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Borradores y borrados: el desafortunado "principio de

incertidumbre" de Pinch (2011)

Karen Barad

Profesora de Estudios Feministas, Filosofía e Historia de la Consciencia en la Universidad de


California en Santa Cruz. Es autora de Meeting the Universe Halfway: Quantum Physics and the
Entanglement of Matter and Meaning (2007), estudio en el que desarrolla en profundidad su
concepto y propuesta teórica de realismo agencial (Agential Realism). La obra de la autora está
comprometida con los Estudios de Ciencia, Tecnología y Género.

Traducción por Hans Grudechut, Colectivo Pliegue*

Edición por Daniela Céspedes y Tomás Flores, Colectivo Pliegue*

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“¿Cuál podría y debería ser la relación con nuestro objeto de estudio en los
estudios científicos, especialmente cuando trabajamos cada vez más sobre el
mismo tipo de temas que las personas que estudiamos?” Esta es la pregunta que
Trevor Pinch (2011: 431) sitúa al centro de su reseña a Encontrando al Universo a
Medio Camino (Barad, 2007). La naturaleza de la relación entre ciencia y estudios de
ciencias es una cuestión importante que me preocupa mucho, y la oportunidad de
abordar esta pregunta de forma constructiva motiva mi respuesta. Aunque con
Pinch estamos de acuerdo en la importancia de la pregunta, yo me aparto de su
evaluación teórica, de su enfoque para responder y de la respuesta que presenta.
Dado que mi atención se centra en esta cuestión, solo abordo los malentendidos
vinculados con mi proyecto, y solo algunos de los más importantes. El patrón y
naturaleza de estos malentendidos son significativos y revelan diferencias
importantes y antiguas entre el enfoque feminista y otros enfoques en los estudios
de ciencias.

Pinch da su respuesta a la pregunta de la relación entre ciencia y estudios de


ciencias en forma de “principio de incertidumbre”. Como alguien que estudió física
cuántica, Pinch sin duda sabe que los principios de incertidumbre representan un
límite absoluto en principio, sobre las posibilidades de creación de conocimiento,
no un límite práctico que pueda superarse. De acuerdo a Pinch (p. 440), existe una
“paradoja de exclusividad mutua entre la ciencia y los estudios de ciencias”: en
concreto, afirma que las prácticas de hacer y escribir sobre ciencia como un
científico y hacer y escribir sobre ciencia como un profesional de los estudios de
ciencias, son mutuamente excluyentes. Como evidencia empírica del principio
fundacional que propone, señala los fracasos de intentos anteriores de practicar los
estudios científicos y la ciencia “como parte de un mismo proyecto” (p. 439), y
también las dificultades de conseguir que los científicos y los profesionales de
estudios en ciencias participen en un diálogo productivo.1

Soy reacix al truco de sacar principios de incertidumbre de un sombrero analógico,


y en Encontrando el Universo a Medio Camino, señalo que incluso Niels Bohr, quien
había pensado profundamente sobre estas cuestiones, se tropezó con sus propios
cordones al intentar hacerlo. Sin embargo, las razones de mi descontento con el
“principio de incertidumbre” de Pinch son mucho más profundas. Además de no
prestar atención a las cruciales preguntas filosóficas de tales principios, lo que es
profundamente preocupante sobre el principio de incertidumbre propuesto por
Pinch, es que que constituye una constricción metodológica de los estudios de
ciencias, que excluye por completo a los estudios en ciencias postestructuralistas
como a los feministas, en principio. Para entender el por qué de esto, necesitamos
examinar estos asuntos con cierto cuidado.

El principio de incertidumbre, creado por Werner Heisenberg, es uno de los


aspectos más importantes y reconocibles de la física cuántica y de su divergencia
con respecto a la física clásica newtoniana. Habla de la exclusividad mutua, más
famosamente, la afirmación de que la posición y el momentum de una partícula no
pueden ser conocidos simultáneamente. Pero la cuestión de cómo entender esta
“exclusividad mutua”: ¿Cuál es la naturaleza de esta exclusión constitutiva? No es
trivial (como nos gusta decir a lxs físicxs) y es un tema clave en Encontrando al
Universo a Medio Camino. Me preocupo mucho de ofrecer una explicación, dado
que ha habido mucha confusión y desacuerdos respecto a estos temas y sus
implicancias son sustanciales y sustantivas. Otros físicos, filósofos e historiadores
de la física han señalado los importantes problemas epistemológicos y ontológicos
que están en juego. Teóricas feministas y postestructuralistas han enfatizado que
los asuntos políticos, éticos y de justicia social también están en juego a la hora de
comprender la naturaleza de las exclusiones constitutivas.2

El desacuerdo entre Werner Heisenberg y su mentor, Niels Bohr, caracterizado por


las importantes diferencias entre el principio de incertidumbre de Heisenberg y el
principio alternativo de complementariedad de Bohr, es a la vez un rasgo central
del desarrollo histórico de estos asuntos, como indicativo de un conjunto de
cuestiones sustantivas cruciales pero ampliamente malinterpretadas. Pinch omite
varias características clave de la complementariedad cuando invoca a Bohr para
proponer su propio principio de exclusividad mutua para los estudios de ciencias, y
eso es por lo que lo llamó su “principio de incertidumbre”, en lugar de concederle
un lugar en el linaje de Bohr. En primer lugar, la complementariedad implica dos
importantes características: exclusividad mutua y necesidad mutua. Para que dos
variables sean complementarias, tienen que a la vez ser simultáneamente
necesarias y mutuamente excluyentes. De lo contrario, ¿cuál es la paradoja?
(Muchas cosas son mutuamente excluyentes. No puedo colgar el lavado afuera y
secarlo cuando hay un aguacero, pero a menos que colgar el lavado afuera durante
un aguacero fuera la única posibilidad para secarlo no hay paradoja). Pinch solo
menciona la exclusividad mutua, no la necesidad mutua. Más aún, la
complementariedad no es un principio puramente epistémico que pone límites a lo
que los humanos podemos conocer (así es como Heisenberg originalmente quiso
enmarcarlo). Para Bohr se trata más bien de una cuestión de indeterminación
(ontológica), no de incertidumbre. De hecho, la complementariedad es
simultáneamente una cuestión ontológica y epistemológica, pero el “principio de
incertidumbre” de Pinch para los estudios de ciencias, es puramente una
declaración de limitaciones epistémicas. Pinch también pasa por alto otras
dimensiones clave de la complementariedad: que la exclusividad mutua tiene su
raíz en entender la medición como una práctica material-conceptual; que las
prácticas materiales-conceptuales son simultáneamente condiciones de posibilidad
y acciones performativas que producen fenómenos inseparables de los aparatos de
producción; y que los sujetos y objetos no preexisten sino que más bien emergen
de sus intra-acciones.3

