LA DEFENSA, ¿DEL FÚTBOL?

Herman Hesse en su libro El lobo Estepario narra como Harry Haller se define como un
hombre con dos almas, una lobezna (más impulsiva y agresiva) y una humana (amante de la
cultura y burguesa) que están en continuo enfrentamiento.
En un momento de la novela el propio Hesse rompe esa división pueril de hombre y lobo que
considera “un intento infantil” de un Harry que había caído, en palabras del autor, en lo que hasta
el “ser humano más espiritual y cultivado mira al mundo y a si mismo a través de fórmulas
ingenuas, simplificadoras y engañosas”.
Tal hecho ocurre en el fragmento de Javier Cercas que nos presenta a un tenis de gran virtud en
donde se respeta al rival y las reglas en contraposición al oscuro fútbol que incluso promueve “
la marrullería (cuando no la brutalidad) ”, justificándose el autor en ejemplos conocidos: el dedo
de José Mourinho y la mano de dios de Maradona en el mundial del 86 o criticando las aficiones
contrarias que “se muelen a palos entre ellas”.

Por lo que ver el futbol y tenis como deportes antagónicos y juzgarlos como unidad ejemplos
aislados no son más que unas de las temidas simplificaciones que alerto el propio Hesse cien años
atrás.