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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

EL ARTE
DEL TEJIDO
EN EL PAIS
DE
GUANE

BANCO DE LA REPUBUCA
1\C/\OtM IA DE 1IISTORIA DE SANTAN
EO CASA DE BOLI VAR

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CONTENIDO

Pág.

PRESENT ACION 7

INTRODUCCION 8
Gustavo Galvis Arenas

ANTECEDENTES E ITINERARIO DE UNA EXPOSICION


Lucila Gon:.ález Aranda 9

EL ARTE DEL TEJIDO EN EL PAIS DE GUANE


Maria1111e Cardale de Schrimpff 12

RECUERDOS ARQUEOLOGICOS DE SANTANDER


Martín Carvajal 36

INYENT ARIO DE TEXTILES ARQUEOLOGICOS CULTURA GUANE 38

"FECHAS DE CARBONO 14"


Mario Acevedo Díaz 40

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PRESENTACION
Los textiles Guane son Jos precursores de una
de las habilidades sobresalientes de la gente
del territorio santandereano: la del hilado y
tejido del algodón. Representan el ancestro
textil (añ~s 800-1500 d.C. aproximadamente)
del pasad? algodonero y de la industria casera
de lienzos que en los siglos XVII y XVIII
alcanzara gran desarrollo en la región.

El hallazgo de sorprendentes fragmentos


textiles, en las décadas del 40, 70 y del 80,
así corno su limpieza, conservación y monta-
je, han hecho posible la realización de "El
arte del tejido en el país de Guane".

La Exposición se inaugura en el Area Cultural


del Banco de la República en Bucararnanga en
homenaje a destacados santandereanos, pione-
ros del rescate y salvaguarda de este valioso
legado: Martín Carvajal, Horacio Rodríguez
Plata, Mario Acevedo Díaz, Beatriz Cadena
de Puente, presbítero Isaías Duarte Díaz,
Alvaro Chaves Mendoza. Ella pretende con-
vertirse, posteriormente, en una Sala perma-
nente de exhibición en el Museo de la ciudad,
para que rinda testimonio perenne de admira-
ción a la Cultura Guane, pasado primigenio,
fuente inagotable de nuestra identidad.
ELlZABETH PA TIÑO DE GARCIA HERREROS
Coordmadora Cultural
Banco de la República - Bucaramanga

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Una de las mayores preocupaciones de los con más aproximación el hasta ahora descono-
historiógrafos y los antropólogos contemporá- cido mundo Guane.
neos es el escaso material con que se cuenta
para ahondar en el estudio de las culturas Martín Carvajal Peralta, Mario Acevedo Díaz
precolombinas, especialmente en los terrenos y el presbítero Isaías Ardila Díaz, realizaron
donde habitaron los muiscas y los guanes. una fecunda labor y gran parte de lo que hoy
existe en materia precolombina en Santander
· Estas sociedades no impulsaron construccio- fue conformado por ellos.
nes o monumentos permanentes que hicieran
posible un mayor conocimiento de sus cos- Ahora, en 1989, por la indicación feliz de
tumbres y una información sobre su recorrido Humberto Castellanos, vecino del municipio
histórico. Diferente ocurrió con los aztecas, de Los Santos, la Academia de Historia de
los mayas y los quechuas, pueblos que ofre- Santander recogió unas muestras de telas
cen al investigador una amplia gama de evi- encontradas en cuevas en la vereda denomina-
dencias que les ha permitido reconstruir un da La Purnia.
buen trecho de su pasado y de realizar estu-
dios socio-económicos de gran trascendencia Por intermedio de la comisión del V Centena-
cultural . rio y el Area Cultural del Banco de la Repú-
blica se contrató a la experta en textiles Emi-
Es así como contamos solamente con los lia Cortés, quien procedió a arreglar las telas
objetos de oro que dejaron los españoles, técnicamente con el objeto de poder estudiar-
algunos textiles y cerámicas. las de forma científica.

Con los guanes es más dramática la ausencia. Son 71 piezas bellamente elaboradas, tejidas
Y por eso, gran parte de su cultura permane- varios siglos antes de la llegada de los espa-
ce en el misterio. ñoles.

Además de ágrafos, no hubo un cronista que Queremos agradecer a todas las personas que
describiera su cultura y que como Cieza de han hecho posible esta Exposición Itinerante,
León en el Perú, se preocupara por escudriñar especialmente a Elizabeth de García-Herreros,
el pasado de esa raza de tez más clara que los Lucila González Aranda, Emilia Cortés, Ma-
otros nativos y de mujeres dotadas de singular rianne Cardale, Eduardo Pilonieta y todos los
belleza. académicos, por su apoyo a la obra de la
reconstrucción de nuestro pasado Guane.
En Santander algunos historiadores se han
preocupado, con grandes dificultades, por
estudiar el pasado Guane. Personas de interés GUSTAVO GALVIS ARENAS
cultural han dedicado varios años a buscar Miembro de Número
datos en fuentes primarias y así poder armar de la Academia de Historia de Santander
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Los 110 fragmentos de texules procedentes de los trapo en el hoc1co". Alh se encontraron con
hallazgos arqueológicos en Santander, son el resulta- "momias por montones, envueltas en grandes
do del interés científico e intuic1ón histórica de un mantas atadas con nudos a la cabeza y en los
grupo de investigadores empeñados en desentrañar el pies, una momia encima de otra como pesca-
misterio del enigmático Pueblo de Tejedores. La do en lata". Junto con las momias vieron
siguiente cronología registra los antecedentes, los cerámicas, armas, husos y según su relato un
gestores e instituciones, que a través de diversas telar. El descubnmiento atraJO a improvisados
épocas y circunstancias han contribuido a la realiza- guaqueros quienes saquearon la cueva.
ción de la exposición "El arte del tejido en el país de
Guane". El comerciante Gustavo Gómez Cornejo
(Bucaramanga, 1887 - 1955) egresado de la
1938 Martín Carvajal Bautista (Chitagá, 1878 - Escuela de Anes y Ofic1os, regresó del Brasil
Bucaramanga, 1960). méd1co e historiador, a Bucaramanga para asoc1arse en la explota-
pionero en los hallazgos y estudios arqueo- ción aurífera en California (Santander), fue
lógicos en la región, rescató valiosas piezas así como en compañía de don Luis Sánchez
de tejido (mantas, gorros, mochilas) que él Puyana. mcursionaron en la Mesa de Los
consideraba como "modesta contribución para Santos en busca de yacimientos de cobre y
sacar del olv1do algo de lo tanto que el aleja- "en estas pesquisas dieron con un cementerio
miento de los tiempos ha ocultado y que en la indígena de donde sacaron una momia y
mudez de las tumbas hay escrito todavía". fragmentos de mantas, los cuales donaron a1
Museo de Arqueología e Historia de la Aca-
1939 Durante la segunda mitad del año, los herma- demia de Historia de Santander".
nos Bárcenas, vecinos de Los Santos, descu-
brieron accidentalmente la Cueva de Indios a 1940 El profesor Justus Wolfram Schottclius (Ans-
donde llegaron persiguiendo una paloma y burg, 1892 - Bogotá, 1941) conservador de
"tras la huella de un perro que regresó con un arqueología del Musco Nacional, fue comisio-
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nado por el Ministerio de Educación para tarea de rescatar la Casa de Bolívar en Buca-
realizar una prospección en el cementerio ramanga y hacer realidad el antiguo anhelo de
indígena descubierto en Los Santos. Allí la creación del Museo Histórico y Arqueoló-
incursionó primero en la cueva de Indios, gico. Guiado por sus conocimientos científi-
tomó fotografías, levantó un croquis y poste- cos exploró los cementerios indígenas en tres
riormente exploró la cueva de la Loma en el sitios diferentes en Los Santos, de donde
camino que conduce a Jordán. En su valioso rescató 19 fragmentos de mantas, las cuales
estudio recoge el relato de los descubridores, forman parte de la presente exposición.
analiza el corpus de los objetos hallados
(cerámica, metalistería, metalurgia, líticos) y 1945 Dos mujeres excepcionales se vincularon al
conceptúa que "las telas pintadas o decoradas 1948 proyecto de recuperación de la Cultura Gua-
constituyen lo más interesante del hallazgo de ne. En primer lugar Beatriz Cadena de Puente
Los Santos". El informe Schottelius es consi- (Bucararnanga, 1926 - 1992) desde muy joven
derado por los arqueólogos e historiadores acompañó al doctor Martín Carvajal en sus
como una pieza clave para futuras investiga- exploraciones. Dotada de un envidiable inte-
ciones. rés y un agudo espíritu de investigación
formó una colección en la que se conservan
Por esta época, el etnólogo español Miguel 12 fragmentos textiles.
Such Martín, radicado en Bucaramanga, exca-
vó varias tumbas en Oiba y Guapotá de donde La antropóloga Edith de Muñoz (Medellío,
extrajo 35 piezas, volantes de huso y agujas 1916), discípula de Schonelius a quien acom-
de madera, las cuales cedió en depósito al pañó en su último viaje de estudios a Socorro,
Director de Educación Pública, Doctor Hora- Bucaramanga, Pamplona y Tunja, realizó un
cío Rodríguez Plata, quien a su vez las desti- estudio de los textiles de la colección de la
nó para el futuro Museo Santandereano de Casa de Bolívar y del Instituto Colombiano de
Arqueología e Historia. Antropología e hizo un análisis comparativo
del diseño con textiles de otras culturas en
1941 Horacio Rodríguez Plata (Socorro, 1915 - Brasil y Centro América.
Bogotá, 1987), abogado e historiador, como
Director de Educación Pública, reunió proce- 1970 El presbítero Isaías Duarte Díaz (Zapatoca,
dentes de distintos municipios siete fragmen- 1909) alternaba su labor pastoral con las
tos de mantas, tres gorros, un manojo de hila- excursiones en las veredas aledañas a su
zas, los cuales se conservan en la Casa de la parroquia para recolectar material lítico,
Cultura del Socorro, y un fragmento de manta cerámico y óseo, con el propósito de crear el
pintada en el Museo del Oro, Bogotá. Museo Guane, el cual inauguró en 1988. En
Los Santos, Villanueva, en la vereda de Hato
Gabriel Giraldo Jaramillo (Manizales, 1916- Viejo y en la Cueva del Espinal encontró dos
Bogotá, 1978) abogado e historiador del arte, fragmentos de mantas, una mochila, un gorro,
egresado del Instituto Etnológico Nacional, numerosas agujas, pintaderas y volantes de
realizó una visita en comisión a la Mesa de huso, los cuales se exhiben en el Museo.
los Santos en compañía del gobernador,
doctor Benjamín García Cadena y del Direc- 1970 El equipo de arqueólogos profesionales con-
tor de Educación Pública Horacio Rodríguez 1972 formado por Bray, Sutherland, Cooke, Hel-
Plata, con el fin de rendir un informe a la man, Hillman y Sanmiguel exploró la cueva
Academia Colombiana de Historia sobre el la Antigua, en el municipio de San Gil, repor-
hallazgo del cementerio indígena. De su tando el hallazgo, junto con otros materiales,
informe se deduce la necesidad de estudiar "la de fragmentos de textiles que fueron remitidos
cultura de los Guanes, la cual ocupa uno de al Instituto Colombiano de Antropología.
los más altos puestos dentro de la Prehistoria
Colombiana" y considera que "el arte por 1978 El antropólogo Alvaro Chaves Mendoza
excelencia de los Guanes fue la fabricación de (Pamplona, 1930 - Bogotá, 1992) levantó el
mantas pintadas". inventario de las 204 piezas arqueológicas del
Museo Casa de Bolívar haciendo énfasis en
1944 Mario Acevedo Díaz (Zapatoca, 1911) médi- "los fragmentos textiles, los cuales constitu-
co e historiador, como presidente de la Aca- yen la más completa colección de tejidos
demia de Historia de Santander, acometió la prehispánicos con que cuenta el país". Presen-
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tó a la Academia de Historia un anteproyecto máxima autoridad porque lo mío es lo anti-
en el que propone destinar una sala dedicada guo". Los académicos Gustavo Galvis Are-
a la documentación, estudio y exhibición nas, Eduardo Pilonieta Pinilla, las antropólo-
temporal de los tejidos. gas Eucaris Gallego y Liliana Cajiao, junto
con el personal técnico del Museo, Fernando
1979 La Regional de Colcultura a cargo de Lucila López Barbosa, María Emperatriz Ardila y
González Aranda, gestionó con el Centro Diana Cortés, se desplazaron al lugar y guia-
Nacional de Restauración el proceso de lim- dos por campesinos encontraron una cueva en
pieza y desinfección de los 26 tejidos, opera- la pared rocosa del cerro El Conde, la cual
ción que se cumplió a cargo de la experta había sido saqueada. A pesar de las lamenta-
peruana Oiga Nakaninc de Wong en colabora- bles condiciones de la tumba, pudieron resca-
ción con las alumnas María Teresa Durán, tar 52 fragmentos de material textil, los
Diva Velásquez y Janeth Molina. Al hacer cuales se exhiben en la presente exposición.
entrega de los tejidos a la Academia de Histo- A raíz de este hallazgo, el Arca Cultural del
ria la doctora Wong recomendó cumplir con Banco de la República asumió el estudio de
las normas de conservación e iniciar un estu- los tejidos, la coordinación y financiación de
dio de su composición. una exposición.