Comprendo que Pinch sea un poco irónico al proponer su propio “principio de


incertidumbre", pero al mismo tiempo está claro que habla muy en serio sobre la
exclusión mutua de las prácticas de la ciencia y las de los estudios de ciencias. El
que pase por alto la necesidad mutua (en favor de una mera limitación epistémica)
resulta realmente sorprendente. La omisión de Pinch es sintomática de su elusión
estructural de las principales preocupaciones e imperativos metodológicos de los
estudios de ciencias feministas. Desde el principio, las autoras de los estudios de
ciencias feministas han insistido en la importancia de atender a la constitución
mutua de sujetos y objetos, naturaleza y cultura, humanos y no humanos, y ciencia
y sociedad, y también, de manera crucial, a cómo las exclusiones establecidas al
hacer tales cortes, importan por razones epistemológicas, metodológicas,
ontológicas y éticas. Como tales, han evitado los análisis disciplinares singulares y
han argumentado a favor de la necesidad de metodologías interdisciplinarias y
transdisciplinarias. De especial importancia ha sido el imperativo de su compromiso
con la ciencia, no desde la distancia sino que de cerca y centrándose en la
materialidad de las prácticas y en la materia en sí misma. Desde una posición
feminista, hacer lo contrario es excluir en principio, todo lo que ha sido codificado
como femenino, es decir, la naturaleza como agente y no como una pizarra en
blanco pasiva, a la espera de la impronta de la cultura.

Nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de un compromiso riguroso con


los estudios de ciencias. Considérese este ejemplo: En Encontrando al Universo a
Medio Camino, advierto contra la tendencia (evidente en la literatura popular que
invoca a la física cuántica y también en artículos académicos) a utilizar la física
como una metáfora espejo para reflexionar sobre diversos temas. No es que esté
en contra del pensamiento metafórico, sino que estoy preocupadx por la tentación,
al pensar analógicamente, de instalar la metáfora del espejo y encontrar las mismas
cosas/relaciones/patrones en todas partes. Esto es, lo que advertí en contra de la
confianza excesiva de reflejar [mirroring] (sea reflectivo/reflexivo - ¡invocando, de
esa manera, a la misma óptica! - o no)4. Basándome en la sugerencia de Haraway
(1997) de adoptar ópticas diferentes en los estudios de ciencias -difracción en lugar
de reflexión- propuse que pensemos a través de la física de la difracción de forma
rigurosa y detallada, para ver si la difracción puede servir como un aparato
metodológico útil, no para ser usado analógicamente, por supuesto, sino que más
bien, como una práctica analítica totalmente diferente. Es decir, propuse lo que
llamé una metodología difractiva, la práctica de leer ideas las unas a través de las
otras mientras se le pone atención a los patrones de diferencia (incluyendo los
efectos materiales de las exclusiones constitutivas)5. El compromiso con la física de
la difracción no se realiza imitando la literatura física cuando presenta a la física
como un asunto resuelto, sino que, por el contrario, destacando los desacuerdos
entre físicos, así como los nuevos experimentos de investigación pertinentes, y
tomándose en serio las cuestiones filosóficas - esto es, leyendo difractivamente la
física, la filosofía de la física, y la historia de la física (por mencionar un par de
disciplinas convocadas) la una a través de la otra – sostengo que se revela una
comprensión robusta (es decir, físicamente sólida, filosóficamente coherente y
empíricamente verificable) de la difracción como fenómeno físico y como
herramienta de análisis rigurosa. En particular, la lectura de Heisenberg de la
exclusividad mutua como una limitación epistémica no resiste escrutinio en
términos filosóficos y empíricos. Por contraste, mi reconstrucción realista agencial y
la elaboración ulterior de la interpretación de Bohr son coherentes, no tan sólo
desde el punto de vista filosófico, sino que también con los últimos experimentos
de la física. Lo que llamo la filosofía-física de Bohr- su negativa al plantear los
asuntos filosóficos y físicos como consideraciones separadas-es crucial para estos
desarrollos. El retrato que hace Pinch de los físicos como desinteresados por la
filosofía está obsoleto (en términos históricos y metodológicos)6. En la actualidad
existe multitud de evidencia en contra de la interpretación de la incertidumbre de
Heisenberg, y a favor de la de Bohr- ¡véase especialmente los recientes
experimentos del borrador cuántico!. Y la defensa de Pinch de la separación entre
ciencia y estudios de ciencias en forma de un principio de incertidumbre (derivada
precisamente de la problemática forma de espejo que advertí) socavaría
importantes esfuerzos históricos y contemporáneos para comprender y responder
al mundo en en el que vivimos y del que somos parte.7

