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L~

CERAMICAS

. de los
ABORIGENES

de

Cerámica Arajeta Cerámica Atacameña

Las cerámicas de los aborígenes res - forman un teatimonio cierto


de Chile distan tnucho de la belle- de aquella grande y maravillosa
za, de la vivacidad de dibujo y ,]e civilización' desaparecida.
color, y de aquella gran variedad Es sobre todo por esaa cerámicas
de forma que constituye el atrac- que podemos transportarnos a tan-
tivo especial de las cerámicas del tos y tan tes siglos pasados : conocer
Perú precolombiano. tierra~~ inexploradas y lejanas:
Las antiguas cerámicas de los adentramoa en ambientes y luga-
Incas y de laa poblaciones que les res desconocidos. entre gentes y
precedieron, antea de que aquellos • razas diversas que, poco a poco,
les reunieran bajo loa estan·d artea casi reau:::itan y reviven en nuestra
de su grande y glorioao 1mper1o mente. Y es pr'ecisamen te la con-
del Tahuantinsuyo, forman un tem plac:ón de humildes artefactos,
verdadero y precioao documento plasmados por el más obscuro ce-
arqueológico: y que. aparte de la ramista incaico o pre-iDcaico, tales
diveraidad de los estiloa o de la ca- como: ollas, vaaijas, cántaroa y
racterística multiplicidad de los platos hermosamente trabajadoa
objetos, tienen -para todos loa eB- · Cerámica de la zona central chilena por él. lo que tiene laextraña ma-
tudiosos de arte o de historia, de gia de hacer renacer todo un pasa-
etnología o de americanística- un do, de referir la historia y la leyen-
valor incalculable por cuan to- máa que los da, los uses y tradiciones de un pue-
(*) Lección dada por el doctor Giu-
grandiosoa monumentos que existen en pÍe y blo que con gran anterioridad al de~
seppe Mazzini en el (;ursa de Historia
de la cerámica del Insti~to Universitario más todavía que las crónicas o las relacio- cubtimiento de Colón - había alcar.-
Italiano en la ciu:lad de. Faenza. nes de loa misioneros y de loa colonizado- zado un altísimo grado. de cultura.
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Las cerám;cas chilenas t;enen una longitud de más de cuatro problema difícil, muy discutido y
en c.ambio otro valor y otra signi- mil kilómetro~. que permanece siempre sin solución.
ficación. Su importancia resulta de De aquí- en las distintas locali- Baste recordar que, en el nórte
elementos diferentes de aquéllos dades de lá costa o de la monta- especialmente. en Arica, en Taltal.
que constituyen la característica ñ~. del mediodía al septentrión- en Piaagua y aun Constitución y
de loa innumerables objetos crea- una notable variedad de condi- en otras .importantes estaciones ar-
dos y pintados por la hábil mano ciones de vida. diversidad de fau.. queológic~s dispersa•. aquí y allá,
del alfarero incaico. Más toscas y na, de flora y de clima. a lo largo de la costá de Chile ae
rústicas, menos atrayentes y su- En la zona norte el clima ea cons- han encontrado vestigios de pÚe•
gestivas, tienen todavía un interés tantemente cálido, seco, casi nún- bloa antiquísimos, loa cuales-en
particular y merecen !er puostas ca una gota de lluvia; en la .Parte sus cernen terioa y e: obre todo en
en relieve. En la nebulosa y la m- central ea temperado y siempre enormes estratos y amontonamien-
certidumbre que existe hasta hoy agradable; en el sur donde llueve tos de conchas (conchalea o kjo-
en la pre-historia de Amér ica des- casi todo el año, es húmedo y frío. ekkenmoendinger)- junto a la h~e­
cubren nuevos y más dilatados ho- Esta enorme extensión de tierra, lla de su vida aocial y familiar,
rizontes y, a quien quiera penetrar más de dos veces la Italia y que han dejado objetos, utenailioa y
en la má!l remota antigüedad , fa'.. hoy cuenta apenas cuatro millones reatos de una industria primitiva
cilitan el conocimiento de los múl- de habitantea .. fué, desde los tiem- en la cual comenzaban a pena.Í a
tiples gruPos étnicos que- di&tin- pos más remotos, oc~pada y po- adiestrarse.
tos, por número, calidad y cultu- blada por vados pueblos y tribus, De su época paleolítica y neolí-
ra- po.blaron el llamado «último los cuales-muy lejos de formar un tica- posterior a la época correa-
rincón del mundo» (*) o esa la úl- complejo étnico único y homogé~ pond.iente de nuestro continente
tima Thule que corresponde hoy nicq- eran , las unas de las otras, europeo- queda aquí un importan-
día a la República de Chile. di versas por el grado de cultura, te material arqueológico que reve-
La cerámica de loa aborígenes por la variedad de idiomas, pcir su la. entre las del nuevo y las del
de aquel país lejano, el frágil tro- aspecto físico y por su carácter an- viejo mundo. una indiscutible afi-
zo de arcilla trabajado por el más tropológico, psicológico y mental. nidad de c aracteres y de aspectos.
antiguo e i11experto alfarero en esa Especialmente loa grupos del Pero loa hombr1=a primordiales, los
larga y angosta lengua de t.i erra norte- en cierta época remota- hombrea neolíticos de Arica o de
