para el accionar docente. Jackson
ha sido ilustrativo a este respecto: "La inmediatez de los acontecimientos en el aula es algo que
nunca podrá olvidar cualquiera que haya estado a cargo de una clase llena de estudiantes. Existe
una exigencia del aquí y ahora". (Jackson, 1991:154). A veces se define la enseñanza como un
asunto muy racional, pero a menudo la toma de decisiones por parte del profesor o se compara
con su tarea con la solución de tareas o constatación de hipótesis, sin embargo, las entrevistas con
maestros de la primaria suscitan serias dudas sobre la forma de considerar el proceso docente.

La indeterminación de las situaciones que se suscitan en el curso del proceso del trabajo
docente: esta práctica posee un alto grado de indeterminación desde el punto de vista del control
racional de las intervenciones y de los efectos, al punto de que se ha llegado a firmar que "lo único
previsible es la imprevisibilidad". Estamos frente a una práctica que reconoce cada vez más su
dependencia del contexto singular en que tiene lugar la acción y que procura hacerse cargo de la
provisionalidad y generalidad de los saberes que la informa, tanto más cuanto e mundo mismo se
ha tornado imprevisible, cambiante y complejo.Todo lo que plantea es un gran desafío para la
educación.

La Implicación personal y el posicionamiento ético que supone la tarea docente: la tarea docente
es una práctica en relación a valores lo que conlleva altos niveles de implicación personal e incide
de manera directa en la propuesta pedagógica. Fernstermacher ha introducido la noción de "buena
enseñanza" para captar esta perspectiva ética. El uso del adjetivo "Buena" no es simplemente
sinónimo de "éxito", lo que significa que la palabra "buena" tiene tanta fuerza moral como
epistemológica.

Bibliografía:

Grabriela Diker - Flavia Terigi - "La Formación de maestros y profesores: hoja de ruta"- Ed. Paidós-
2008.

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