A diferencia de Pinch, no estoy interesadx en proponer ningún principio sobre lo


que constituye la práctica apropiada para los estudios de ciencias. Creo que eso
sería mortificante. Sí creo que participar en las prácticas que llamamos “estudios de
ciencias”, junto con las prácticas que llamamos “ciencia”, puede producir y ha
producido importantes y significativos resultados que de otra manera no serían
posibles. De hecho, sostengo en Encontrando al Universo a Medio Camino que tales
consideraciones conjuntas (practicadas por académicos individuales o en grupos
colaborativos) hacen posible la comprensión de la co-emergencia enredada1 de los
factores “sociales” y “naturales” (y otros importantes factores co-constituidos) que
se necesitan en los esfuerzos que luchan por la práctica responsable de la ciencia.
Como científicx y profesional de los estudios de ciencias, estoy comprometidx con
proyectos creativos que buscan abrir espacios y oportunidades para esos esfuerzos
conjuntos. No solo el mundo es demasiado complicado para que cada conjunto de
consideraciones disciplinarias pueda hacerle justicia a la complejidad de los
asuntos, aun cuando creo que ese seguramente es el caso, sino que, más
importantemente, un continuo aislamiento de diferentes prácticas (inter)
disciplinarias la una de la otra, arriesga omitir asuntos crucialmente envueltos
epistemológica, ontológica y éticamente. Creo que la comprensión de estos
enredos es esencial para los estudios de ciencias, y el esfuerzo de Pinch por
descartarlos en principio, es debilitante para el campo.

Esto no quiere decir que estos esfuerzos conjuntos resulten fácilmente. Tampoco
podemos suponer que son metodológicamente sencillos, pero esto no significa
que las dificultades metodológicas sean (intrínsecamente) insolubles. Cada
disciplina tiene sus propios vocabularios, métodos, normas, formas argumentar y
responder a los argumentos, evidencia y así sucesivamente. Esa es la razón por la
que propuse una metodología difractiva: antes de emprender el proyecto de
pensar juntos a la ciencia, los estudios de ciencias y estudios feministas y queer
(notablemente, Pinch deja a estos últimos campos completamente fuera del
margen), tenía que encontrar una metodología apropiada para la tarea, una que
fuera respetuosa de las aproximaciones de distintas disciplinas y las diferencias
entre ellas, y suficientemente rigurosa como para proveer nuevas ideas,
reconocibles por académicos en varias disciplinas en las que me involucro. Puse a
prueba la metodología desafiándome a mí mismx a cumplir la promesa de que
podría obtener nuevos resultados.

Uno de mis más rigurosos experimentos consistió en averiguar las implicancias del
realismo agencial para investigación en curso sobre física. En Encontrando al
Universo a Medio Camino propongo una interpretación realista agencial de la física

1
[N.T.: Hemos traducido entanglement como “enredo” y “entrelazamiento” dependiendo del contexto. Cuando refiere
al uso en mecánica cuántica, utilizamos “entrelazamiento”; cuando refiere a las intra-acciones que producen los límites y
cortes de lo natural/cultural, utilizamos “enredo” para darle valor propio, aparte de la denominación en mecánica
cuántica]
cuántica (incluyendo una solución al famoso problema de la medición). Esta
interpretación realista agencial es vulnerable a los resultados empíricos, como debe
ser. Tiene que ser coherente con lo que sabemos 8. Y del mismo modo, por
escandaloso como pueda resultar para algunos, el realismo agencial podría acabar
siendo erróneo o, al menos, no responder suficientemente a los diversos
compromisos intra-activos “humanos” y “no humanos” que importan. En mi
opinión, esa vulnerabilidad es el punto fuerte de cualquier teoría (“científica” o de
otra forma), no un defecto. Las teorías no son un conjunto de ideas flotantes, sino
más bien prácticas materiales específicas en el continuo compromiso intraactivo
del mundo consigo mismo, y como tales son empíricamente abiertas y receptivas.
Es decir, siempre forman de parte de lo que el mundo hace en su continua apertura
y capacidad de respuesta a sí mismo. ¿Por qué querríamos que fuera diferente?
¿Por qué queríamos que las teorías estuvieran protegidas del mundo?

Lo que nos lleva a lo que Pinch (432) describe como un momento “ay” (en el
original “ouch”). Mi recuerdo de nuestro intercambio en el Stevens Institute of
Technology difiere del relato de Pinch 9. Como la reseña de Pinch se hace eco de
algunos de los mismos errores comunicativos que me frustraron en su momento,
discutiré algunos de los elementos más importantes de nuestro intercambio tal
como los recuerdo.

Según yo lo entendí, fui invitadx a la conferencia en Stevens para abordar el tema


de la conferencia: imaginar compromisos constructivos entre las ciencias y las
humanidades. En respuesta, el tema principal de mi intervención fue sacar a la luz
la importancia de poner en tela de juicio la dicotomía naturaleza/cultura, que es la
base de una supuesta brecha entre los objetos de estudio de los académicos de
humanidades, por una parte, y los científicos, por la otra, y proponer un método
alternativo que explore las posibilidades de una participación intra-activa de
diferentes inquietudes disciplinarias, facilitadas por la metodología difractiva. Al
final de mi intervención, ilustré la posibilidad de un compromiso constructivo entre
las ciencias y la humanidades, a través de una interpretación poco convencional del
"experimento del borrador cuántico" (Barad, 2009).10

Tras mi intervención, Pinch planteó una pregunta interesante: ¿ Y si el experimento


del borrador cuántico hubiera mostrado que Bohr estaba equivocado, importaría
para el realismo agencial? Lo tomé como una pregunta amistosa y una
oportunidad de destacar algunos de mis puntos clave. Dije que quería una filosofía
que respondiera y fuera responsable con nuestras intra-acciones con el mundo. Y
que uno de los puntos fuertes de mi enfoque es que ofrece una manera de tomar
los datos empíricos, sin adoptar un empirismo ingenuo, que elude importantes
factores sociales, ni un enfoque social constructivista, que excluye los factores o
agencias naturales. Estos enfoques más conocidos dan por sentada la dicotomía
naturaleza/cultura, mientras que el realismo agencial entiende que el referente
objetivo de las afirmaciones empíricas son los fenómenos material-discursivos (con
las nociones de objetividad y referente debidamente redefinidas). He señalado que
todos podríamos estar de acuerdo con que un experimento nunca hace o deshace
ninguna teoría, y bajo esta condición, el realismo agencial ofrece una posibilidad
para pensar en “lo social” y “lo natural” juntos en una forma que sea responsiva y
responsable con el mundo.