que se extiende entre la cordillera y sintieron la influencia . de loa pue- T altal, de Pia"gua o de Conatitu-
el mar, arroja viva luz sobre razas blos peruanos y bolivianos que ee:- ción, dedicados particularmente a
y ,Pueblos hasta ahora poco estu- taban m.áa próximos a ellos y que la pesca y librea todavía de la in-
diados o casi desconocidos. llegaron a primar con su más a van- :Ouencia de loa pueblos vecinos con
z,a da cultura , con la práctica y fa- loa cuales tenían escaso contacto,
.. • * cilidad de loa cambios o que ae se moatrarbn bastante expertos en
1mpu111eron a veces por una ocupa- el arte de entrelazar mimbrea o de
Una mirada a un a carta geográ- , ción violenta de territorio. Algun~a · fabricar cestos, pero no dejaron
fica de Chile basta para darse empero- con vergüenza de la in- ' traza alguna ni aun de la más pri-.
cuenta de su extensión y de su fluencia extranjera-supieron man• mitiva arte cerámica.
configuración curiosa. tener por largo tiempo, su caracte- Posteriormente a aquellas peque-
Entre el Perú y Bolivia, entre rística. su individualidad y signos ñas y diversas unidades étnicas que
Argentina y el Océano Pacífico, que dan testimonio del gra4o de su progresaban lentamente en la cos-
todo el país se extiende entre unos progreso. ta oceánica septentrional, al pie y
diez y ocho paralelos (desde el vi- · ¿De donde venían? ¿Cuál su ori- al otro lado de los Andes, se ahr-
géaimo octavo al quinquagéaimo gen? ¿Eran autóctonos o prove~ ~aba y ae ' desa~ollaba el 1trupo
uxto) hasta la Tierra del Fuego, en nían de alguna tierr~ lejana? racial más compacto y vigoroso de
No es este el lugar ni la ocaaión los atacameños.
(*) En castella,no en el original. de penetrar en el estudio de un Ocupaban éstos un vaatíainio te·
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rritorio que comprendía las actua- Coquimbo y junto al curso del río
les provincias de Tarapacá, de An- Choa pa, se agrupaba, denso y más
tofagasta y · Atacama y que se ex- adelantado, otro pueblo cuyo ori-
tendía bastante lejos en el sur del gen remoto se pierde en los siglos
Perú y de Bolivia, con-finando con y que se cree de la m i11ma ra:za de
Argentina, más allá de la Cordille- Jos' Calchaquis o diaghitas de la
ra, hasta ocupar gran parte de la Argentina. Ocupaba prevalente-
región de ]ujuy. mente la llanura y la montaña
Nada se conoce del ori¡eh de hasta más allá de la cordillera an-
estos pueblos, pero se sabe que te- dina, pero dejaba libre toda la re-
nían f\Ociones de agricultura; que. ltiÓn de la costa a la tribu ·de los
dedicados a la vida pastoril. habían Changos,
domesticado la vicuña y el llama; Estos, más que en tierra, vivian
que trabajaban la madera y los sobre el mar. Descendientes. tal
metales y que hablaban el cunza, ve:z;, de los Aymarás o de los Uri
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su idioma especial. de. las v~cindades del lago Titica-
En un tiempo primero, su alfare- ca en Bolivia, no eran sino modes-
ría fué tosca y primitiva, inferior tos pescadores. Más que en sus
en mucho a la de los peruanos, sus míseras cabañas pasaban su exis-
vecinos del norte y a la de los dia- tencia en sus embarcaciones primi-
ghitas, sus vecin~s del sur. tivas construídas de paja de toto-
Hasta que no se hicieron sentir ra ( typha angustifolia L.) o de pie- •
influencias forasteras, la cerámica les de foca o de ;randes animal;s
atacameña se presentó ordinaria, marinos bien cocidas y rellenas.
.tosca y de mala p"asta. Su imper- Carentes de r ique:zas ;agrícolas o
fecto cocimiento dejaba manchas y mineras no sufrieron molestias ni de
lunares negru:zcos. La ingenuidad los atacameños ni de l~s diaghit as
de las incisiones y la pobre:za de y, posteriormente, fueron dejados
los elementos decorativos bastaba~ en pa:z; tanto por el invasor perua-
para demostrar, en el obscuro ar- no como por el conquiatador espa-
tesano, dotes artísti-cas muy esca- ñol. Los pocos .objetos de cerámi-
sas y embrionarias. Considerable- ca dreados por ellos demuestran
mente variada en sus formas la una técnica de-ficiente y rudimenta-
cerámica era comúnmente pintada ria. Las paredes grúesas, la factu-
de negro sobre rojo o de roJO. ne- ~a toscota. la ausencia de toda or-
gr.o sobre fondo blanco, ocre o namentación ~evelan una calidad
amarillento: bastante inferior a la de sus veci- '
Cuando se embelleció con .algún nos, los atacameños o los diaghi-
or~amerl to, fué entonces fácil ~er tas.
erámica Chiu-Chiu. San Pedro de Atacama. en ella la hgura triangular, la gre- Estos últimos en cambio tenía~
ca, la escala. los signos geométricos una cultura mucho más elevada.
característicos de la cerámica del Hablaban una lengua caracte~sti­
período decadente o epigonal de ca (el kan-kan) y sabían ya fun-
Tiahuanaco y los de la cultura de dir el bronce y regar racionalmen-
Chavin, de Proto-Na:zca o de Pro- te sus campos. En. el arte de fabri-
to-Chimú. car platos habían hecho especial-
Pero, ya en el sur de la actual mente notables progres 0 s.

