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DOSSIER

Dos luchadores celtas armados, en una reconstrucción ideal las figuras del Vaso de los Guerreros, procedente de Numancia (por Enrique Ortega).

Los CELTAS en España


Llegaron a la Península antes que los griegos y, en contacto con los iberos,
desarrollaron una original fusión cultural. Belicosos y exquisitos artesanos,
los celtas renacen hoy de sus cenizas en una ambiciosa exposición en la
ciudad de Ávila, uno de sus míticos reinos que sucumbieron ante Roma

Los guerreros Celtiberia, una El país Resistencia a Roma


del sol cultura autóctona de los verracos María Mariné
Martín Almagro-Gorbea Alberto J. Lorrio Jesús R. Álvarez-Sanchís pág. 58
pág. 44 pág. 49 pág. 54
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DOSSIER: LOS CELTAS EN ESPAÑA

Los GUERREROS del sol


Los dos guerreros de la
Lastra de Civitalba
representan la imagen
que la Antigüedad tenía
de los celtas.

Procedentes de las estepas asiáticas, los celtas


pusieron hace 5.000 años uno de los puntales
de la identidad peninsular con que se encontraron
griegos y romanos a su llegada a Iberia. MARTÍN
ALMAGRO-GORBEA pasa revista a los misterios
que aún rodean a este pueblo El Casco de Agris, de oro y coral, es una de
las mejores piezas que se han conservado de
la orfebrería celta y una de las joyas de la
exposición Celtas y Vettones de Ávila.

L
os celtas suscitan cada vez ma- ródoto sitúa a los celtas en el naci- Los griegos y romanos denominaron
yor interés, en especial los que miento del Danubio. celtíberos a los “celtas de Iberia”, aun-
habitaron la Península en la Su origen resulta un tema muy difí- que este nombre también aludía a su
Antigüedad. Constituyen una cil. Cuando los griegos los conocen en doble raíz etno-cultural, pues Marcial, el
de las principales raíces culturales y ét- el siglo VI a.C., en el Occidente de gran poeta latino del siglo I d.C. nacido
nicas de España y de Europa, pero es Francia y en Alemania meridional se en la celtibérica Bilbilis, la actual Cala-
el misterio de su origen y su marcada desarrolla la Cultura de Hallstatt, nom- tayud (Zaragoza), decía que los hispa-
personalidad, reflejada en tradiciones bre de un famoso yacimiento situado nos descendían de celtas e íberos, nos
del folclore y en leyendas medievales, en un lago austríaco. Al haberse inicia- Celtis genitos et ex Hiberis. Esta peculia-
lo que suscita mayor atracción. Exten- do el estudio de los celtas en Europa ridad ha dificultado la comprensión de
didos desde Irlanda y Galicia en Occi- Central en el siglo XIX, se identificaron los celtas de la península Ibérica, cuyo
dente hasta la lejana Galacia, en la ac- con dicha cultura y con la de La Tène, estudio es uno de los campos más atra-
tual Turquía, por Oriente, y desde Es- pero esta identificación no es posible yentes de nuestra Protohistoria.
cocia hasta Andalucía, se los conside- en otras áreas habitadas por ellos. Por
ra originarios de Europa Central, aun- ejemplo, hace pocos años se ha descu- Sucesivas invasiones
que como todos los indoeuropeos de- bierto que gentes de Campos de Urnas El origen de los celtas en la Península
bían ser originarios de las estepas eu- del Norte de Italia hablaban una len- Ibérica se ha explicado siempre por
roasiáticas. No se sabe bien, sin em- gua celta escrita en caracteres etruscos, medio de invasiones –desde Pedro
bargo, cómo ni cuándo llegaron a la el insubrio y el mismo hecho plantean Bosch Gimpera o Martín Almagro–,
península Ibérica, donde ocupaban el los celtas de la península Ibérica y de idea también mantenida por los lin-
Centro, el Norte y el Occidente. Irlanda en el Bronce Final. güistas, como Antonio Tovar. La más
Aparecen citados por primera vez antigua habría traído una lengua indo-
por los griegos Hekateo y Heródoto Sociedad jerarquizada europea considerada “precelta”, deno-
como habitantes del Occidente. Los La hipótesis más plausible es que en la minada “lusitano”, extendida por las
debieron conocer en la península Ibé- segunda mitad del III milenio a.C., ción social, elementos que varían co- menos próximas y mantendrían cos- ban “más allá de las Columnas de Hér- regiones atlánticas del Occidente, don-
rica y a través de Massalia, la actual gentes del Vaso Campaniforme, con mo consecuencia de su propio desa- tumbres semejantes, lo que permitía su cules”, el actual Estrecho de Gibraltar. de habrían quedado arrinconados pos-
Marsella, colonia situada junto a la de- elementos procedentes de Europa rrollo y por contacto con otros pue- identificación. En esta zona del mundo céltico, el teriormente por los celtas propiamen-
sembocadura del Ródano, vía de pene- Oriental, se extendieron por Europa blos, lenguas y culturas. Por ello, los La península Ibérica, en el extremo contacto con tartesios e iberos afirmó su te dichos. De otra invasión posterior
tración hacia Europa Central, aunque Central y Occidental con una organiza- celtas conocidos por los escritores de suroeste de Europa, constituye el terri- personalidad, enriqueciendo su cultura serían los celtíberos, cuya lengua, do-
también tendrían noticias de esas gen- ción jerarquizada guerrera y creencias la Antigüedad cuyos restos arqueológi- torio más occidental y meridional ocu- que los diferenciaba de los celtas de cumentada en inscripciones en alfabe-
tes a través de los Balcanes, pues He- solares, que, a través de la Edad del cos estudiamos se debieron formar pado por los celtas en la Antigüedad y allende los Pirineos, con quienes man- to ibérico y latino, es, sin embargo,
Bronce, acabaron conformando el progresivamente, en un proceso de de ella proceden las primeras noticias tenían contactos, por lo que Hispania más arcaica que el galo, el goidélico de
MARTÍN ALMAGRO-GORBEA es catedrático mundo de los celtas. Pero una etnia la “celtización acumulativa”, lo que expli- transmitidas, como la Ora Marítima ofrece el mejor conjunto epigráfico cél- Irlanda o el britónico de Bretaña. Pero
de Prehistoria y miembro de la Real conforman la lengua, las creencias y ca su variedad cultural, aunque todos (1,185 s., 485 s.) o Heródoto (2,33; tico anterior a las tradiciones literarias lingüistas y arqueólogos no han logra-
Academia de la Historia. formas de vida, la raza y la organiza- ellos hablarían lenguas célticas más o 4,49), que indica que los celtas habita- irlandesas medievales. do ofrecer una visión válida para el

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DOSSIER: LOS CELTAS EN ESPAÑA

milenio a.C., estaba ocupada por la Este substrato indoeuropeo, extendi-


“Cultura de Cogotas I”, que vivían en do antes del año 1000 a.C. por el Oc-
pequeños grupos de cabañas con una cidente y el Norte de la península Ibé-
economía agrícola y ganadera de tras- rica, es anterior a las culturas célticas
humancia local y con tecnología meta- identificadas en Alemania, las Galias o
lúrgica del Bronce Atlántico. Tenían Irlanda y debe considerase “protocel-
creencias religiosas ancestrales, de ori- ta”, pues sus elementos característicos
gen indoeuropeo, como ofrendar ar- son celtas, si bien más arcaicos, como
mas a las aguas, costumbre quizás aso- herencia de tradiciones atlánticas segu-
ciada a ritos funerarios que pervivió ramente introducidas en época campa-
entre los celtas. También tenían "alta- niforme, lo que explica las afinidades
res rupestres”, como los de Ulaca (Ávi- de ese mundo céltico desde las islas
la), Peñalba de Villastar (Teruel), don- Británicas a la península Ibérica, cuyo
de se asocia a un santuario al dios cel- origen y características no pueden ex-
ta Lugo Cabeço de Fragoas, cuya ins- plicarse por invasiones de celtas desde
cripción alude a un ritual de sacrificios la Europa Central.
de toros, ovejas y cerdos comparable Paralelamente, a partir del Bronce Fi-
al suovetaurilia romano y al sautra- nal, hacia el 1200 a.C., la Cultura de los