1982 La Academia de Historia de Santander solicitó 1989 La restauradora Emllia Cortés realizó las
1983 a la Fundación de Investigaciones Arqueo- fichas de conservación de 76 piezas textiles y
lógicas del Banco de la República (FlAN) la (1resentó un anteproyecto para la creación de
comisión de un experto para el estudio de los un Centro de Documentación Textil en Buca-
tejidos. Su director, el doctor Luis Duque ramanga.
Gómez, envió a la antropóloga Marianne
Cardale de Schrimpff, quien analizó los 1990 El proyecto "Sala Permanente de Textiles
tejidos a lo largo de un año y posteriormente Guane", realizado por Leonor de Wilchcs y
entregó su estudio titulado "Textiles arqueo- presentado a la Academ1a de Historia de
lógicos del Museo Casa de Bolívar". Santander, recibió la <)probación de la Comi-
sión para el V Centenario del Descubrimiento
1984 La Academia de Historia de Santander suscri- de América. La Com1s10n aportó los dineros
bió un contrato con la Universidad de los necesarios para cubrir los altos costos de la
Andes, para el análisis del proceso del hilado conservación y montaje de los textiles de La
y del tejido de los textiles. La Directora de Pumia, a cargo de la experta Emilia Cortés,
textiles María Teresa Guerrero coordinó el quien al año siguiente entregó 76 textiles
estudio a cargo de las profesoras Gladys de limpios y adecuados en un montaje para
Téllez y Carmen Urbina, quienes compendia- facilitar el correcto almacenaje y exhibición.
ron su trabajo en cuatro folletos titulados: "El
hilado", "Las herramientas", "La preparación 1991 La Coordinadora del Arca Cultural del Banco
de las fibras" y "Los colorantes". de la República en Bucaramanga, Elizabeth de
García-Herreros conformó el equipo técnico
1987 Venció la fecha del depósito de los 19 frag- encargado de la exposición "El Arte del
mentos de tejidos de la colección Acevedo Tejido en el País de Guane".
Díaz, los cuales previo avalúo y registro
fueron devueltos a su propietario. 1992 Se integró a la exposición la colección Aceve-
do Díaz; el montaje de los textiles lo realizó
1988 Se registró el hallazgo notificado por Luis Susana Cortés.
Humberto Castellanos (Bucaramanga, 1958)
obrero constructor, quien acudió a la Acade- 1993 La colección del abogado Samuel Arenas (Los
mia de Historia para "informar que en la Santos, 1954) conformada por 325 piezas de
finca del Champan, jurisdicción de Los San- cerámica, madera, líticos, conchas y 20
tos, un campcsmo llamado Salomón había textiles, rescatadas a lo largo de 15 años "con
encontrado bajo unos abrigos rocosos cerámi- el propósito de ir descubriendo las raíces cada
cas, pinturas y telas. Les rogó a los hermanos vez más lejanas de nuestro génesis", pasa a
Celis que lo acompañaran hasta la pata de la constituir la Colección Básica del Museo
peña y de allí sacó las muestras que hoy Guane en la Casa de la Cultura Piedra del Sol
entrego a la Academia de Historia como del municipio de Floridablanca.
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L PAIS DE GUANE Marianne Carda/e de Schrimpff

El descubrimiento de las tierras de los serva sólo en condiciones excepcionales, ' P e¡ Ilustrado en Jesus Aran11o
guanes y de los muiscas, antiguos habitan- como en el caso de algunas rumbas hon- Cano. Cuánrtca Pff'ca/ombma. Bogola.
tes de Cundinamarca, Boyacá y Santan- das y húmedas de Nariño, de donde se 1979. fi¡: S1
der, fue el resultado directo del hallazgo han podido rescatar algunos fragmentos de
' Mano Ace•edo Oiaz cons•dera que
de unas mantas finas, tejidas por estos telas muy finas . Por fortuna, muiscas y los guanes ·cocían el cadher a fuego
indígenas. Cuando en el año 1556, la guanes tenían la costumbre de momificar temo de 1al suene que sin destnmse la
expedición encabezada por Gonzalo Jimé- o disecar algunos de sus muertos para malena quedaba lastado el cadá..-er y
nez de Quesada partió de Santa Marta, depositarlos en cuevas secas, envueltos en en forma de conservarse mdefin1da·
menle • (Manuscnlo 1néd11o conserva·
llevaba la intención de descubrir las cabe- mantas 2 . Aquí, abrigadas de los elemen-
do en la b1bho1eca del Museo Casa de
ceras del río Magdalena. Después de mu- tos y escondidas de la codicia del hombre, Bolívar, p 1O) Entre el crec1en1e
chas penalidades, llegaron al lugar donde muchas se han conservado durante siglos cuerpo de li1erarura sobre mom1as.
hoy día está edificada Barrancabermeja y -y, a veces, casi un milenio- permitién- alguna~ de las pubhcac1oncs m6s
rec1en1es son Gonzalo Correal e tv6n
encontraron que, con la excepción de la donos el privilegio de contemplarlas.
Flórez, EstudiO de las momias guanes
población de Tora, la región era prácuca- de la Mesa de los San1os. Samander,
mente despoblada. Los soldados querían Esas cuevas se localizan generalmente en Colomb1a. R~rma de la A<aclcmtu
abandonar tan inhóspito lugar y volver a peñas escarpadas, de forma que en ocasio- Cn/ombtatta út Ctmctas E:to,.,a, ¡:¡.
Santa Marta, pero un oportuno reconoci- nes se necesitan lazos o andamios para ucaf ~ /l'aturalll, \OI XVIII. no 70.
(1992) 283·289, Fehpe Cardenas. La
miento descubrió, en el río Opón, bohíos llegar a ellas. Además, habitualmente la mom1a de Pioba, 8o)acá, BolttÍII cid
utilizados como depósitos para una sal de entrada era cuidadosamente tapada > \fu•tn Jd Om, no 27, (1990). 2-13.
excelente calidad y mantas tejidas con resulta muy difícil de descubrir Por SI Carl llennk Lan¡:ebael, Compe1enc1a
linos diseños pmtados Estos dos produc- fuera poco, quien entre en estas cuevas por prc>11g10 pohl•co ) mom•fica<ion
tos convencieron a Jiménez de Quesada de corre el riesgo de contraer histoplasmos1s, en el none de Suramenca y el 1stmo de
Panama Rtlt\lo Cnlombwnu út An·
tomar la áspera ruta montaña arriba, para enfermedad mortal que ataca los pulmones '"'f'f'lo!(t'a, XXIX. ( 1992). 7-26
explorar el altiplano de donde provenían y que es causada por un hongo presente
y para conocer a sus habitantes. en los excrementos de los murciélagos que 1
f.t1\ c/rththOI tllllt\ J~ /u <OIIqUIIItJ
habitan algunos de estos lugares. C\f'Uiiola B•bho1eca Banco Popular.
'ol 26, Bogt>~. 381 pp.
Ca.'>i todos lo~ cronistas de la época comen-
tan la alta calidad de la.c; mantaS elaboradas Los primeros hallazgos de cuevas mortuo-
por guanes y muiscas; los soldados de rias se remontan a los inicios de la colo-
Jiménez de Quesada no tuvieron inconve- nia. Entonces las cuevas se consideraban
niente en vestirse con clla.s y su valor era tal como "santuarios", lugares sagrados de un
que conformaron uno de los principales sistema de creencias no católico, hecho
artículos de tributo durante la primera parte que los asociaba automáticamente con el
del período colonial. Antes de la llegada de "demonio", por lo cual sacerdotes y reli-
los españoles, se comerciaban con otros giosos de la época se sentían en el claro
grupos indígenas, no sólo por la ruta del río deber de destruírlas. Sin embargo, las
Magdalena sino también con grupos de los descripciones coloniales nos permiten
llanos orientales. apreciar el aspecto que tuvieron original-
mente algunas de estas cuevas principales.
Textiles de alta calidad, con bellos dise- En 1602, por ejemplo, segun la reseña de
ños, se elaboraron en muchas regiones de Vicente Restrepo ~ Fray Pedro Mártir de
lo que actualmente es el territorio colom- Cárdenas descubrió "una cueva donde los
biano. Los primeros españoles que llega- indios de Suesca colocaban los cuerpos de
ron a Santa Marta los describieron para los que morían. Quitada la losa que la
los grupos de la Sierra Nevada; los que cerraba, se hallaron más de 150 momias
pudieron conocer a los mdígenas de Cue- sentadas en rueda y en medio, el cacique,
va, en el Darién, también quedaron im- con sartas de cuentas en los brazos y
presionados por la finura de sus tejidos, y cuello y, en la cabeza, una toca a modo
las faldas modeladas en las figuras feme- de turbante. Junto a él había muchas telas
ninas de cerám1ca de la cultura Zenú del pequeñas de algodón".
bajo río Sinú 1 , atestiguan motivos decora-
tivos muy elaborados. La mayoría de los textiles que hoy forman
las colecciones de los museos se descu-
De estos textiles y de muchos otros, no brieron durante el preseme siglo, pero
queda sino la memoria; desaparecieron casi todos en cuevas que ya habían sido
junto con sus due1ios. La libra se con- revueltas por buscadores de tesoros, por
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' Justus Wolfran Schouchu s. Arqueo- lo cual nuestra información sobre los ba la envoltura exterior. En estas cuevas,
logia de la Mcs.1 de los Santos. /Jol~llí1 hallazgos es generalmente deficiente. por lo general, las momias estaban rodeadas
de Arr¡m•tlfll¡:tÍI, vol 11, no. 3 ( 1946),
Afortunadamente tenemos para el territo- por su ajuar conformado, generalmente, por
213-226; Mario Accvcdo Díaz. La
Mesa de los Santos, Hel'lffo Jtméne: d~ rio Guane las descripciones de personas varias vasijas. Los hombres estaban acompa-
Qu.-111/u, 11. nos. 8-9 (1 9 55 ). 43-47, como Jusrus W. Schottelius quien visitó ñados por poporos con cal para usar cuando
Martín Car> aJal reproducido en este uno de los sitios más grandes e importan- mascaban las hojas de coca y por macanas
volumen tes de la Mesa de los Santos, (la cueva de para la cacería y, quizás, la guerra. Al
los Indios, descubierta en 1939), y de parecer, los husos para hilar se encontraban
Martín Carvajal y Mario Acevedo Díaz 4 junto a las mujeres. No notaron diferencias
quienes en aquella época exploraron nu- entre las envolturas utilizadas por los hom-
merosas cuevas en esta misma meseta, bres y las mujeres.
algunas de ellas intactas. Aunque en la
cueva de los Indios se encontraron algunas Los primeros textiles y momias llegadas
momias en posición extendida, las descu- al Museo Casa de Bolívar eran, en su
biertas por Mario Acevedo estaban siem- gran mayoría, donaciones de Martín Car-
pre en posición flexionada y envueltas, vajal, Gustavo Ordóñez Cornejo y, princi-
generalmente, en dos mantas y un tejido palmente, Mario Acevedo Díaz. Hace
burdo de fique como un costal que forma poco, en marzo de 1988, se descubrieron

2. Vista general
de la Mesa de los
Santos o de Jéridas.
Foto: Marianne Cardale
de Schrimpff.

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otras dos cuevas de gran importancia, las tradición textileraguane, con una marcada ' leste periodo ha stdo defin1do por
de El Conde y El Duende, en la vereda continuidad en técnica y diseño, durante arqueólogos como Bray para lo~
desarrollos culturales de los primeros
La Purnia de la Mesa de los Santos. un período de unos quinientos años, es s1glos de nuestra era E~1stcn md 1c1os
Gracias al buen oficio de llumberto Cas- decir, desde el siglo XI hasta el siglo XVI de que la cue~a de los lnd1os pudo
tellanos y de varias personas vinculadas al después de Cristo. Hasta ahora no hemos haber SidO ut1hzada durante un periodo
Museo, una buena parte de los textiles y aprendido a distinguir las telas más re- mu) largo ~ probablemente por m~s de
un grupo cultural o •tribu" En e~te
otros artículos de ajuar también llegaron cientes de las más antiguas. Tampoco se
contexto, es suge!>li•a la fecha de 625
a formar parte de sus colecciones. Estos conocen, en el momento, textiles del .t 160 d C (GI'N 19191) para la rnomra
nuevos hallazgos son de enorme impor- período anterior o pre-guane s. del Museo Casa de Boli\ar no G·l94
tancia por la gama de prendas que abarcan estudrada hace poco por Gonul~
y por la altísima calidad de muchas de las Fibras, hilos y tintas Correal e han Flórez (Re, 1S1a de la
Academ1a Colomb1ana de Ciencias
mantas, de las cuales se encuentra una E-actas. Físicas ) Naturales. \O) 18.
muestra representativa en esta exposición. La fibra más utilizada entre los guanes era no 70, mayo, 1992)
el algodón. Todas las mantas en las colec-
' 1940. 324 El 1den11fica la especie
La edad de las telas de Los Santos fue ciones de los museos parecen haber sido
como Oclrroma wmmiC>flllll
precisada por algunas fechas de carbono elaboradas con este material; sin embargo,
14 reseñadas en el capítulo de Mario Martín Carvajal hace una referencia inte-
Acevedo Oíaz. Estas fechas indican una resante 6 a una manta que tenía en su

3. El acceso a las cuevas


El Duende y El Conde.
Foto: Emiha Conés.

4. Cueva El Duende,
vereda de Pum1a,
Mesa de los Santos
(Santander),
donde en el año 1988
se encontraron muchas
de las telas
que hoy forman pane
de las coleccJones
del Museo Casa de Bolívar.
Foto: Fernando López.
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15
' V.:asc Carl llcnn~ l.angchac~. colección particular que fue confeccionada fuente de materia prima más cercana:
\f,•nwlo\ puhlumu•ntn ,. IIIIL"J:rclnou ulilizando una mezcla de algodón con cortando pequeñas cantidades de su propia
riiiUtl C'lllft' /tH 11111/\(tl\, \l}do .U'/
fibras de la ceiba de lana. De menor cabellera a medida que las necesitaba. Por
llaneo de la Rcpl1bhca. Uo¡:01:i. 1987.
82-88. Pablo Fcmando Pcret. H
importancia era el tique, empleado _para cierto, el cabello, siendo el material que
corncr;;:o e IntercambiO de b coca una fabricar cabuyas y algunas mochilas. la naturaleza nos dio, debe ser un material
apro"mación a la cmohosoona de bastante cómodo y apropiado para un
Chicamodoa. 1/ol<"llll ,,.¡\f'"''" dd Un material que llama especialmente la gorro: a la vez fresco y abrigado. Para el
Om. r ( 1991/) JJ.J5
gorro no. MCB G. 76 se utilizó cuerda de
atención es el cabello humano, empleado
para elaborar algunos gorros (p.e. MCB dos cabos, cada una de las cuales está
G. 76; figura 5), fabricados con la técnica formada por 25 o 30 pelos, para fabricar-
de "red sin nudos" o anillado (figura 6), lo se hubieran necesitado unos 132 metros
empicada hoy en las conocidas mochilas de cuerda, así que si estos gorros fue-
de los indígenas de la Sierra Nevada de ron tejidos con cabello propio, no hu-
Santa Marta. El uso de cabello humano biera sido una prenda para reemplazar
plantea muchas preguntas interesantes con frecuencia.
-¿cabello de quién? ¿quién fabricaría el r-
gorro? ¿por qué cabello? El uso del pelo Conseguir el fique debió ser fácil puesto
largo, generalmente muy abundante y bien que en aquella época abundaría tanto en la
cuidado, ha sido tradicional entre los región como hoy en día. El algodón, entre
indígenas, hombres y mujeres. Entre los los vecinos muiscas, era un artículo de
acruales indígenas de la Sierra Nevada de comercio de gran importancia 7 y existen
Santa Marta, los hombres fabrican sus múltiples referencias, tanto en las obras
propios gorros. Tal vez podamos imaginar de los primeros cronistas españoles como
al fururo dueño del gorro guane, no sabe- en los documentos de archivo, sobre el
mos si hombre o mujer, empleando la trueque de mantas por algodón en bruto.
Generalmente, los indios de determinado
5. Gorro !ejido en cabello lugar o cacicazgo de tierra fría iban a un
humano, ulilizando una versión lugar fijo en tierra templada, localizado
compleja de la hasta a dos ó tres días de viaje a pie; se
1écnica denominada acudía también a los mercados grandes de
"red sin nudos" o "amllado". Tunja, Sogamoso y Duitama. Entre los
Procedencia: desconocida.
D1ám~:1ro · aproximadameme
guanes, cuyo territorio tenía una alrura
20 cm. MCB G. 76. promedio menor, es probable que cada
Donado por el fallecido cacicazgo hubiera tenido sus propios
Manín Carvajal. cultivos de algodón.
Foto· Mananne Cardalc de Schrimpff.