.~
provincia de Atacama , en la d e Sus obras de ¡treda son ~n efec to,

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las más hnas y delicadas de cuan• conjunto demográli.co que toma el pues, aquel grupo que -reducido a
tas hayan sido creadas por los nombre de Arauco y que resultó poco más de cien mil ind~viduos,
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aboñgenes chilenos. de la fullión progresiva de los Ma- mientras que antigu~me,nte sobre-
Bellas "! gracio~as, de escaso puches con comunidades indígenas pasaba el millón- es conocido con
colorido, pero co~ suhciente' y m~s adelantadas que ellas. el nombre de pu~blo araucano, que
variada ' deca'ración, tienen ellas Dejando aparte a los Chiquilla- le fué dado por el poeta y soldado
un particular carácter )peal o nes, bárbaros y salvajes que ' habi. Alonso de. Ercilla, el cual- después
regional que se mantiene puro e taban un poco de este lado y un de haber visto los heroicos esfuer-
invariable por largo tiempo, hasta poco del otro de la cadena de los zos realizados para defender la li.
fundirse o confundirse más tarde Andes; y a los nómades Pehuen- bertad y manten~r la integridad de
con el estilo de las cerámicas pe- ches, que vivían de la caza y que la patria- vuelto a la nativa Espa-
ruanas de los , Chinchas o con el se alimen taban particularmente de ña, entre ell569 y el 1589, cantó
más lejano de Tiahuanaco. En es- los grandes piñones del Araucaria las proezas en u~ famoso poema
tall cerámicas aparecen con bastan- imbricat'a, que Ee adensab a en sel- en r:1ma octava, a la manera del
te frecuencia ,fi.guras humanas o de vas y :Rorestas sobre los :Rancos de Ariosto, ti tu lado, precisamente,
animales, apenas modeladas o pin- la cordillera : y los Puelches que La araucana y que puede decirse
tadas: especíhcamente la del tigre, ocupaban también los oasis y valles el primer texto de historia chilena,
del llama, del puma, y de la ser- de las zonas altas y montañosas, Antes de la aparició~ de los Ma-
piente y hasta el avestru'z, el pája- ' las variedades étnicas más evolu- puches, tanto los Huilliches como
ro corredor que, abundaba en el cionadas e importantes, en el terri- los Picunches trabajaban la arcilla ·y
vecmo territorio argentino COI} torio central, eran . dos: la de los producían una cerámica cuya iden~
el cual los diaghitas chilenos Picunches (hombres del norte) y la tidad de factura y .de forma com-
mantenían relaciones de cambio . de los Huilliches (hombres del S1clr). prueban la unidad étnica de los
avivadas por la identidad de raza. De igual cultura y c~nJició~. puede dos g~pos demográhcos y la igual-
Sus artefactos de arcilla están decirse que formaban un compl~jo dad de su nivel cultural.
representados, en general, por ta• racial uniforme. En un momento Poco se elevaron los araucanos
zas de paredes verticales, base re- dad~ se insinuó entre ellos otro sobre sus predecee:ord. Mucho más
dondeada ornadas de una decora- ' grupo de indios, de otra· raza y cos- tarde, en el vasto territorio central
c1on geométrica hecha con un tumbres y. todavía muy atrasados. y meridional ocupado por ellos,
1 '
agradable entretejido de líneas y . Eran éstos los Mapuches (gente podremos encontrar obras de greda
por cántaros de forma especial con de t ierra) . Llegados~ a través de los de di11creta factura: pero se~án pr#=-
6.guras de pájaros, desigttados con pasos de los Andes, desde 1~~; de- ducto de imrortación o de imitación
el nombre de jarros-patos. sierta pampa argentina, fuertes y extranjera que, por su ornamenta•
aguerridos como eran, se impusieron ción, recordarán el tipo atacameño
•• * pronto a los indios aborígene~ y, in:Ruenciado ya por los Chinchas o
poco a poco, llegaron a dominar1es. un tipo más reciente y' más preci-
Al sur del territorio habitado Se posesionaron de su cultura, se samente incaico que caracterizará
por los pueblos dia¡h~tas-desde el apropiaron de su lenguaje, de sus la cerámica del llamado estilo val-
río Choapa, en toda la región cen- costumbres y-deJSpués de un lento diviano.
tral, hasta el grandioso golfo de Re- período de absorción - vinieron a Aquélla, propia de los Picun.ches
loncaví- vivíanotros grupos yo.* s cons-tituir aquel pueblo heroico que, y de los Huilliches, notable por la
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tribus prim:tivas. · durante tres siglos , 'resis~e tenaz- pobreza de ornamento y por la sim-
Se suele .decir que toda esta ex- mente a los españoles y que- hasta plicidad de técnica y factura, fu~
tensa región siempre estuvo ocupa- los últimos años del paliado siglo' - poco a poco desapareciendo con la
da por el pueblo araucano. En se opone t~davía a la presión del llegada de los. Mapuches, hasta re-
camb io, otros centros culturales actual gobierno de Chile. ducirse a las formas rudas y primi-
desplegaban aquí su actividad mu- De' la fusión de los picunches y tivas que Eon fabricadas por los
cho antes que se constituyese el de los Huilliches con los Mapuches, araucanos actuales.
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Cerámica Chiu-Chiu. San Pedro de Atacarna. Colección José Perotti.