La personalidad celtíbera se manifiesta


en las monedas, derivadas de las ibéricas,
Guerrero de Lezenho, con escudo, espada
corta y el característico torques al cuello. y en armas como los escudos redondos El gran altar rupestre del castro de Ulaca, como el de Peñalba de Villastar, en Teruel, serviría probablemente para sacrificios de animales.

problema del origen de los celtas en la mani indio, ritos indoeuropeos ances- Campos de Urnas, originaria de Europa toriles, que se refleja en ajuares ricos manos cortan este proceso tras más de estatus sustituidas por torques, joyas y
península Ibérica. trales que confirman la referencia de Central y de la que proceden los celtas con armas, característicos de las necró- dos siglos de resistencia. vajillas suntuarias, acumuladas en teso-
Por ello es interesante conocer la Estrabón (3,3,7) a hecatombes. Dicho de Europa Central y del Norte de Italia, polis celtibéricas, símbolo de una cla- La Cultura Celtibérica, en contacto ros que testimonian un artesanado de
evolución cultural de la antigua “Celti- substrato religioso practicaba los sacri- penetra por todo el cuadrante Noreste se aristocrática gentilicia paralela a la con el mundo ibérico, asimiló elemen- gran personalidad. Paralelamente, apa-
beria”, la Keltiké o mundo celta de Ibe- ficios humanos (Estr. 3,3,6-7; Liv., Per. peninsular. Pequeños grupos de agri- surgida por en Centro y Suroeste de tos mediterráneos, proceso esencial pa- rece la escritura, la moneda para el pa-
ria (Plinio, N.H. 3,29), de donde proce- 49) y tenía divinidades con nombres cultores de los Campos de Urnas, qui- Europa que adoptaría la cremación por ra comprender la personalidad de los go de tasas y tributos y el urbanismo
de la mayoría de los testimonios cultu- en Bandua, Cosus, Navia, Pala, Reve o zás gentes de un tronco celto-ligur, se sus creencias en la heroización de los celtas de la península Ibérica, tan dife- ortogonal, de calles rectas siguiendo
rales célticos. Gran parte de la Meseta, Treba, cuya etimología y características extendieron hasta el valle del Ebro y el antepasados, relacionada a su vez con rentes de los rasgos de otras zonas del modelos ibéricos, por lo que una po-
a partir de la Edad del Bronce, en el II permiten considerarlas celtas. sistema Ibérico, la futura Celtiberia, a cultos solares y al hogar doméstico do- mundo céltico. Armas, fíbulas y cerámi- blación céltica del Valle del Ebro, co-
inicios del I milenio a.C., entrando en cumentado por “morillos rituales”. Es- cas testimonian estímulos mediterráne- mo Contrebia Belaisca (Botorrita, Zara-
contacto con el citado substrato atlánti- ta tradición de los Campos de Urnas os desde el siglo VI a.C. Este proceso goza), no se diferenciaba de las pobla-
Exposición: Celtas y Vettones co. Poco después, a inicios de la Edad
del Hierro, surgen los castros y necró-
explica las semejanzas con otras tum-
bas similares del Suroeste de Europa,
de apertura al Mediterráneo culmina a
partir del siglo III a.C. con la aparición
ciones ibéricas colindantes.

L a exposición Celtas y Vettones que se


muestra en Ávila hasta el 9 de di-
ciembre exhibe 400 piezas procedentes
de Chamartín, Ulaca, Las Cogotas, Me-
sas de Miranda, Castillejos, El Raso y los
Toros de Guisando. En la sección dedica-
polis de incineración que constituyen la
fase inicial de la Cultura Celtibérica, que
continúa hasta la llegada de Roma, que
pero sus diferencias cronológicas, del
siglo VII al V a.C., impiden considerar-
las resultado de una invasión. Estas je-
de la vida urbana, pues, por influjo me-
diterráneo, ante la presión de púnicos y
romanos, los castros tendieron a con-
Cerámica ibérica
Característica de esta fase es la “cerá-
mica celtibérica” decorada a torno al
de más de 20 museos de Europa; 210, de da a los celtas peninsulares, destacan las denominó a sus gentes Celtiberi. rarquías guerreras de carácter gentilicio centrarse en oppida, poblaciones forti- modo ibérico pero con representacio-
Europa y 175, de Hispania. Impulsada emblemáticas piezas del Vaso de los Gue- adquirirían clientes para formar grupos ficadas de tipo urbano como centro po- nes y símbolos celtas cercanos al mun-
por Martín Almagro-Gorbea, de la Real rreros de Numancia o los Torques de Vilas El origen de los castros cada vez más cohesionados y estables, lítico y administrativo de un territorio do de La Tène, como las de Numancia,
Academia de la Historia y comisario de Boas. Entre las que sólo se podrán ver has- La aparición de esta cultura se explica- favorecidos por el uso del hierro, cada vez más amplio y jerarquizado. que suponen uno de los más intere-
la muestra, Celtas y Vettones cuenta con ta diciembre, destacan piezas como el ba por grupos humanos que habían abundante en estas regiones, y en sus En los oppida, las armas tienden a santes capítulos de todo el arte
dos sedes distintas: la iglesia románica Casco de Agris. traído consigo dichos poblados y ne- ricas tumbas aparecen atalajes de desaparecer como símbolo de céltico. También la personali-
de Santo Tomé el Viejo, donde se mos- En la exposición han colaborado la Di- crópolis. Pero más lógico parece que la caballo que evidencian la forma- dad de los celtíberos se ma-
trarán las piezas de los celtas procedentes putación Provincial de Ávila –a través de cultura celtibérica sea de formación ción de una clase ecuestre que nifiesta en sus monedas, de-
Torques de Vilas Boas, un
de la península ibérica –Los celtas en His- la institución Gran Duque de Alba–, la compleja, lo que no excluye pequeños acabaría conformando las eli- elemento de estatus que usaban
rivadas de las ibéricas en ti-
pania–, y el Torreón de los Guzmanes, Real Academia de la Historia, la Funda- movimientos de gentes, no invasiones tes celtas urbanas a partir del las clases dirigentes. pos y metrología, y también
un edificio del siglo XVI, que albergará ción del Patrimonio Histórico de Castilla generalizadas. Los castros surgen a siglo III a.C. De este modo se en el armamento, pues junto
piezas procedentes de las culturas celtas y León y el Museo de Ávila. causa de la presión demográfica pro- explica el origen de la Cultura a espadas de antenas y de La
europeas –Los celtas en Europa–. Horario: 10,00 a 20,00 h. ducida por las innovaciones agrícolas y Celtibérica, principal núcleo cél- Tène se usan armas mediterráne-
Bajo el epígrafe Arqueoturismo Celta, la Entrada adultos: 400 ptas. ganaderas de trashumancia estacional, tico en la Hispania Prerromana, as, como escudos redondos, dis-
exposición se completa con un recorrido Grupos especiales: 200 ptas. que permitiría el óptimo aprovecha- su estructura socio-económica y cos-coraza o espadas “de
por los castros celtas de la provincia y Estudiantes y jubilados: gratuita. miento del terreno. Esta economía fa- su capacidad expansiva, con la frontón”.Pero el elemento cultural
paisajes de inolvidable belleza: el castro Reserva de entradas: 920 35 71 29 vorecía una organización social guerre- consiguiente “celtización” del subs- más característico fue su escritura,
ra jerarquizada, típica de culturas pas- trato “protocéltico”, hasta que los ro- adoptada de los iberos a principios del

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LOS GUERREOS DEL SOL
DOSSIER: LOS CELTAS EN ESPAÑA

CELTIBERIA una cultura autóctona


Alejada de las corrientes continentales por su situación periférica
y sometida a la influencia ibera, la cultura celta desarrolló formas
autóctonas en la Península. ALBERTO J. LORRIO descifra
la información social que encierran los castros y las necrópolis celtíberas

Castro de Baroña, junto al mar, un magnífico ejemplo del legado celta en la península Ibérica. Denario de Sekobirikes, con el típico peinado
En ellos, las mujeres se dedicaban a la agricultura y los hombres cuidaban del ganado. celtibérico de grupos de círculos concéntricos.

