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1
Acerca de la enseñanza
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que están más allá de las intenciones y previsiones individuales de los actores directos
en la misma, necesitando atender a las estructuras sociales y a su funcionamiento para
poder comprender su sentido total.
Como actividad humana, se caracteriza por la influencia que unas personas - docentes
- ejercen sobre otras - alumnos. Esta influencia se realiza en situación de desigualdad de poder
y autoridad entre los mismos y responde a una intencionalidad educativa, con lo cual no se
puede desconocer ni el tipo de interacción que se promueve ni el contenido moral e ideológico
que involucra la enseñanza.
Aquí cobra relevancia el hecho de que la enseñanza implica
la asunción de un lugar de mediación entre los alumnos y el
conocimiento, que se caracteriza por ser sistemático. La actividad de
enseñanza implica, entonces, una ida y vuelta entre dos polos: el
alumno y el saber. Los docentes son los encargados de hacer
asequibles a los alumnos unos saberes construidos por otros, en
contextos diversos y con propósitos diferentes que no se relacionan
directamente con la educación de niños y jóvenes. Saberes que no
son privados, sino públicos y forman parte de bagaje cultural de una sociedad, y en cuya
selección y definición los docentes no han participado.
Otro aspecto que caracteriza la enseñanza es que el docente se ve envuelto en un flujo
constante de situaciones inéditas, complejas, que se desarrollan en escenarios inciertos. Este
escenario, el del aula es caracterizado por Jackson (1968), a partir de los siguientes rasgos:
Multidimensionalidad: en este espacio tienen lugar una gran cantidad de
acontecimientos, y también se realizan distintas tareas, que se desarrollan a veces
simultánea, a veces sucesivamente, y que implican cuestiones y problemáticas muy
diversas.
Simultaneidad: muchas cosas, de diversa índole, suceden al mismo tiempo. Esto
requiere una atención selectiva por parte del docente.
Inmediatez: existe un ritmo rápido en las experiencias de las aulas. Jackson estimó en
una media de 500 los intercambios que puede llegar a tener un docente de primaria con
sus alumnos, en un día.
Imprevisibilidad: en el aula ocurren muchos eventos que no están previstos:
distracciones, interrupciones, descubrimiento de lagunas en los conocimientos previos
de los alumnos, entre otros.
Publicidad: las clases son lugares públicos y, por tanto, todo lo que allí sucede es
presenciado no sólo por un docente, sino también por un número importante de
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alumnos
Historia: en la secuencia del tiempo escolar, se van produciendo una acumulación de
experiencias, rutinas y normas que proporcionan una base para las próximas
actividades.
Implicación personal: los procesos de enseñanza se conducen a través de la
comunicación personal creándose un entramado psicológico en el que todos quedan
implicados. Esto dificulta la posibilidad de distanciarse de la situación a fin de objetivarla
y tomar decisiones reflexivamente.
El conocimiento profesional de los educadores, se manifiesta en situaciones confusas, en las
zonas indeterminadas de acción, donde el docente se ve compelido a improvisar su acción y
reacción. Sin embargo, es posible ir más allá de la simple actuación como reacción, al incluir
procesos reflexivos en la construcción y reconstrucción del lugar de enseñante.
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comprendan, constituyen la esencia del acto de razonar pedagógicamente, de la enseñanza
como raciocinio, y de la planificación –explícita o implícita- del ejercicio de la docencia.
En este proceso que implica el
enseñar, otro momento sería: el de la
enseñanza, en tanto actividad que
materializa el razonamiento pedagógico
previo, expresado en la planificación. La
que incluye la organización y el manejo
de la clase; la presentación de
explicaciones claras y descripciones vívidas, la asignación y revisión de trabajos; y la interacción
eficaz con los alumnos por medio de preguntas y sondeos, respuestas y reacciones, elogios y
críticas.
Schulman señala como otra dimensión de la enseñanza, a la evaluación, la que estaría dada
por el control de la comprensión y de las interpretaciones erróneas en la interacción con los
alumnos, y por las formas de evaluación vinculadas con la acreditación: pruebas escritas,
parciales, exámenes finales.
A los momentos o aspectos mencionados Shulman, suma, otros dos que proporcionan una
nueva perspectiva acerca de la tarea de enseñar: la reflexión y la nueva comprensión. La primera
comprende el análisis retrospectivo del proceso de enseñanza y aprendizaje que ha tenido lugar
y reconstruye, vuelve a escenificar y/o experimentar los sucesos, las emociones y los logros,
sostiene que es a través de estos procesos, que un profesional aprende de la experiencia. Por
otro lado, la nueva comprensión alude a la construcción de una nueva perspectiva acerca de los
contenidos que enseña, de los alumnos y de los propios procesos didácticos. Sin embargo, esta
nueva comprensión no se produce aislada ni automáticamente, requiere de un proceso
sistemático que apela a estrategias específicas de documentación, análisis y debate.
Bibliografía consultada
Contreras Domingo, J. (1990). Enseñanza, currículum y profesorado, Madrid, España: Akal.
Jackson, P. (1968). La vida en las aulas. Madrid, España: Morata
Shulman, L. (2005). Conocimiento y enseñanza: fundamentos de la nueva reforma. En:
PROFESORADO. Revista de currículum y formación del profesorado. Universidad de
Granada, España. Disponible en:
http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=56790202