No nos ocuparemos de lOs grupos s1empre el inllujo ·de elementos '


o tribus que ocupaban el territorio, *• * extraño~ más evolucionados delan-
más ab~jo del golfo de Reloncaví: te los cuales difícilmente supieron
De la isla de Chiloé a la Pata- Esta rápida excunión · a través m a~ tener largo tiempo la originali-
gonia y a la Tierra del Fuego, vi-; del Chile de los aborígenes y esta dad y la caracterís'tica de sus ,tra-
vían, nómades y salvajes, los Chilo- mirada fugaz a los principales gru- bajos, y aquel aspecto y aquella
tes, los Poyas, los Fueguinos (ala- pos étnicos que han inlluído ma- particularidad de forma que reve-
calufes, onas y yaganes): pequeSaa yormente en la evolución del país, lan una individualidad propia, local
y escasas cantidades demográficas, ha permitido. sin embargo, un li- o regional.
algunas de las cuales, reducid&S al gero acceso al arte de la cetámica, Precisa ten~r presente que, tanto
último térm.ino, permanecen aún la cual se ejercía en los tiempos el grupo de los atacameños como
.hoy en día representando tal _ver. más remotos: ora con medios y aquel de los diaghita!'- por razones
los ejemplares postreros del tipo técnicas primordialea, ora 'con me- de .vedndad' y de. i_n tercambio y,
indígena primitivo reéhuado. poco jor preparación y con cierto gusto ~ás todavía, por causas políticas-
a poco, al extremo límite meridi~nal y maestría. debieron soportar la opresión de
por grupos más evolucionados y No se conocen ejemplarea de ce- los' Chinchas peruanos, ya hábiles
civiles. rámica netamente autóctona o in- . artífices que se habían ahrmado en
Los dejaremos 'a un' lado, porque dígena, ya q';le ·muchas y di versas el arte de la alfarería con un. estilo
en el territorio por ellms recorrido fueron las inlluencias extranjeras particular y que, más tarde, los
u ocupadq, las indagaciones de la que, por todas partes . tse hicieron Chinchas atacameños y loa Chin-
arqueología no han puesto en luz sentir sucesivamente. chas diaghitas, debieron someterse
ningún producto o ninguna obra En efecto, los diversos grupos al imperio de loa Incas.
de alfareria. de que hemos observado sintieron La primera in vaaión incaica, con
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perjuicio de loa indígenas de Chile, La líne~ recta Be encuentra por los con cuidado uno a uno, los ex-
ocurre hacia 1423, por obra del, ,. doquier como · primer elemento de- ponía a la llama viva o al calor de
Emperador Tupac Yupanqui. Pero corativo, pero el 'modo y la ele- las cenizas o ~e brasas y después
más violenta y efectiva fué la de gancia de sus combinaciones varía, de esta calefacción preliminar, loa
Huayna Capac, el E~perador que en cada lugar, e:egún el ~ayor o p~saba directamente a un vivo fue-
Uevó ·al apogeo y a sus límites menor grado de cultura. go de leña, de hierbas o de paja,
máximos el poder de los Incas y Casi ¡or todas partes el arte de hasta el cocimiento total que, muy
. que emprende la conquista de Chile, tejer cestas y canaat~s fué ejerci- a menudo, los dejaba manchados,
una cincuentena de años después tada con aruerioridad y mejor que obscuros y negruzcos,
de la de Yupanqui, en el año 1470. la ce rámica. En las tribus primi ti-
Ocupó todo el territorio ~eptentrio­ vas, que vivían bajo un régimen ***
nal · y probó extendene hacia el . estr;ctamente matriarcal. eran las De loa diferentes grupos étnicos
sur, hasta laa tierras bañadas por mujeres quienes Ee dedicaban a la chilenos que n~s han transmitido
el río Maule, que le fueron cerra- • alfarería. ejemplares de sus obras de alfar«t-
das por aquella resistencia arauca- No se conoda el uao de la rueda ría, los más importantes y evolu-
na que poco más ta~de debla ha'" o el torno, y escaso o nulo era . el cionados fueron , ain duda, los ata-
cerse maravillosamente h~roica con- UEO' de los calcos y de loa modelos. cameños y los diaghitas.
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tra la invasión conquistadora de los La técnica- igual en las di~ersas La cerámica de los atacameños,
españoles. zonas - era particular de la Amé- por lo mismo que desde tiempos
r~a. antiguo11 había sentido influ~ncias
*** La mujer operaria- cuando que- . extranjeras, fué siempre inferior a
En laa cerámicas de loa aboríge- 'ría fabricar laa lozas para el uso de la de loa peruanos y a la de los
nea' de Chile pueden distinguirse la casa o para usarlas en las 6.eataa diaghitas, sus vecinos del sur. Los
las de servicio doméstico cotidiano, o en las ceremonias públicas- for- motivos decorativos que la ~dor•
más rústicas y ordinarias y aqué- maba con la arcilla, conveniente- nan, muestran, de costumbre, am-
llas más ~nas, destinadas ' a laa ~ ente preparada , bandas o cintaa , plias figuraciones y grandes dibujos
hestas y a los usos ceremoniales. las colocaba una sobre la otra, en burdamente esbozados.
Tal vez ninguna puede conside- cí~~eulo o espiral y , poco a poco, En un principio fué solamente de
rarse Jlropiamente autóctona , sino hacía con ellas un cuerpo conpacto poco11 colores y frecuentemente to-
que todas, en general-aun aqué- y' de la forma deseada. Pla6mado maba el ~otivo de la greca de e,._
llas de las épocas más remotas - así el objeto lo _pulía, lo lijaba y cala del estilo Tiahuanaco. Fué bajo
sufrieron influencias exóticas llega- lustraba con una piedra lisa o con la influencia y el dominio ele loa
das de laa regiones más lejanas del un raspador de hue!lo o de mad~ra. Chinchas que loa dibujos y sobre
Perú y de Boli,via. Tanto por la A veces lo embellecía con sobrios todo loa ~olores se hicieron un poco
variada meteorología del país, co- · y escasos colorea extraídos de plan- más variados y vi vacea.
mo por las diferencias raciales y por tas o minerales y con ellos combi- Las cerámicas de loa diaghitaa,
loa distintos grados de cultura, las naba dibujos o figuras que resalta- en cambio, aon mucho más atra-