siglo II a.C., utilizándola en monedas, una celtización paulatina de las zonas do dejado por los celtas en la penínsu-
pactos de hospitalidad, estelas funera- afectadas. Así se explica que los celtici la Ibérica. De ellos procede muchos
rias, grafitos sobre cerámica, etc., lo que de la Bética procedan de la Celtiberia nombres de lugar, como Galicia o Se-
prueba su generalización. En el valle según Plinio (3,13), mientras que los govia o de ríos, como Gállego o Deva.
del Ebro utilizaron largos textos jurídi- galli del valle del Ebro o los gallaeci Más vivo es su legado en ritos de nues-
co en bronce. En Contrebia Belaisca ha que han dado nombre a Galicia deben tro folclore originarios de sus creencias
aparecido el más largo texto céltico de relacionarse con sus homólogos galos sociales y religiosas, desde Galicia a So-
la Antigüedad y otro latino que docu- de allende los Pirineos. Este fenómeno ria y Teruel, como las hogueras de San
menta un pleito por el paso de un acue- tendría un efecto aculturador, al favore- Juan, el Árbol de Mayo o el poder cura-
ducto por terrenos públicos y privados cer la difusión del sistema gentilicio y tivo de las fuentes “santas”, además del
que trasluce una organización política sus clientelas hacia los pueblos del Oc- nombre celta mantenido en diversas
con magistrados y complejas institucio- cidente, como vettones, lusitanos y ga- lenguas romances para elementos del
nes de arbitraje, pues la ciudad celtibé- laicos. De este modo se comprende que carro, de aperos y de cosas tan tradicio-
rica de Contrebia Belaisca hace de árbi- en Gallaecia y todo el Norte se mantu- nales como la cerveza, palabra que ha
tro entre una ciudad ibera y otra vasco- vieran castros de casas redondas con mantenido su nombre céltico, cerevisia,
na. una tradición matriarcal en que las mu- aunque todavía sea imposible conocer
jeres trabajaban la tierra mientras los sus elementos antropológicos.
Fusión cultural hombres se dedicaban al ganado y a la Pero cada día es más importante su
A partir del siglo VI a.C., los celtíberos rapiña (Estrabón 3,4,18; Justino 44,3,7), espléndido legado a nuestro rico patri-
tendieron a expandirse sobre el subs- su onomástica hace referencia al pobla- monio arqueológico. Sus castros y es-
trato “protocéltico” atlántico aprove- do, no a la estirpe, su lengua se relacio- culturas, como los “guerreros lusita-
chando la afinidad cultural, social, lin- na con el “lusitano” y mantenían divini- nos” o los “verracos” y los objetos de
güística e ideológica entre los celtíberos dades primitivas y el culto a las peñas y su artesanado especializado enrique-
y los pueblos del centro, carpetanos, a las aguas, sin practicar la incineración cen nuestros museos y son el mejor
vacceos y vettones, los lusitanos y ga- de los cadáveres, lo que corresponde al testimonio de su personalidad y capa-
laicos del Occidente, y los astures, cán- substrato “protocéltico”. Pero el empleo cidad artística, pues constituyen uno
tabros, berones, turmogos, pelendones, de torques y cascos “célticos”, el nom- de los capítulos más originales del ar-
várdulos, caristios y autrogones, del bre actual del arado o del carro en ga- te y la cultura céltica de toda Europa.
Norte. Desde esta perspectiva, los celtas llego y algunos etnónimos locales como Esperemos que la creciente atención
de Hispania pueden explicarse por un Celtici o Gallaeci, manifiestan una re- por parte de los estudiosos y de todo
proceso de celtización muy largo y celtización de esta región en un mo- el público interesado permita disfrutar
complejo, sin excluir movimientos étni- mento tardío, proceso interrumpido por cada día más dicho legado y compren-
cos como los que ocasionalmente citan la conquista romana. der mejor este fascinante mundo célti-
las fuentes, proceso que daría lugar a Por último, hay que recordar el lega- co, que constituye una de las raíces de Esta vasija, procedente de Numancia, muestra una escena en la que un hombre parece amaestrar a un caballo.

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CELTIBERIA, UNA CULTURA AUTÓCTONA
DOSSIER: LOS CELTAS EN ESPAÑA

L
os celtíberos fueron, de los mismo, destacan la ausencia de jerar-
pueblos célticos peninsulares, quización interna y su orientación
los mejor conocidos, jugando preferentemente agropecuaria, aun-
un papel histórico y cultural de- que los datos sean aún muy parciales.
terminante en las guerras en la penín- Corresponden a este momento los
sula Ibérica durante el siglo II a.C., que más antiguos cementerios de incinera-
culminaron en el año 133 a.C. con la ción de la Meseta Oriental, algunos de
destrucción de Numancia. No obstante, los cuales llegan a estar en uso desde el
la primera referencia a la Celtiberia se siglo VI hasta el I a.C. Estas necrópolis
encuadra en el contexto de la II Guerra ofrecen una ordenación interna caracte-
Púnica, al narrar Polibio los prolegóme- rística, con sepulturas alineadas forman-
nos del asedio de Sagunto, en la prima- do calles, generalmente con estelas. Los
vera de 219 a.C. Desde entonces, las ajuares funerarios hablan de una socie-
menciones a la Celtiberia y los Celtíbe- dad guerrera, con indicios de jerarqui-
ros son abundantes y variadas. zación social, en la que el armamento,
A partir de fuentes tan distintas como caracterizado por largas puntas de lan-
las literarias, la epigrafía, la lingüística za, es un signo exterior de prestigio.
y la arqueología, Celtiberia se configu-
ra como una región geográfica indivi- Rituales funerarios
dualizada en las altas tierras de la Me- Las necrópolis y poblados de la fase ini-
seta Oriental y la margen derecha del cial de la Cultura Celtibérica revelan la
valle medio del Ebro, englobando la existencia de aportaciones de diversa
actual provincia de Soria, parte de procedencia y tradiciones culturales va-
Guadalajara y Cuenca, el sector orien- riadas. En este sentido, se plantea un
tal de Segovia, el sur de Burgos y La origen meridional para algunos de los
Rioja y el occidente de Zaragoza y Te- objetos hallados en los ajuares funera-
ruel, llegando incluso a la zona noroc- rios, sin excluir su llegada desde el No-
cidental de Valencia. reste peninsular a través del valle del
El análisis de las etnias celtibéricas, Ebro, junto al propio ritual, la incinera-
y su delimitación mediante las ciuda- ción, y a las urnas que formarían parte
des que se les adscriben, permite de- de él. Similar procedencia debe plante-
terminar unos límites aproximados pa- arse para el tipo de poblado de calle
ra Celtiberia. En este sentido pueden central.
valorarse los apelativos de ciertas ciu- La nueva organización socioeconómi-
dades que hacen referencia a su carác- Esta imagen es una de las pocas representaciones femeninas que nos ha legado la cerámica ca impulsaría el crecimiento demográfi- Muralla de la ciudad celtibérica de Contrebia Leucade, en Aguilar del río Alhama (La Rioja). La
ter limítrofe, como Segóbriga, en Cuen- celta de la Península. Fragmento de una pieza procedente de Numancia. co y llevaría a una creciente concentra- elección del lugar obedece a imperativos estratégicos y militares.
ca, Clunia, en Burgos, o Contrebia Leu- ción de riqueza y poder por parte de
cade, en La Rioja. Aunque no está cla- diatamente posterior. En cualquier ca- de la celtibérica, documentada única- quienes controlaran las zonas de pastos,
ra la nómina de pueblos incluidos ba- so, es evidente que esos “Celtíberos mente a partir del siglo II a.C. las salinas –esenciales para la ganadería
jo el término genérico de celtíbero, pa- Antiguos”, identificados por la arqueo- En torno al siglo VI a.C., se registran y la conservación de alimentos– y la
rece fuera de toda duda tal filiación pa- logía, son un precedente inmediato de en las altas tierras de la Meseta Orien- producción de hierro, que permitió de-
ra arévacos, belos, titos, lusones y pe- los Celtiberi citados en las fuentes lite- tal y el Sistema Ibérico, en lo que se sarrollar un eficaz armamento, lo que
lendones, resultando más discutible la rarias desde fines del siglo III a.C. conoce como Celtibérico Antiguo (h. explicaría la aparición de una organiza-
adscripción de otros grupos, como ol- mediados del siglo VI - mediados del ción social de tipo guerrero progresiva-
cades o turboletas. Poblamiento continuado V a.C.), importantes novedades que mente jerarquizada, uno de los elemen-
Pero este panorama corresponde a Aunque la reducida información sobre afectan a los patrones de asentamien- tos fundamentales para entender el de-
un momento contemporáneo o poste- el final de la Edad del Bronce en la to, al ritual funerario y a la tecnología, sarrollo de la Cultura Celtibérica y en
rior a la conquista del territorio por Ro- Meseta Oriental dificulta la valoración con la adopción de la metalurgia del cuyo proceso de etnogénesis debió ju-
ma, teniendo que recurrir al registro ar- del substrato en la formación del mun- hierro. Surge un buen número de po- gar un papel esencial como factor de
queológico para abordar el proceso de do celtibérico, ciertas evidencias con- blados, generalmente de tipo castre- cohesión.
formación y evolución de la cultura cel- firman la continuidad del poblamien- ño, que constituyen los primeros Un nuevo período se desarrolla a par-
tibérica, con lo que resulta adecuado to, al menos en la zona donde el fe- asentamientos estables en este territo- tir del siglo V a.C., el conocido como
utilizar el término “celtibérico” referido nómeno celtibérico irrumpe con ma- rio. Aunque hay pocos datos sobre es- Celtibérico Pleno (ca. mediados del si-
a un sistema cultural bien definido, que yor fuerza: el Alto Tajo-Alto Jalón-Alto te tipo de hábitat, se documenta ya glo V - finales del III a.C.), con varia-
abarcaría desde el siglo VI a.C. hasta la Duero, constatándose igualmente desde esta fase el tipo de poblado de ciones regionales que permiten definir
conquista romana y el período inme- aportes étnicos de grupos de Campos casas rectangulares adosadas y muros grupos culturales vinculables, a veces,
de Urnas procedentes del valle del cerrados hacia el exterior a modo de con los populi conocidos por las fuentes
ALBERTO J. LORRIO es profesor titular de Ebro, que quizás fueran portadores de muralla, característico, aunque no ex- literarias. El estudio de los cementerios Grupo de cerámica polícroma de Numancia, con adornos geométricos y representación figurativa
Prehistoria de la Universidad de Alicante. una lengua indoeuropea precedente clusivo, del mundo celtibérico. Asi- y, especialmente, de los objetos metáli- de animales (Soria, Museo Numantino).

