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CESOL ALEACIONES Y
DIAGRAMAS DE FASES
IWE–MÓDULO 2
En la elaboración de este texto han colaborado:
Este texto es propiedad íntegra de la Asociación Española de Soldadura y Tecnologías de Unión, en adelante CESOL.
Queda terminantemente prohibida cualquier reproducción del mismo sin autorización expresa por parte de CESOL.
ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE SOLDADURA Y TECNOLOGÍAS DE UNIÓN - CESOL
ÍNDICE
2. SOLIDIFICACIÓN ............................................................................................................................. 8
4. BIBLIOGRAFÍA.............................................................................................................................. 46
1.1 Introducción
Los elementos metálicos presentan una estructura propia de cristalización en la cual los núcleos
de los átomos ocupan unas posiciones relativamente fijas, mientras que los electrones se sitúan
formando una nube electrónica, de forma que estos electrones no se encuentran vinculados a
ningún átomo concreto, siendo compartidos por todos ellos.
Los metales puros, en general, no presentan aplicaciones industriales, y son las aleaciones de
dos o más metales, o de metales y metaloides, las que presentan unas propiedades mecánicas o
físico-químicas aceptables.
El objeto primordial que se persigue con las aleaciones es el modificar algunas de las
propiedades de los metales puros, para adecuarlos a las condiciones de servicio.
- Resistencia.
- Ductilidad.
- Tenacidad.
- Dureza.
- Resistencia a la corrosión.
- Propiedades ópticas.
- Propiedades eléctricas,...
La obtención de una aleación exige que se cumplan ciertas condiciones, sin las cuales el
producto que se consigue no podrá decirse propiamente que constituye una aleación. Estas
condiciones son:
Homogeneidad suficiente, que permita considerar que sus propiedades se reparten por
igual en toda su masa.
Esta condición exige que exista solubilidad entre los elementos aleantes en estado
líquido, capaz de garantizar la homogeneidad del baño. Esta solubilidad es fácil de
conseguir gracias al estado de agitación que presenta el baño como consecuencia de la
temperatura.
Para cumplir la segunda condición es necesario que los aleantes formen enlaces de
carácter metálico, lo que exige una determinada libertad en los electrones de valencia
del átomo, libertad que no existe cuando estos electrones son absorbidos por enlaces
iónicos, característicos de los compuestos químicos. Por lo tanto si los elementos
aleantes son susceptibles de formar enlaces covalentes o iónicos, disminuye la tendencia
a formar una aleación.
En los casos en que las proporciones de los componentes de la aleación no coincidan con
las proporciones del compuesto químico, el producto podrá conservar carácter metálico,
pues todos los átomos metálicos que no sean absorbidos para la formación del
compuesto químico nos proporcionarán electrones libres capaces de conservar dicho
carácter metálico para la aleación.
Las aleaciones metálicas aparecen formadas por granos cristalinos, normalmente de distinta
naturaleza y propiedades.
Consideremos una aleación binaria. En el estado líquido los átomos de los aleantes deberán
estar íntimamente entremezclados para que se forme la aleación, y al solidificar este líquido
homogéneo y formarse los granos cristalinos se podrán presentar dos casos: o los átomos siguen
entremezclados, y se obtienen cristales mixtos con átomos de los dos aleantes, o los átomos se
separan unos de otros en la solidificación, engendrándose granos cristalinos de uno y otro metal.
En este último caso los granos de distinta composición estarán entremezclados, y la
homogeneidad del producto, aunque menor que en el caso anterior, aún podrá seguir
considerándose suficiente para constituir una aleación.
En el primer caso, puede suceder que entre ciertos átomos existan enlaces iónicos u
homopolares y se engendre un compuesto químico, o que, no existiendo tales enlaces, el enlace
metálico dé lugar a cristales mixtos, solamente porque la estructura así formada, conteniendo
átomos de ambos metales, sea más estable que la de los metales puros, por dar lugar a un cristal
de estado energético más bajo. Los cristales así formados, que presentan átomos de ambos
aleantes, por su semejanza con una solución líquida, se denominan soluciones sólidas.
Vemos, pues, que los constituyentes de una aleación pueden ser compuestos químicos,
soluciones sólidas o metales puros. Examinaremos a continuación el carácter y estructura de
estos diversos constituyentes.
Cuando entre los átomos de los elementos que forman la aleación exista la posibilidad de enlace
no metálico, iónico o covalente, dichos enlaces darán lugar a una agrupación espacial
determinada, que engendrará cristales del compuesto químico correspondiente.
Poseer una red espacial propia formada por enlaces no metálicos, o, todo lo más,
débilmente metálicos. Para que estos compuestos químicos puedan existir como
constituyentes de una aleación se requerirá la existencia de otros constituyentes que
confieran el carácter metálico.
Por tener un carácter electroquímico opuesto, es decir, que un cuerpo electropositivo
reaccionará con una electronegativo para formar un compuesto,
Por existir una determinada proporción entre los elementos componentes, ya que en los
compuestos rige la ley de proporciones definidas. La aleación sólo dará lugar a un
compuesto químico cuando posea una concentración adecuada, y si posee cualquier
otra concentración el constituyente en exceso cristalizará independientemente del
compuesto químico, presentándose, por tanto, granos de dos naturalezas diferentes. La
forma en que se presente el constituyente en exceso puede variar ampliamente, según
la naturaleza de los cuerpos, pues pueden dar lugar a otros compuestos o a soluciones
sólidas, o presentarse como metales puros.
Ejemplo. El azufre con el aluminio, a temperaturas elevadas, producen una violenta reacción,
con fuerte desprendimiento de calor y formación de sulfuro de aluminio, cuyas propiedades
nada tienen que ver ni con el aluminio ni con el azufre. El enlace ha dejado de ser entre
partículas de aluminio y partículas de azufre, sino que son los átomos de azufre y aluminio los
que se han unido mediante un enlace homopolar para formar la red espacial de una sustancia en
que aparecen átomos de ambos cuerpos.
Conclusión: Para que los átomos de dos cuerpos se unan engendrando un compuesto químico,
es preciso que exista cierta forma de afinidad entre dichos átomos, que llamaríamos afinidad
química, la cual no sólo impone una forma especial de enlace, sino además, una red especial
característica.
Como ya se vio en el tema 2.1 Estructura y propiedades de los metales, una solución sólida es
una estructura en la cual se conserva la red espacial de uno de los elementos componentes,
apareciendo en esta los átomos del otro elemento, bien sustituyendo átomos del primero en sus
posiciones espaciales (solución sólida por sustitución), o bien intercalados en los espacios
interatómicos de dicha red (solución sólida por inserción o intersticiales).
Para obtener una aleación es preciso partir de una disolución en estado líquido de los elementos
aleantes. La tendencia natural a solidificar sería que cada elemento buscase cristalizar según su
red característica. Esta tendencia se ve impedida por la necesidad de una difusión de los átomos
en el estado líquido.
En una solución sólida se pueden distinguir dos componentes: disolvente y soluto. El disolvente
es aquel elemento que mantiene su estructura cristalina. El soluto es aquel aleante que se aloja
en la red cristalina del disolvente.
Ejemplo. En la solución sólida Ni-Cr la aleación de 60 por 100 de Cr y 40 por 100 de Ni, a pesar de
que el Ni entra en menor proporción, es una solución de Cr en Ni, actuando este último como
disolvente y el Cr como soluto, pues la red de esta solución sólida es cúbica centrada en las
caras, como la del Ni, mientras que la red del Cr es centrada en el cuerpo.
En la figura 2 se representa una solución sólida por inserción en una red cúbica de caras
centradas, en la que el átomo del metal B se sitúa en el hueco libre mayor existente entre los
átomos del A.
En la naturaleza se presentan todas las graduaciones posibles, desde la solubilidad total hasta la
insolubilidad, si bien lo más frecuente es que exista una solubilidad parcial.
Las principales diferencias existentes entre compuestos químicos y soluciones sólidas obedecen
a las propiedades, ya mencionadas, de los compuestos químicos, esto es:
Carácter del enlace. Los cristales mixtos formados por solubilidad sólida presentan un
carácter metálico, frente al comportamiento no metálico de los compuestos químicos.
Ley de proporciones definidas. En los compuestos químicos rige la ley de proporciones
definidas, mientras que en las soluciones sólidas las concentraciones pueden ser muy
variables, e incluso en algunas puede existir en cualquier proporción solubilidad sólida.
Tipo de red. Finalmente, la red de un compuesto químico es característica de éste, y no
depende de la de los componentes. En las soluciones sólidas subsiste la red del
disolvente.
Consiste en un caso particular de soluciones sólidas en las cuales los átomos de soluto no se
presentan de forma aleatoria dentro de la red cristalina sino formando una estructura
totalmente uniforme. Tales estructuras reciben el nombre de súper-redes y su formación
obedece a razones de estabilidad.