Me asombró que Pinch dijera que mi respuesta socavaba todo lo que había dicho
en mi intervención. Cuando continuó con este “te pillé”, fue inmediatamente obvio
que su respuesta dependía de serias malinterpretaciones. Para entender su origen,
necesito hablar un poco más de mi intervención.

Informé sobre los resultados de los recientes experimentos con borradores


cuánticos, sin duda, con todo el entusiasmo de un científico (por el que no me
disculpo). Puedo ver cómo una presentación entusiasta de nuevos resultados
experimentales podría sugerir un relato realista directo por parte de un científico
desinformado e indiferente a los estudios de ciencias y sus conocimientos cruciales.
Pero cualquiera que estuviera atento a mi presentación, se habría visto en apuros
para hacer una valoración tan precipitada. Hubo algo muy irregular, uno se
atrevería decir que fue queer, en mi presentación que no encaja en la interpretación
realista directa. Tras explicar el realismo agencial y mi metodología difractiva, hice
una pausa y mostré una diapositiva en la que cito a Jacques Derrida, presentando
una provocativa pregunta y promesa:

La preocupación “no es con horizontes de presentes – pasados o futuros - modificados,


sino que con un “pasado” que nunca ha estado presente y que nunca lo estará, cuyo futuro
a venir nunca será una producción o reproducción en la forma de una presencia” [Derrida
(1982: 21)]. ¿Puede la física ayudarnos a hacer sentido de esto? ¡No es la Física como una
Verdad de(re)construida, sino que la física leída a través de las ideas de Derrida la que
puede hacerlo! (Barad, 2009)
Solo entonces procedí a hablar del experimento del borrador cuántico. ¿Puede la
física cuántica (una teoría reconocida por su dificultad) ayudarnos a dar sentido a
un teórico literario y filósofo, famoso por la aparente impenetrabilidad de sus
escritos, y viceversa? ¿Qué presentación de realismo directo prefigura el relato de
un experimento con la siguiente afirmación: “No la Física como una Verdad
de(re)construida”? Invocar a Derrida - el vivo ejemplo de constructivismo social
desatado (una atribución errónea si alguna vez hubo una, pero así es), el único
teórico que casi todo el mundo, excepto los deconstruccionistas y
postestructuralistas, ama usar como complemento de su propia razonabilidad
supuesta, el representante para los guerreros de la ciencia de todo lo que está mal
con las humanidades – socava cualquier pretensión de llevar a cabo una
performance clara y convincente. Sugiero que Derrida podría ayudarnos a pensar
los problemas de temporalidad que presenta el experimento del borrado
cuántico… ¡SI ES QUE (y admito que es un gran ‘si es que’) Derrida es leído de un
modo materialista agencial realista (y no social constructivista) (rescatándolo de
esta manera, de algunos de sus más grandes admiradores)!11 Para que una lectura
difractiva de las ideas de Derrida y el realismo agencial a través de la otra,
constituyera una presentación realista convencional por parte de un científico
estrechamente disciplinado, ¡Habría que hacer un serio borrado a posteriori!

¿Cómo es posible que Pinch pasara por alto lo queer de lo que dije como para
presentarme como unx realista convencional [straight]? (O, en el mejor de los
casos, ¿unx realista convencional [straight] vestidx científico estándar con
accesorios social constructivistas, adornando de manera extraña mi atuendo?)

No hace falta ir muy lejos para encontrar pistas. Precisamente donde Pinch cree
que mi relato empieza a perder su claridad, es justo en el punto donde me
comprometo seriamente con teorías postestructuralistas feministas y queer. Hay
que reconocer que estas teorías son difíciles. Pinch no es el primero en quejarse de
que la claridad y el postestructuralismo son mutuamente excluyentes, haciéndose
necesaria, a partir de ahí, la pregunta: ¿claridad para quién? ¿bajo qué estándares?
Cuando se cuestionan los términos de difundidas y ampliamente aceptadas ideas
teóricas, se debe tener cuidado con que el lenguaje de unx no dependa del mismo
conjunto de supuestos que está siendo cuestionado. Las formas de expresión
creativas y que no van directo al punto no son opcionales. Bohr entendía este
punto, y su autoconsciente uso del lenguaje contribuye también a las quejas sobre
la densidad y falta de claridad en sus escritos. Haciendo a un lado las dificultades,
la estructurada falta de aprecio de las contribuciones postestructuralistas y cómo
estas teorías importan para teorías feministas, queer, post coloniales y teorías
críticas de raza, es significativa. Los borrados de Pinch no son sólo suyos.

El borrado de las contribuciones feministas a los estudios de ciencias tiene una


larga historia. Pinch (p.440) muestra un síntoma revelador en la siguiente
declaración:

Barad afirma que los estudios de ciencias feministas son sobre el género y la ciencia en
construcción, o co-constituyéndose los dos el uno al otro, y aun cuando ella destaca una
nueva estructura ética, que proviene desde su punto de vista posthumanista, y afirma que la
coprensión de cómo los cuerpos son fabricados materialmente, tiene importantes
consecuencias para el género, no llegué a ver cómo es que esta comprensión impactó en la
versión que presenta de los experimentos de entrelazamiento.

