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Se entiende por responsabilidad civil indirecta que “es aquella que se produce o genera
cuando existe un autor indirecto, que se convierte en responsable civilmente a pesar de
no haber causado daño alguno, no sólo se responde en algunos casos por hecho ajeno,
sino también se responde por hecho de las cosas, bien se trate por daños causados por
edificaciones o por animales. En todos estos supuestos, en los cuales se configura una
responsabilidad civil por hecho ajeno o por hecho de las cosas, sin que el sujeto haya
causado daño alguno, estamos frente a un caso de la denominada responsabilidad civil
indirecta”. (Taboada. L). Esto se configura bajo tres supuestos establecidos, que “se
genera por mandato de la ley, aun cuando el sujeto, llamado autor indirecto, no haya
causado daño alguno, siempre y cuando se cumplan determinados requisitos legales
exigidos para el nacimiento de dicho supuesto de responsabilidad civil” (Taboada. L).
PLURALIDAD DE CAUSAS:
Definimos a la pluralidad de causas como un hecho común, dado por varios autores
responsables del daño, por ende, la consecuencia del hecho es provocado por la conducta
de varios sujetos, siendo estos más de dos, asimismo para decir que un daño ha sido
causado por varios sujetos y no de la conducta de solo uno, pues éstos deben tener
conductas similares para la concurrencia en la producción de un mismo daño. Basándonos
en la opinión que nos da Lizardo Taboada Córdova, define a la pluralidad de causas que es
“con relación a los supuestos de concurrencia de causas, denominado también pluralidad
de causas o “coautores”, es necesario señalar que se trata de los casos en los cuales dos
o más sujetos, mediante una conducta común o a través de conductas singulares, causan
un mismo daño. Evidentemente deberá tratarse de un mismo daño, pues si se tratara de
daños distintos, no tendría sentido hablar de pluralidad autores, sino que se trataría de
daños distintos causados por sujetos distintos”. En ese sentido el art. 1983º del CC. nos
menciona lo siguiente: “Si varios son responsables del daño, responderán solidariamente.
Empero, aquel que pagó la totalidad de la indemnización puede repetir contra los otros,
correspondiendo al juez fijar la proporción según la gravedad de la falta de cada uno de
los participantes. Cuando no sea posible discriminar el grado de responsabilidad de cada
uno, la repartición se hará por partes iguales”.
CONCAUSAS:
Esto se configura con la participación de la victima en el daño provocado, por ello se dice
que el daño siempre es consecuencia de la conducta del autor y deben existir dos o más
causas para que lo concurran. Así, existe un supuesto de concausa conforme lo afirma
Lizardo Taboada (2003) “cuando la víctima contribuye con su propio comportamiento con
la conducta del autor a la realización del daño” (p. 91). A su vez, el Art. 1973 CC. señala
que “Si la imprudencia sólo hubiere concurrido en la producción del daño, la
indemnización será reducida por el juez, según las circunstancias”.
Dicho ese previo concepto, entendemos que para que pueda darse esta concausa se debe
tener en cuenta la participación y contribución de la víctima para el daño, sin embargo, en
el caso de la agraviada Eyvi Lizet Agreda Marchena, es ilógico que ella participe o siquiera
se diga que haya contribuido en el daño, que en este caso sería quemarse a ella misma y
provocarse esta deformación que buscaba el acusado al provocar y consumar este hecho.
Por lo que no configura con el caso previsto, no existe esta concausa por ningún modo.
Conclusión: