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A FAVOR DE LA PENA DE MUERTE

La pena de muerte puede evitar crímenes, puede disuadir a asesinos en potencia, puede salvar
vidas. Debido a que, a partir de la aplicación del castigo a uno, los próximos crimínales, que
generalmente no creen que serán descubiertos y castigados, sabrán la consecuencia de su accionar,
pudiendo perder su propia vida, siendo castigados por el gobierno y de esta manera lo pensaran dos
veces antes de cometerlo.

La pena de muerte se aplica de forma discriminatoria. Se usa con frecuencia contra las personas más
vulnerables de la sociedad, incluidas las minorías étnicas y religiosas, los pobres, y las personas con
discapacidad psíquica. Algunos gobiernos la utilizan para silenciar a sus oponentes. Cuando los
sistemas de justicia tienen deficiencias y los juicios injustos están generalizados, existe siempre el
riesgo de ejecutar a una persona inocente.

Cuando se aplica la pena de muerte, es irreversible. Los errores cometidos no se pueden deshacer.
Una persona inocente puede ser liberada de la prisión por un delito que no cometió, pero una
ejecución nunca se puede revertir.

En 2022 tuvo lugar un preocupante aumento de las ejecuciones y las condenas a muerte, que
significaron un aumento del 53% con respecto a las cifras de 2021 y la mayor cifra en los últimos 5
años. Destacan, en este aumento, las 576 ejecuciones realizadas en Irán y las 196 llevadas a cabo en
Arabia Saudí, donde se ejecutó a 81 personas en un sólo día.

China siguió siendo el principal ejecutor del mundo, aunque se sigue ignorando la verdadera
magnitud del uso de la pena de muerte en ese país, al estar este dato clasificado como secreto de
estado. Le siguen Irán, Arabia Saudí, Egipto y Estados Unidos, en este orden.

Además, cinco países reanudaron el uso de la pena de muerte: Afganistán, Kuwait, el Estado de
Palestina, Myanmar y Singapur.

La evolución mundial de la pena de muerte en los últimos años confirma que el mundo avanza de
forma continuada hacia su abolición. A pesar de países como Irán o Arabia Saudí, otros Estados nos
dejaron buenas noticias en 2022.

En 2022 tuvo lugar un preocupante aumento de las ejecuciones y las condenas a muerte en alguno
de los países que tradicionalmente más recurren a la pena capital. Al menos 883 personas fueron
ejecutadas en 20 países, algo que supone un aumento del 53% respecto al total registrado en 2021.

El número total de condenas a muerte disminuyó ligeramente con respecto a la cifra global de 2021.
52 países dictaron al menos 2.016 nuevas condenas a muerte. Globalmente, al concluir 2022, había
al menos 28,282 personas condenadas a muerte.

Gran parte del incremento en el número de ejecuciones correspondió a Irán, país que ejecutó al
menos a 576 personas, entre ellas a personas que únicamente habían hecho uso de su legítimo
derecho a la protesta.
Los argumentos a favor ayuden a la mejor rentabilidad económica de la pena de muerte, pues el
Estado ni los ciudadanos deben costear el mantenimiento en las cárceles de los consignados por
delitos graves; y también, el beneficio como medida preventiva ya que intenta disuadir a quienes
deseen participar en actividades delictivas.

Argumentos a favor
1) Razón de Justicia: hay una igualdad natural de todos los hombres ante la ley. Por tanto, cuando
un hombre comete un delito, se ha de retribuir al autor del delito con una pena equivalente al mal
que ha ocasionado.

2) La legítima Defensa: este argumento se basa en la idea de que el ciudadano, víctima del delito, no
ha podido ejercer su Derecho a la legítima defensa y, por lo tanto, es la sociedad quien debe llevarla
a cabo. La pena de muerte sería, entonces, el ejercicio proporcionado de la sociedad a través de un
tribunal, de la legítima defensa.

3) Utilidad Social: La pena tendría, en este esquema de pensamiento, un carácter real disuasorio e
intimidatorio.

4) Peligro de la fuga y de reincidencia del reo: un sentimiento de pánico o miedo lleva a apoyar por
parte de la sociedad, la pena capital, pues se han dado sonados casos en los que el sujeto
delincuente ha escapado de prisión y ha vuelto cometer delitos aberrantes.

5) Menor riesgo de error judicial: en la actualidad, con los avances técnicos en las investigaciones,
con la existencia de garantías jurídicas, tales como las apelaciones, la revisión obligatoria de la
sentencia de muerte, etc., impiden el error de condenar a inocentes.

6) Ecuación costos-beneficios: la sanción capital es, en términos de costos económicos para la


sociedad que mantiene las cárceles con sus impuestos, más rentable que las alternativas que se
presentan a dicha sanción. errores judiciales son menos frecuentes, hay riesgo de condenar a un
inocente. Con el agravante de que en el caso de la pena de muerte no se puede compensar al sujeto
por error.
7) Ecuación costos-beneficios: en los costos sobre la pena de muerte, no sólo hay que evaluar el
costo que tiene en sí misma una ejecución sino todo el proceso judicial, o sea, apelaciones, jueces,
costos sociales, etc. que esta implica.

8) Limitar las arbitrariedades del poder: En los regímenes dictatoriales y terroristas, el derecho se
convierte fácilmente en instrumento del poder de turno. La aplicación de la Justicia se vuelve
funcional a la ideología, perdiendo su autonomía, como fue el caso de la Seguridad Nacional en
países de América Latina en la década de los ‘70.

Actualmente, la pena de muerte está vigente en 87 países (cinco de ellos, la aplican también para
menores de edad).

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