Para que pueda producirse una “súper-red” es preciso que se den simultáneamente las dos
condiciones siguientes;
que la distorsión en la red del disolvente, sea suficientemente importante como para
que la tendencia a la ordenación de los átomos del soluto sea energéticamente posible.
De no ser así, las diferencias de estabilidad serían tan pequeñas como para que fuese
indiferente el orden o el desorden. Se requerirá por tanto que haya un cierto contraste
en el tamaño de sus átomos.
que el número de átomos de soluto que exista en la red sea suficientemente elevado y
en una proporción adecuada.
Las “súper-redes” sólo pueden existir a bajas temperaturas, pues la elevación de temperatura, al
reducir la influencia del factor tamaño, es decir, al suavizar la distorsión, hará desaparecer la
tendencia a esa ordenación. Las aleaciones que forman “súper-redes” no originan éstas en el
proceso de solidificación, sino que se originan durante el enfriamiento, si éste se conduce con
suficiente lentitud y reposo como para permitir la reagrupación atómica. Por tal razón, estas
aleaciones dan lugar a soluciones sólidas normales, o sea, desordenadas, cuando el enfriamiento
es rápido y sólo se produce la “súper-red” mediante un tratamiento apropiado, consistente en
un calentamiento suficientemente elevado y seguido de un enfriamiento muy lento.
Podemos también observar que la distribución atómica que se indica en la figura 5 corresponde
a una disposición atómica estratificada en la que los átomos de Au y Cu se presentan en capas
alternadas en la que se reproduce la “súper-red” en 8 celdillas contiguas. La formación de tales
estratos dará lugar a una distorsión ordenada de la red original del Cu y dado el mayor diámetro
de los átomos de Au, los cubos iniciales quedarán dilatados en altura, por lo que tal “súper-red”
constituye más bien una red tetragonal centrada en las caras, si bien la relación c/a de la altura
al lado de la base, difiere poco de la unidad. Tal circunstancia se manifiesta, no obstante, en las
propiedades mecánicas y las aleaciones con “súper-red” de Cu-Au poseen una dureza bastante
superior a las Cu3Au en que no aparece la tetragonalidad.
Para estudiar el proceso de solidificación se parte del estudio de una interfase sólido / líquido
difusa. Para que la solidificación tenga lugar, es preciso vencer una barrera de energía de
activación, G, dada por:
Ecuación 1
Por otro lado, la velocidad del proceso de solidificación viene dada por una ecuación de la forma,
Ecuación 2
donde K1 representa la movilidad del límite y presenta un valor tan elevado que pueden
alcanzarse velocidades de solidificación normales con subenfriamientos interfaciales (Ti) de
solo una fracción de grado Kelvin. Por tanto para la mayoría de los propósitos puede
despreciarse Ti y suponer que la interfase sólido/líquido está a la temperatura de fusión en el
equilibrio.
Este tratamiento del proceso es aplicable a interfases en las que se puede suponer que los
átomos se pueden fijar en cualquier punto de la superficie sólida. Por eso se conoce como
crecimiento continuo. Tal forma de crecimiento es razonable porque la interfase está
desordenada y los átomos que llegan a posiciones de la superficie del sólido elegidas al azar no
alterarán significativamente la configuración de equilibrio de la interfase.
material. En los metales puros la velocidad de solidificación está controlada por la velocidad de
disipación de dicho calor desde la interfase sólido/líquido.
Que se siga una u otra vía dependerá principalmente de los gradientes térmicos que estén
actuando en la interfase.
Cuando un sólido crece hacia un líquido sobrecalentado, es estable una interfase sólido/líquido
plana.
Figura 6. (A) Distribución de temperaturas para la solidificación cuando se disipa calor a través
del sólido. (B) Isotermas para una interfase plana sólido/líquido. (C) Para una protuberancia
Figura 7. (A) Distribución de temperaturas para la solidificación cuando se disipa calor a través
del líquido. (B) Isotermas para una interfase plana sólido/líquido. (C) Para una protuberancia
La situación será diferente, cuando una fase sólida crece hacia un líquido subenfriado, figura 7.
Si en una situación así, se formase una protuberancia en el sólido el gradiente de temperatura
negativo en el líquido se hace aún más negativo, por tanto se disipa calor de forma más efectiva
del extremo de la protuberancia que de las zonas adyacentes, permitiendo el crecimiento de la
protuberancia de forma preferente.
Una interfase plana sólido/líquido que avanzase hacia un líquido sobreenfriado será
intrínsecamente inestable.
Tratemos ahora cuando se da un caso u otro en las conducciones de calor tratadas en los puntos
2.1.1 y 2.1.2.