cerámicas de loa aborígenes de Chi- han sobre el e smaltado obtenido yentes y repre.aentan cuanto de
le no son aiem pre homogéneas y · con creta hnaJilente pulverizada y meíor 11e ha producido en · territo-
uniformes. casi impalpable. rio chileno.
Al"uiias - especialmente las de No !le conocía el horno y , no obS:.' Con frecuencia, se embellecen con
las tribus 1,11áa atraaadaa- aon bur- tante , ae aah\a ha&er un castillo pequeños motivos d~ figuras dimi-
du, mal cocidas ysin ornamentos: de todos los artefactos juntos para nutas cuidadosa y finamente dibu-
mientras que las de las poblaciones cocerlos en el mism~ fuego. jadas. Entre las formas más comu-
más e;,olucionadaa se hacen n~tar La poco experta artesana, una nes, son notables los va!loa de doa
por su cuidadoso pulimento y por vez que había pJasmado sus taz~a cuerpos globulares, vasos en forma
la decoración geométrica, Lecha ·i susvasos, los dejaba secar pri- de ánade o de pájaro acuático
:Ion líncu cortas, aim pies y rectas. meramente : en seguida, tomándo- (jarros-patos).
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*.
Bajo la influencia de loa Chin• la supervivenci~ del rústico y mo- Vuelta a casa o, mejor, a la mí-
chas, el primitivo elemento decora- ' destíaimo arte de loe progenito~es. aera y rústica cabaña (ruca) que es
tivo se ~crecenta de puntitos, de Aun hoy. loa últimos represer.- au habitaclón, se prepara a amasar
peque_ños círculos, de líneas curvas tantes _d e una rua que está proxi- convenientemente la cantidad de
ondulad~s o e~piralea y de figu~ae ma a morir, se ocupan en platmar creta que necesita. La limpia con
más graciosas autropo, zoo y or- o1laa: vuos y platos, cuya unifor- cuidado de pedrusccs y materias
nitomorfas. midad plástica recuerda la de loe extrañas; la me:z:cla con arena fini-
La influencia de los Chinchas objetos de arcilla de loe lejanos sima yen seguida, en pleno aire, ce
sobre los dos más importantes aborígenes, dispone a trabajarla, permanecien-
complejos étnicos del norte fué Se podría ¡:enear q1:e la antigua do de rodillas sobre una estera o
realmente not,..ble, tanto que se arte cerámica de Chile-paeando l'obre una piel de animal. Tenien-
habla hoy de un tipo de cerámica del norte al sur, de loa Atacame- do delan·te de aí un leño que le
chincha-atacameñ~ y de uñ tipo ños y de loa Diaghitu a loa m&- sirve de banco o mesa de trabajo,
chincha-diaghita, a los cuales, más puchea araucanos-se presenta gra• comienza a fabricar su tiesto que
tarde, en un período más vecino a dualmente inferior y que, em¡:eo- siem'p re conduce a término con
' nosotros, se sobrepone el estilo ne- rando peco a poco, ha venido mucha presteza.
tainen te incaico. alejándote de e;ue mejores mani- · La arcilla amaeada, es cortada en
Así, las diferentes cerámicas pre- feetacione• para degenerar y. dete- peda~s. dividida y reducida en •
hispánicas . de Chile- además de neue en la fo!l"a cultivada actual- franjaa o cordo11:ea de diferente lar-
revelar las diversas etapas cultu- mente por la mujer araucana en el go y e,11peaor. Sobre la • baee del
rales de las distintas regiones del' · crepúsculo de au secula~ unidad cántaro o vaso en fabricación, pre-
país- con los signos de las influen- social. cedentemente .preparada y extendí- ·
. cÍas exóticas impresos en su forma Vale, pues, la pena de ver en el -da sobre la mesita de madera, la
y en sus ornamentos, sirven tam- trabajo a esta artífi~e modesta y buena ceramista levanta en espi-
bién para indicar. el ·cambiante, su- de echa.- -una ojeada a sus artefac- ral un número determinado de
cederse de . las dominaciones ex- tos que aon todav{a loe de antaño. aquellae franjas, las cuale•-mante•
tranjeras, a las cuales loe indígena• nidaa bañadas y frescaa, limpiaa e
debieron someterBe.
* • * i.guales por lae manos hábiles de la
Frente a • las cerámicas de loa' La ceramista araucana conoce operar•a-se unen en un todo
dos grupos del norte, aqul:llu de de tiempo inmemorial loe lugares igual y en la forma del objeto de-
las provincias centrales y meridio- donde- junto a loa barrancos de la seado.
nales, reaultan mucho más mísc;ras montaña o a lo largo de las orillaa Una ve:z: ajustados el cuello, el
y en estricta relación con la grose- d; loa rfos-ee pue¿e obtener f'ci 1- ansa o el J,ico, el objeto es puesto
ría y bajo nivel de las poblacionee. mente la mejor calidad de creta y durante cierto tiempo a secar11e a
' En efecto, su decoración no pasa de arcilla propia para ser trabaja- la •ombra ante de proceder al co-
de la simple línea recta y, toda- da. Allí se encamina de ·ve:z: en cimiento. No se le d- lucido ni es-
vía, los dibujos geométricos que de. cuando. aola y en secreto, para malte particular, ni color o dibujo
ella se derivan son comúnmente proveerse, no sin' dejar después en . alguno, pue• la cerámica arauca-
seguidos con poca fineza de contor- ·. el sitio, sus¡:endido al saliente de . na- con raru excepciones - es
no y sin gran variedad o geniali- una roca o la rama de algún ár- aiempre desproviata de adornos o
dad en sus combinacionea. La au- bol, un objetito de pocÓ valor, una de cualquiera decoración,
sencia de líneas' caprichosas, de cintilla o un condoncito de lana Cuando la pie:z:a está suficiente-
curvas o de volutas, las raras yes- de diversoa colores, a manera de mente seca, se le hace cocer en la
casas figuras, arcaicas y mal ~ode­ obsequio devoto a la divinidad o
1.
lumbre doméatica,aiempre encendi-
ladas, son las características de los al espíritu protector y amo de la da en el interior y en el centro de
cántaros y de los vasos fabricados cuevá ~ de la mina para que le la cabaña de la misma operaria.
hasta hoy en dia, por la mujer arau- sea benigno y propicio en el cum-' Mantenida con pre'!aución, al e~­
cana, cuyos manufactoa representan plimiento de su labor, tremo de una caña o baetón, se la
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expone primero a la llama hacién-


