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LA CUERDA.

Aconteció en un lugar cerca en la antigua Persia, un imperio prospero y de mucho avance


tecnológico, cultural pues en aquella Región Un emperador Ciro el Grande estaba comprometido
con la nobleza de su pueblo en lograr evolucionar en un imperio más longevo que el de sus vecinos
tiempos atrás babilónicos. El emperador de esa región mando levantar la ciudad con hermosas
arquitecturas, investigar lo desconocido de las ciencias. Poco a poco la ciudad era embellecida, los
jardines florecían, aun cuando se situaba sobre una tierra infértil y árida, el desierto de Dasht-e
Kavir, sobre el sol abrazador hacía quemar todo en lo que al paso de su luminiscencia avanzaba.
Ciro el Grande ordeno pintar de blanco a toda la ciudad persa con piedras blancas de tipo calcita
que extraían cerca del mar, esta tecnología sirvió para reflectar el calor de la gran ciudad y esta se
mantuviera más fresca. Poco a poco los días prosperaban y un detalle dentro de los ingenieros
sobrevenía, explicaban al gran emperador que para poder levantar los edificios ocupaban cuerdas
mas fuertes para elevar a una altura nunca antes vista las piedras talladas sobre las apanadas, que
irían sobre la nueva altura convencional que de la altura ordinaria en la forma de construir de ese
entonces, por tanto el Gran Ciro mando a quienes fueran sus ingenieros a buscar como crear
nuevas formas de crear cuerda para que pudieran soportar el peso de aquellas rocas, siendo que
estas deberían ser no tan gruesas y de una fuerza tal, que no rompieran, pero los ingenieros del
imperio dijeron al gran emperador que habían hecho todo lo que su alcance estaba, que dentro
lo imposible habían utilizado nuevos materiales y estos no resistieron la prueba de levantar el peso
de las rocas a una altura aún mayor. Fue tanto la tristeza de no realizar levantar templos más
grandes, así adorar aún más a sus deidades, como tampoco crear hogares más grandes para
albergar a un mayor número de personas. Que es lo que no nos permite avanzar aun cuando es un
bien para todos, que nos esta fallando en esa búsqueda de un nuevo conocimiento que permita
llevar acabo las tareas de construcción, fue tanta la meditación y preocupación del Gran Ciro que
envió a todos los confines de su reino la siguiente instrucción; … A todos escuchad con atención,
artesanos, constructores, aldeanos y servidores todo aquel que habite en este reino de Persia,
Yo Ciro otorgo a quien dentro de su capacidad, obtenga hacer una cuerda que sea tan fuerte
como nuestras espadas, tan ligeras como la seda que blande de nuestras banderas, Persia debe
ser grande por la estrella que en ella habita, quien obtenga el éxito será premiado su peso en
oro y como maestro constructor del basto y amplio imperio Persa. Así desde aquella Persépolis
salieron caballos mensajeros y aves anunciando el edicto del emperador. El mensaje llego hasta un
pequeño lugar cerca del Mar Pérsico, un anciano enseñaba a su nieto a tejer una red de pesca,
hecha de fibras de palmas y otras raíces de esa zona, un caballo paro en medio del lugar e hizo
sonar su cuerno para que aquellos cerca, se aproximaran a escuchar el mensaje dictado en un
pergamino. Todos habían escuchado y miraron aquel anciano que tejía redes, tu eres el Maestro
indicado, aquel anciano fijo la vista y miro hacia el sol, tendremos que empezar desde hoy para
lograr ser útiles a Persia, Muze como llamaban aquel anciano junto a los pobladores pusieron la
dedicación y énfasis por la tarea encomendada, al cabo de una luna de trabajo aquellos aldeanos
habían acabado dicha tarea. Una expedición de aquellos seis hombres marchaban sobre la noche
del desierto de Dasht-e Kavir para viajar con el cinturón de orión y la luz que la luna les ofrecía.
Mientras tanto en la Persépolis inventores llegaban de todos los rincones del Imperio Persa en
donde se erigía el gran templo de adoración bajo aquella enorme bóveda, cada uno de los que
acudieron al llamado mostraban y probaban frente a la multitud y ante los ojos del Gran Ciro, los
intentos por sujetar un gran dique de granito para después levantar la masa de piedra y postrarla
en lo alto, esperar por un breve momento con aquel monolito de granito suspendido en el aire
pero toda oportunidad fracasaba, cuerdas con centro acerado de damasco forradas de gruesos