La dificultad de comprensión por parte de Pinch ya es evidente en su búsqueda de


un análisis de género de los experimentos de entrelazamiento cuántico. La única
referencia de mi libro al género-y-ciencia-en-construcción es una brevísima reseña
de la “reflexividad”12. Mi preocupación como académicx feminista no son las
mujeres o el género per se, sino que un compromiso con las comprensiones
feministas de lo politico. Un foco monocular de la Política con una P mayúscula (y
solo una porción muy particular) oculta dimensiones cruciales de la política y del
poder. Esta es una de las razones por las que el postestructuralismo ha sido
inmensamente importante para lxs teóricxs feministas, queer, críticos de
racialización y poscoloniales.

Pinch parece horrorizado por mi sugerencia de que las ideas del realismo agencial
podrían tener interesantes implicaciones para los estudios de ciencias. Pero,
irónicamente, su paso apresurado por el realismo agencial (en una corta sección,
principalmente en un corto parágrafo [pp. 437-438]) no tan sólo omite las
dimensiones políticas de mi análisis, sino que borra mi sustento en ideas de los
estudios de ciencias en el desarrollo del realismo agencial. La metodología
difractiva que propongo involucra una forma especial de “leer a través”, por decirlo
así: la difracción es un fenómeno intra-activo, y como tal, no sostiene un conjunto
de intereses como pre-existentes o estables o primarios por sobre otros.13 Por su
propio diseño, ninguna disciplina está por encima de las demás, dictando cómo se
deberían llevar a cabo su oficio los practicantes de algún otro campo. Pero me
pareció especialmente sorprendente que Pinch descuidara completamente el cómo
la relevancia de los planteamientos de los estudios de ciencias para el realismo
agencial, son importantes para los estudios de ciencias. ¿Por qué este no sería un
punto a destacar? Después de todo, al ofrecer posteriormente una interpretación
realista agencial de la física cuántica, que coincide con los últimos hallazgos
científicos, demuestro la importancia de los estudios de ciencias para la práctica de
la ciencia. Pensé que esa era una de las cosas que “nosotros” queríamos ser
capaces de mostrar. ¿Podría ser que Pinch no se haya percatado de lo que el
realismo agencial, y los estudios feministas y queer por ende, tienen en común con
los estudios de ciencias, porque no son una variedad del constructivismo social?

Las limitaciones y deficiencias del constructivismo social han sido ampliamente


discutidas por académicos de estudios de ciencias y de estudios feministas. El
constructivismo social al mismo tiempo asume mucho y deja mucho afuera. En su
apogeo, el constructivismo social ofreció importantes ideas y un contrapeso
importante al realismo científico y otras formas de dar lo natural por sentado. Pero,
como Callon y Latour (1992) señalaron correctamente durante los debates
epistemológicos de la gallina2, el constructivismo social, la visión de que los hechos
naturales no están simplemente dados, sino que son, más bien, construidos a
través de la mediación de la realidad social, es realmente realismo social, una forma
de representacionalismo que da lo social por sentado. Rouse (1996) y Hacking
(1983) fueron particularmente elocuentes respecto al hecho de que el
constructivismo social y el realismo científico comparten los mismos supuestos,
incluyendo que el conocimiento es más sobre la representación que sobre
prácticas de intervención. Las académicas feministas de los estudios de ciencias y
las teóricas feministas postestructuralistas enfatizaron que el acto fundador del
constructivismo social siempre fue sexista. La hipostatización fundacional del
dualismo naturaleza/cultura, incluyendo la asignación sexista de lo social al rol
activo (sexuado masculino) del agente que inscribe en la pasiva (sexuada femenina)

2
Esto se refiere a una jornada informal de debate, organizada por Harry Collins y Steve Yearley, para “jugar
el juego de la gallina”, vale decir, desafiarse epistemológicamente el uno al otro. Los “competidores” fueron
Bruno Latour y Steve Woolgar y se discutieron temáticas relativas a los estudios sociales en ciencias. Luego
de lo cual, Michel Callon y Bruno Latour escribieron un artículo de comentario a estos debates. Véase Callon
& Latour (1992), citado por Barad en este artículo. [Nota de la Traducción]
pizarra de la naturaleza, obscurece dimensiones cruciales del poder. Comenzar el
análisis con la dicotomía naturaleza/cultura ya establecida, es empezar muy tarde.
Entender la construcción de la dicotomía naturaleza/cultura y las operaciones que
lleva a cabo ha sido crucial; no basta con simplemente reconocer qué importa, sino
que debemos entender cómo importa y para quién. Por cada idea importante que
el constructivismo social lleva adelante, se embarranca por su dependencia de la
dicotomía naturaleza/cultura y del excepcionalismo humano, y por su fracaso a la
hora de considerar las prácticas materiales que producen y permiten los marcos
particulares, sociales e históricos, que proveen el punto de partida del
constructivismo social. Al atribuir materia/naturaleza a un resultado de prácticas
sociales, el constructivismo social nunca se pregunta cómo la materia importa. Solo
permite un análisis unidireccional, en el mejor de los casos.

El realismo agencial toma los conocimientos social constructivistas y los de las


alternativas performativas en los estudios de ciencias y la teoría política, y las lee a
través de otras perspectivas, incluyendo la filosofía-física de Bohr. Las ideas de Bohr
son clave porque propio materialismo protoperformativo se pregunta respecto a
las condiciones de posibilidad de prácticas sociales cruciales para la creación de
significado. Con algunas elaboraciones adicionales, el realismo agencial entiende a
los aparatos como prácticas material-discursivas que son simultáneamente las
condiciones de posibilidad de la creación de significados y fuerzas causalmente
productivas en la materialización intra-activa de los fenómenos, es decir, los
aparatos tienen que ver con la materia e importan [mattering] en ambos sentidos
del término 3 . El asunto aquí no es intercambiar un análisis monocular
unidireccional por un análisis monocular bidireccional para reparar los límites del
constructivismo social, sino que más bien, una problematización de los enfoques
metodológicos que toman ya sea a lo social o a lo natural como categorías
primarias pre-formadas. El realismo agencial está sintonizado con la constitución
intra-activa (más que la producción bidireccional) de sujetos y objetos, naturaleza y
cultura, y materia y significado.