dola girar en todo sentido para que
' .
se caliente de manera uniforme. '·
En seguida se le mete directamente
a un fuego de buena leña y bien
ventilado, a fin de que pueda pro-
ducir las calorías necesarias para
poner candente el manufacto que,
poco a poco, pasa, en esa ~orma,
de un color rojo obscuro a un her-
moso rojo vivo y ardiente,
Cuando está a:renas cocido, o
ha lle¡tado a una cierta temperatu-
'ra. la ceramista-con la experien-
cia de su larga práctica - lo retira
un poco del fue¡to y. para darle la'
impermeabilidad necesaria. lo rociá
o vierte en él una cantidad de
a¡tua caliente, de leche o de su be-
bida predilecta (el muday) que en-
tra bruscamente en plena y bu-;
llen te efenescencia.
De ese modo se fabrican. gene-
ralmente, los objetos de cerámica
araucana, los que se deei¡tnan en
seguida con nom bree difer::-n tes en
relación a su capacidad, a la dimen-
ei6n. al uso ~ que están destina-
dos a las burdas h¡turas de ani-
l
males que quisieran representar.
Todo, sin embar¡to-en el idioma
de la raz~ - están comprendidos en
el nombre ¡tenérico de metaf.ue,
como asimismo se llama metahuefe
a la modesta cultura de un a~te
tan rudimentario •

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Cerámica Chiu-Chiu . San Pe:! ro de Atacama. Colee. de José Perotti.
La vista de la cerámica are atea y (Foto Quintana)
rústica de los aracanos ayuda a
dar realce a aquélla, tanto más
atrayen te, de las obras de alfarería
de los otros antiguos y más adelan-
tados indí¡tenas que poblaron eepe-
cialmen te el norte de Chile.
En las cerámicas de loe aiacame-:
itos que se han conservado, no es
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difícil encontrar elementos absorbí. Mucho más burda y menos :fina el cual se com1en.za apenas a sen•
dos o imitados de los Chinchas. que la del período siguiente inflt:en. tir el influjo de los Chinchas. Su
Sobre el negro y sobre el roJo ciado por los Chinchas. esa cerámi- decoración, generalmente georr.é-
que las distin~tuen, · se pueden des. ca se aproxima a la alfarería pri. trica, puede hacer recordar la de ·
cuhrir líneas onduladas que se ex. mitiva de los atacameños de la las cerámicas ¡eruanas de loa In-
tienden a lo largo de la~~ franjas que cual acaso fué contem~oránea y cas, como.ciertos punteados pueden
encierran cuidadosamente el obje- afín. revelar un a vaga influencia de los
to, las cruces y los dibujos denta· Sobre el rojo ladrillo de tazas y Chinchas: pero las figuras humanas
dos hechos de series. repetidas de platos ordinarios. apenas pulidos y curiosamente estilizadas y la trama
triángulos sobrepuestos, las figuras •lustrosos, es dado observar rústi- del dibujo tnás simple y · preciso.
q~e":ecuerdan la grecaen.el!cala tan cos mo,tivos· ornament¡¡les amplia• menos intricado y complejo que
característica de América, y las gra• m en te dibujados, di!'puet tes en el de la~~ cerámicas de loe Incas.
cios.a s filas de croe he tes o de lípeas grandes franjas o bandas en n: y as indican el motivo básico típicamen•
voluta~ y ser¡:entinas que repiten rectas oblicuas o .zi¡t-zags tse alter- te diaghita.
los motivos de las cerámicas de los nan o determinan es¡ acios trian• En otros val!'os. al contrario, en-
vecinos ·pueblos del Perú. guiares rellenos de pirámides o de centraremos el r~cuerdo claro de la
Las excavaciones practicadas en escalas. 'inflt:en cia peruana y boliviana. ·
los estratos más profundos de los Pero las cerámicas qt:e dan una Sobre el co!or roio · obscuro o
antiguos cementerios indígenas, ro• idea del estilo diaghita-chileno son rojo sangre de 1 fondo, veremos re-
nen en luz, de vez en cuando , algún tazas-grandes, muy abierta&!', de saltar el motivo preferido de Tia·
ejemplar de la primera y más común fondo redondo y de ¡ared recta- huanaco: una bella y sólida greca
cerámica propiamente diaghi ta. que son típicas de un período en de escala que l!e desenvuelve 116-