linos, cuerdas de cuero, cuerdas de todo tipo y forma estructural, el resultado era el mismo,
aquella piedra caía desde lo alto al piso de aquel salón, todos los presente decaían en ánimos,
veían entrar grandes carretas con muelles, empujados y jalados por las bestias más extrañas de
aquel imperio, en su carga contenían la posibilidad que alguna cuerda fuera la que diera a lugar a
lograr la gran tarea con éxito. Inventor tras inventor fallaban, aun así, el Gran Ciro premiaba el
intento, dando trasponte y monedas para el regreso a cada hogar. Entonces sobre aquel largo
pasillo del salón, Ciro vio venir a seis hombres que sobre el hombro de un anciano colgaba una
cuerda. Viendo como en la entrada un Ingeniero del palacio explicaba al anciano que su cuerda no
soportaría el peso del Monolito de Granito, Muze como le llamaban al anciano, dijo al ingeniero
del palacio que si fuera negada la oportunidad de servir, fuese el mismo Gran Ciro quien negara la
oportunidad. Siendo tan grande aquel espacio angular del salón , hasta la más mínima voz en
susurro se escuchaba, hasta donde se postraba sentado el gran Emperador; Este se paro y clamo lo
siguiente - Dejar pasar a ellos en prueba, que en puerta están, que sea así la voluntad de
nuestra deidad y no la mía, que fuera expresa a negarles su oportunidad - aquellos hombres
junto con Muze ante la vista de todos armaban los amarres en aquella masa de piedra, quienes a
su alrededor reían pues colocaban ante el monolito de granito la delgada cuerda sabiendo el
resultado y quedarían bajo el ridículo de todos. Muze verificando que estuviera ajustada en los
ángulos de cada amarre, ordeno subieran aquel monolito de granito, todos quedaron
sorprendidos que aquella masa de piedra suspendía sobre la alta cámara, sin tener rechinido o
grujido alguno, la cuerda estaba soportando más tiempo del de una prueba normal, Muze se había
puesto debajo de aquella piedra logrando así que todos vieran la confianza de que esa cuerda
resistiría. El gran Ciro se levantó, todos en aquel salón se arrodillaron ante esto, ordeno que los
seis inventores levantaran y fueran puestos a la derecha del trono, ahí Ciro pregunto a Muze que
profesión tenían y estos respondieron somos pescadores su excelencia vivimos de armar redes,
resistentes a la tempestad del mar, así como también hacemos cuerdas para que sirvan de
amarras a las barcas que son sujetadas a la orilla de costa. Ciro pregunto intrigado que habéis
tomado como materiales para formar esta cuerda, a lo que Muze respondió – Mi excelencia, lo
que a nuestro alcance hay son fibras de palma que crecen ante el imperante sol, son fundidas
ante esta esfera de fuego que por años crecen y al estar verdes cortamos para realizar la
separación de fibras, al secarse, se ligera en peso y se torna rígidas como la roca misma, estos
son los conocimientos que nuestros ancestros han dejado en nosotros y modificaciones que
nosotros hemos hechos, aditando raíces y la forma en que se teje la cuerda es lo que le da su
mayor resistencia – El Gran Ciro entonces resumió lo que el anciano Muze comento, entonces has
bien dicho que está llena de fibras y conocimiento, pero entonces como has unido ambas, para
crear la cuerda; Muze respondió, - Hemos, seis hombres quienes han enrollado en forma de
trenza a una séptima cuerda cada hombre en unión con cada cuerda como apoyo de una sobre
otra y no en su sentido contrario, que cada cruce de la cuerda que bordan a la séptima sea para
unirla y dosificarla de fuerza, unión y salud en su interior así será sana por dentro y será
perpetua, la unión, le hará desgastarse menos y la fuerza, es por que en cada punto de tención
estará acompañada de otra cuerda dentro de su tejido que le quitara carga o peso –. Por ello la
cuerda es de seis puntas y en su interior una séptima cuerda, la llamamos la cuerda de la unión
sobre eso recae su fortaleza. El Gran Ciro ordeno dar el peso en oro de las seis personas y se les
concediera a los seis el titulo de ingeniero en jefe, pues en ese sentido estaba creada Persia en su
Unión, aquella cuerda creo los edificios mas altos en su momento de toda Persia, que lograron
unificar y consolidar la fe entre los hombres en manos de su deidad Zurvan Akarana el Dios de los
infinitos y el espacio. Gustavo Candela

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