Figura 8. Desarrollo de dendritas térmicas: (A) Un núcleo esférico. (B) La interfase se hace
inestable. (C) Se desarrollan brazos primarios en las direcciones cristlográficas (100 en cristales
cúbicos). (D) Desarrollo de brazos secundarios y terciarios
Cuando la solidificación tiene lugar desde las paredes de un molde que están más frías
que el material fundido, en las primeras etapas.
Cuando la nucleación tiene lugar sobre partículas de impurezas en el seno del líquido, ya
que para que dicha nucleación sea estable es preciso un cierto subenfriamiento previo.
Las primeras partículas sólidas crecerán hacia un líquido subenfriado y el calor latente de
solidificación se disipará hacia el líquido.
Por otro lado, la conducción de calor a través del líquido, como se representa en la figura 7, se
da:
(A)
Sólido v Líquido
Xo/x
x XL
Xo
D/v
(B)
x/v TL
Gradiente crítico
T1
Te
Subenfriamiento
T constitucinal
T3
Sólido Líquido
Distancia x
En la solidificación de aleaciones el problema se complica por otras muchas causas, como puede
ser la posibilidad de que haya gradientes de temperatura en el líquido, cambios en la
conductividad térmica y de la temperatura de solidificación como consecuencia de
segregaciones y cambios de la composición química,...
La condición necesaria para que se formen protuberancias estables en una interfase plana es
que exista una región de subenfriamiento constitucional en el líquido.
Por otra parte si el gradiente de temperatura en el líquido frente a la interfase fuese más
pronunciado que el crítico (figura 10B) la temperatura del extremo se situará por encima de la
líquidus y la protuberancia volverá a fundir.
La forma en que estas aleaciones solidifican en la práctica depende de forma compleja de los
gradientes de temperatura, de las velocidades de enfriamiento y de las velocidades de
crecimiento de la fase sólida.
Sea un diagrama de equilibrio hipotético como el de la figura 13, con los aleantes A y B.
Supongamos una aleación en el punto d, constituida por un líquido homogéneo y comencemos a
enfriar lentamente. Al alcanzar el punto c solidifican los primeros cristales con una composición
química dada por la composición del punto g.
Para que los anteriores efectos tengan lugar es necesario que la velocidad de enfriamiento sea lo
suficientemente lenta como para que en todo momento se mantengan las condiciones de
equilibrio, lo que equivale a decir que existe difusión en estado sólido.
Cuando se alcanza el punto b finaliza la solidificación y el último material que solidifica lo hace a
la composición de dicho punto.
La solidificación comienza igual que en el caso anterior cuando se alcanza la temperatura del
punto c. Los primeros granos solidifican con una composición igual a la del punto g, mientras que
el líquido se enriquece en el componente B hasta la composición dada por el punto f.
Durante la solidificación ambas fases crecen simultáneamente quedando detrás de una interfase
sólido / líquido plana.
En una aleación eutéctica, solidifican de forma simultánea las dos fases que forman el sistema
eutéctico. Este tipo de solidificación se produce cuando existe una solubilidad parcial en estado
sólido y total en estado líquido.
g
Zona de difusión de
anchura d
La estructura del lingote, es decir: forma, tamaño y distribución de los granos individuales y de la
localización y composición de alguna falta de homogeneidad que surja durante la solidificación,
determinan la capacidad de dicho lingote para sus posteriores aplicaciones.
En general, los lingotes comerciales en gran escala presentan tres regiones características, como
se ve en la figura 19 conocidas como zona fría, zona columnar y zona equiaxial central.
Zona fría equiaxial en la pared del molde. Zona cortical: Durante la operación de
colado, el metal líquido esta sobrecalentado. El líquido en contacto con la pared del
molde frío se enfría rápidamente por debajo de la temperatura de solidificación,
produciendo un gran subenfriamiento local del baño que favorece la solidificación de
estructuras de carácter dendrítico y aproximadamente equiaxial. La extensión de la zona
fría depende de varios factores, incluyendo el material, temperatura y conductividad
térmica del molde así como la temperatura del líquido a colar.
Cuando el metal líquido está muy sobrecalentado y las paredes del molde están frías,
solo se forma una zona fría estrecha, que puede llegar a refundirse, al estar el líquido
hacia el que tiene que crecer muy caliente, y no apreciarse en la estructura final del
lingote.
Si el líquido se cuela a una temperatura justo por encima de su punto de solidificación se
produce una zona ancha de líquido subenfriado, que da lugar a una gran nucleación y
una zona fría ancha.