6. Pumada uulizada
en el gorro MCB G. 76.
Dobujo: Mariannc Cardale
de Schrimpff.

16 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Una vez cosechado el algodón, son vario!> papa- colocado en su parte inferior. 1:.1 ' """"'"'' dclall(lldún m .'ianltmder'.
los procesos a seguir ames de obtener el volante da el peso necesario para hacer ¡1ublicac1ón para acompañar la exposi-
girar el huso. Entre los hallazgos en las CIÓn del m1smo nombre, Banco de la
hilo. Primero, es necesario separar la
República, B1blio1eca Pública Mumcl-
semilla de la fibra que la envuelve. En cuevas de la Mesa de los Santos, se inclu- pal Gabriel Turba). Museo Casa de
Santander, hasta hace poco, esto se hacía yen algunos volantes fabricados en piedra Bolivar - Academ1a de H1s1ona de
colocando algunos copos encima de una gris o negra con decoración incisa, los Samandcr, Asociación de Investigado-
piedra plana y presionando con una pe- cuales, por su parecido con ejemplares res del Pa1nmomo Cullural Reg1onal.
Bucaramanga. 1991
queña vara de madera de sección circular, muiscas, parecen haber sido importados
utilizada en forma de rodillo 8 • Entre desde el sur; seguramente merecían un
muchos grupos indígenas actuales, este aprecio especial no sólo por su decora-
proceso se hace sacando la semilla con las ción, sino también por su peso y su forma
manos; luego se disponen las fibras de tal bien equilibrada.
manera que formen un pequeño "cojín"
rectangular, para finalmeme golpearlo con Sosteniendo la masa de fibra preparada en
un palo hasta que las fibras individuales una mano, con la otra se va sacando y
queden bien separadas y fáciles de hilar estirando lentamente hasta formar un hilo
(figura 7). todavía sin torcer (figura 8). El otro
extremo del hilo se fija al huso, que se
Para el hilado se emplea un huso que con- hace girar como un trompo para torcerlo,
siste en una varilla de madera dura, prefe- enrollándo\o luego sobre la varilla y
8. Mujer cuna hilando
rentemente de palma, con un volante o repitiendo el proceso. Para hacer un hilo algodón:
disco -que puede ser fabricado en distin- más resistente se pueden unir dos, retor- es1ira lemamenu:
tos materiales como madera, piedra, ciéndolos en el sentido opuesto al hilado la fibr:t has1a fom1ar
hueso, cerámica o hasta una fruta o una original, logrando un hilo de dos cabos. un h1lo 1odavía sm 1op:er.
Fo1o: Mananne Cardale
de Schnmpff.

7. Prepardndo el algodún
anh:s de h1larlo.
Es1a muJer cuna uliiiLa
un palo par:t golpear
las fibras hasra
que queden bien separadas
y fáciles de hilar.
Arquía 1968.
Fo1o: Marianne Cardalc
de Schnmpff.
17
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
• Glatl}s Ta,era de fcllez ) Carmen La torsión del hilo (figura 9) puede ser en no era usual. Con el paso del tiempo y las
UrbonaCa)cedo.lt·w/r• art¡11eoftí¡¡rw• la dirección de las manecillas de un reloj condiciones en las cuevas, los colores se
Gmme lo• wlortl/llf• Dcpanamcnto
(torsión Z) o en el sentido contrario (tor- han deteriorado hasta tal punto que en
de texto les y talleres anistocos. Uom er-
sodad de los Andes. Bogotá. 1984 sión S). Entre los guanes, el hilo de algo- muchos casos es difícil determinar exacta-
Bcatri7 Oc\ oa. Aruiftu< jilll'tllfiiiÍIIIt o de dón es, casi sin excepción, de torsión S. mente cuántos tonos se utilizaron en una tela
tewln prt'colnmhmtr< Fondo de becas Sin embargo, es curioso advertir que los determinada. Se han logrado distinguir
"Francosco de Paula Santander", San- husos del Museo Casa de Bolívar, encon- alrededor de seis colores diferentes: blanco
tafé de Bogotá. 1991
trados al parecer, en las mismas cuevas (el color natural del algodón), rojo (posible-
" Reseñados por ~arios autores. entre que las telas, tienen enrollado hilo de mente más de un tono), negro, por lo menos
ellos Martin Ca~aJal. Recuerdos torsión Z. dos tonos de marrón o café y, para las
Arqueológicos de Santander. reproduco- mantas pintadas, verde-azuloso.
do en este catálo¡:o. Emolia Cortés
Guanes y muiscas decoraron sus telas de
sugoere el uso de '.1roas plantas ado-
cionales en mantas muoseas. floffiiÍotM dos maneras principales: tiñendo el hilo Estudios de los colorantes 9 indican el uso
M11<co d,./ Om . no 27 ( 1990). 62 para poder tejer con hilos de diferentes de tintas vegetales, a veces combinadas
colores y así formar diseños, o pintando con taninos o con hierro, empleado como
11
/Jofellir del M'""" dfl Urtr 1990. 16; directamente sobre la superficie de la tela. mordiente. Al parecer usaron, en algunos
Archovo Nacoonal de Colombia. Fondo
El tei'iido en pieza -sumergiendo todo el casos, una mezcla de dos o más plantas
Visitas Boyacá, XVII F 769r
tejido, una vez terminado, en el color- .para lograr el tono deseado. No podemos
precisar por el momento las especies
utilizadas, aunque la información sobre las
9. Dtagrama para mostrar
la torstón del hilo
tintas empleadas en el área durante la
en la dtrecctón época colonial nos proporciona algunos
de las manecillas indicios. Para el rojo existían varias alter-
dt un reloj (torsión Z) nativas: el palo del brasil (Hematoxylon
y en el senudo contrario brasiletto, Kanrst) que a principios de este
(torstón S). siglo abundaba todavía a orillas del Chica-
DibujO: Marianne Cardale mocha, la "bruja" (Rubia nitida, HBK),
de Schnmpff.
parieme americana de la famosa rubia
europea, y un líquen, las "barbas de
piedra" (Usnea barbara, L). Para el color
naranja se usaba la cáscara del trompeto
(Bocconia fnitescens, L) 10• Pablo Pérez
encuentra. en una visita del año 1602, un
dato curioso sobre los muiseas que habita-
ron lugares como Chusvita en el cañón
del río Chícamocha, en los límites septen-
trionales de su territorio 11 • Según este
documento, los indios de aquella época
hacían "labranzas de 'ayales verde y co-

10. Gorro de algodón


elaborado en técnica
de enrollado.
Empezando en el ce m ro
de la copa.
se va enrollando
una cuerda gruesa
y fijando cada vuelta
con puntadas en hilo
de algodón.
Procedencia:
cueva El Duende,
vereda Pumia,
Mesa de los Santos.
Diámetro
(máximo conservado):
23 cm. MCB G. 251.
Foto: Rudolf.

18
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
!orado· conque se tiñen las mantas colo- rum, L) en conjunto con el dividive (Cae- conocidas esteras de palma fabricadas
radas por ser tierra templada" ("hayo" era salpinia tinctoria, {II BK) Domb. ex OC) actualmente en el departamento del Cesar.
la palabra utilizada en la época colonial para proporcionar taninos; como la prime-
para coca). ra de estas plantas es del Viejo Mundo, Textiles elaborados sin telar
posiblemente utilizaron una de las espe-
Una investigación en proceso, de gran cies relacionadas de aquí. El análisis de Mencionamos el uso de la técnica de "red
interés, es el análisis emprendido por dos tintas cafés en otras mantas, revela sin nudos" o "anillado" para fabricar
Beatriz Devia de los colorantes en las colorantes de tipos presentes en la madera gorros de cabello humano empleando,
fibras arqueológicas. Una dificultad que del árbol dinde (Chlorophora tinctorea, generalmente, variedades bastante comple-
encuentra es que una misma planta puede (L) Gaud.) utilizado también con dividive; jas (figura 6). Curiosamente, ejemplares
proporcionar colores muy distintos según sin embargo no se ha encontrado, hasta de la versión sencilla de esta técnica son
la preparación de la tinta; por otro lado, ahora, evidencia del uso de dos colorantes muy poco comunes -conozco sólo un
la composición química de los colorantes muy importantes durante la época colo- fragmento conservado en una colección
en diferentes plantas puede resultar prácti- nial: la cochinilla y el índigo. No se han particular-. Hasta donde se sabe, y en
camente idéntica. Según este estudio, los analizado, hasta el momento, hilos ne- contraste con muchos grupos indígenas
colorantes de color café utilizados en una gros, color que se puede lograr tiñendo actuales donde la técnica se emplea princi-
manta de la Mesa de los Santos que perte- primero con las hojas de la enredadera palmente para bolsas, entre los guanes
nece hoy al Instituto Colombiano de An- "chica" (Bignonia chica, II.B.K.) y luego parece haber estado restringida a la fabri-
tropología (41-lfl-2498A), serían compati- enterrando la madeja o. eventualmente, la cación de gorros.
bles con el uso de la rubia (Rubia tincto- pieza, en barro, sistema empleado para las
Las figuras antropomorfas muiscas de oro
{tunjos) y cerámica se destacan por la
11. Hombre ica de la Sierra Nevada de Santa Mana elaborando su gorro en fique,
empleando la misma técnica utilizada para el gorro guane. San Sebastián de Rábago. 1966. variedad de sus gorros y otras clases de
Foto: Marianne Cardale de Schrimpff. tocados. Los guanes representaron muy
pocas figuras humanas que pudieran ser-
virnos de guía, pero en las cuevas se han
encontrado al menos cuatro tipos diferen-
tes de gorro. Uno de ellos se conoció por
primera vez hace poco cuando se descu-
brieron las cuevas de La Purnia donde se
encontraron dos ejemplares (MCB G. 259
y 268). Se elaboraron por la técnica de
enrollado (figura 10): empezando en el
centro de la copa, se va enrollando una
cuerda gruesa y fijando cada vuelta con
puntadas en hilo de algodón. las cuales
cubren la cuerda de fundamento, ocultán-
dola casi por completo. La técnica es casi
idéntica a la que utilizan hoy los indígenas
ica (figura 11) de la Sierra Nevada de
Santa Mana, aunque en esta última región
se utiliza el fique.

Martín Carvajal tenía varios gorros en su


colección, dos de los cuales parecen haber
sido confeccionados, al menos en parte,
en tela tejida en telar con listas de colores
vivos. Encontró uno de ellos con la mo-
mia de una mujer que lo llevaba, relleno
de algodón, sobre su cabeza; el segundo
se fabricó con tela de algodón y bandas de
pelo humano. El Museo Casa de Bolívar
posee una pieza, al parecer un gorro, que
se elaboró plegando y cosiendo una tela
• rayada. Tiene además parte de una com-
pleja construcción anudada que también
parece ser un gorro.

En la Mesa de los Santos se han encontra-


do fragmentos muy interesantes de red
elaborados en nudos llanos de envergue,
los mismos utilizados hoy para fabricar
atarrayas. Una herramienta necesaria es
un palito alrededor del cual se pasa el hilo

19
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
entre cada nudo, formando así una hilera maneras. Esta prenda única est{l incomplc que este tipo de mochila fue utilizada por
de curvas cerradas n argollas en las cuales ta; se conserva parte de lo que sería la ambos sexos. Algunos fragmentos planos
se labra la siguiente hilera de nudo~ De "copa" con una faldilla o solapa que en el Museo Casa de Bolívar (G. 67 y 68)
esta manera se asegura que las argollas caería hasta los hombros y una ura en son tan grandes (con anchos superiores a
sean todas del mismn largo y que la malla tejido liso que lo cerraría por debajo del 51 y 65 cm, respectivamente), que no se
se forme sin irregulandades En la Mesa mentón (figura 14). puede descartar la posibilidad de que
de los Santos, el nudo se utilizó de distin- formaran parte de tejidos de otra forma.
tas maneras para formar mallas relativa- En las cuevas de Purnia se encomraron
mente abiertas o bastante tup1das. estas dos bolsas rectangulares incompletas No todas las bolsas se fabricaban con la
últimas son cas1 s1n excepción en algodón (MCB G. 270 y 275) más otros fragmen- técnica de anudado. También existen va-
y se parecen más a una "tela" que a una tos demasiado pequeños para permitir nos fragmentos y unos ejemplares más
red. La forma de trabajar también era reconstruir su forma origmal (figura 15) completos (MCB G. 239 y 294) confec-
bastante flexible y se practicó tanto en Las mochilas anudadas parecen haber s1do cionados con la técnica denominada
espiral (para hacer ObJetos circulares) relativamente comunes en las cuevas, y "sprang entrelazado" o "entrelazado recí-
como de un lado hacia el otro cuando se Martín Carvajal menciona dos que él tenía proco" (figura 15). El término "sprang",
trataba de elaborar objetos rectangulares. en su colección, una con poporos y la otra de origen escandinavo, implica que el
En un ejemplar (MCB G. 66) que identifi- con algodón y husos para hilar. Si es juego de hilos utilizados está amarrado en
camos tentativamente como una especie de cierto que los poporos eran de los hom ambos extremos de manera que, al entre-
gorro (figura 13), se trabajó de ambas bres y los husos de las mujeres, parece lazar los hilos en un extremo, el proceso