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Cerámica Chiu-Chiu,San Pedro de Atacama. Cofecc. de José Perotti. (Foto Quintana)
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bria y Eevera por la superficie C!el Los vasos ornit~morfos, llama- y de una civilizacién avanzada y
vaso. con la misma sobriedad auc- dos jurr;;¡s-patoJs, permanecen en bajo todo 'aspecto maravillosa.
tera de las obras de alfarería de la cambio- por la originalidad de su Sin embar¡¡'o·, las cerámicas del
remota cultura que se desarrolló ' forma y por·su decoración- la ex- antiguo Chile saben mantener vivo
junto al lago Titicaca y cuyos presión más pura de un arte local el r~cuerdo de lejanos y primitivos
avances llevan el sello del tempe- Aorecido en un momento dado en centros raciales. del lento progreso
ramento y del carácter del operario la región ocupada por los diaghitas de gru¡:-os étnicos originariamente
que Jas fabricaba: rígido y solemne chil1=nos. distintos por condiciones, carácter
como los macizos de los Andes en Descendiendo luego hacia la zona y nivel de cultura.
medio de los cuales vivía. central y meridional del país, en- .~a multiplicación de sus formas,
La comunidad de origen y la contraremos cántaros y copas de• el refinamiento de las graduaciones
frecuencia de los tráficos .y de cam- una técnica más primitiva, ad~rna­ y de las degradaciones de los me-
bios entre los diaghitas chilenos y das con líneas simples y escasas, ti vos ornamentales siguen una co-
los argentincs, se comprobará con trazadas con · poca seguridad de tidiana linea ascendente , y ayudan
algunos ejemplares de aquellas contorno sobre un color único ge- a reconocer las etapas de una len- .
• . 1 urnas f ~-
gran des y caracter1shcas neralmente ocre o amarillento. Poco ta evolución de.' razas y grupos di-
nerarias con las cuales al otro lado a poco, se harán más ordinarias y versos, de ¡:u~blee muy poco - ~e~
de la Cordillera se acostumbraba rústicas hasta alcanzar la rudez}l nocidos los cuales perdieron, poco.
sepultar los cuerpecillos de les re- e ingenuidad de las cerám.i cas de a poco, 'su individualidad y sus CE• •

cién nacidos. los actuales araucanos. racterísticas en una larga y recí-


Pero sería esforzarse en vano, proca fusión y terminaron por des-
procurar descubrir en el dibujo que aparecer bajo la invasora presión
adorna las paredes o el cuello la * * * extranjera en la fatal absorción es-
figura de un rostro humano, siquie- pañola y enro¡:ea para reducirse
ra exá¡tera:IS:mente estiliz~do , cual hoy en día a los raros y postre-
no falta nunca, pintado o en relie- Las cerámicas de lm1 · aborígenes ros descendientes C!e aql:ella raza
ve, en las urnas del mismo género, c hilenos no tienen, pues, el aspecto 'fuerte y guerrera, de fuerte y g'o-
el!lpeciales de una determ."nada ~~na simpático y gracioso, la policromía r:osa ¡¡'ente araucana ·c !'-ntada por
de cultura de la antigua Argentina. a legre y la enorme variedad -de for- Alonr:o ?e Ercilla en tu famoso roe-
Así, la uniformidad del color y el mas que hacen tan interesante y ma, y justamerlte celebr..ada cerno:
dibujo de ras¡tos más precises en- artística la cerámica del Perú pre- «Tan soberbia gallarda y beli-
trelazados con rectos, rombos o cua- colombiano. Ellas no señalan tam- cosa que no ha sido jamás por rey
drados, serán la prueba de la ya en- poco, tan claro y constante el re- regida ni a extranjero dominio
tendid.l inAuencia de los Chinchas. Ae jo de la vida de todo un pueblo sometida ».

Dr. ]OSE MAZZINI


(Traduccióa del italiano por ]or¡te Letelier)

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