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CELTIBERIA, UNA CULTURA AUTÓCTONA
DOSSIER: LOS CELTAS EN ESPAÑA

cos depositados en las tumbas, princi- de frontón, que se documentan conjun- pertenecen estas creaciones, como evi-
palmente las armas, ha proporcionado tamente en el Mediodía peninsular des- dencian sus elementos estilísticos e ide-
un buen conocimiento de los mismos y de inicios del siglo V a.C. También se ológicos.
de su evolución, aunque la periodiza- hallan puntas de lanza, que en ocasio- A la vez se desarrolla un proceso de
ción propuesta no es fácil de correla- nes alcanzan los 40 centímetros de lon- ordenación jerárquica del territorio, en
cionar con la información procedente gitud, usualmente acompañadas de sus el que el carácter urbano de los oppida
de los poblados, muchos únicamente regatones, soliferrea y, posiblemente, se define por su significado funcional
conocidos a través de materiales recogi- pila. El escudo, con umbos de bronce o más que por el arquitectónico, aunque
dos en superficie. hierro, el cuchillo de dorso curvo, y, en se sepa de la existencia de edificios
ciertos casos, el disco-coraza y el casco, públicos, apareciendo a finales del si-
Tesoros para el más allá ambos realizados en bronce, completan glo II a.C. grandes villae de tipo hele-
La creciente diferenciación social se ma- la panoplia. Es frecuente encontrar, jun- nístico, como la de La Caridad de Ca-
nifiesta con la aparición de tumbas aris- to a ellos, arreos de caballo, un signo minreal, muestra de una fuerte acultu-
tocráticas, cuyos ajuares están integra- más de la categoría del personaje al que ración romana. En estos asentamientos
dos por un buen número de objetos, al- acompañan. Estos objetos muestran una se aprecia, igualmente, una ordenación
gunos excepcionales, como las armas sociedad fuertemente jerarquizada, en interna según un plan previsto. Son
broncíneas de parada, o las cerámicas a las que las tumbas de mayor riqueza se centros que acuñan moneda con su
torno. Este importante desarrollo apare- vinculan con grupos aristocráticos. Di- nombre, de plata en los más importan-
ce inicialmente circunscrito al Alto He- versas influencias se ponen de mani- tes, y son expresión de una organiza-
nares-Alto Tajuña, afluentes del Tajo, así fiesto en cuanto a la procedencia de los ción social más compleja, con senado,
como a las tierras meridionales de la mismos, sobre todo por lo que se refie- magistrados y normas que regulan el
provincia de Soria correspondientes al re a las armas: norpirenaicas, a través derecho público.
Alto Duero y al Alto Jalón, como resul- del valle del Ebro, y las tierras del Me- Fíbula de caballito con jinete, un tema clásico en la iconografía celtibérica. Las anillas
tado de la riqueza ganadera de la zona, diodía y el Levante peninsular, de ins- insertadas en la crinera y en la cola tenían por fin propiciar su tintineo con el movimiento. Romanización imparable
el control de las salinas, la producción piración mediterránea. El proceso romanizador resulta eviden-
de hierro, o debido a su privilegiada si- En cuanto a los poblados, se genera- varios castros de la serranía de Soria. El celtibérico más interesante, remitiendo te desde el 133 a.C., con la destrucción
tuación geográfica, al tratarse del paso liza a partir de la Segunda Edad del Hie- Celtibérico Tardío (de finales del s. III al a una institución tan típicamente indo- de Numantia, y caracteriza la última
natural entre el valle de Ebro y la Mese- rro el esquema urbanístico de calle o de s. I a.C.), es un período de transición y europea como el hospitium, las leyen- parte de la cultura celtibérica, que cul-
ta. El mayor número de necrópolis en la plaza central, incorporándose nuevos de profundo cambio en el mundo celti- das monetales, los grafitos sobre reci- mina en el siglo I d.C., en el que los an-
zona puede asociarse con el aumento sistemas defensivos consistentes en mu- bérico. La tendencia hacia formas de vi- pientes cerámicos o metálicos, las este- tiguos oppida celtibéricos de Bilbilis,
en la densidad de población. rallas acodadas y torreones rectangula- da cada vez más urbanas puede consi- las funerarias y las inscripciones rupes- Vxama, Termes o Numantia se han
En este período, la espada se incor- Reconstrucción ideal de un guerrero celtíbero,
res, que convivirán con los característi- derarse como el hecho más destacado, tres de carácter religioso, entre las que convertido en ciudades romanas.
pora a los ajuares de las tumbas de gue- cubierto con sago y armado de caetra, espada cos campos de piedras hincadas, ya do- tendencia que se debe enmarcar entre destaca el conjunto de Peñalba de Vi- Las noticias de los autores grecolati-
rrero. Se trata de modelos de antenas y corta y lanza (por Eduardo Peralta Labrador). cumentados desde el Primer Hierro en el proceso precedente en el mundo tar- llastar, sobre todo el conocido texto en nos permiten en esta fase profundizar
en la organización sociopolítica de los

Crueles, pero honorables El arte celtibérico es consecuencia celtíberos. La existencia de grupos pa-
rentales de carácter familiar o suprafa-
de la fusión de las tradiciones ibérica, miliar, de instituciones sociopolíticas,