12. Posib1erncmc un gorro. e \la p1eza confecc1o


nada en lela rayada. plegada y cos1da. es ha\la
ahora úmca MCB G 249 Fo1o. Mananne
Cardale de Schnmpff

13. Esm esuucrura compleJa.


clabrmtda en nudo\ llanos
de envergue. 1ambu!n
parece 'er pane de un gorro.
Largo dd gorro
med1do desde la copa:
19.5 cm. MCB G. 66.
Fo1o: Manannc Carda le
de Schrunpff

20
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se repite en imagen de espejo al otro Los telares y sus productos 11
p eJ Pablo Solano, Artrwmu
extremo. Uno de estos eJemplares, elabo- llrl}aLtllf~. Artesanías de Cotomb1a,
rado en fique, conserva la característica No se ha podido determinar a ciencia Ld1tora Arco, 1974, figs 75, 90 y 98
cuerda central que impide que el tejido se cierta el tipo de telar utilizado por los
deshaga. Estas mochtlas constituyen un guanes aunque, como veremos más ade-
interesante ejemplo de la supervivencia de lante, probablemente era vertical. Según
una técnica desde tiempos precolombinos. relata Schottelius en su descnpción de la
puesto que los campesinos de grandes cueva de los Indios. entre los hallazgos
extensiones de Cundinamarca, Boyacá y figuró un telar pero su paradero actual se
Santander siguen utilizándola para fabricar desconoce y no existen descnpc10nes
mochilas de fique y pequet1as bolsas de detalladas. Es posible que no fuera un
lana (figura 16) 12 • armazón completo, sino más bien las
herramientas para tejer, tal vez con una
Otro grupo de mochtlas, pequeñas y de tela parcialmente tejida. Grupos indígenas
forma rectangular, está elaborado en una actuales generalmente arman el telar con
técnica que no se ha analizado hasta el unos palos cortados en el monte vecino
momento (figura 17). Muy tupidas y cada vez que necesitan tejer; una vez
resistentes, llevan motivos geométricos terminado el tejido, los palos generalmen-
basados en anchas líneas rectilíneas. te acaban en el fogón. Lo que se guarda

A 8

14 Detalle del gorro(?)


no. G. 66 con el mt!totlo
empleado para agregar
la zona trapezOidal
de la faldilla.
Dibujo: Marmnnc Cardale
de Schrunpff.

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21
cuidadosamente de generación en genera- remate en cadeneta. Los orilles laterales son comunes- llevan diseños tejidos en toda
ción son los diferentes instrumentos utili- de dos clases, tubulares o -especialmente la zona central de la tela (figura 24);
zados para tejer -el separador, la macana en el caso de las grandes mantas pintadas- consisten en conjuntos de motivos geomé-
o golpeador- elaborados por preferencia en forma de arcos pequeños debido al uso tricos como líneas paralelas, triángulos,
en la dura madera negra de ciertas espe- de tramas múltiples; los oríllos sencillos son espirales y, muy de vez en cuando, aves
cies de palma, y, eventualmente un peque- poco comunes. o animales estilizados (figura 25).
lio palo o instrumento en hueso. empleado
para separar mejor las urdimbres; con el Textiles decorados Estos diseños están tejidos en la urdimbre
paso de los años el contacto prolongado y no en la trama como sería más usual en
con las manos y las urdimbres les confiere Los guanes desarrollaron una amplia gama la zona meridional del país. Es decir, al
a todos un alto brillo. de diseño o decoración textil. Se encuen- alistar el telar y envolver en él los hilos
tran desde telas completamente blancas, de la urdimbre, se planifica de una vez el
En las Américas se utilizan tres tipos del color natural del algodón (figura 20), diseño, cambiando el color para cada raya
principales de telar: el horizontal, el de algunas con listas delgadas de color oscu- y alternando colores para las zonas con
cintura y el vertical (el gran telar de ro, hasta telas de fondo rojo o negro con motivos tejidos. Estos se elaboraron con
pedales que se emplea hoy en los pueblos rayas de colores contrastantes (figuras 21, urdimbres complementarias; en otras
para tejer ruanas y cobijas fue introducido 22, 23), y listas que llevan motivos tejí- palabras, utilizando dos juegos comple-
por los españoles). El telar horizontal se dos. Las telas más elaboradas -y menos mentarios de urdimbres, de dos colores
encuentra mucho en la región andina al
sur de Colombia. El de cintura se emplea
tanto en Perú y Ecuador con el extremo
meridional de Colombia como en regiones
de Mesoamérica, especialmente Guatemala.

El telar vertical, tiene una distribución


muy amplia y es el telar utilizado actual-
mente entre los diferentes grupos indíge-
nas del norte de Colombia (figuras 17 y
18). Mientras el telar de cintura es espe-
cialmente útil donde las mujeres salen a
pastorear rebaños de llamas, un instru-
mento portátil no ofrece ventajas obvias
para los guanes. Además este tipo de telar
tiene limitaciones en cuanto al tamaño del
tejido que se puede fabricar cómodamente
en él puesto que el ancho está limitado
por el alcance de los brazos así que mu-
chas de las prendas consisten de dos
anchos, de unos 60 cm cada uno, unidos
por una costura. En cambio, aunque las
telas de los guanes y de los muiscas va-
rían mucho en sus dimensiones, se cono-
cen ejemplares de 1.80 metros de ancho o
más, y todos sin una costura central.
15. Diferentes tipos de mochilas encontradas en
En las Américas no se acostumbraba las cuevas de Pumia. A la izquierda (arriba) un
cortar la tela -a los indígenas les hubiera fragmento de mochila de algodón elaborada en la
parecido un desperdicio, sin sentido, del técnica "sprang" entrelazado (cueva Ei Duende,
tiempo y esfuerzo gastado en preparar el MCB G. 294) y (abajo) parte de una mochila anu-
dada en nudos llanos de envergue, también de
hilo, teñir y tejerlo. El textil se tejía de algodón (cueva El Duende, MCB G. 270). A la
una vez con su forma final- generalmen- derecha una mochila de fique, también elaborada
te un rectángulo más largo que ancho. en la técnica de "sprang" entrelazado (cueva El
Conde, MCB G. 239). Esta última técnica es la
Las telas que han sobrevivido en terriwrio misma utilizada todavía para mochilas por los
guane se caracterizan por el tejido tupido en campesinos de todo el altiplano cundiboyacense y
el cual los hilos de la urdimbre predominan samandereano. Dimensiones del MCB G. 239:
30 x 30 cm. Foto: Rudolf.
sobre los de la trama hasta tal punto que
éstos quedan, a veces, completamente tapa-
dos. El hilo utilizado es, casi sin excepción,
de un solo cabo (sin doblar). La gran mayo-
ría de los ejemplares bien conservados
termman a cada extremo en flecos, forma-
dos por la parte final de las urdimbres; entre
el fleco y la zona tejida se encucmra un 16. Mochila actual.
F01o: Mananne Cardale de Schrimpff.
22
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diferentes, se les puede tejer de tal mane- cas, mientras que los guanes preferían " Juan de Castellanos, /111/imu <Id
ra que las urdimbres de un color predomi- diseños tejidos. Juan de Castellanos n Nutw Htow <lt Grall(ldu, Canto XI
nan sobre una superficie y las del otro describe el "ropaje" guane (ediCIÓn de 1955, p. 316)
sobre la otra superficie. El motivo es "de telas de algodón,
" Publicado por Eduardo Londoño.
visible sobre ambas caras de la tela en que van tejidas Santuarios. santiltos, tunjos obJetos
forma negativa/positiva: si sobre una cara con hilos variados en vouvos de los mu1scas en el s1~lo XVI
es, por ejemplo, rojo sobre fondo de color colores". Rolrt/n dd Mu<to dtl Om. no. 2S
crema, sobre la otra cara, el mismo moti- (1989). 107.
vo será crema sobre rojo. En los documentos de los siglos XVI y
XVII, se hacía una distinción entre "pinta-
Estos detalles técnicos son característicos do" y "pintado de pincel ", el pnmer
de las telas encontradas tanto en territorio término empleado para indicar diseños de
Guane como Muisca. Los tejedores de las cualquier tipo. En 1583 el testimonio del
dos etnias indudablemente compartían, en cacique de Tenza, por ejemplo, sobre el
buena parte, una misma tradición y esta- saqueo de un santuario, encontramos
mos lejos, todavía, de poder señalar las "Que con él [una figurina en oro de un
características diagnósticas de las telas de muchacho] estaban dos petacas de caraco-
cada grupo. La situación se complica por les y seis mantas de algodón de la marca
el hecho incontrovertible de un comercio muy buenas, una pintada de pincel y dos
muy activo entre puntos tan distantes del blancas y dos coloradas, la otra pintada de
altiplano, que difícilmente se puede asegu- negra... " 14 . 17. Mochtlas encomradas
rar que toda tela encontrada en un lugar en la~ cuevas de Pumia,
fue tejida en la vecindad . Es interesante encontrar que en las colec- Mesa de lo~ Samos.
De izquierda a derecha.
ciones del Museo Casa de Bolívar se arnba· MCB G 288.
Algunos de los cronistas españoles insi- conservan sólo cuatro ejemplares de telas G 250, G 289;
núan que mantas "pintadas con pincel " pintadas, incluyendo el fragmento recién abajo G 242. 249a,
(como las que mencionamos al principio llegado de las cuevas de Purnia. Este 249. 250a
de este capírulo, halladas por la expedi- último, además, es el úmco pintado entre (todos de la cueva
ción de Jiménez de Quesada en bohíos en los 73 textiles hallados allí Curiosamente, F.l Duellde con IJ e:<cepctón
el río Opón) eran comunes entre los mu1s- en las cuevas exploradas por Schouellu'i dc:l no. G 242:
el no. G. 289 mtdc:
13 cm de ancho).
Foto: Rudolf.

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23
1' Panucd Tc,nles from Ca1cs 111 lho las telas pintadas parecen haber sido más
Eas1em Cord1llcra. Colomb1a /l~t• ·""""' comunes; él vio fragmentos de cinco
H /Jml Cmifo\'1/Ce "" A11dm11 láfllt•<,
ejemplares pero supo de varios más,
TI1e Te\Oie Museum. Washmglon. 1986.
105-217 incluyendo uno "del tamaño de una cu-
bierta de dos camas". Quizás su frecuen-
1• Las .1 lelas que penenecen al pnmer
cia mayor tiene algo que ver con el hecho
grupo son el no. G 60 en el Musco mencionado antes, que las momias fueron
Casa de Bol11 ar. un fragmenlo más
pequeño en el Museo del Oro ) dos
sepultadas en posición extendida y por lo
fragmen1os. al parecer de una m1sma tanto requerían de mantas de mayor tama-
lela. en la anugua colección dd ño para envolverlas.
an1ropólogo Al• aro Cha' es
Posiblemente entre las telas pintadas
existan más posibilidades de diferenciar
los estilos guane y muisca y aún, quizás,
los de regiones específicas de los territo-
rios de cada grupo. llace unos años hice
un intento preliminar de agruparlos según
criterios estilísticos 1 ~. El primero de estos
grupos (figura 26) está formado por sólo
tres ejemplares 16 , pero los motivos son
tan similares a los de ciertos tipos de
cerámica guane (figura 27) que su zona de
origen no deja lugar a dudas. En cuanto a
los detalles técnicos del tejido, son muy
similares a los de las telas con diseños
tejidos, con las urdimbres utilizadas senci-
llas (y no en pares) y con orillos tubula-
18. Hombre ica usando un telar venical.
Foto: Marianne Carda le de Schrimpff.

19. Dibujo de un telar venical


con sus mstrumento\.

• •

B
'
Urdimbre

Cone
de los
instrumentos

24
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res; en cambio los m01ivos decorativos ción, en muchos casos, de un verde-azulo· 11 M.orgrdhe Hald. An wifinllhed lubulur

forman un contraste notorio. Estos son so (figura 28). Muy posiblemente emplea- f<llrrl< fmm lhe Clunl(lllliiO lndtclll\
grandes, distribuidos en paneles delimita- ron una técnica de pinrura negativa. Algu- Ht~lllt<l The Ethnograph•cal Muscum of
S" edcn. Stoclholm (Sta!ens Ethnografisb
dos por grupos de líneas paralelas, mien- nas de estas telas tienen diseños muy \1uscum). Monograph Senes. Pubhc:lbon
tras los diseños tejidos consisten en mu- complejos que no siempre tienen nexos ~o ~. Stocl.holm, 1962

chos elementos pequeños con una tenden- obvios con los de la cerámica, como es el
' Mantas mu1scas Bolmít dd .\fu"'"
cia a formar motivos entrelazados. caso de los bellos ejemplares encontrados,
dd 0ffJ. no 27 ( 1990)
al parecer, en el páramo de Pisba hacia el
En el segundo grupo de textiles pmtados, extremo none del territorio mutsca (M.O. S) h 1a Broadbent, Chllxha te~t1les m
las urdimbres se tejen en pares y los TM 18 y 19), y publicadas por Emilla the llnt1sh Museum. Anuqull). \Ol
IIX, no 227 (1985), 202
orillos, en vez de ser tubulares, presentan Cortés 18• Otra tela encontrada en Gachan-
la serie de arcos pequeños resultante del tivá o, evenrualmente, Gachancipá (ambos "' Eduardo Londoño Mantas mu1scas •
uso de múltiples tramas (a veces hasta lugares en territorio muisca pero el prime- Una upologia colomal Bole11i1 dd
\fu•~" tftl Oro, no 2S (1989), 121
ocho). Esta práctica es una ventaja en ro relativamente cerca a tierras guanes),
telas muy anchas porque permite que dos tiene entre otros motivos, una figura
o más personas trabajen en el telar al humana de claro estilo muisca 19•
mismo tiempo, sin tener que esperar que
el otro desocupe la bobina con la trama . Indudablemente, los diseños de las mantas
Otra modificación encontrada en telares tenían profundos significados para muis-
etnográficos en los cuales se tejen telas cas y guanes y algunos cronistas insinúan
anchas, es el uso de lisos nexihles de lo mismo para los colores. Los sacerdotes
cuerda (sin un palo), para permitir la muiscas usaban mantas negras en ciertas
aberrura parcial de la calada (es decir, ocasiones 20 y el cronista Fray Pedro Si-
subir la mitad de las urdimbres para abrir món, escribiendo a principios del siglo
paso a la trama) 17• Los colores son simi- XVII, hace una referencia al sacerdote/ca-
lares a los del primer grupo con la adi- cique de Sogamoso quien amenazaba con

20. Mama blanca con dos pares de hsras angostas


de color café. Es esta la manta menctonada en el
anículo de Mario Acevedo Díaz. cuya muema
dto la fecha del siglo quince después de Cnsto
Cueva El Conde, Pumta. Ancho: 58 cm en
promedio (la mama no es completamcntt: rectan
guiar); largo conservado 58 cm. MCB G. 231
Foto: Mananne Cardale de Schnmpff.