Zona columnar. Zona de dendritas orientadas: Los cristales de la zona columnar se
originan a partir de cristales de la zona fría que tienen una orientación favorable para el
crecimiento rápido, hacia el centro del lingote y en sentido contrario al flujo de calor. Al
ser la dirección de crecimiento rápido la de las dendritas que están orientadas
perpendiculares a la zona fría, se formará una zona columnar de cristales con
orientación preferente en el lingote. Si el material a colar es una aleación con un amplio
margen de solidificación, los cristales columnares serán dendríticos ya que el líquido se
habrá subenfriado constitucionalmente en la interfase sólido-liquido.
Se pueden encontrar también grandes cristales columnares en lingotes de metales puros
en los que no se pude producir el subenfriamiento constitucional. En este caso los
cristales columnares crecen dendríticamente en un frente plano sólido-líquido,
dependiendo de que el gradiente de temperatura sea positivo o negativo. Como no hay
soluto en las regiones interdendríticas, es a veces difícil determinar el modelo de
crecimiento de un metal puro con cristales columnares.
El desarrollo de la zona fría y los cristales columnares en un lingote se aprecia en la
figura 17.
Figura 17
Zona de granos equiáxicos: El líquido en el centro del lingote puede llegar a subenfriarse
por efecto térmico y constitucional y si esto ocurre algunos cristales que aparecen en la
zona central crecerán como cristales dendríticos equiaxiales. El crecimiento columnar
puede detenerse y formarse una zona central equiaxial. La zona equiaxial central suele
formarse en los grandes lingotes donde el calor que se pierde por radiación es
considerable y también en aleaciones fundidas donde el subenfriamiento constitucional
es inevitable.
Hay varios mecanismos que intentan explicar la formación de esta zona equiaxial
central. El primer mecanismo es que algunos cristales formados en la superficie fría del
molde se funden parcialmente y se separan de dicha superficie por corrientes de
convección sobreviviendo y dando lugar a que crezcan a partir de ellos cristales en la
zona central del lingote. Otro mecanismo se basa en que los brazos secundarios de las
dendritas pueden llegar a fundir por su unión con la rama primaria al tener una
composición en soluto mayor que esta y ser su punto de fusión menor, trasladándose al
centro del lingote para dar lugar a la zona equiaxial, como se ve en la figura 18.
1. Zona cortical
2. Zona de dendritas orientadas
3. Zona de granos equiáxicos
En aleaciones con un amplio margen de solidificación la zona pastosa puede ocupar todo el
lingote, en este caso no se forma una cavidad central. El líquido remanente que rodea a las
dendritas no tiene posibilidad de fluir hacia el centro por lo que en los espacios interdendríticos
se produce la contracción por lo que en el lingote se observan pequeños huecos o poros
Hay cuatro factores importantes que pueden conducir a la macrosegregación en los lingotes:
El sólido es normalmente más denso que el líquido y desciende llevando menos soluto que el
líquido y da lugar a una región de segregación negativa en el fondo del lingote. La combinación
de todos los efectos da lugar a modelos complejos de macrosegregación.
3.1 Introducción
Un diagrama de fases es una representación gráfica de todos los posibles estados de equilibrio
entre dos o más elementos aleados en función de la temperatura a la que se encuentre la
aleación.
El equilibrio de un sistema depende de las fases que en él existen, ya que todo cambio de éstas
supone una transformación. Y como los factores más decisivos en la marcha de las
transformaciones son la concentración y la temperatura, es natural que se trate de representar
la relación funcional que las liga, resultando los diagramas de equilibrio. En todos ellos aparecen
líneas que pueden reducirse a tres clases:
Unas y otras separan en el diagrama diversas regiones, llamadas campos de fase que
representan el dominio de existencia o coexistencia de dicha fase o fases.
Binarios: Cuando se representan todas las posibles aleaciones entre dos elementos.
Ternarios: Cuando se representan todas las posibles aleaciones entre tres elementos.
F+L=C+2
C = Componentes. Normalmente son los metales que constituyen la aleación pero puede
darse el caso de que uno de los componentes sea un compuesto químico.
F+L=C+1
La regla de las fases es básica para cualquier consideración de aleaciones en equilibrio. Para un
sistema binario los equilibrios posibles se detallan en la tabla siguiente:
Cuando el sistema no posee ningún grado de libertad. Por ejemplo, un sistema binario será
invariante cuando existan tres fases. El sistema solo puede existir cuando la temperatura y la
composición de las fases que coexisten inicialmente, permanece constante. Se producirá un
cambio en las cantidades relativas de las tres fases hasta que eventualmente una fase se
consuma y el sistema se convierta en monovariante o si se consumen dos fases bivariante. Este
proceso es análogo al equilibrio invariante en el punto de fusión de un metal puro.