L os celtíberos son crueles en sus cos-


tumbres hacia los malhechores y ene-
migos, pero honorables y humanos con
tiempo con los romanos, que a duras pe-
nas pudieron vencerlos. Muéstranse en la
guerra no sólo buenos jinetes, sino tam-
llevan cyrtias redondas, llevan también
en las piernas arrolladas grebas de pelo y
en la cabeza, cascos de bronce adornados
helenística, romana y de La Téne
tesio-ibérico y el de la aparición de los alfabeto latino en el que se menciona al
como senados o asambleas, o de tipo
no parental, como el hospitium, la
clientela o los grupos de edad, así como
los extranjeros. A aquellos que llegan an- bién peones excelentes por su empuje y con crestas de color escarlata. Usan espa- oppida en Centroeuropa. En relación dios céltico Lugu. entidades étnicas y territoriales que son
te ellos los invitan a detenerse en sus casas resistencia. Llevan sayos negros y áspe- das de dos filos fabricadas en hierro ex- con este proceso de urbanización esta- Este proceso hacia formas de vida conocidas por primera vez, se docu-
y disputan entre sí por la hospitalidad, y ros, de una lana parecida al pelo de las celente y puñales de un palmo de longi- ría la probable aparición de la escritura, más urbanas contribuyó desivamente al mentan a través de las fuentes literarias
aprueban a todo aquel que atiende a los cabras salvajes. Algunos celtíberos se ar- tud de los cuales se sirven en los comba- que se documenta ya mediado el siglo desarrollo de las manifestaciones artís- o de las evidencias epigráficas. También
extranjeros, considerándolo amado por los man con escudos galos; otros, en cambio, tes cuerpo a cuerpo. II a.C. en las acuñaciones numismáticas, ticas celtibéricas, como la orfebrería, el ofrecen información sobre la organiza-
dioses”. Diodoro (5, 34). Tienen un modo peculiar de preparar pero la diversidad de alfabetos y su rá- trabajo del bronce, las representaciones ción económica de los celtíberos, de ca-
“De las tribus vecinas de los celtíbe- las armas que utilizan para su defensa. pida generalización permiten suponer monetales y la producción cerámica, rácter eminentemente pastoril, comple-
ros, los más avanzados son el pueblo vac- Entierran láminas de hierro y las dejan una introducción anterior desde las áre- destacando las cerámicas monocromas tada por una agricultura de subsistencia.
ceo. Cada año dividen entre sus miem- hasta que, con el tiempo, la parte débil as ibéricas meridionales y orientales. y polícromas de Numancia. El arte cel- Todo ello permite remarcar la perso-
bros la tierra que cultivan, y, haciendo del hierro, consumida por la herrumbre, Los epígrafes celtibéricos son de distin- tibérico es la consecuencia de un pro- nalidad de la cultura celtibérica en el
de sus frutos la propiedad de todos, re- se separa de la parte más dura, de ésta ha- to tipo, destacando dos documentos de ceso de sincretismo, cuyos influjos for- cuadro general del mundo céltico, en
servan su parte a cada hombre, y los cul- cen espadas excelentes y los demás obje- gran extensión interpretados como tex- males provienen tanto de la tradición gran medida debido a la importante in-
tivadores que se hubieran apropiado de tos concernientes a la guerra. Las armas tos oficiales: los Bronces de Botorrita, ibérica como de las influencias helenís- fluencia que la cultura ibérica ejerció
algún lote son castigados con la muer- así fabricadas cortan todo lo que se les po- las inscripciones indígenas más exten- ticas y más tarde romanas, y, también, sobre ella, unido a su situación perifé-
te”. Diodoro (5, 34, 4). ne: ni escudo, ni casco, ni hueso resisten a sas de todas las halladas en la Penínsu- aunque de forma más aislada, de la tra- rica en Europa, alejada de las corrientes
“Los celtíberos alcanzaron considera- Dos puñales celtibéricos de la necrópolis de su golpe, por la extraordinaria dureza de la Ibérica. dición de la cultura de La Téne. Todo que afectaron a los celtas continentales,
ble gloria y lucharon durante mucho Carratiermes (Soria, Museo Numantino). su hierro...” Diodoro (5, 33-38). A ellos se añaden las téseras de hos- ello les otorga una indudable persona- identificados arqueológicamente con las
pitalidad, quizás el tipo de documento lidad dentro del mundo céltico al que culturas de Hallstatt y de La Tène.

10 11
DOSSIER: LOS CELTAS EN ESPAÑA

El país de los
VERRACOS
Los Toros de
Guisando, el grupo
de verracos mejor
conservado de los
vettones, que
colocaban estas
esculturas en puntos
elevados junto
a sus pastos.

Bautizado por los clásicos como Vettonia, el territorio que hoy ocupan
Ávila, Salamanca y parte de Zamora, Cáceres y Toledo estaba ocupado
por un pueblo ganadero, que dejó cientos de esculturas de cerdos y toros.
JESÚS R. ÁLVAREZ-SANCHÍS analiza su compleja estructura social

L
l territorio que en la actualidad postería en seco, con un relleno de
forman las provincias de Ávila piedras dispuestas ordenadamente en
y Salamanca, así como una par- capas horizontales y trabadas unas a
te de las de Zamora, Toledo y otras. Se construía directamente sobre
Cáceres, compartió en los siglos inme- el suelo de la roca natural, alcanzando
diatos al año 500 a.C. una identidad cul- una anchura de 4 a 8 metros de pro-
tural que fue reconocida en los textos medio. No es fácil calcular la altura ori-
de los escritores clásicos griegos y ro- ginal, pero algunos castros salmantinos
manos con el nombre de Vettonia o re- conservan tramos de cuatro e incluso
gión de los pueblos vettones. Gran par- seis metros. Es posible que el remate
te de la Meseta española estaba enton- estuviera realizado en madera. El tra-
ces inmersa en un proceso de explota- zado de las murallas se adaptaba bien
ción intensiva del paisaje, con la con- a la morfología del terreno y a veces se
Remate de un
versión de amplios territorios en pastos báculo de acompañaba de imponentes bastiones murallas a las curvas de nivel y no cru- sacralidad del monumento se ha esta- Las necrópolis vettonas de la provin-
y tierras de cultivo. Estas estrategias fa- distinción con defensivos. Los vemos, por ejemplo, zarlas de forma violenta. Por ejemplo blecido a partir de una serie de parale- cia de Ávila constituyen la fuente esen-
cilitaron asentamientos más prolonga- el motivo del en los castros de Las Cogotas (Carde- en Las Cogotas no hay un plan ordena- los, el más conocido de los cuales es el cial de información para los arqueólo-
dos y de mayor tamaño, un incremento jinete a caballo, ñosa), Yecla la Vieja (Yecla de Yeltes) o do de manzanas de casas, ni propia- santuario portugués de Panoias, asocia- gos. El punto de partida viene definido
que también se
demográfico notable e importantes sín- Las Merchanas (Lumbrales). En ocasio- mente calles. Las primeras se agrupan do a inscripciones latinas que nos in- por dos grandes cementerios excavados
halla en fíbulas
tomas de jerarquización social. La po- (Soria, Museo nes, la muralla iba precedida por uno irregularmente junto a la muralla o bus- forman sobre los sacrificios de animales en los años 30: Las Cogotas, con 1.613
blación empezó a protegerse, constru- Numantino). o varios fosos de anchura variable. Más cando protección entre grandes blo- realizados en el lugar. La segunda es tumbas repartidas en cuatro zonas con
yendo murallas, torres y fosos. Estos comunes eran los llamados “campos ques de rocas. La trama urbana de al- una estructura de planta rectangular espacios estériles entre ellas, y La Ose-
poblados fortificados se conocen gené- ción. Aunque no se puede afirmar ro- de piedras hincadas”: amplios espacios gunos poblados era sin embargo más formada por una antecámara, seguida ra, que es como se conoce habitual-
ricamente como castros. Otro rasgo per- tundamente, una gran parte pudo haber literalmente sembrados de piedras, fre- compleja, como en el caso de Ulaca de una cámara y un horno, que segu- mente a la necrópolis del castro de La
ceptible fue la actitud hacia los muertos, contado con murallas. cuentemente puntiagudas y de aristas (Solosancho, Ávila), donde se han re- ramente hay que relacionar con un edi- Mesa de Miranda (Chamartín de la Sie-
que eran incinerados y guardados en A falta de una cartografía detallada, cortantes, dejando pequeños intervalos conocido cerca de 250 casas y estruc- ficio termal de tipo iniciático. rra), con unas 2.230 sepulturas distri-
urnas, que luego se depositaban en ce- podemos hablar desde pequeñas alde- entre unas y otras, y colocadas siempre turas de piedra en el interior, repartidas buidas en seis zonas.
menterios extensos y diferenciados. as de unas pocas familias, por debajo en las zonas vulnerables del poblado, en torno a calles y vaguadas. En el sec- casas sin protección Las primeras tumbas vettonas se han
Los sitios elegidos para vivir solían ser de la hectárea, hasta poblados entre 20 es decir, en las inmediaciones de las tor más elevado del poblado destacan La existencia de casas extramuros per- fechado hacia el siglo V a.C., y no hay
puntos elevados y de difícil acceso, en y 70 hectáreas, con comunidades de puertas. dos construcciones rupestres monu- mite suponer que el recinto amurallado duda que el arma más importante en
la confluencia de dos o tres cauces, y varios centenares de personas. En épo- La organización interior de los castros mentales. La primera se conoce como no implicaba una situación de peligro esa etapa fue la espada de hierro, sobre
junto a excelentes vías de comunica- ca tardía algunas ciudades rebasarían vettones estaba condicionada por el Altar de Sacrificios y es una estancia ta- permanente. Esa misma situación en- todo la denominada “de antenas atro-
incluso estas cifras. desnivel del terreno y los afloramientos llada en la roca, asociada a una gran contramos en otros castros vettones, co- fiadas”. Hacia el 300 a.C. empiezan a
JESÚS R. ÁLVAREZ-SANCHÍS es profesor del La técnica constructiva de las mura- de granito. Eso descartaba superficies peña, en la que una doble escalera mo Las Cogotas o Salmantica –la actual aparecer distintos modelos de escudos
Departamento de Prehistoria de la llas era bastante uniforme: dos para- apreciables que, en cualquier caso, era conduce a una plataforma con varias Salamanca– conquistada por el cartagi- y puñales, como los denominados “de
Universidad Complutense de Madrid. mentos, externo e interno, de mam- preciso incluir dentro para adaptar las concavidades comunicadas entre sí. La nés Aníbal en el año 220 a.C. frontón y dobleglobular” por la forma