Para cerrar, quiero reescribir la escena de los borrados de Pinch, subrayando la


importancia de las contribuciones de los estudios de ciencias feministas. Pese a
todas sus diferencias internas, los estudios de ciencia feministas no tienen como su
primera prioridad la apropiada descripción sobre qué es lo que hacen los
3
En inglés “matter” se usa tanto para referirse a “materia” como a “importar”. [N. de la T.]
científicos, sino que en su lugar, preguntan: ¿cómo puede la ciencia ser practicada
más responsablemente, más justamente? Este tema es mi pasión y es lo que como
científicx me llevó a la discusión en primer lugar. No es coincidencia que tantas
académicas feministas de estudios de ciencias hayan sido entrenadas como
científicas, y que no hayamos rehuido de expresar nuestro profundo amor por la
ciencia y por este mundo sorprendemente extraordinario, intrincado y asombroso
del que formamos parte. Los fotones y los electrones me dejan impresionada.
También las ofiuras, humanos, helechos y muchos más, siempre más. Estos bichos
hacen más para deconstruir la ciencia (y otros de nuestros supuestos) que
cualquier cosa bajo el nombre de constructivismo social. Puesto de otra forma, si
miramos cuidadosamente, podemos ver a la ciencia en sus conversaciones,
cargadas de poder, con (o mejor, como parte de ) un mundo deconstruyéndose a sí
mismo con cada vuelta. El giro a la ontología no se aleja de la epistemología
cuando el saber es reconocido como una actividad en la que el mundo participa. Y
la ética, esto es, la materia de la justicia, nunca es una preocupación secundaria o
derivativa.14

Un corpus de trabajo ya significativo está comprometido con las prácticas


vinculadas al hacer ciencia y de los estudios de ciencias; un conjunto de prácticas
que yo identificaría con los estudios de ciencias feministas. Encontrando al Universo
a Medio Camino es una parte de una duradera tradición en los estudios de ciencias
feministas, que se enfoca en las posibilidades de hacer un mundo mejor, habitable,
un mundo basado en los valores del co-florecer y la mutualidad, no peleando ni
disminuyéndonos los unos a los otros, no cerrándonos los unos a los otros, sino
que ayudándonos a abrir nuestras ideas y a nosotros mismos a los otros, y a las
nuevas posibilidades, las cuales, con suerte, tendrán el potencial de ayudarnos a
ver nuestro camino a través de un mundo que es más habitable, no para algunos,
sino que para el enredado bienestar del todo. Estoy encantada y privilegiada de ser
una parte de un muy diverso conjunto de conversaciones, prácticas y perspectivas
que están comprometidas con las vinculadas consideraciones de diferentes
prácticas materiales (académicas y no académicas), incluyendo el pensar sobre y el
practicar de la ciencia, de manera colectiva y como una actividad integrada.
Activistas y profesionales de todos los niveles académicos, desde estudiantes
universitarios hasta catedráticos experimentados, ya se dedican a este importante y
generativo trabajo.15 Los estudios de ciencias feministas nunca fueron un
subcampo de los estudios de ciencias que hablan sobre mujer y género. Los
estudios de ciencias feministas, por toda su diversidad y debido a toda su
diversidad, son un esfuerzo rico en inventiva que está comprometido a crear un
mundo mejor. La atención y la receptividad a las diferencias materiales y cortes
materiales y cómo estos importan, generan compromisos vinculados dentro del
mundo y no meramente una curiosidad o lujo académico. Participar en la ciencia
de forma seria nos muestra por qué y cómo los asuntos científicos (incluyendo
aspectos esotéricos de la física cuántica, tales como el principio de incertidumbre)
siempre están ya intra-activamente enredadas con preguntas sobre política y
poder. Quién y qué queda excluido importa.

Las teorías no son meros pronunciamientos metafísicos respecto al mundo, desde


alguna presumida posición de exterioridad. Las teorías son reconfiguraciones que
viven para el mundo.

El realismo agencial, como todas las filosofías, no vivirá o morirá por un resultado
comprobable, sino que debe estar vivo y abierto al mundo, o su vida será muy
efímera. Es muy gratificante ver jóvenes académicas feministas que ya ofrecen sus
propias elaboraciones16. Nuestra meta/fisica, como toda buena teoría científica,
debería estar viva, ser responsable y responsiva al mundo. ¿De qué otra forma
importarían nuestras teorías?

RECONOCIMIENTOS

Me gustaría agradecer a Trevor Pinch por enviarme una copia pre-publicación de


su crítica e invitarme a responder. Muchas gracias a Joe Russe, Donna Haraway,
Lucy Suchman y Fern Feldman por su útil comentario.

NOTAS:

1. Por supuesto, este tipo de evidencia solo servirían para apoyar un principio mucho más
débil, pero en cualquier caso, lo que ofrece Pinch como evidencia empírica sin “contexto
social” (lo que va en contra de su norma de hacer referencia a los “datos”) resulta más que
irónico. Si los estudiosos de la ciencias critican a los científicos por hacer afirmaciones sobre
"lo natural", ¿qué criterios aplican para hacer afirmaciones sobre “lo social”? Más aún, hay
datos significativos que hablan en contra de la afirmación de Pinch, mostrando que los
profesionales de estudios de ciencias y los científicos pueden trabajar y de hecho trabajan
juntos de manera productiva.

2. Por ejemplo, los trabajos de Judith Butler, Jacques Derrida y Donna Haraway hacen hincapié
en estas cuestiones. En Encontrando al Universo a Medio Camino, desarrollo las enredadas
relaciones entre estas diversas prácticas (incluyendo las teorías científicas y sociales), que
comparten la preocupación por las preguntas de exclusión.