Las reacciones invariantes que se han observado en diagramas de equilibrio binarios se dan
junto con la nomenclatura dada a tales reacciones. Los símbolos l, l1 y l2 denotan fases líquidas y
, y g fases sólidas. Las reacciones que incluyen fases líquidas tienen un nombre acabado en -
téctico, mientras que si se produce en estado sólido acaban en -tectoide.
Cuando coexisten dos fases en equilibrio en un sistema binario, el sistema tiene un grado de
libertad. Una de las variables puede ser cambiada libremente pero cuando se ha escogido esta,
las otras variables quedan automáticamente fijadas. Si se elige la temperatura del sistema, la
composición de las fases que coexisten estará fijada. Si lo que se elige es la composición de una
fase, la temperatura y la composición de la segunda fase quedan fijadas.
Un sistema binario con una única fase tiene dos grados de libertad. Esto explica que la
temperatura y concentración de uno de los componentes en la fase puede variarse
arbitrariamente.
La regla de la palanca permite extraer ciertos datos o realizar los siguientes cálculos:
Hallar la composición de las dos fases: En las condiciones antes descritas en el diagrama,
la composición química de la fase sólida viene dada por la del punto m, mientras que la
fase líquida presenta la composición química del punto n.
Hallar las cantidades relativas de las dos fases: Para calcular el porcentaje en peso de
cada una de estas fases se aplica la regla de la palanca. Matemáticamente la podemos
expresar así:
Figura 21
Ejemplo: El punto X representa una aleación con 30% (en peso o atómico) del metal B y 70% del
A.
A continuación se describen algunas de las situaciones particulares que se nos pueden presentar
en un diagrama de equilibrio.
Corresponde a sistemas en los cuales la solución sólida tiene la misma estructura cristalina para
todas las proporciones de los componentes. En la figura 24 se representa un sistema isomorfo
típico de las aleaciones Cu-Ni. Estos dos elementos se combinan para formar una fase líquida y
una fase sólida, hay por tanto dos fases en el diagrama de equilibrio.
1455
1083
Temperatura ºC
1000
500
Punto
de Curie
0
0 50 100
% Níquel
Cierto número de diagramas de fase isomorfos muestran puntos congruentes que corresponden
a la mínima de las curvas de líquidus y sólidus. En la figura 25 aparece representado un ejemplo
de punto congruente para el diagrama oro – níquel.
Los puntos congruentes no se suelen encontrar en los diagramas isomorfos simples, siendo más
frecuente su aparición en otros tipos de diagramas más complejos.
Esta situación se presenta en sistemas donde la solubilidad cae bruscamente al bajar de una
cierta temperatura. Existe una temperatura en la cual el líquido, la fase 1 y 2 están en
equilibrio. A esa temperatura se la conoce como temperatura eutéctica y la composición del
líquido a esa temperatura, composición eutéctica. La reacción eutéctica implica la desaparición
de una fase líquida para dar lugar a dos fases sólidas distintas.
La regla de las fases indica que el punto eutéctico representa un equilibrio invariante es decir las
tres fases sólo pueden coexistir a una temperatura y su composición es fija, por tanto el
equilibrio invariante en un sistema binario está representado por una línea de conexión
horizontal, las composiciones de las dos fases coinciden con los extremos de la línea de conexión
y la tercera fase tiene una composición intermedia.
El diagrama de equilibrio de cobre-planta, figura 26, puede tomarse como representativo de los
sistemas eutécticos. En sistemas de este tipo, hay siempre una aleación específica, conocida
como la composición eutéctica, que solidifica a una temperatura menor que todas las demás
composiciones. Bajo condiciones que se acercan al equilibrio (enfriamiento lento), esta forma
solidifica a una temperatura fija, igual que un metal puro, sin embargo solidifica formando una
mezcla de dos fases sólidas diferentes.
Este caso es extremo y no es muy frecuente (Al-Ge, Ge-Zn), pues lo más corriente es que la
insolubilidad en estado sólido sea parcial. Se presenta cuando los metales son completamente
solubles en el estado líquido, como la solubilidad puede considerarse recíproca, bien del A en B o
del B en A, existirá una influencia mutua en los puntos de solidificación de cada uno. La figura 28
ilustra este proceso.
Este caso sería un caso límite del diagrama anterior en el que las solubilidades de A en la fase
y de B en la fase tendiesen a cero.
