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DEIDAE de Adicciones
Área de Psicología
TALLER Nº54
I. OBJETIVOS:
II. MATERIALES:
Papelógrafos.
Hojas bond.
Limpia tipo.
A. Presentación general:
La facilitadora, dará la bienvenida a cada uno de los participantes, luego brindará una
pequeña introducción del Taller.
B. Dinámica de Animación:
Se trabajará la dinámica: “En el Mercado”
Se formarán 4 grupos, cada uno de ellos, tendrá un tipo de perdón “familiar, personal, social y
espiritual”, comentarán sus casos y finalmente harán una reflexión acerca del perdón y de su
importancia en lo personal y familiar.
EL PERDÓN EN LA FAMILIA
DEFINICIÓN
EL PERDÓN es reconocer nuestros errores y reconocer el daño que los pacientes adictos han ocasionado a sus
familias, por el consumo de drogas y/o ludopatía, que es el flagelo que la está destruyendo, el perdón para que
tenga buenos resultados debemos hacerlo con una actitud de arrepentimiento se debe buscar restaurar este
daño, acercándonos a las personas perjudicadas para pedirles perdón, con el deseo de no volver a cometer más
este error. Este es un valor indispensable que debe existir en todo hogar, para restaurar nuestra vida Moral, y
así borrar todos los rencores y heridas que pudiera haber ocasionado nuestro error cometido en la familia. Esto
significa que el perdón es la puerta de entrada a la ArmoníaFamiliar.
Debemos perdonar y saber pedir perdón por el bien de nuestra salud mental, física y espiritual, pero cuando
absurdamente guardamos rencor, remordimiento o resentimiento con nuestra familia, esto dañara totalmente a
nuestra vida, perjudicando más a nuestros hijos, quienes sufren por la indiferencia y la falta de cariño que
existe en sus padres. Por eso es muy importante evitar que el problema empeore más, tomando valientemente la
decisión de perdonar y saber pedir perdón, ambos son necesarios para que vuelva la tranquilidad y la paz a
nuestro hogar.
Primero, tenemos que reconocer que somos responsables ante Dios y la sociedad de mantener nuestra familia
unida.
Tercero, tomar la decisión de subsanar los errores y cambiar las circunstancias para vivir en paz, en unidad y
en Armonía Familiar.
Cuarto, actuar valientemente para acercarnos a pedir Perdón personalmente, que es lo ideal o también hacerlo
por medio de una carta.
El perdón es un deseo natural porque viene de lo más profundo de nuestro ser. Todos deseamos vivir con amor,
en armonía, en bondad y en pureza; porque nuestra alma y nuestra conciencia originalmente son pura y llenas
de bondad. Por eso, cuando nos encontramos en problemas, viviendo en violencia, conflictos, caos y confusión,
instantáneamente nuestra conciencia nos remuerde y nos impulsa a solucionar nuestros problemas. Esto sucede
porque en nuestra naturaleza interna surge el deseo de manifestar paz, tranquilidad, amor, y pureza. Este deseo
natural debemos usarlo para recuperar la ARMONÍA FAMILIAR en nuestro hogar.
El perdón no solamente se da con otras personas sino también con nosotros mismos, porque a veces estamos
dolidos y resentidos con nosotros mismos por un acto que pudiéndolo controlar no lo hicimos. Y este error es
la que nos ata a una vida miserable y nos hace sentir despreciable frente a los demás. Por eso es indispensable
perdonarnos a nosotros mismos, y esto se hace poniendo como testigo a Dios. Debemos perdonarnos por actos
que hemos cometido conciente o inconscientemente porque una vez realizado este perdón quedamos liberados
de todo pensamiento malo, que nos traía dolor y sufrimiento, y que nos estaba arrastrando a una vida de
miseria. En realidad nuestras desgracias son consecuencias de nuestros errores que no hemos sabido
perdonarnos con anticipación.