12 13
EL PAÍS DE LOS VERRACOS
DOSSIER: LOS CELTAS EN ESPAÑA

Se trata de efigies de granito que re- una zonación significativa –residencial,


presentan cerdos y toros machos, de industrial, encerradero de ganados, ba-
S ASTU entre 1 y 2,5 metros de longitud. El nú- rrios extramuros– y muy probablemen-
AICO RES OS ZONA AMPLIADA
GAL E mero de piezas conocidas ronda los te también por clase social, como refle-
CC cuatro centenares, siendo los Toros de ja el análisis sociológico del cementerio.
VA
Río Duero R OS Guisando su conjunto más representa- En este dispositivo se podría considerar
Í BE tivo. Se ha pensado que estas esculturas Ulaca como un yacimiento jerarca, cu-
Río Duero Saldeana LT podían tener un significado religioso re- ya función religiosa debió ser exclusiva
Las Merchanas
Salamanca CE lacionado con la protección del ganado, en la comarca. El tamaño del recinto
La Mesa Las Cogotas
Yecla o bien ser monumentos funerarios, por- fortificado –más de 70 hectáreas–, con-
Ciudad Rodrigo Sanchorreja Ávila que se conocen algunas piezas con ins- vierte al poblado abulense en la ciudad
NOS

El Berrueco Ulaca cripciones romanas con esa función. vettona más importante de la región.
VETT CARPETANOS Las investigaciones más recientes insis- Este modelo contrasta con los siglos
LUSITA

ONES El Raso Cerdo o jabalí de


o ten en una explicación de carácter eco- precedentes y sugiere que algunos cen-
Alcántara Talavera Río Taj Las Cogotas. Estas
nómico y simbólico, dado que una par- tros cumplían importantes funciones de esculturas quizá
Tajo la Vieja Toledo
Río La Coraja te considerable se localiza en prados y servicio para las comunidades de los al- tuvieron un
Cáceres pastizales de excelente calidad, cerca de rededores, además de facilitar refugio. significado
Villasviejas religioso
Río
Gua fuentes de agua y a varios kilómetros Estos grandes poblados fortificados de relacionado con
EL PAÍS DE LOS VETTONES dian de los poblados. Al mismo tiempo, los finales de la Edad del Hierro se cono- la protección
a
lugares donde se han descubierto estas cen también con el nombre latino de del ganado.
efigies ofrecen unas excelentes condi- oppida (oppidum, en singular).
ciones de visibilidad. De este modo, las la producción de hierro, de la fundi- la conquista. Pero el sistema sólo con-
de sus pomos, que continuarán vigentes gies de granito que representan cabe- esculturas podrían funcionar como una Lujos de importación ción de bronce, de la fabricación de tó con unas pocas décadas de desa-
en las guerras con Roma. En todo caso, zas humanas, tal vez concebidas para especie de hitos de piedra destinados a El desarrollo urbano alcanzado por es- cerámica, de la confección de tejidos, rrollo independiente. La dominación
no hay que perder de vista la prepon- ser empotradas en las paredes de las señalar un recurso económico esencial tos oppida podría considerarse resulta- de la talla en piedra, producción agrí- romana condicionó las características
derancia que tenían las lanzas y jabali- viviendas. Suelen paralelizarse con las para la subsistencia del ganado (los pas- do de la intensificación del comercio cola y almacenamiento de alimentos a del hábitat indígena, organizando el
nas en el armamento individual. Pero la denominadas “cabezas cortadas” o “ca- tos) cuya explotación sería organizada con Roma. Ciertos bienes de lujo ro- gran escala. territorio en función de los usos agrí-
inmensa mayoría de las tumbas conte- bezas célticas”, singulares manifesta- por los jefes de las diferentes comuni- manos llegaron a la Meseta en el siglo También los ajuares de las tumbas colas del suelo e instaurando un cen-
nían muy pocos objetos o ninguno, y ciones del arte figurativo, que han que- dades. La idea se corresponde bien con II a.C.: servicios de vajilla asociados al demuestran intercambios con otras po- tralismo político y administrativo sin
sólo unas pocas contenían muchos. rido relacionarse con las noticias que el tipo de sociedad jerarquizada que se ritual del consumo de vino, aceite de blaciones de la Meseta a grandes dis- precedentes. Los campamentos milita-
La sociedad vettona formaba una es- transmiten Diodoro y Estrabón sobre la observa en los cementerios. oliva, telas, perfumes... Pero no hay tancias, antes de la llegada de los ro- res resultaron de enorme importancia
tructura piramidal, con una élite militar costumbre celta de cortar las cabezas que sobredimensionar esta cuestión. manos. Hay indicios seguros de una como estímulo para el desarrollo urba-
en la cúspide con caballos y armas de de los enemigos. Choque armado con Roma Los asentamientos vettones proporcio- creciente industrialización entre las co- no y una nueva red de comunicacio-
lujo que marcaba su posición frente a La explotación de recursos ganaderos El primer contacto de los vettones con naron desde el siglo IV a.C. pruebas de munidades vettonas con anterioridad a nes forzó a la sociedad indígena a mo-
un grupo de guerreros más amplio pe- debió ser un aspecto esencial en el ré- las legiones romanas se produjo el año verse en el paisaje de una manera muy
ro con una panoplia más modesta. Por gimen de vida y, si tenemos en cuenta 193 a.C., cuando el pretor Marco Fulvio diferente, sobre todo a partir de las
vence, en Toledo, a una coalición for- La supervivencia lingüística guerras sertorianas (82-72 a.C.). Por
mada por carpetanos, vettones, vacceos entonces, los viejos núcleos ganaderos
Se conserva un total de 400 verracos de
granito, que representan cerdos y toros
y celtíberos. En vísperas de la conquis-
ta romana de la Meseta, se produjeron
importantes modificaciones en la arqui-
L as lenguas celtas proceden de la gran
familia indoeuropea, al igual que el
latín y sus derivados, los idiomas germá-
silabario y alfabeto. Posteriormente, se
ha avanzado mucho en su conocimiento
con los estudios de Caro Baroja de 1943
de Las Cogotas, La Mesa de Miranda o
Ulaca comenzaron a despoblarse. La
población debió trasladarse a la vega,
machos de entre 1 y 2,5 metros de largo tectura y en la organización interna de nicos y eslavos, las lenguas iranias y va- y de Antonio Tovar en 1946, junto al seguramente al lugar que hoy ocupa
los poblados. Se construyen murallas de rias de las lenguas habladas en la India descubrimiento del Bronce de Botorrita. Ávila, cuya aparente semejanza con la
debajo estaba el grupo de artesanos y lo limitadas que pudieron ser sus pose- piedra muy distintas de las existentes, en la actualidad. ciudad vettona de Obila mencionada
a ki
comerciantes. Y por último, casi el 85 siones, podemos apreciar la enorme im- con paramentos angulosos y de gran Quedan aún dos grupos de lenguas por Ptolomeo ha originado una iden-
e ko
por ciento, los enterramientos sin ajuar, portancia que debió tener el ganado co- aparejo, torres de planta cuadrada y la célticas vivas en Europa: las de Irlanda y tificación hipotética con la ciudad ac-
i ku
que correspondían a los campesinos y mo materia prima. Una parte de los re- fundación de nuevos sitios. las tierras altas de Escocia, por un lado, y o ta
tual. En algunos poblados salmanti-
tal vez a siervos y esclavos. Lo que pa- cintos amurallados podría haber cum- Los asentamientos más importantes las de Gales y la Bretaña francesa, por u te nos, como Yecla, Ciudad Rodrigo o la
rece claro es el importante papel que plido la función de cercado para las re- ofrecen una división interior más com- otro. El bretón desciende de una lengua l ti propia Salamanca, se constata una in-
tuvo que desempeñar la clase aristo- ses. Los restos arqueológicos nos ha- pleja, que se organiza en barrios, talle- transferida desde el sur de Inglaterra, a r´ to discutible continuidad entre el mundo
crática ecuestre en la toma de decisio- blan de una producción diversificada, res, santuarios, mercados... dando ger- la que se denomina britónico, y de la m ~
m tu indígena y el altoimperial. A finales
nes. El castro salmantino de Yecla la pero tampoco podemos descartar una men a las primeras ciudades vettonas que también deriva el galés. n ñ ba del siglo I a.C., parte de los antiguos
Vieja alberga en este sentido un intere- cabaña especializada. Este dato justifi- conocidas. Las excavaciones en Las Co- En cuanto a la lengua escrita de los s be oppida vettones había desaparecido.
santísimo conjunto de grabados rupes- caría la importancia que tuvieron en es- gotas permitieron localizar un taller al- celtas de la Península, que utilizaron la ś bi En los dos siglos siguientes se advier-
tres donde aparecen caballos, así como tas poblaciones el toro y el cerdo, cuya farero con torno, un pavimento de pie- escritura inventada por los íberos del ka bo te un aumento de población y la pre-
ke bu
la escena de una cacería en la que relación con las esculturas conocidas dra y un basurero, lo que permite plan- Mediterráneo, en los años 20 del siglo ferencia por explotar tierras aptas pa-
unos jinetes armados con lanza persi- como “verracos”, una de las manifesta- tear una organización del poblado más XX. Manuel Gómez Moreno logró com- Reconstrucción de la escritura celtibérica ra el cultivo a través de las villae, que
guen a unos jabalíes. ciones arqueológicas más llamativas del compleja de lo supuesto inicialmente. prender finalmente su carácter mixto de occidental y oriental. romperán con los modos de explota-
Del mismo sitio proceden varias efi- territorio vettón, es indiscutible. La distribución del poblado ofrece ción tradicionales.