El caso que hemos considerado, con un máximo en ojiva, corresponde a un compuesto que no se
descompone en la fusión. Si el compuesto, al fundir, se disocia, se obtiene un máximo plano, la
curva de líquidus es continua, como se indica en la figura 31.
La temperatura de fusión del compuesto, para el cual las composiciones de la fase líquida y de la
fase sólida son idénticas, recibe el nombre de punto indiferente del sistema.
Cambios de solubilidad.
Transformaciones alotrópicas. Consideraremos los
casos más representativos:
Los dos componentes son insolubles en estado
sólido: Pudiendo presentar dos estados
alotrópicos, un solo componente o los dos
componentes.
Los dos componentes forman una solución sólida.
Figura 32
Cuando los dos componentes forman una solución sólida,
se pueden dar varios casos:
tiene lugar a partir de una solución sólida, mientras que la segunda se obtiene a partir de
un líquido.
También puede darse el caso de solubilidad parcial después de la transformación (figura 34).
plata. Para que pueda ser claramente visible este hecho, se ha trazado el diagrama en
porcentaje atómico. Esta fase es de tipo superreticular basada en la estructura cúbica centrada
en el cuerpo.
Existen dos maneras básicas en que se forman fases intermedias durante la solidificación
mediante una transformación en un máximo congruente, como es el caso de la fase , o a
través de una reacción peritéctica, fase g. Ambos tipos de reacción son comunes en los
diagramas de equilibrio.
Las fases intermedias se pueden formar como resultado de una transformación que se efectúa
completamente en el estado sólido. La formación de superestructuras desde soluciones sólidas
que poseen un estado de orden de corto alcance a una máxima congruente ya ha sido discutida.
También se pueden formar nuevas fases sólidas en puntos peritectoides que son el equivalente
de estado sólido de los puntos peritécticos.
Las fases intermedias en el sistema plata-magnesio son soluciones sólidas estables sobre zonas
de composición relativamente amplias. Muchas fases intermedias tienen campos de una fase
que son líneas verticales. Tales fases se clasifican generalmente como compuestos.
Las fases intermedias del tipo compuesto se forman durante la solidificación de la misma
manera que las fases de solución sólida; pueden formarse tanto a la máxima congruente como
en los puntos peritécticos. El diagrama de equilibrio del sistema magnesio-níquel, figura 37, que
también se ha trazado en porcentaje atómico, muestra tanto el punto congruente (1.14 ⁰C y 33%
de Mg) como el punto peritéctico (760 ⁰C y 66.7% Mg). A este respecto, es análogo al sistema
plata-magnesio y, como el primero, posee también dos puntos eutécticos. La única diferencia
básica entre los dos sistemas es la ausencia de solubilidad en las fases de este último sistema.
Una aleación ternaria es aquella en la que intervienen tres elementos químicos distintos.
Lógicamente deben cumplirse las condiciones necesarias para formar una aleación.
En los diagramas ternarios debemos expresar en coordenadas las diversas composiciones de las
aleaciones y las temperaturas a que se presentan las transformaciones, para todas las aleaciones
posibles entre tres elementos. Es preciso, por tanto, recurrir a un diagrama en tres dimensiones
que tendrá que venir representado por un
cuerpo en el espacio.
A
M
Para expresar la composición de las aleaciones b
La concentración en uno de los metales de una aleación representada por un punto del interior
del triángulo de las composiciones se determina trazando por dicho punto la paralela al lado
opuesto del metal en cuestión y leyendo el valor del punto donde corta al lado representativo de
sus concentraciones.
Ma = % A
Mb = % B
Mc = % C
Ejemplo: Dividiendo en 100 partes los tres lados y graduándolos convenientemente, tendremos,
según la figura 39, en el lado AC el
% de A, en el AB el % de B y en el
BC el % de C, con lo cual, al trazar
las tres paralelas por M, podemos
leer directamente la composición
de la aleación. El punto M
corresponde a una aleación de
composición:
40% de A
20% de B
Figura 39. Representación de la composición en las
40% de C
aleaciones ternarias.
figura
40, que si por un vértice trazamos una recta
cualquiera, Ab, los puntos de ésta corresponden
a todas las aleaciones ternarias en las que se
Figura 40 verifica:
Ecuación 3
Por otra parte, toda paralela a uno de los lados, como la MM1, corresponde a todas las
composiciones de las aleaciones que pueden formarse con un porcentaje fijo de A, variando B y
C en todas las proporciones.
Para el trazado del diagrama, se levantan la perpendicular al plano del triángulo para cada
concentración, tomando sobre ella las temperaturas críticas, de principio y fin de solidificación,
puntos de transformación, etc.