Pedir perdón a nuestros padres por nuestra desobediencia es la llave del éxito para nuestras vidas. Sino lo
hacemos jamás seremos felices ni aún teniendo las mejores cosas materiales, porque nuestros padres es sagrado
para la bendición de nuestra vida futura, sin ella estamos perdidos. ¡Esta es una Verdad incuestionable! Desde
el momento en que pedimos perdón a nuestros padres quedamos libres de todo resentimiento y herida que haya
ocurrido en el seno de la familia y abrimos un camino hacia una nueva vida llena de bendiciones. Esto es
fundamental para nuestras vidas porque solo con el perdón de nuestros padres en el futuro tendremos una
familia feliz.
El perdón en el hogar es la esencia divina que da vida y alegría a la familia, es el bálsamo del amor entre los
esposos. Cuando los esposos conocen la VERDAD como esencia misma de sus vidas, no hay nada que
perdonar. Pero cuando aun queda en nuestros pensamientos resentimientos, rencor, venganza y amargura,
inmediatamente debemos identificar este error y buscar darle una solución, pero este problema sólo se puede
resolver pidiendo perdón a nuestra pareja, prometiéndole que nunca más se va volver a repetir. Luego también
debemos pedir perdón a Dios, porque Él es el único que nos limpia de todo mal y nos da la fuerza moral para
tener una vida feliz.
Por lo general cuando los padres asisten a un Retiro Conyugal o alguna Jornada Familiar, cambian su Vida
Matrimonial, porque se dan cuenta que todos los errores cometidos contra su familia no valía la pena, ya que,
los estaba llevando a la destrucción de la vida de sus hijos. Por esta razón se debe estar dispuesto a pedir
perdón a nuestros hijos con mucho Amor y Convicción y prometerles que en adelante no se volverá a repetir
este error. Los padres por lo general después de haber pedido perdón a sus hijos, deben buscar vivir en
ARMONÍA FAMILIAR, porque esto es vital para la vida de sus hijos.
EL PERDÓN TRAE GRANDES BENEFICIOS A NUESTRAS VIDAS, las cuales citaremos en forma
ordenada:
d) Despertamos de nuestra pesadilla del odio, la indiferencia y el abandono, y volvemos a ver la luz del amor,
la alegría y la Paz, con ojos lleno del amor de Dios.
f) Se comienza una nueva vida dejando todas las cosas malas atrás.
Tiene que haber algo más detrás de las palabras. Para que una disculpa sea eficaz, hay que reconocer el error y
arrepentirse. Hemos hecho algo mal y no queremos repetirlo. La otra persona se dará cuenta de si hablamos
solo por hablar o lo decimos en serio. Si la disculpa es en un tono sarcástico o agresivo resulta poco creíble. Al
admitir uno mismo un error ante el otro, le facilitamos el camino para hacer lo mismo, dice la psicóloga. Es
predicar con el ejemplo.
Una disculpa es una señal de respeto hacia el punto de vista del otro. Las palabras «lo siento» no tienen en sí
mismas ningún poder mágico, lo que sí lo tiene es la disposición de ver una cosa desde el punto de vista del
otro.
Además, cuando pedir perdón se convierte en algo repetitivo y vacío de contenido ya no resulta efectiva.
Cuando un comportamiento se ha vuelto algo habitual, hay que pensar que el otro no quiere o no puede
cambiar. En ese caso habría que plantearse el problema en sí.
Hay un culpable y una víctima. El culpable tiene el poder, ya que a la víctima, de momento, solo le queda
someterse. Si el culpable pide disculpas, entonces se mueve de la postura más poderosa a la más débil. Debe
esperar a que le perdonen. Los papeles han cambiado: la víctima tiene ahora el poder de perdonar o no
perdonar al otro.
Para perdonar, como para disculparse, hay que ser capaz de meterse en la piel del otro y entender
por qué interpreta la misma situación de una manera completamente diferente a como lo hacemos
nosotros. Hay que entender por qué le cuesta pedir perdón, y no seguir recriminándole.
Decir lo siento y después ponernos groseros diciendo farses del tipo: "Ya te he dicho que lo siento, ¿qué
quieres, que me arrodille?".
Repetir los mismos errores y limitarnos a pedir disculpas por ellos una y otra vez.
Disculparnos solamente para intentar calmar al otro, sin analizar sus razones ni plantearnos cambiar de actitud.