14 15
DOSSIER: LOS CELTAS EN ESPAÑA

Resistencia a
ROMA
Dos siglos tardó Roma en dominar militar
y culturalmente a los pueblos celtas de la
Península, más resistentes a la asimilación
que el mundo ibero. MARÍA MARINÉ sintetiza
el complejo proceso de romanización
de la Hispania céltica

L
a integración de la península interesada en ampliar los límites físicos contactos transculturales se han iniciado mientos como protagonistas, no meras res, se impone en todo el Mediterráneo sión celtibérica (kar) como latina (hos-
Ibérica en el ámbito romano tu- de su Estado, sino los de su poder. antes de la presencia efectiva de tropas, víctimas o espectadores. En el cambio occidental, primero como lingua franca pitium), con cronologías paralelas que
vo lugar tras una larga conquis- Es también la horquilla cronológica y, por otro, su alcance e intensidad es de era, después de un siglo de relacio- o instrumento de comunicación, que rondan el cambio de Era. También de la
ta militar de dos centurias, entre entre los siglos III y I a.C., entre el de- diverso, según zonas, hasta el punto de nes y confrontaciones, se puede dar por después acaba reemplazando a las len- propia existencia de textos legales y
los años 218 a.C. y el 19 a.C. Para ello, sembarco de Escipión en Emporion y la dificultar la precisión de cuándo se pue- terminada la fase romanizadora, si bien guas vernáculas. Este cambio es difícil contratos de colaboración entre clanes
primero tuvo que ser escenario del en- victoria final de Agripa sobre los cánta- de hablar de los habitantes de la Penín- con un tinte superficial en los enclaves de fechar porque sus testimonios son –con la fórmula de hospitium o de pa-
frentamiento entre Cartago y Roma por bros dos siglos después, donde se sitúa sula como hispanorromanos. septentrionales –astures y cántabros– de lógicamente derivados: son los textos tronatus–, grabados en planchas de
la supremacía del comercio marítimo, el proceso romanizador de la ya llama- El área céltica conoce directamente tan reciente incorporación; es a partir que fijan la expresión oral. Para los cel- bronce y expuestos para general cono-
cuando ambas potencias buscaban un da Hispania; si bien, por un lado, los las nuevas ideas y a sus portadores a de estos momentos cuando también la tas hispanos la latinización implica ini- cimiento del público, se deduce que és-
respaldo territorial para sus aspiraciones partir de 184 a.C., con la etapa de con- zona céltica de la Península evoluciona ciarse en la escritura; hasta ellos no ha- te podía entender la transmisión del la-
talasocráticas. Son las tres Guerras Púni- quista emprendida tras la sublevación como una porción más del Imperio. bía llegado la influencia del alfabeto tín, ya que no tenía que saber leer indi-
cas que, además de implicar la aniqui- de celtíberos y lusitanos que da lugar a ibérico que permitió a los celtíberos “al- vidualmente. Como reciente ejemplo de
lación final de Cartago, dotaron a la Pe- las guerras homónimas, aunque la re- Idioma, dioses y armas fabetizar” su lengua, para posteriormen- este tipo de documentos, hay que men-
nínsula de un especial protagonismo es- cepción generalizada no se aprecia has- No por sabidos hay que dejar de con- te también pasar al abecedario latino. cionar el novedoso Edicto de Augusto
tratégico –sobre todo durante la Segun- ta las guerras civiles, a partir de 80 a.C., signar los agentes que impulsan la acul- Los primeros documentos (Untermann, de El Bierzo, del año 15 a.C., con la más
da–, y la convirtieron en un foco de cuando los hispanos no sólo luchan co- turación hacia lo romano, en un círcu- 1995) son títulos monetales –cecas de temprana dotación de privilegios a las
atención por su riqueza minera, agríco- mo mercenarios en los sucesivos ban- lo vicioso de causa-efecto, en el que es Toletum y Segouia con denominación y tribus de la zona.
la y de potencial humano para una Ro- dos que se disputan el poder de la me- difícil –imposible– distinguir motores y caracteres latinos, al igual que los ases Íntimamente vinculado con el abece-
ma que, hasta el momento, no estaba trópolis –Sertorio, Metelo, Pompeyo, resultados, ya que todos ejercen ese do- de Clunia, si bien no sus denarios escri- dario está el sistema numeral, de adop-
César, Petreyo– sino que llegan a impli- ble papel. Los tres principales son la tos en ibérico–, y pactos de amistad ción sistemática universal: las cuentas,
MARÍA MARINÉ es directora del Museo Estela funeraria de Borovia, con un guerrero a carse con algunos de ellos como parti- lengua, el ejército y la religión. personal fijados en placas metálicas o las edades, las fechas y períodos. Es de-
de Ávila. caballo (Soria, Museo Numantino). darios, participando en los aconteci- El latín, la lengua de los conquistado- tésseras, recuperadas tanto en su ver- cir, también el calendario y el horario se

16 17
RESISTENCIA A ROMA
DOSSIER: LOS CELTAS EN ESPAÑA

Gradas del Teatro de Tiermes


(Soria), una muestra de la
o
GALAICOS romanización de la Península.