Superficie de Líquidus.
Superficie de Sólidus.
Superficies de solvus, o de transformación.
Los diagramas así obtenidos resultan con geometrías muy complicadas. Además, en numerosas
ocasiones resulta técnicamente imposible determinar los puntos de transformación así como los
productos de la misma, con lo que resulta frecuente que dichos diagramas se conozcan sólo de
forma parcial.
Para la comprensión de los diagramas ternarios vamos a exponer el caso de tres metales
insolubles en estado sólido. Este diagrama aparece representado en la
figura 40.
figura 40:
L=3+1-2=2
lo que indica que para que el equilibrio quede determinado se precisa fijar dos factores.
Sin embargo, la aleación ’ podríamos suponerla incluida en un hipotético sistema
seudobinario A A’’, por lo que aplicando a este nuevo sistema la ley de Gibbs
obtenemos:
L=2+1-2=1
con lo que resulta un sistema monovariante, y basta fijar un factor para que quede
determinado.
Cuando se alcanza el punto , existirán tres fases: metal A, metal B y líquido de
composición . (Nótese que existen dos microcostituyentes: metal A puro y un eutéctico
binario formado por metal A y metal B puros). Aplicando la ley de Gibbs:
L=3+1-3=1
L=3+1-4=0
La superficie de sólidus queda definida por el plano abc y expresa el fin de solidificación de todas
las aleaciones del sistema.
Figura 43. Diagrama ternario de tres La anterior explicación del proceso de solidificación se
metales totalmente solubles suele interpretar con mayor facilidad partiendo de la
proyección vertical del diagrama tal y como aparece representada en la figura 42.
La proyección de las curvas de los diagramas seudoeutécticos binarios junto con las líneas que
resultan de unir el punto eutéctico ternario con los metales puros, A, B y C dividen el diagrama
en seis triángulos.
Una aleación de composición cualquiera que caiga dentro de uno de los triángulos evoluciona
siguiendo la línea que une el metal puro con el punto mencionado hasta alcanzar la línea del
diagrama seudoeutéctico continuando por esta hasta el eutéctico ternario.
B’1 C’1
En la figura 42 se representa la sección en el plano de la base de las superficies que separan las
distintas constituciones. En los tres ángulos vemos se forman las tres soluciones , y g, su
composición se deducirá con el método indicado en la representación triangular, y así vemos
que las tres serán:
Hemos visto que los diagramas ternarios son muy poco manejables por lo complicados y poco
explícitos que en general se presentan. Por ello, para el conocimiento de los sistemas ternarios,
es más frecuente emplear secciones planas del diagrama ternario.
(Informativo)
La influencia del factor tamaño atómico en la solubilidad de dos metales ha sido ampliamente
estudiada por HUME-ROTHERY y sus colaboradores, quienes estudiaron las solubilidades en
cobre y plata de diversos metales, llegando a establecer el principio general de que una
diferencia en diámetros atómicos, entre soluto y disolvente, superior al 14 por 100 es
desfavorable para la formación de soluciones sólidas, y que con átomos que presenten tal
contraste de diámetros solamente podrán formarse soluciones sólidas con límites muy
restringidos de solubilidad.
Por el contrario, una amplia solubilidad sólo se halla entre los cuerpos cuyos diámetros atómicos
estén dentro de los límites de contraste señalados.
En la A.1 aparecen representados los diámetros atómicos de la plata y el cobre, así como el
intervalo de diámetros favorables (-14%, +14%) para cada uno. Se han situado además los
diámetros atómicos de otros elementos. De dicha figura se extraen las siguientes conclusiones:
El Zn, comprendido dentro de la zona favorable de tamaño de ambos metales, dará lugar a una
amplia solubilidad tanto con la plata como con el cobre. Experimentalmente se comprueba que
se disuelve hasta un 38,4 por 100 en Cu y 40,2 en Ag.
El Be fuera de la zona favorable de la Ag, y casi en el límite de la del Cu, se disuelve hasta 16,6
por 100 en Cu, y sólo un 3,5 por 100 en Ag.
Finalmente, en cuanto al Cu y Ag vemos que ambos se hallan en los límites de sus zonas
respectivas, y, por tanto, no podemos esperar gran solubilidad entre ambos.
No obstante, no sólo porque el factor tamaño sea favorable en dos metales debemos tener una
amplia solubilidad. Existen varios factores que dejan sentir su acción, algunos con la suficiente
importancia como para neutralizar un factor tamaño favorable.
(Informativo)