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" Sotu 1111 1/Htormlf\, pan e 2J , -la
traer enfermedades y mal tiempo: para Desde luego, sería mucho mas fácil com-
not1c1a, /1625/ ( 1981 ), ·114-~ 1S traer "cámaras de sangre" se vestía con pletar los del311es si las momias en las
mamas coloradas, para viruela mantas cuevas y abrigos se encomraran vestidas
:: \'""'""'' IIHII>rmlt•, p.1nc 2a. ~a viejas y para "secas y hielos", mamas en vez de esl3r simplememe envueltas en
nOIICII, Cap J ( 1C)81 ), 174
blancas ~ 1 • sus mantas. Para mayor información te-
nemos que acudir nuevamente a los cro-
Reconstruyendo la vestimenta guanc nistas españoles. Simón incluye varias
descripciones del vestido de los muiscas,
Volviendo nuevameme a los hallazgos en bastante similar, según insinúa, al de los
las cuevas, ¡,qué es lo que nos enseñan guanes, e inspirado en ambos casos por el
sobre la apariencia de los guanes? Los héroe mítico Bochica cuando visitó sus
podemos imaginar con una abundame territorios. Tal vez la descripción más
cabellera larga, atada, quizás, con una detallada del vestido guane la debemos a
ctnta, de la manera descrita por Simón 22 , Juan de Castellanos, quien vino a las
y en muchos casos, con la cabeza cubierta Indias alrededor del año 1534 y después
por un gorro. Sobre el hombro llevarían de desempeñarse como soldado, vivió
terciada una o más mochilas, confecciona- largos años como sacerdote en Tunja,
das de distintas maneras de acuerdo con el donde escribió su "Historia del Nuevo
uso al cual se destinaban o, evenrualmen- Reino de Granada". Según esta autoridad,
te, al clan o linaje al cual pertenecía su quien debió tener múltiples oporrunidades
dueño. de ver indígenas guanes con su indumen-

21. Manta roja


Muchas de las manta~
de estas cueva~
llenen una zona central
rayada, bordeada
a cada lado
por una h~ta ancha
con diseños tejido~
en la urdtmbre.
Cueva El Duende.
Largo (málltmo con~rvado) 23. Algunas mantas como esta,
51 más el fleco llenen un fondo rojO sin rayas.
6 5 cm'~ 100 cm (ancho total ). Cuev.t El Duende, vereda de Pumta.
MCB G 248a . Foto: Rudolf. Dtmenstones conservadas:
largo 36 x 68 cm. MCB G. 277.
Foto: Rudolf.

22. En esta manta, stmilar a la anterior, las listas


anchas llevan motivos pequeños aislados en vez
de un dtseño continuo. Cueva El Duende, vereda
de Pumia. Mesa de los Santos. Largo (máximo
conservado) 85 cm más el fleco de 3 cm x 95 r.m
(ancho completo). MCB G. 261. Foto: Rudolf.
26 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
taria autóctona, ésta consistía en una Estas descripciones de los cronistas sugie- 11
ll11torra del Nue•·o Remo de (¡l"fJ·
mama usada como falda que rodeaba la ren que entre las prendas de vestir deposi- 1wda. CanlO XI, 1955 316
cintura y otra que tadas con los muertos en las cuevas debe-
" S1món. panc 2a • 5a notiCia, cap 8
"de los hombros va pendiente mos encomrar mamas de tres tipos y 1625 (1981), p . 39 Tamb1én los men-
al izquierdo va trabada con un tamaños diferentes: la utilizada como Ciona Castellanos. 1/ntona del Sur• o
nudo falda (guan en el idioma muisca), la Rtmrl de Gmnoda, Canto 10 (ed1c1ón
dada con los extremos de la de 1955, p 306)
"pampanilla" y la mama de encima. No
mama; n·. conocemos descripciones detalladas de
ninguna de ellas pero el uso de la falda ,
El vestido de hombres y mujeres era tanto por hombres como por mujeres, ha
prácticamente idéntico, con la diferencia sido relativamente común entre los indíge-
de que las mujeres casadas nas de Colombia y puede arroJar algunas
".. por honestidad y más luces sobre su uso emre los guanes. Ac-
resguardo tualmente se encuemra, por ejemplo, entre
usan debajo desto pampanillas .. " los de Guambía, en el sur de Colombia y,
en el norte, hasta hace poco, entre los
En la guerra, los hombres usaban pena- chimilas que habitan las tierras bajas cerca
chos de plumas "con que parecían mucho a la Sierra Nevada de Santa Marta . Am-
más altos y dispuestos que ellos eran" 24 • bos grupos usan una tela rectangular, más

25. Aunque en la 24. Las mantas


mayoría más lujosas
de las mantas, uenen d1seños tejidos
los diseños tamb1én en la
son geomérncos, zona central:
ocasionalmente cueva El Duende.
se encuentran D1mens1ones
aves esulizadas. máx1mas conservadas·
En este ejemplar, largo 36 x 68 cm.
tejido en blanco MCB G 244.
y negro, el ave Foto Rudolf
uene una gran cresta
sobre la cabeza
y el p1co ganchudo
de un ave de rap1ña
o papagayo MCB G 266.
Foto: Rudolf.
....

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
11
Los guambianos usan una tela larga que ancha, puesta con la urdimbre por los muiscas foí o boi. Castellanos no
comprada. relativamente delgada, que en sentido horizontal 25 • indica las dimensiones de ésta pero Si-
emplean doble. Es una tela de 1.50
metros de ancho y doblada, da una
món 27 , refiriéndose, al parecer, en forma
falda de 7S cm de largo que llega a la El segundo tipo y tamaño de manta, entre generalizada a la tradición de vestimenta
mitad de la pantorilla o un poco más muiscas y guanes, lo conformarían "las introducida hacía muchas generaciones
arroba. Los hombres muy altos doblan pampanillas" de las mujeres, una prenda por Bochica, usa para la manta superior el
la tela en forma des1gual para lograr
que la falda llegue a la m1sma altura
que, según el diccionario de la lengua, término "alma galafa" que significa
La cantidad de tela que se compra adquirió su nombre español de pámpana "vestidura morisca de hombre y de
depende de las medidas de la persona "por alusión a la hoja de parra con que se mujer, especie de sobretodo, saya o
pero para un hombre "repuesto", 1 20
cubrieron nuestros primeros padres"; es gabán que cubre desde los hombros
metros da un buen translapo. Se usa
con la abenura atrás (en el centro) y se "una especie de tOnelete que usan los hasta los pies" 28 • Dos entradas en el
mantiene por medio de un cinturón. sin indios por honestidad y decencia", o sea Diccionario y Gramática Chibcha 29
necesidad de doblar la tela encima Los una falda pequeña y corta utilizada, en también sugieren que la manta superior
chimilas usaban faldas más conas,
este caso, por debajo de la otra. Aunque era de buen tamaño, por lo menos cuando
arriba de la rodilla. teJidas por las
mujeres; como el clima es calido y la Juan de Castellanos las menciona específi- se trataba del foí de los muiscas; encon-
tela relativamente gruesa, no había camente para las mujeres casadas guanes, tramos en la p. 247 "Echarse el cauo de
necesidad de doblarla. Se la sostenían quizás los muiscas las usaban también la manta en la caueza. Foi coca izys bquy-
doblando un extremo debaJO del otro
encima de la cadera derecha en estilo
puesto que su idioma incluía una palabra squa." y "Echarse ensima la manta el que
"toalla de baño". o por medio de para ella: tocanzona 26 . está acostado. Foi chahas bzisqua."
amarres localizados en los dos extre-
mos supenores Un ejemplar estudiado
El tercer tipo de manta sería la que "de Otra palabra asociada con ropa, "gympqua",
en los años 60 medía 95 cm en el
sentido de la urdimbre por 48 cm de los hombros va pendiente", denominada figura como "manta vieja" pero la traduc-
ancho en el telar o sea 48 cm de largo
una vez puesto. Agradezco a CruL
Trochez y a Miguel Flor por mformac16n
sobre el vestido guarnb1ano. La mforma-
ción disponible sobre la falda clúmila se
encuentra reseñada en Marianne Cardale
de Schrimpff. Ttchmques of fltmd·
Wecmng und ulhed Ans m Colomblll,
Umversity Microfilms lntemarional, Ann
Arbor, 1984, cap. 2.

16 p . 288 del Dtccionnno y C"rramática


Ch1bcha, Manuscnto an6n1mo de la Bi·
bliotcca Nactonal de Colombia Trans·
cnpc16n y cstudto h1stónco • anallttco
por Maria Stella Gonulez de Perez.
Instituto Caro y Cuervo, B1bhoteca
"Ezeqmel Uncoechea". vol l. Bogotá,
1987. Es de lamentar que no parece
ex1stir un diccionano s1m1lar para el
1dioma guane, el cual logró conservar-
se, según pudo comprobar el presbítero
lsaías Ard1la (El pueblo de lov guanc,,
Bogotá, 1978, 140). hasta al menos
mediados del stglo XVII y probable·
mente medio siglo más

2
' Pane 2a. 4a noticia. cap 3 (edición

de 1981, 374).

" Esta palabra no figura en ediciones


recientes del DicciOnario de la Lengua;
la dcfinictón viene del suplemento de la
edición de 1783.

,.p. 247.

26. Mama pintada en uno


o dos tonos de marrón oscuro
sobre blanco.
Procedencia: Mesa de los Samos.
Largo 124.5
(incluyendo los flecos) x 95 cm.
MCB G. 60, donado
al museo por Gustavo Ordóñez Cornejo.
Foto: Marianne Cardale de Schrimpff.

28 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
ción exacta parece ser más compleja Lratán- de que las dimensiones promedio varían 10
DICCIOnano ) Gramáuca, p. 278 . A
dose, eventualmente, de una palabra genéri- entre los textiles de distintas cuevas, pero la ve1 (p 263), se uhhz.a para "vesudo"
ca para telas indígena~ '0. No todac; las telas también hay mucha variación entre los y en la oración "Fuarse los 1nd1os con
su manla". Poslblemenle se relaciona
tejidas por guanes y muiscas eran necesaria- tamaños de los ejemplares de un mismo con la palabra ¡wa teJer (p 324) z~p·
mente utilizada-; como ropa; enconttamos lugar. Por ejemplo, las mantas encon- quafqua, Sin embargo, hay que 1ener en
nuevamente la palabra "gympqua· en la tradas en la cueva El Conde son excep- cuenla que la forma "pqua· es relauva-
menle comlin en el idioma mUisca
oración para envolver el niño (guasgua cionalmente pequeñas: enlre 10 fragmen-
gynpquy jihisran lP). Además parece que se tos de mantas con el ancho conservado, JI p 322
utilizaban, a veces como tapetes (Tender en éste varía de 43 a 78 cm con la mayoría
el suelo la manta, la estera, la alfombra, etc. por encima de 60 cm ' 2 Como ninguna 'l Mananne Cardale de Schnmpff.
Informe prehmmar sobre el hallazgo de
HiciiOS zemuysqua lo) clzytas blPSqua ") 11 . está completa, solamente tenemos indicios 1exules y otros elementos perecederos
Teniendo estos datos en mente al examinar del largo: todas miden más de 70 cm y consenados en cuevas en Pum1a, Mesa
las telas de las cuevas, encontramos que una más de 1.20. Las telas de la cueva El de lo~ San1os, Bol~ll'n d~ Arqu~ologio,
Fundac1ón de Investigaciones Arqueo-
aunque la mayoría son incompleta~ o con- Duende tienden a ser más anchas, mien-
lógicas Nac1onales, año 1, no . 3, sep-
servan sólo una de la~ dos dimensiones, tras las que proceden de otras cuevas de llembre 1987. 8
existen, efectivamente, diferencias aprecia- la Mesa de los Santos miden, con alguna
bles en el tamaño de ellas. Se conocen frecuencia, más de un metro de ancho ' 1 . " P eJ Musco Casa de Bol!var G 74 .
131 cm, G 83 124 cm
ejemplares con un ancho de un poco más de
40 cm hasta mantas pintadas de más de 180 Este es un tema que merece ser explorado
cm, mientras que el largo es generalmente con más detalle; sin embargo, parece
entte 1 y 1.50 mettos, con algunos ejem- razonable proponer que las mantas más
plares mayores Empezamos a tener indicios pequeñas, de alrededor de 43 cm de an-
cho, podrían haber sido utilizadas como
"pampanillas". las medianas como faldas
y las de dimensiones mayores como las
mantas superiores. También estarían re-
presentadas, se supone, mantas pequeñas
utilizadas por los niños y las de otros
usos.