3. La Intra-acción es un término mío, no de Bohr. Introduzco este neologismo para ayudar a


clarificar y marcar una idea crucialmente importante en la filosofía-física de Bohr. Intra-
acción es un concepto clave en el realismo agencial. Pinch escribe que las “intra-acciones”
son “interacciones entre dos entidades, no solo un humano y un no humano” (p.438). Pero
yo introduje intra-acción para significar “la mutua constitución de agencias enredadas. Esto
es, en contraste con la “interacción” usual, la cual asume que hay agencias individuales
separadas que preceden su interacción, la noción de intra-acción reconoce que las distintas
agencias no preceden, sino que más bien emergen a través de su intra-acción” (Barad,
2007:33).

4. Por ejemplo, he descrito extensamente los problemas que plantea el “principio de


incertidumbre” propuesto por el dramaturgo Michael Frayn (2000), señalando las
dificultades que emergen porque “Frayn presenta a su audiencia un conjunto de binarios -
lo social y lo natural…- y su perspectiva al relacionar estos dos conjuntos es la de establecer
analogías a través de la brecha” (Barad, 2007: 5). Haraway (1997) es elocuente en este punto
respecto a cómo el reflejar [mirroring] es una reproducción de lo mismo.

5. Para elaborar un poco más, una metodología difractiva es una práctica que
simultáneamente pone atención a las importantes diferencias entre las prácticas y sus
enredos específicos al leer comprensiones respectivas las unas a través de las otras, de
manera que no se construya a partir de distinciones y separaciones fundacionales antes de
que el análisis despegue, y que responda a nuestros enredos intra-activos con nuestro
objeto de estudio, incluyendo la atención a lo que queda excluido y cómo esto importa.
Para detalles, véase especialmente el Capítulo 2 de Encontrando al Universo a Medio
Camino.

6. Aunque la mayoría de los físicos se contentaron con mantener la ideas filosóficas en el


trasfondo por un periodo de tiempo, siempre ha habido físicos que han demostrado un
duradero interés en temas filosóficos e históricos, y sobre todo ahora que los últimos
resultados físicos (que yo he llamado “meta/física experimental”), los están trayendo de
nuevo al primer plano. Véase, por ejemplo, David Mermin, Sam Schweber, Michael
Nauenberg, Arthur Zajonc, Herb Bernstein, Lee Smolin y Anton Zellinger, por nombrar
algunos.

7. "Nos" guste o no, la ciencia y los estudios de ciencias interdisciplinarios ya son prácticas
enredadas ontológica y epistemológicamente, en las que está en juego la definición de lo
que se considera naturaleza (y sus otros constitutivos). Por tomar un ejemplo, ¿deberíamos
decir a Bohr que no tenía derecho a pensar en estos problemas de filosofía y de física a la
vez? ¿Quién decide cuáles consideraciones cuentan como “física” y cuáles como “filosofía”?
¿Negaremos el hecho de que la “física” – no, la “filosofía natural” - y lo que ahora llamamos
“filosofía” (propiamente tal) fueron cocinadas en el mismo calderón en un tiempo en que
las prácticas del conocimiento no involucraban la profesionalización de las disciplinas en las
formas en que estamos acostumbrados? ¿Cómo funcionan estas separaciones (todavía)?
¿Deberíamos intentar tomar en cuenta estos enredos de alguna manera, o dejarlos atrás
como artefactos históricos interesantes pero irrelevantes? ¿Es la contingente emergencia de
estas divisiones disciplinarias del siglo XIX el lugar donde Pinch piensa que la historia de la
ciencia se ha encontrado con una verdad profunda de la naturaleza? O para hablar en un
nivel personal, ¿qué podría significar dejar atrás mi “lado físico” cuando hago “estudios de
ciencias” y viceversa? ¿Cómo podría uno ir haciendo estos cortes y sobre qué base? ¿Cómo
importarían esos cortes? ¿Y qué quedaría afuera? ¿Cuales son las exclusiones constitutivas?

8. Por supuesto,”coherente” no es una norma transparente, sino que emerge desde dentro de
un conjunto de prácticas que van evolucionando, incluyendo asuntos y prácticas sociales
que son parte integral de la física.

9. La reunión se tituló “Ciencia, Tecnología y las Humanidades: Una Nueva Síntesis”, y se llevó
a cabo en el Instituto de Tecnologia Stevens, Hoboken NJ, USA, e l24 y 25 de abril de 2009.

10. Los experimentos del borrador cuántico tienen profundas implicaciones, especialmente
para el pensamiento respecto al carácter de la naturaleza y del tiempo (para un reporte
detallado y referencias relevantes véase el Capítulo 7 de Encontrando al Universo a Medio
Camino). El experimento del borrador cuántico (en modo de elección retardada) revela la
perversa posibilidad de cambiar el carácter de la naturaleza después de la acción, esto es, la
identidad del objeto en cuestión, sea onda o partícula, puede ser cambiada borrando la
información de “cuál-ranura” ¡después de que el objeto ya ha atravesado ambas ranuras
como una onda, o una u otra ranura como partícula! Estos experimentos no fueron
propuestos o probados sino hasta 1990 (por ejemplo Scully et al. 1991). Pinch me castiga
por no estar interesada en la historia y no referenciar a Harvey (1981) cuando hablo de los
experimentos de borrador cuántico – pero a menos que Pinch estuviera llevando a cabo un
experimento de borrador cuántico en el artículo de Harvey – que reescribió resultados más
tardíos en un artículo de un período de tiempo anterior – o, que Harvey estuviera
realizando por su propia cuenta un viaje en el tiempo, Harvey no podría haber analizado los
experimentos de borrador cuántico de los que yo estaba hablando, en la medida que estos
experimentos no fueron siquiera concebidos sino hasta una década más tarde.

11. Derrida rechazó la caracterización de la deconstrucción como postestructuralista, pero este


no es el lugar para hilar demasiado fino. En todo caso, contrario a la creencia y uso popular,
la deconstrucción no se trata de desmantelar todo y no rearmar nada, sino que, la
deconstrucción se trata de destacar exclusiones constitutivas, porque los textos/materiales
que son deconstruidos son precisamente aquello sin lo cual no podemos vivir. Está en
sintonía con las exclusiones constitutivas de necesidad mutua. Así vive el espíritu de Bohr.

12. En particular, en preparación para hablar sobre la sugerencia creativa de Haraway de


sustituir las metáforas ópticas de la reflexión por las de difracción, en la cual también
levanta el problema de las políticas de la diferencia en los estudios de ciencias feministas.
Vease Barad (2007: 87) y Haraway (1997: 33-36)

13. La intra-acción no es una forma de causalidad simplemente bidireccional (en lugar de


unidireccional), sino que implica re-pensar los términos mismos de las relaciones causales
(Barad, 2007).

14. De acuerdo al realismo agencial, la ética no debe ser entendida como un asunto de
asignación o análisis de principios de moralidad, contrastados con cuestiones de justicia
social. Todo lo contrario, la ética se trata del importar, incluyendo quién importa y quién no,
así como la concepción misma de la materia implica exclusiones particulares constitutivas.

15. Es importante reconocer las extensas redes superpuestas de prácticas compartidas que
constituyen los Estudios de Ciencias Feministas. Si bien resulta tentador y se espera que así
sea, utilizar prácticas de citación estandarizadas, en la forma de listas de contribuciones
representativas que se dice que constituyen un campo, estas prácticas son profundamente
problemáticas. Y son problemáticas no tan solo por las exclusiones constitutivas que
necesariamente efectúan (¿Quién está adentro? ¿Quién está afuera?), sino que también por
los efectos afectivos que engendran, no importa lo poco intencionales que sean, y por el
delineamiento performativo de los límites del campo a través del mecanismo de establecer
de quién es el trabajo propiamente representativo y de quién no. Por lo tanto, me resisto
aquí a la práctica estandarizada, mientras que reconozco una muy extensa red de prácticas,
así designadas, que atraviesan los géneros, las razas, las sexualidades y las nacionalidades.
Quizás es porque ha habido y continúa habiendo una fuerte tradición de científicas
llevando a cabo estudios de ciencias feministas, que algunxs de nosotrxs hemos persistido
en crear oportunidades para participar constructivamente con científicos, con el objetivo de
pensar sobre y practicar ciencia juntos como una actividad integrada. He tenido el gran
privilegio de estar involucradx en diferentes prácticas intelectuales donde científicos
naturales, ingenieros, científicos sociales, académicos de las artes, académicos de las
humanidades, periodistas, activistas políticos y otros pueden reunirse y practicar la co-
consideración de las ideas de nuestras disciplinas, interdisciplinas y no-disciplinas.
Actualmente, tengo el placer de ser unx participante activx y unx de los miembros
fundadores del Grupo de Trabajo de Ciencias y Justicia en la UCSC (dirigido por Jenny
Reardon) y co-directorx (junto con Jenny Reardon) del Programa de Entrenamiento de
Postgrado de Ciencias y Justicia en UCSC (para más información ver http://scijust.ucsc.edu).

16. Un ejemplo en esta revista es un artículo reciente de Astrid Schrader (2010).


NOTA BIOGRÁFICA:

Karen Barad es Profesora de Estudios Feministas, Filosofía e Historia de la


Conciencia en la Universidad de California en Santa Cruz. Tiene un doctorado en
física teórica de partículas. Es la autora de Encontrando al Universo a Medio
Camino: Física Cuántica y el Entrelazamiento de Materia y Significado (Duke
University Press, 2007) y numerosos artículos en los campos de la física, filosofía,
estudios de ciencia, teoría postestructuralista y teoría feminista.

Referencias

Barad, K. (2007). Meeting the Universe Halfway: Quantum Physics and the Entanglement of
Matter and Meaning. Durham, NC: Duke University Press.

Barad, K. (2009). The entanglement of matter and meaning. Presented at ‘Science,


Technology, and the Humanities: A New Synthesis’, Stevens Institute of Technology,
College of Arts and Letters. Hoboken, NJ (25 April).

Callon, M. and Latour, B. (1992). Don’t throw the baby out with the Bath school! A reply to
Collins and Yearley. In: Pickering A (ed.) Science as Practice and Culture. Chicago: University
of Chicago Press, 343–368.

Derrida, J. (1982). Margins of Philosophy (trans. by Alan Bass). Chicago: University of


Chicago Press.

Frayn, M. (2000) Copenhagen. New York: Anchor Books.

Hacking, I. (1983) Representing and Intervening: Introductory Topics in the Philosophy of


Natural Science. Cambridge: Cambridge University Press.

Haraway, D. (1997). Modest_Witness@Second_Millennium.


FemaleMan©_Meets_OncoMouse™: Feminism and Technoscience. New York: Routledge.
Harvey B (1981) Plausibility and the evaluation of knowledge: A case-study of experimental
quantum mechanics. Social Studies of Science 11: 95–130.

Pinch, T. (2011) Karen Barad, quantum mechanics, and the paradox of mutual exclusivity.
Social Studies of Science 41(3): 431–441. Rouse J (1996) Engaging Science: How to
Understand its Practices Philosophically. Ithaca, NY: Cornell University Press.
Rouse J (1996) Engaging Science: How to Understand its Practices Philosophically. Ithaca,
NY: Cornell University Press.

Schrader, A. (2010) Responding to Pfiesteria piscicida (the fish killer): Phantomatic


ontologies, indeterminacy, and responsibility in toxic microbiology. Social Studies of Science
40(2): 275–306.

Scully, MO, Englert B-G and Walther H (1991) Quantum optical tests of complementarity.
Nature 351 (9 May): 111–116.

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