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Óscar Raimundo Benavides Larrea nació en Lima, 15 de marzo de 1876, fue un militar y político

peruano, Presidente Provisorio del Perú en dos ocasiones, de 1914 a 1915 y de 1933 a 1939. En
1940, el Congreso de la República le confirió el rango de Gran Mariscal.
Cursó estudios en el Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe, y en la Escuela Militar de en Lima,
y en 1894 ingresó a la brigada de artillería del Dos de Mayo. En 1902 fue ascendido al grado de
Capitán y en 1906, a la edad de 30 años, se graduó de Sargento Mayor con las más altas
calificaciones. Para que completara su formación militar, el gobierno lo envió a Francia donde la
República Francesa lo distinguió con la Cruz de la Legión de Honor.
Primer gobierno (1914-1915)
En 1913 el Presidente de la República era Guillermo Billinghurst que había sido elegido en 1912
con el apoyo de los movimientos obreros.
Enfrentado con la oposición de una porción significativa del Congreso, que obstaculizaba el
cumplimiento de sus promesas para con los obreros tales como las 8 horas laborales, el derecho a
sindicalización y huelga, Billinghurst planeaba disolver el Congreso.
Algunos diputados comenzaron a conspirar para deponer al Presidente, y así mantener el poder
concentrado en la oligarquía peruana, y obtuvieron el apoyo del teniente coronel José Urdanivia
Ginés, jefe de una sección del Estado Mayor. Billinghurst intentaba armar a la población para que
ésta enfrentara a las fuerzas armadas. Los conspiradores se pusieron en contacto con el
coronel Óscar Raimundo Benavides, quien aceptó apoyarlos tanto para defender el orden
constitucional como para evitar una división en las fuerzas armadas.
El 3 de febrero de 1914 Billinghurst destituyó a Óscar Raimundo Benavides de la jefatura del
Estado Mayor del Ejército, hecho que solo sirvió para precipitar el golpe de estado.
En la madrugada del 4 de febrero la guarnición en Lima bajo el comando de Benavides se pronunció
contra el gobierno. Las tropas se acercaron a Palacio de Gobierno y se produjo un corto tiroteo con
la guardia palaciega, que finalmente se sumó a los sublevados. Óscar Raimundo Benavides obtuvo
del presidente Billinghurst una declaración en la que manifestó su voluntad de negociar.
Luego de unas conversaciones, Billinghurst dimitió y fue exiliado a Chile, donde murió al año
siguiente. Durante la sublevación en el cuartel de Santa Catalina, se produjo el horrendo asesinato
del general Enrique Varela Vidaurre, héroe de la guerra del Pacífico, que fue acribillado mientras
dormía.
Los senadores y diputados, reunidas en la tarde del mismo 4 de febrero, acordaron otorgar
temporalmente el Poder Ejecutivo a una Junta de Gobierno de seis miembros, escogidos de entre los
personeros de los partidos políticos.

La Junta de Gobierno debía encargarse del mando mientras que el Congreso Nacional resolviera lo
conveniente al ejercicio del Poder Ejecutivo. Hubo quienes sostuvieron que el poder debía asumirlo
uno de los vicepresidentes de Billinghurst: Roberto Leguía o Miguel Echenique. Tras arduas
discusiones, el 15 de mayo de 1914 el Congreso nombró a Óscar Raimundo Benavides Presidente
Provisorio, con la misión de convocar a elecciones.
El 17 de diciembre de 1914, Óscar Raimundo Benavides obtuvo el ascenso a general de brigada.
Durante los dieciocho meses de su gobierno, Óscar Raimundo Benavides restauró el orden y la
estabilidad políticos. Con respecto al personal de sus gabinetes ministeriales, Jorge Basadre escribió:
«El general Benavides reveló ser cauto y equilibrado al escoger a sus colaboradores».
Segundo gobierno (1933-1939)
Luis Miguel Sánchez Cerro fue asesinado el 30 de abril de 1933. Para evitar los desórdenes, el
Congreso Constituyente confirió a Óscar Raimundo Benavides el mandato presidencial hasta
concluir el periodo de su predecesor, o sea hasta 1936.
Benavides suscribió la nueva Constitución del Perú que reemplazó a la de 1920, en vigencia desde
la administración de Augusto Bernardino Leguía. La Constitución de 1933 mantuvo vigencia hasta
1979, aunque diversos puntos que estipulaba nunca se cumplieron; por ejemplo, lo referente a las
juntas departamentales.
Las prioridades de Óscar Raimundo Benavides al comenzar su gobierno fueron buscar el fin del
conflicto con Colombia (se llegó a un acuerdo de paz en mayo de 1934), calmar la agitación política
interna y superar la crisis económica.
Al principio de su gobierno dio la Ley de Amnistía General, el 9 de agosto de 1933, por la cual se
amnistiaba a todas aquellas personas a las que se les seguía juicio político y se permitía el retorno de
los deportados. Fue así como Haya de la Torre, el líder de la Alianza Popular Revolucionaria
Americana o APRA, fue puesto en libertad y se permitió el retorno de los desterrados apristas.
Pero tras un intento revolucionario aprista en Lima, conocido como la conspiración de El Agustino,
se reinició la persecución antiaprista. Los apristas respondieron con actos terroristas en todo el país.
El 15 de mayo de 1935 ocurrió el asesinato del director del diario El Comercio, Antonio Miró
Quesada de la Guerra, y el de su esposa, a manos de un militante aprista.
El gobierno mantuvo la proscripción del APRA, aduciendo que era un partido internacional, lo que
estaba prohibido de actuar, según la Constitución de 1933. Por esa misma causa se reprimió al
Partido Comunista. Las cárceles se llenaron de presos políticos, apristas y comunistas. Una novela
del escritor indigenista José María Arguedas, El Sexto, está ambientada en dicha época.
En 1936, año en que finalizaba el periodo de Sánchez Cerro, Óscar Raimundo Benavides convocó
a elecciones generales, en las que postularon para la presidencia Jorge Prado Ugarteche (apoyado
inicialmente por el gobierno), Luis A. Flores (fascista), Manuel Vicente Villarán y Luis Antonio
Eguiguren; éste último resultó ser el candidato favorito de la población.
Pero estas elecciones fueron anuladas por el Jurado Nacional de Elecciones, ni bien iniciado el
escrutinio, con el pretexto de que los apristas (cuyo partido estaba proscrito por la ley) habían
beneficiado con sus votos a Eguiguren, el virtual ganador. La intención clara del gobierno era anular
los resultados pues sus candidatos favoritos (Prado y Villarán) habían perdido.