Si las faldas guan se usaron de man~:ra


sJmJiar a las de los guamb1anos > chlml-
las, como sus formas y dimensiOne~ su-
gieren, las listas de colores y las bandas
de diseño correrían en senudo hori10ntal
con los flecos en la zona de traslapo. Las
telas no parecen tener un "derecho" y es
probable que pudieran llevarse con cual-
quiera de los dos lados hacia afuera. Es
interesante constatar que, cuando hay
bandas con motivos tejidos, éstos general
mente empiezan a cierta distancia del
orillo, posiblemente porque esta zona se
tapaba. Los diseños se pudieran apreciar
mejor si la falda se hubiera cerrado hac1a
27. Los d1seños de
atrás} no hacia adelante. Con una posible
esta jarra guane.
pintados en roJO ~obre excepción (MCB G 261}, ninguna de las
un fondo café claro, supuestas faldas tiene amarres. por otro
companen vanos detalles lado, son relativamente comunes tiras
con los de la reta . angostas y blancas, generalmente fragmenta
Cada mouvo geomémco das, uólizadas, a veces, para amarrar un
está bordeado por zonas
de color o~uro dehmnadas, exttemo del fardo funerario. Se Lratan, al
a su vez, por grupos parecer, de fajas (inzone o inzona en el
de líneas paralelas idioma muisca) y quizás se utilizaron para
Alrura: 22 cm MCB G 131. sostener las faldas (figura 32).
Foro: Mananne Cardale
de Schnmpff Emitía Cortés realizó una reconstrucción
interesante de un hombre muisca vestido
con su foi (o boi) pintada. Según las
proporciones del hombre, el dibujo mos-
traría una manta de aproximadamente 1

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 29
" Manrume Cardale de Schrimpff (1984, metro de lado, tamaño que sería cómodo. decoración) en sentido horizontal, así que
colado amerionnenle). p. 561-564. Ella propone que el tamaño ideal sería de para las personas que los vestían el largo
unos 186 x 186 cm, o sea las dimensiones era de l. 77 metros 34 . Aun así, se usaba
,, p. 265.
de la manta "de la marca" que descri- siempre con un cinturón que permitía
biremos más adelante. Experimentos ajustar la parte inferior del shé hasta la
sugieren que una tela de estas dimensiones altura de la rodilla y así facilitar el movi-
sería una prenda muy incómoda, cuyos miento y obtener mayor frescura. Se
extremos se arrastrarían por el suelo. Sin conservan muy pocos, porque se acostum-
embargo, un análisis de la literatura etno- bra enterrarlos con sus dueños. Es intere-
gráfica revela la existencia de prendas de sante encontrar que el Diccionario y
vestir de un tamaño sorprendente, como Gramática Chibcha Js trae una oración que
los shé con sus complejos diseños tejidos, sugiere que los hombres muiscas también
utilizados por los hombres guajiros: estos utilizaron fajas para amarrar la manta, al
medían unos 2.45 ll)etros de largo por menos mientras trabajaban, para que no
l. 77 de ancho en el telar y se colocaban, les hiciera estorbo (Faxarse los yndios con
también, con el largo (y las bandas de su manta quando quieren trabajar. Zgymp-

28. En esta manta fragmentada,


el área pintada está restringida
a la zona central y bordeada
por una lista angosta
en negro y rojo, con disei\os
geométricos tejidos en la urdimbre.
Para el diseno pintado
se utilizó un color azul-verdoso
que es común entre las mantas
pintadas pero nunca se utiliza
para disei\os tejidos.
Las líneas del disei\o son bastante
finas y trazadas con mucha precisión:
debió utilizar, seguramente,
una regla como las que se pueden
elaborar en guadua.
Procedencia: Mesa de los Santos.
Domc:nsioou:~ máximas conservadas:
largo 71 x 40 cm. MCB G. 72.
Foto: Arturo Vargas.

,.