oM

oE

b
Numantia ro
lántico

VACCEOS Río Duero •


CELTÍBEROS
VETTONES •
Segovia
no At

LUSITANOS Río Tajo •Segobriga


ETAPAS DE
Océa

CARPETANOS LA CONQUISTA
Río Guadi
ana ROMANA
Arsa
• •Baecula
Corduba 218/214 a.C.
• Río Guadalquivir
TURDETANOS •Tucci 197 a.C.
CONIOS Urso• e
o
BASTETANOS 154 a.C.
•Tribola r r án
133 a.C.
ite
Carteia Med 29 a.C.
• Mar
Restos de columnas, en el gran edificio de adobe de las ruinas de Contrebia Belaisca (Zaragoza).

expresan según guarismos y contabili- ra explotar las propiedades con que se persona” (el esclavo) al ciudadano de na” y “más lejana”–, según la fórmula Los primeros conatos romanizadores
dad latina, como testimonian los cóm- premia su fidelidad. Hay que recordar pleno derecho, en un escalafón que se utilizada cuando no está claro el ámbi- tropezaron con algunos modos célticos
Numancia putos y dataciones de todo tipo de ins-
cripciones, cualquiera que sea la raíz ét-
aquí las ciudades campamentales de
Augusto Legio VI en León, Iuliobriga,
puede recorrer por méritos propios o
por concesión. Un paso intermedio, el
to controlado y en proceso la conquista.
Posteriormente, la pacificación total de
de organización social renuentes al
cambio, que forman lo que se ha deno-
nica que denote el nombre de sus pro- cercana a Reinosa, Asturica, Bracara, Derecho Latino, regula las relaciones Augusto completa las delimitaciones minado como “legado indoeuropeo”

L a conquista de Numancia estu-


vo precedida por una guerra
punteada de episodios muy crue-
tagonistas.
La mutación de la lengua se demues-
tra asimismo en la latinización de los
Lucus Augusta, Astorga, Braga, Lugo,
Pax Iulia, Beja, y de veteranos (emeri-
tii) en Emerita Augusta, Mérida.
comerciales y las propiedades de los no
ciudadanos.
En la Hispania céltica escasea la ciu-
transformando la primera en Tarraco-
nense, la segunda en Bética y creando
la Lusitania entre el Duero y el Guadia-
(Blázquez, 1975) o como “resistencia”
(Curchin, 1991), en contraste con lo que
ocurre en la zona ibérica, donde la in-
les. En 137 a.C., los jóvenes de nombres de lugares y personas que, por El trasiego de tropas necesita vías de dadanía, porque no se otorga a ciuda- na. El control del territorio es absoluto; tegración fue absoluta. Esto se aprecia
Numancia se lanzaron sobre los ser identificativos, tanto cuesta siempre comunicación permanentes; para ellas des (colonias) ni a grandes masas, aun- también el de la vida pública de los in- también en la escasa implantación de la
soldados de Cayo Hostilio Manci- cambiar o traducir: se adaptan, se escri- se construye una red de calzadas y que sí lo son los itálicos que, tras cada dividuos, con la unificación del sistema vida urbana en la zona de los castros de
no para cortarles la mano derecha. ben cuando es preciso y (se supone) se puentes, aprovechando rutas ancestrales convulsión, se instalan aquí ante el re- monetario, pesos y medidas, para esta- los primeros tiempos, y en los lentos
Mediante ese tipo de acción bélica pronuncian, al modo latino. Así se ha o de nuevo trazado, que dejan estable- clamo de sus riquezas naturales y su blecer una fiscalidad general. cambios de las costumbres privadas y
podían aspirar a casarse con jóve- dado lugar a un extenso registro de más cidos caminos para cualquier otro inter- fácil explotación. El impulso respecto a familiares, con la continuidad de genti-
nes de la nobleza local. de un centenar de familias de antropó- cambio. Así quedan unidas las grandes los indígenas lo dan los generales de Superviviencia de los dioses celtas lidades y centurias como fórmulas inter-
Mancino firmó una paz muy nimos de origen celta, y a casi otros tan- ciudades, dibujando en la zona central las guerras civiles –Metelo, Pompeyo y El sincretismo religioso admite los más medias de organización.
desfavorable que no fue ratificada César, sobre todo– que compensan variados cultos, que conviven sin difi-
por el Senado. Los senadores entre- con los máximos derechos a sus parti- cultad en el panteón romano, agluti-
garon a Mancino desnudo a las
El ejército romano fue el gran elemento darios, ligados mediante vínculos parti- nando advocaciones análogas y permi- PARA SABER MÁS
puertas de Numancia. La guerra integrador de la Península, al crear una culares de fides y deuotio. Con este pa- tiendo, con la unificación cultural, la ALMAGRO-GORBEA, M. (1993), “Los Celtas en
la Península Ibérica: origen y personalidad
dio un giro a favor de los romanos norama no extraña que, pasadas tres expansión de religiones de reducido
cuando se puso al frente de las le- red de calzadas y puentes permanentes generaciones después del momento en ámbito inicial desde sus focos origina-
cultural”, en ALMAGRO-GORBEA, M. y RUIZ
ZAPATERO, G. (eds.), Los Celtas: Hispania y
giones Publio Cornelio Escipión, que se considera romanizada la Penín- les. De ahí la perduración de divinida- Europa, Madrid.
sobrino adoptivo del Escipión que tos topónimos, rastreables por sufijos de la Península un triángulo principal, sula, Vespasiano concediera el Dere- des celtas en Hispania –Lug, Endoveli- BLÁZQUEZ, J. M., La Romanización, Madrid, Istmo,
1974.
había conquistado Cartago Nova y característicos, como briga para definir por los núcleos que une y por las reite- cho Latino a todos sus habitantes. co, Ataecina, los más arraigados– y la CURCHIN, L. A., Roman Spain. Conquest and assi-
Cádiz 146 a.C. un oppidum. radas citas en los itinerarios de la Anti- La implantación de una única supe- mixtificación de dioses con adaptacio- milation, London, Routlege, 1991.
Escipión construyó un muro al- güedad, que articula el espacio céltico restructura político-administrativa sigue nes de formas y rituales, constituyendo LORRIO, A. J. (1997), “Los Celtíberos”, (Complu-
tum Extra 7), Alicante.
rededor de Numancia con siete Legiones integradoras con vértices en Mérida, Astorga y Zara- de forma inmediata a la paulatina con- el mejor ejemplo local el de los lares ROLDÁN, J. M., “Hispania Republicana” en BLÁZ-
campamentos protegiendo los El ejército romano es el gran transmisor goza. El primer eje, conocido como Vía quista. Su evidencia es la organización viales, los protectores de caminos. QUEZ y otros, Historia de España Antigua II. His-
puntos más elevados. El asedio du- de innovaciones, mueve personas e ide- de la Plata, reproduce una senda mile- en provincias y unidades jurisdicciona- En las creencias, Roma sólo impone pania Romana. Madrid, Cátedra, 1978.
ró ocho meses. Los defensores, as, ejerciendo una enorme influencia a naria de comercialización Norte-Sur de les –primero asimilando las preexisten- el culto al emperador convertido en VV. AA. Los celtas en la península ibérica, Ma-
drid, Zugarto, 1991.
hambrientos y sedientos, se entre- su alrededor, además de la derivada de materias primas. tes con la adopción de sus jefes, des- dios porque supone acatar la legitimi- UNTERMANN, J., “Epigrafía indígena y Romaniza-
garon incluso al canibalismo. Al fi- las acciones militares. Su radio abarca El conjunto de leyes y normas del De- pués a base de conuentus– en manos dad de su poder; por lo demás tolera ción en la Celtiberia” en BELTRÁN LLORIS, F. (ed.),
nal, la ciudad conoció un final te- los campamentos donde se instala y la recho Romano marca las reglas objeti- de magistrados integrados en la carrera la coexistencia de todos lo que quiera Roma y el nacimiento de la cultura epigráfica en
Occidente, Zaragoza, I. Fernando el Católico,
rrible y sus escasos supervivientes población satélite, los hispanos que se vas de convivencia, por muy dispares política. Tras los primeros contactos con la voluntad de cada cual. En este am-
1995.
fueron vendidos como esclavos. integran en las legiones y que vuelven que sean los individuos implicados. Son Roma, Hispania es dividida en dos pro- biente de total comprensión, sólo re- www.timeshop-online.com/web/
como jubilados una vez licenciados, pa- unas reglas escalonadas, desde la “no vincias, Citerior y Ulterior –“más cerca- sultará incompatible el cristianismo. celtas.html#

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