Consultado el Congreso, éste decidió que Benavides extendiera su mandato por tres años más, hasta
1939, y por añadidura le otorgó la facultad de legislar (pues el Congreso, instalado en 1931,
culminaba su periodo en 1936).
Óscar Raimundo Benavides gobernó bajo el lema de «orden, paz y trabajo», contando con el
respaldo del ejército y de la oligarquía. Sin embargo, en el último tramo de su mandato se hizo
notorio el hastío de la población.
El 19 de febrero de 1939, mientras Benavides se hallaba de excursión en Pisco, se rebeló su ministro
de Gobierno y segundo vicepresidente, general Antonio Rodríguez Ramírez, quien ocupó el
Palacio de Gobierno.
La rebelión, que contaba al parecer con gran apoyo de diversos sectores, se frustró cuando el jefe de
la Guardia de Asalto, mayor Luis Rizo Patrón, irrumpió en el patio de Palacio, exigiendo por tres
veces la rendición a Rodríguez. Éste se abalanzó sobre Rizo Patrón, quien lo ametralló en el acto,
matándolo. Fracasó así la intentona golpista. Benavides se salvó, pero comprendió entonces que era
contraproducente mantenerse en el poder.

Viendo pues el panorama adverso, Óscar Raimundo Benavides decidió convocar a elecciones y
hacer el traspaso de poder. Pero antes convocó a un plebiscito, que se realizó el 18 de junio de 1939,
y por el cual se aprobaron importantes reformas constitucionales, como la ampliación del período
presidencial de 5 a 6 años, el restablecimiento de los dos vicepresidentes y la disminución de las
facultades legislativas del Congreso en materia económica. Su intención era robustecer el Poder
Ejecutivo en desmedro del Legislativo.
Para las elecciones generales de 1939, Óscar Raimundo Benavides apoyó la candidatura
presidencial de Manuel Prado Ugarteche, hijo del presidente Mariano Ignacio Prado y que por
entonces ejercía como presidente del Banco Central de Reserva del Perú. Contra esta candidatura
oficial, se alzó la de José Quesada Larrea, joven abogado, natural de Trujillo, quien para su
campaña adquirió el diario La Prensa, desde donde se peleó por la libertad electoral, ante el
propósito evidente del gobierno de manipular los resultados.
El partido aprista, que era el más importante del país, continuaba proscrito por ley. Otra importante
fuerza política, la Unión Revolucionaria, quedó también anulada al estar desterrado su líder, Luis A.
Flores. Ante la coyuntura electoral, tanto Prado como Quesada solicitaron el apoyo de los apristas
pero estos no tomaron partido. Hechos los escrutinios, Manuel Prado Ugarteche resultó vencedor,
con enorme ventaja. Se habló de fraude masivo.
Fundación del Frente Democrático Nacional
Óscar Raimundo Benavides fue Embajador del Perú en Madrid (1940) y en Buenos Aires (1941-
1944). Regresó al Perú el 17 de julio de 1944, a fin de colaborar en la renovación de los poderes
públicos y estuvo entre los fundadores del Frente Democrático Nacional (FDN), agrupación de
partidos (entre los cuales se hallaba el APRA, con el nombre de Partido del Pueblo), que lanzó la
candidatura de José Luis Bustamante y Rivero.
Fallecimiento
Óscar Raimundo Benavides regresa a Lima donde falleció el 2 de julio de 1945, luego de que se
confirmara el triunfo del FDN en las elecciones generales de 1945.

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