30 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
qua zinrac bzasqua). Llama la atención gados del Perú con el ejército de Belalcázar, " María LUisa Rodnguez de Montes,
que, según Castellanos y Simón, los tuvieron una fuerte influencia 36• Es intere- Al¡:omll\ Que<hwmoo~ t11 ~/ 'AU·("
guanes anudaban sus mantas sobre el sante encontrar, por ejemplo, que en 1570, l'o11hl~• qu~chul\mm en fi 1111/IIW 1
~~~ti e•pmi11/ dt la prt1111111·a :moa tlt
hombro izquierdo y los muiscas sobre el con ocasión de la visita oficial de González a\mlwme/1/0 mul\ca. Bogotti. Instituto
derecho. Quizás esta no era la única de la Peña a los guanes empleados en la Caro y Cuei'\-O, 1987
diferencia puesto que en las cuevas guanes minería del río del Oro, se observó que la
no son muy comunes las mantas o frag- mayoría conservaban sus nombres indígenas, " Ennque Otero D'Costa. Cronocón
Solanego /1922. (1972). 114. La
mentos de mantas de estas dimensiones y no hablaban español y declararon no ser definiCión de "zaraguelles" es del DIC-
en algunas como El Conde, estaban, al cristianos. Sin embargo, aunque todavía cionario de la Lengua
parecer, ausentes. tenían "mantas", ya vestían la "camiseta" de
origen peruano (al parecer, una especie de
La Conquista española y la Colonia ruana cerrada a los lados) y "zaragüelles" 37,
una palabra de origen árabe que significa
Con la Conquista española, el vestido tradi- una "especie de calzones anchos y follados
cional empezó a cambiar con rapidez. Pare- en pliegues, que se usaban antiguamen-
ce que los yanaconas, indios de servicio lle- te .... ". Posiblemente el cambio fue más

29. El énfasis en
múltiples Hneas paralt:las
muy finas para
delimitar zonas con
diseños relativamente
complejos,
es especialmente
caracterlstico
de ciertas copas guane.
Diámetro 16 cm. MCB G-174.
FotO: Marianne Can!ale
de Schrimpff. 30. La única
tela pintada
encontrnda en la
cueva El Conde,
vereda de Pumta,
Mesa de los Santo~ .
D1mens1ones
málltma~ conservadas:
largo 120 x 75 cm.
MCB G 246
~

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
31
" Juan de Castellanos, Hwona del acelerado donde los españoles que contrata- convirtieron en uno de los principales
.V.te••o Remo de (iroaada, Canto 11 ban a los indios tenían la obligación de objetos de tributo. Los encomenderos que
(1955, tomo lV, p. 317)) Fray Pedro
vestirlos, pero Simón cuenta que en su las recibían las utilizaron, entre otras
Simón, Noi~<IOI fltrlnnale•, parte 2a,
5a noticia. cap. S 116251 (1981, p. 27) . época, sólo los indios e indias más ancianos cosas, para pagar los servicios de los
usaban la vestidura original; los demás indios que empleaban, vendiendo las que
" P. ej. Eduardo Londoño, Mantas utilizaban ya la moda introducida desde el sobraban 39• Encontramos, por ejemplo,
muiscas - una tipología colomal, sur. Con ella llegaron varias palabras de que en el año 1572 los guanes del reparti-
Holei1Í1 del MuJeo dt•l Oro, no. 27
(1990}. lengua quechua como ropo, chumbe y líqui- miento de Butaregua tributaron anualmen-
ra que luego aparecen en obras como el te 60 mantas y 90 pesos de oro 40•
.o Juan de Otálora et al, Particularida- diccionario de Ezequiel Uricoechea como
des del Nuevo Reino, 1572. por los Sin embargo, existen indicios de que las
oficiales reales de Santa Fe de Bogotá.
auténticas palabras muiscas.
Relaciones geográficas de la Aménca mantas del tributo español ya no eran
del Sur, XVI, Nuevo Reino de Grana- Aún así, la importancia que tuvieron las siempre las mismas que las precolombi-
da, Bogotá, Santa Fé publicado en mantas antes de la Conquista Española nas. La investigación es más difícil por-
Vfctor Manuel Patiño, Relaciones
como tributo, obsequios y bienes para que los españoles usaban esta palabra, al
Geográficas de la Nueva Granada
(siglos XVI a XIX), Cespedesia, su- intercambiar. no se perdió con la llegada parecer, para cualquier tela rectangular
plemento no 4, 1983, p. 122. de los españoles. La expedición de Martín tejida por los indios sin tener en cuenta
Galeano fue recibida por varios caciques sus términos específicos para telas de
guanes con "telas bien labradas", y para diferentes usos. La que el régimen espa-
negociar la paz después de su derrota en ñol exigía para el tributo era generalmente
batalla, el cacique Macaregua con varios la manta de la marca. Las fuentes con-
indios de los pueblos vecinos llevaron, en temporáneas son unánimes en especificar
palabras de Simón, "muchas mantas y que éstas medían 2 varas y sesma tanto de
hoyas de oro fino" 18 • En el Nuevo Reino longitud como de ancho, o sea con pro-
de Granada del siglo XVI, las mantas se porciones diferentes a la mayoría de las

31. Este fragmento de la


Mesa de los Santos,
penenece a una manta pintada
excepcionalmente fina.
Pnmero se hubiera delineado
los motivos en color café
empleando, segurameme,
una regla como las que
se pueden hacer de bambú.
La manera más fácil
de crear las zonas
de diferemes colores sería,
probablemente,
una técnica negativa,
reservando las áreas que
aban a quedar de color blanco
o azul-verdoso con
una capa impermeable
de una sustancia como cera,
almidón o barro.
Dimensiones conservadas:
largo 88 x 42 cm. MCB G. 64,
propiedad de Mario Acevedo.
F01o: Anuro Vargas.

32
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
lelas conocidas de las cuevas. L:.n medidas conocer el término indígena especifico " La vara de Burgos o de Ca<;talla
actuales las dimensiones de cada lado para este tipo de manta. Aunque varias de media O8359 metros asa que 2 vara• '
2 • <;e~ma (la se•ta pane de la ~ara)
serían de l. 81 o de 1 95 me1ros, según si las mamas que figuran en estos documen scn.m 83.5 '2 • 14 • 181 cm. con la
~e basa en la vara de "Burgos" o de "la tos eran, indudablemente, ejemplares li- 'ara de la tacrra (0 90 metros) tendna-
uerra o de Sama Fé • amoas empleadas nos, en ninguna parle dice que se 1ra1ara mo' 180 + 15 • IQ5 cm (luas Páe7
en el Nuevo Remo en aquella época 41 • de mantas "de la marca'. lo cual tamb1én Coul\cl, Hlllond J~ /u\ \ft•thd<J<
A~:rcmu• Allll[{llu<. Bogol.t. 1940, p
sugiere que éstas interesaban más a espa- 139 ) ss) Emaha Corte' !\1oreno
Las camidades de mamas de estas dimen- ñoles que a indígenas. (\1an~ muasc.ts. Bolmír drl .\ fu•r" 1M
~aones durame la época colon1al 1emprana Om, 'ol 27. 19<10, 13)) Pablo Perez
contrastan con la situación precolombina También son relauvameme comunes en (en el masrno 'olumcn. El comercao e
anlere.tmbao de la ccx:a. p 18) llegaron
reflejada en las cuevas donde v1mos que, los documentos de la época las referenc1as a cooduswoes 1m poco dafen:n1es aunque
al menos en territorio guane. las mantas a mantas •chingamanalts" y "paellaca parcca~ La pmncn aJlora calcul.l la
grandes no eran muy comunes. Parece tes". "Chingamanal" es un 1érmíno des- vara en 83 an ) la sesma como la SC"<ta
razonable cuestionar si !odas estas mantas pectivo que no se limi1aba a mantas, al parte de 13 suma de las \aras en \C2 de la
'IC\ta parte de la vara
grandes eran des1inadas exclus1vameme parecer un muisquismo (no figura en el
para el vestido lradicional de mui~cas y Diccionario de la Lengua) llegó a tener un ' 1 Gusta' o Arboleda. Hmorw dr ( últ.
guanes, más aún al tener en cuenta su uso bastante generalizado entre los espa Babhotcca de la Uni•crsidad del Valle,
desaparición relalivameme temprana. El ñoles del Nuevo Reino y Juan de Caslella- Cah (1956), tomo 1, p.ll6
tamaño de las mantas "de la marca" hu- nos, al querer drama1izar los insuhos que " Fray Alonso de Zamora. l/1<tortu dr
biera sido ideal para cobijas y sobrecamas ofreció el encomendero Gascón a un indio la l'mw11cw de Su11 Antmun Jel Nue•·o
y quizás, inclusive como tela para corti- principal de su encomienda llamado Tiqui R~mo ti~ (imnoda. labro 4, cap 6

nas; los espaiioles comerciaban con "man- soque, cuando vino a ofrecerle 1ributo, le I1696J (cdacaón de 1980, lnqatulo
tas de Bog01á" llevándolas a colonias tan grita "Perro chingamanal, suicio (sic), Colombiano de Cuhura 1-fi<¡>.lmca. Bo-
Kc>lá, tomo 111. p 23).
apartadas como Cah y Popayán, donde en borracho ........... " 46 •
1593 mamas !llancas y coloradas, muy •• Ruth l:hva R100. del Centro NliClOilal
delgadas, de runja. \alían a tres pesos de de Restaurac~on de COLCULTIJRA, mu}
buen oro cada una •' Se tllili¿aron, inclu- :Jillilblemcnle me Ul\liÓ a conoc:crtb
m1cntras se encontraban en ~ de
sive, como lienzo~ para pintar cuadros conscf'1k.'IOO El más gr.wle, de Tunne-
como el caso. segun 1radici6n, de la quc, mucsua la VIJl;cn del Rosano ron d
famosa imagen m1lagrosa de la V1rgen de ronqul"-iidor JU31'1 de Tocres } su ~
andi&cna Cal.lhna de \k•)1k:hoquc, p;Ucs
Chiquinquirá • Actualmente eslán en
del f amaso Don O.q.'O, cactque de
proceso de restauración dos cuadros pioLa- 1unna¡uc. quaen naaó almlcdor de 1549,
dos sobre telas de ev1dente manufactura no '< \abe la fedl.t C\3CI2 del cuadro El
indígena, una de ellas, tejida quizás por oero. dt TcnJO. bCnt una 1111agcn mas
encargo. es todavía m<is grande que las lb:lcnlc, de Si111l.3 B.irban. pml.3Cia cncun.t
de un ~o colon~ que a l;a f<CM no se
mamas de la marca (2.07 metros de largo ~1 ¡x•lado cxam10ar
x 1.87 de ancho) 4.1 .
" Manlas muascas - una llpt1log1a
col<•mal, B11lt1tú dtl \!11\tll d.-1 Om,
Con la información disponible en la acrua- no 27, 1990, 121-126.
lidad, parece que las mantas "de la mar-
ca" a pesar de haber sido lejidas por .. 1/t</llna dd Nunu Rrmu dt Gm·
indios, empleando técnicas y diseños con """" (.amo XII (1955 ed11 ., p 128)
raíces indígenas, su frieron fu enes cambios
en manos de los españoles . En es1e con-
texlo son de 1111erés especial dos documen-
tos publicados por Londoño •s quien ha
hecho contribuciOnes cspccialmeme valio- 32. FaJa' \On
sas a nues1ros conocimiemos de las man- relall\ amente comunes
tas durame el período colonial; consisten en la\ cueva~: generalmenle
\On blan..:u. sm adorno~ .
en listados de manta\ pagadas a indígenas f:\le fragmen1o es de m1eré~
de Oicatá por serviciOs a su encomendero. espec1.1l ¡xuque conserva
Corrían los años 1592 y 1593, cuando los un eJtuemo con t:1 amarre.
indios que usaban todavía su vestido Largo: 18 cm más el amarre.
tradicional eran ya escasos . [;n el caso de 6 cm: ancho; 8 .7 cm.
algunas mamas, se especifica que eran "de MCB G. 71.
Foto Mananne Cardale
ves! ir". pero son solamenle 15 ejemplares
de Schnmpff.
de los 203 hs1ados. Curiosamente, con
dos excepciOnes (una negra y una blanca Pachacate, según pudo es1ablecer Londo110
y negra), falla la breve descripción ("pio- (1990, 121) es un término que se reliere,
ladas". "coloradas". "lisiadas de negro". por lo menos en algunos casos. a mantas
etc.) que acompaila a las otras mamas del de color rojo. En la opinión de María
listado; hubiera sido muy interesante S1ella González de Pérez. sería o1ra pala-

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33
•, Comun1cac1ón personal. Segun esta bra de probable origen quechua 47 , y de- ción y limpieza a que han sido sujetados .
autoridad, pachacate no parece ser una signaría con bastante probabilidad, una de Frágiles reflejos de todo un pueblo, de un
palabra mu1sca; en cambio el quechua
las prendas introducidas originalmente del sistema de vida con sus logros tecnológi-
t1ene muchas palabras que empicUln
con "pacha" y que generalmente están Perú. La camiseta introducida de la mis- cos, sus sensibilidades artísticas, su con-
asociadas con ropa (p. ej .•·po,ltochl - ma región se denominaba chine en muis- cepto del mundo y sus nexos comerciales,
ropa o traje sm mangas - Dlcc1onono ca 48 y Fray Pedro Simón, quien es el estos textiles son de un valor histórico
KJctc/1/H<O•tSpoÍIOf, 2a ediCIÓn, José
cronista con más información sobre la incalculable. Terriblemente sensibles a la
L1ra, Secretaria ejecutiva permanente
del convenio • Andres Bello" - "Secab", influencia peruana, tiene en su vocabula- luz, al polvo, a los cambios de temperatu-
Instituto Internacional de Integración, rio de americanismos el término pataqui- ra y de humedad, es indispensable que se
Instituto Andino de Artes Populares. ma:. "Es camiseta labrada que se ponen destine para ellos, a la mayor brevedad,
Cuadernos Culturales Andinos, no. S,
Bogotá 1982, p. 231. etc.). Otro
los indios. Es vocablo perulero" 49• Indu- salones de depósito y de exposición que
diccionario publicado en Lima en 1608 dablemente, en la precisión de los detalles ofrezcan una protección óptima contra
trae "pochlta - manta de indio, al del vestuario introducido del Perú, queda estos factores destructores. Sólo así podrá
parecer un término genérico (Vocobula· todo un estudio por hacer. preservarse para las generaciones futuras
no de la lengua genero/ de todo el
Pení llamado lengua Qquiclwo o del
este valioso tesoro textil que aún encierra
Inca compuesto por el padre Diego En este capítulo se ha intentado resumir información insospechada sobre el pueblo
González Holguín, nueva edición, Lima una gran cantidad de información disper- de los guanes.
1952, p. 582). sa, mucha de ella bastanta nueva. Ha sido
grato ver, durante los últimos años, el AGRADECIMIENTOS
" Según el Diccionario Anónimo, p. 208.
creciente interés por los textiles nativos en Aunque muchas personas han ayudado,
•• Ed1ción facsimilar de la "Tabla poro todos sus aspectos; hay mucho por inves- con sus conocimientos o su estímulo, a la
lo mte/¡gmcla de a/guuos •·ocahlo.<' de tigar todavía y por falta de información, elaboración de este artículo, agradezco
las Noticias Histonales. Introducción,
muchas de las hipótesis formuladas aquí especialmente a María Stella González de
presentación y notas por Luis Carlos
Mantilla Ruiz. O.F.M. Instituto Caro y son tentativas y se ofrecen a otros investi- Pérez, quien ha pasado muchas horas
Cuervo (1986). 75, Bogotá gadores para que el diálogo siga y las elucidando problemas de vocabulario
bases se vuelvan más firmes. muisca y también a María Luisa Rodrí-
guez de Montes, por información sobre la
Las colecciones de textiles del Museo influencia peruana; Ana María Falcheui
Casa de Bolívar son únicas tanto por su ha revisado, con paciencia y comentarios
calidad como por la cantidad de los frag- valiosos, dos versiones preliminares del
mentos y la excelente labor de conserva- manuscrito.

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MAPA 2
AREA ARQUEOLOGICA
GUANE
Fuente: Lleras Pérez Roberto
Vargas Escobar Arturo
D1bu¡o: Rueda N. J.

ESCALA
1:700.000

35
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RECUERDOSARQUEOL(
El artículo que a continuación se presenta bala lanzadera, haciendo tracción hacia el indios que cómo habían y traían el hayo y
es un fragmento de un texto antiguo pero tejedor, lo cual daba densidad a voluntad el algodón (se refiere a los chibchas, que
de alto interés para el estudio y conoci- de las telas y mantas, uso que yo he visco no tenían ni una ni otra cosa), de las
miento de los textiles guanes, tomado de en otros tiempos ejecutar lo mismo en la partes referidas. y lo que en cada cosa
la Revista "Estudio". de la Academia de tejida de frazadas y ruanas de lana, en los interesaban, a lo cual decían que el algo-
Historia de Santander. 1940. mismos primitivos telares de los guanes y dón lo iban a comprar donde lo había y
chitareros, en las mochilas no, pues las que traído a su tierra, aderezándolo,
... "No he podido encontrar restos de ejecutaban a mano y entre dos palillos, hilándolo y tejiéndolo, hacían de ella otra
calzado, y el examen de los pies de las usando un tejido de hilos más o menos tan buena manta como la que habían
momias, ya masculinas, ya femeninas, gruesos, según como quisieran el tejido; dado, y cuatro mamas chingamanales que
denotan claramente la ausencia de este daban así artefactos muy bellos. muy llaman de este nombre por ser pequeñas y
uso, pues la piel se ve endurecida con el simétricos en su forma redonda, con el bastas y mal torcidas y peor tejidas, y
continuo contacto, sobre todo hacia los orillo reforzado por un pespunte del mis- suelen dar por una manta buena y fina,
talones, donde el tejido especial de esta mo tejido, del cual arrancaban dos corde- tres o cuatro de estas chingamanales y es
parte da idea de la continua fricción con zuelas fuertes para llevarlo ya en la mano, todo lo que interesan y granjean en el
el suelo: los bordes de la planta doblados ya terciado. Los ejemplares que tengo, el algodón". Hasta aquí el P. Aguado. Esto
en su espesor, los dedos separados, no uno contenía calabacillos de hayo, con el no dice claramente que el precio del
recogidos como en quienes usan calzado. palillo de extraer la cal para reducir la algodón era de dos mantas finas por cua-
acción ácida de la masticación de la coca. tro arrobas de algodón, que es lo que
Sombreros quizá no tuvieran, mas sí La otra contenía simplemente algodón y podía cargar un indio.
gorras de uso muy común, y el descrito unos torteros lisos para hilar, con su
da idea de práctica en su hechura, por correspondiente tallo de madera negra. el El comercio principal de este artículo de
cierto muy agraciada. pues esre que poseo marfil. los chibchas era con los guanes en los
es muy simétrico, adornado por telas en dichos mercados de Sorocotá, Moniquirá
tiras, con listas de colores vivos. Todos Las mantas eran, ya para cama, ya para y Saboyá donde se hacían los intercam-
los idolillos y las terracotas chibchas, y cubrirse, con listas o maures, como ellos bios.
las halladas aquí en las tumbas, llevan las llamaban, todavía en algunas partes
todas invariablemente cubierta la cabeza, conservan esa denominación, lo mismo Las mantas eran densas, las mochilas
lo cual indica que nunca presc10dían de que las liquiras o camisetas. Los listados ralas, de tejido como el de las redes de
esta prenda. de éstas eran muy simétricos, de colores pescar de todo mundo conocidas. Las
muy vivos. especialmente rojo. que con- fajas de las hamacas, fuertes, apretadas y
Hay una pequeiia hamaca, para niño sin trastaba con el fondo blanco del color perfectamente simétricas, ya en el reparto
duda, hallada junto con los huesos de un natural del algodón, o amarillo, obtenido de los colores como en la conducción y
niño de menos de diez meses, por la no como ya lo dije, por medio del trompeto posición de los hilos de urdiembre, pues
irrupción de los dientes, y es un artículo y alguna otra planta tintórea, como el eran cenojiles suaves e iguales perfecta-
muy curioso. El tejido es corno siempre, Hemaroxilon brasilero, o palo del Brasil, mente. Sin duda estas fajas con las cuales
de algodón, y los estremos, antes del que da la más bella coloración púrpura del llevaban cargados sus hijos, las apoyaban
engarce, tienen una faja finísimamente cual hay bastante cantidad todavía a ori- en la frente las madres y por ello cuida-
tejida de la misma materia, y lo corres- llas del Chicamocha, usado entre las ban de que fueran de esa fortaleza y esa
pondiente a los anillos o agarraderas, es gentes del campo para teñir lanas actual- suavidad. Una faja que he observado tiene
de hilos separados, formando un conjunto mente, aunque en desuso por la introduc- las huellas del uso y de la grasa de la piel
fuerte para guindarla en sus casas. ción de las anilinas. Mas cualquiera que de quien la usaba sin duda con frecuencia.
quiera ensayarlo, aquí en Bucaramanga se
Usaban mucho para diversos menesteres puede conseguir. sin dificultad, a título de En mi colección tengo otro gorro de una
mochilas, o bolsas de tamaños diversos. curiosidad. factura especial, muy ilustrativa, sobre la
El tejido de éstas era muy distinto del de gran habilidad que tenían estos indios en
las camisetas y de las mantas. Mientras ¿Cuál sería el precio que tuvieran estos sus tejidos.
que en éstas el tejido era apretado, denso, objetos? A ese respecto el P. Aguado
para lo cual tenían largos rodillos de tiene un capítulo muy ilustrativo. En su El contorno inferior del gorro, en el cual
pesada madera. que en la urdimbre los recopilación historial, página 268, dice engarza la tela, está reforzado por un
pasaban luego de pasado el hilo que lleva- así: "Pues preguntándoles a estos tales cordón tejido de pelo humano, cabellos de
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;ICOS DE SANTANDER Monín Carva¡al

mujer, trenzado en cadenillas muy bien de este admirable tejido, y si se interpreta novum sub so/e, como dijo Horacio. Allí
trabadas entre sí, de modo que formaba más lentamente, como todavía significa templaban los hilos verticales y entrevera-
un conjunto igual, simétrico y resistente. entre nosotros una dedicación especial, un ban los horizontes, encargados éstos de
Algunas extremidades sobresalen, es recuerdo afectivo de una mujer para su acruar para el avance del tejido. Las
decir, las puntas de los cabellos que ter- amado, pues no otra cosa indica el cuida- ornamentaciones son ya dibujos rectos, a
minaban ahí, y se sustiruían por nuevos do de tejer con cabellos femeninos, largos lo largo del tejido, ya en zig-zag, ya en
cabellos que continuaban el trenzado y las y cuidados un objeto de uso especial, y ángulos, -ereneladuras que dicen los
extremidades se confunden, de modo que más si se considera la finura del artefacto, franceses-, siempre con hilos de distinto
no se sabe cúal es el principio. Hechura el color de los adornos y el tamaño para color al del fondo, previamente teñidos.
es esta de una delicadeza asombrosa, pues adulto. pues no era para niño. Digno otros ondulados.
hoy mismo hacen leontinas de cabellos, objeto de atención especial, pues nos dice
no tan cuidadosas como esta. La tela del qué clase de pueblo era este Guane, y Este tejido, más grueso, más consistente,
gorro eli muy tina, con labores de color hasta dónde llegaron en el difícil y cuida- de hilos más robustos, pues suponían la
carmelita. Hacia la mitad del gorro tiene doso arte de los tejidos. mayor resistencia para un uso diario, y de
un refuerzo de pelo humano también, pero roce mayor. Al examinar cuidadosamente
no redondo como el orillo, sino plano. También obtenían el rojo, además de la esta materia laborable, ví que además del
tejido en crizneja, con absoluta simetría cochinilla y el palo del Brasil, con la algodón tenía otra clase de fibra, muy
en cuanto a la anchura, y también le da bruja o puca (Rubian irida), la Bixina o difícil de analizar, hasta que hallé en uno
vuelta al gorro. Todas las figurillas de principio rojo del achiote, ya mencionado, de los gorros, mullido al interior con
oro. las terracotas halladas, represcman el cual empleaban para teñido del cuerpo, algodón en rama, una materia distinta en
ya sus dioses, ya sus caciques, tocados a lo cual eran muy aficionados. y que los color y en consistencia, la cual me permi-
invariablemente con un gorro. No se ha preservaba del calor cxces1vo y de la tiÓ analizarla meJOr, y caí en cuenta al
hallado ninguna a quien falte ese admi- picadura de insectos, especialmente a los mirar las fibras al microscopio, ser vege-
nículo, cosa muy particular. niños, la chica (Bignomia), los frutos de tales y producto de las drupas del balso o
las phitolacas (Guaba de Pamplona) lano (Ocrhoma tomenrosum), ceíba de
El adorno de este de que tratamos presen- Times azules y violáceos, además del añil, lana, esterculiácea, que sumini.,tra una
ta las fantasías peculiares de todo::. los base de tintas, la manzanída, árnica. no la especie de lana vegetal en borra de sus
adornos de sus cením1cas, onduladm y especie montana, sino la Senecio crepidi- frutos. De este hay especies que suminis-
con interrupciones de rayas simétricas, folius, la psoclwtria y cyanoccoca, cuyos tran fibras textiles, no desconocidas por
trabadas muy bien en tejido, al manufac- frutos o bayas son azules. los indios como el (/Jeliocarpus payanen-
turarlo. sis) Tiliacea que da una fibra textil. Re-
El resto de otra manta roja, es de un mataban estas tiras y mantas con flecos
Los tejidos eran de varias clases. Las estilo distinto del anterior, de la tela que es el remate de los hilos del tejido
mochilas guambias eran de malla, ralas, blanca y tina de la liquira o camiseta. por medio de unos palitos, de que se
con la parte abierta reforzada por triples Esta era precisamente el tipo de las man- hallan especímenes muy usados y brillan-
vueltas de hilos de algodón. De otra mate- tas comunes, ordinarias y abundantes que tes. Antes de hacer este remate en el
ria, como lana o pelo de algún animal, tejían. La urdiembre era distinta, pues las fleco, tejían una cadeneLa que le daba
nada he hallado en las cosas que poseo, manufacturaban, sí anchas en los telares, solidez al resto anterior y no permitían se
todas pertenecientes a estos habitantes de pues de otra manera no podrían haberlas desflecara la manta. Hay flecos de una
esta caverna. ejecutado. Si angostas, como las tiras de suma elegancia por la longitud de los
los gorros y fajas. en planos manuales, hilos, recogidos en manojos. donde acu-
El cordón y trensilla de pelo humano es como tablas, y aun sobre horquetas y mulaban los colores distintos que les
sin duda la más alta muestra de habilidad sosteniéndolas en las piernas para mejor habían servido para las aplicaciones y
de los tejidos, pues es una obra de mano; comodidad y precisión dibujos ornamentales.
de arte posllvo y muy diciente en lo rela-
cionado con un pueblo fabril. artístico y El tejido es grueso, muy apretado y muy Resumiendo, el ane del tejido adquirió
de una civilización muy avanzada, de una parejo, hecho sobre una tabla, como ya una notoriedad muy acenruada, y por las
vida sedentaria, doméstica muy acentuada. dije. Estudiándolo detenida y hábilmente, muestras examinadas tenemos idea com-
Para mí tengo que esta obra es qu1zá lo o con persona muy entendida en estos pleta del cuidado, la fantasía, el gusto y la
mejor que se haya hallado en este cemen- tejidos, me dijo ser el correspondiente al laboriosidad de las mujeres, sin duda las
terio, pues indica el cuidado, la atención árabe macramé de los franceses. Nilul encargadas de esta ejecución".
37
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INVENTARIO DE TEXTILES
Colección La Purnia Colección La Purnia
\luseo Casa de Bolh ar Museo Casa de Bolhar
de la Academia de Historia de la Academia de Historia
l'ooo. Código de Santander '\o. Código de Santander
Donados por Humberto Castellanos Donados por Humberto Castellanos

G 257 Fragmc:nto de manta colorada 55 G 294 Cmrurón


2 G 255 Fragmento de manta colorada 56 G 297 Mama negra
:1 G 254 Fragmento de manta colorada 57 G 29!! Ctnturón
4 G 252a Fragmento de manta colorada 5!1 G 305 Cmrurón
5 G 252 Fragmento de manta colorada 59 G 23 1 Fragmcnto de manta
6 G 244 Fragmento de manta colorada 60 G-233 Fragmento de mama
7 G-243 Fragmento de manta colorada 61 G 237 Fragmento de mama
11 G 2511 Fmgmento dt: mama colorada 62 G 256 Fragmento de manta
9 G::!M Fragmento de mama colomda 61 G2W Fmgmento de manta
10 G .!74 Fr.tgmenro de manta colorada 6-1 G 293 Fragmento de manta
11 0~77 Fragmo:nto de manta colorada 65 G-300 Fragmento de manta
12 G 2711a Fragmo:nto de manta colorada 66 G 234 Fragmento de manta
13 G 2711 Fragmenlll de m~nta colomda 67 G 24R Fr.tgmento de manta
14 G 2113 Fragmento do: mama colorada (l~ G 276 Fragmento do: manta
15 G ::!91 Fr.tgmento de manta colorada (¡1} G 211::! l·r.tgmento manta negra
16 G 292 f·r.tgmento de manta colorada 70 G 211~ Fmgmento de manta colorada
17 G 29'i FrJgmo:nto de manta colorada 71 G 232 J·r.tgmenw de manta
IK G ~96 1 ragm.:nto d.: manta col<>rada 7.:! G .:!-tRa rra¡!menttl de m.mta colorada
19 G 302 f'ra~mc:nto de manta colurdda 73 G 253 1-ragmento de manta,
.20 G 106 1 ragmento de manta colorada 7-1 e, 261 fragmento de mama colorada
21 G 307 l·r.tgmenw de manta colorada 75 G 262 l·ragmento de manta colorada
22 G 10!1 Fragmo:nto de manta colorada 76 G 263 fragmento de mama colorada
~J G 1119 1 ragm~nto de manta colurada 77 G 265 fragmo:nto de mama ~olorada
1-1 G 239 1 ragmenw de manta 7K G 267 f-ragmento do: mama colorada
~~ G 2111 r ragmemo de manta 79 G 179 l·ragmento dc manta color.tda
26 G 299 Ctnturún 110 G 215 l-ardo
27 G :110 Fragmento de manta 111 G 236 !·ardo
2!! G-260 Fragmento de manta colorada 112 G 247 Fardo
29 G 266 Fragmento de manta colorada KJ G 271 Fardo
30 G 270 f·ragmento de mochtla 114 G :!SI Gorro
11 G·:!75 Fragmento de mochtla 115 G 2611 Gorro
32 G 21!7 Fragmento de mochtla 116 G 240 Cmrurún
33 G 301 f·ragmento de mochtla !!7 G 241 Cmrunin
J-1 G-111 Fr.lgmento de mo<.htla KK G :!73
35 G 2-12 Fragmento de: mochtla 1!9 G 299
36 G :!-15 Fragmento de mochtla 9() G 1-rag. Fragmento~ t.: xules
37 G :!49a Fragmento do: mochtla 91 G .BII Fragmento de manta
3R G 249 fragmento de mochtla 92 G 246 Fragmcnhl de manta
39 G :!~O.t f-ragmento de mochtla 93 G :!Xll fragmento de manta
40 G :!50 Fra¡;mento de mochtla 9-1 G 273 Cmturón
41 G :!RO Fragmento de mochtla 9~ G ~69 Mochtla
42 G2R4 fragmento de mochtla
43 G-303 F-ragmento de mochtla
4-1 G-112 Fragmemos de manta
45 G-313 Fragmentos de manta Colección \luseo del Oro
46 G·314 Fragmemos de manta Banco de la República,
47 G 115 Fragmentos de manta No. Código Santafé de Bogotá, Cundinamarca
-IX G 316 Fragmentos de manta
49 G 317 f'ragmentos de manta
1 TG 7 Fragmento manr.a. dtseño geométrico
~() G 269 Cmturón Fragmento manr.a. diseño geométnco
2 TG 53
~1 0272 Cmturón
3 TG 67 f'ragmcnto mant.a. dtseño geométnco
52 G 211!! Ctnturón 4 ra 6R Fragmcmo mant.a, diseño geométrico
53 G 2119 CtnturÍln :; TG 69 fragmento mant.a, ~tn dtseño
54 G 21Xl Cuuunín 6 TG 70 f'ragmo:nto mant.a. sm dtseño
38 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
JEOLOGICOS CULTURA GUANE
ColecciÓn \lll~eo del Oro No. Código Colección i\ce' edo Díaz
Ba nco de la República,
:'\o. Código Santafé de Bogotá, Cundinamarca fragmento de manta te¡1do liso, color
14 G-74
crema con li\ta\ marrones
7 TG 71 Fragmento manta. \In d1seño 15 G 75 l·ragmt:ntO de tejidO
8 TG 72 Fro~gmcnto manta, d1seño geomc!tnco 16 G-77 Fragmento de tc¡1do liso
multicolor 17 G-78 Fragmento de manta te¡1do con franJas
9 TG 71 Fmgmcnto manta, 'In d1seño y ncco
10 TG 74 1-ragmcmu manta, sm d1seño 18 G 79 Fragmento de manta
11 TG -75 1· ragmentu manta, sm d1se1io 19 G-8 1 Fragmento de te¡1do
12 TG-76 C'ucrdas y cordones
13 TG 77 Fragmento de manta, sm d1seño
14 TG 78 Frarmentodc manta, d1scñogeométrico Colección Casa de la Cultura
15 TG-79 Fragmento de manta. d1se1io geomc!tnco lloracio Rodríguez Plata
16 TG·SO Fr.tgmcnw de gorro. s1n d1seño No. Código Socorro· Santander
17 TG Rl Fragmento de mama, d1seño geomc!tnco
18 TG S2 Fr.tgmenwde mama. d1seño geomémco 02-<M9 ~1.tntaen fran¡a' marrón oscuro
19 TG-83 Fr.1gmento de mama 02-050 Fragmento de manta en te¡1do plano y
2
20 TG 84 f'ragmc:nto de m.lnt,l, \111 di\Ci\0 !altor
21 TG·85 fragmenwde m.mt.l. d1sc:no geométnco Fragmento Jc: manta en franJa~ lrregu-
3 02-051
22 TG·l!6 f·ragmenulde nunt.l, dl,eñogeométnco lare~
23 TG R7 l·r.tgmcntu de m.1nG1, s111 dl\c:i\o O:! O'i2 Fragmento de manta con J1seño central
4
24 TG·!!R 1 ragmenlll de manta ~ lahor entre\ 'e"~1unes
25 TG·l!9 l ·ra~mcnto de m;lnGI, \In d1,eño
5 0:! 053 1 ragmcnto de manta en lr.&n¡as habana
26 TG·90 Fragmento de n1.1111.1, "n dl\eño ) tah.t~u
27 TG -97 l·ragmentn de manta 6 02 ·054 l·ragmenw de: manta o de fa¡a de algo·
28 TG-IOR 1-ragmcnto de manta, s111 dl\eñu dlin
29 TG 103 fr.1gmento de manta 7 01·055 :'\1ano¡o de lul.tza hat~o~nn claro de
JO TG IC>4 l·r.¡gmcnw de mam.t, s111 dl\eño algodón
31 IG 105 Jor,¡gmcntn de manta, sin d1seño 02 05(1 Gnrrn culnr mam)n redondeado en
32 TG 106 1 mgmcnlll de: manta, '111 d1\cño ~oadc:nct.t o trenz,tdu
33 ·ya 101 1· r.tgmcntn de mant.l, \In dl'eño 9 02 057 Gorrn color marrun
34 TG 109 l·r,1gmcnw de mant.t, s111 d1seño 10 02 05!! Gurrn tc¡1dn
35 ro 110 Fr.1gmcntn de m.tnt,t. s111 dl\ei\o

Colección l\l u.\eo Nacional · lean


No. Código Colección i\cc' celo Oíaz No. Código Santafé de Bogotá, Cundinamarca

G ~7 Fragmcnltl de manta tc:¡1do con fran¡as 24!12 M<l<;hila


hl.mcu > marrón 2 3956 Manw pmt.tda
G ~8 rr.1gmentn de manta color marrón con 3 :!498 M.mw cale Je grande:' d1mens1onc:s
dl\enn negrn 4 2507 Mant.t
3 G 61 l·r.tgmentn en dns 'c~clonc:s. tc:¡1Jo liso 5 41·111 24RJ ~hX:hiiJ
4 G64 f-ragmento de m.1111.t te¡1do liso, color 6 24R9 .\ lanu
\erde. a1ul. nlJrrún. cafc! 7 2512 \1anta
5 G 62 l·r.¡gmemo de: nunta tc¡1Jo lisn. color 8 :!479 2511 llllo' ~ maJc:¡as trenzado\
m.trnín rllJ<l oscuro :!47!! 24RO
6 G-67 Fragmc:nw Jt: malla lahrada, color 2525
marrún cl.1r11
7 Góó Fragmt:ntn de: II!Jidn en malla. color
marrítn amanllc:nt<l Colección \ t esa de los Santos
8 G 6R Fr.tgmcnto Je malla labrada con neco \ t useo Ca~a de Bolhar
9 G 69 f-ragmento dt: manta, te¡1do liso con No. Código Academia de Historia de Santander
list,l\, ~olor nurnín ro¡1zo
10 G 70 1 r.tgmcntu dt: mama labrada marrón.
Jl\c:nu greca\ G- 19S l·ragmenw dt: manta blanca. color
11 G 71 1-r.tgmento de fa¡a ti!Jida. color crema habano, donac1ón. B.mco Cafetero
12 G72 l·ragmcntu de mama tc¡1dn liso. color 2 G 19R Gorro de pelo, Jonac1ón CarvaJal
crema 3 G 199 Gorro de pelo. donac1ón CarvaJal
13 G-71 Fr.1gmcnto de manta labrada marrón 4 G 80 Peluca de algodón. donac1ón: Carvajal
5 G 76 Troltl de manta c'tampado, donac1ón:
uscurn. dJScñu greca\
Ordoric1 · Cnrdc¡u

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39
"FECHAS DE CARBONO 14"
Mario Acel'edo Díaz

Informe del análisis del carbono radioactiva (C 14) Comparados estos datos ( 1 y 2) tenemos lo siguiente:
en dos muestras de tejidos guanes llevado a cabo en
la Univer~tdad de Coral Gables en la Florida, El tejido de la primera muestra fue fabricado aproxi-
Estados Unidos, gracias a la financiación de la madamente un siglo ante~ del descubrimiento de la
Fundación de Investigaciones Arqueológicas del gente guanc. El tejido de la segunda muestra revela
Banco de la República (FlAN). aproximadamente cinco siglos antes del descubrimiento
del pueblo guane. Lo que nos indica que la super-
La fecha de este análisis corresponde al mes de vivencia del pueblo guane fue según esta muestra de
diciembre de 1988: cinco siglos de antigüedad antes de la conquista.

J. Beta- 28745. Este dato es de suma importancia para el estudio del


La primera muestra que corresponde al tejido de una período de desarrollo de los guanes debiéndose suponer
tela blanca (No. G-231) hallada en la cueva El Con- que fue de más vieja data por la calidad de la muestra
de tiene la fecha de su factura en el año de 1450 más antigua, la que revela un período de desarrollo
d.C .. con un rango de error de 70 años hacia atrás artístico más avanzado. O sea que la supervivencia en
o hacia adelante. la cultura textil era mayor a cinco siglos. Esta aprecia-
ción nos da base para un estudio comparativo entre las
2. Beta · 28746. culturas guane y chibcha dando a entender que las dos
Muestra de la tela más decorada (No. G-261) proce- fueron independientes y que la edad de los guanes como
dente de la cueva El Duende, donde había gran pueblo era mayor si no igual al de la etnia chibcha.
cantidad de tejidos decorados al estilo Guane. 1090
años d.C., con el mismo margen de error. Estas fechas resultan por lo tanto del mayor interés.

40 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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