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Elegido el terreno, el núcleo original trata de hacer ver a los interesados que están mejor
formando parte de una invasión, que actuando individualmente. Comienzan a reunir así la masa
crítica indispensable para lograr un tamaño óptimo de invasión que permita disminuir las
posibilidades de represión policial y evitar la “reinvasión” del asentamiento por nuevos
individuos que traten de ocupar las áreas libres. (p. 21)
En muchos casos, se negocia simultáneamente con el comité de microbuseros más cercano para
que extienda de facto su ruta hasta llegar al nuevo asentamiento, asegurando así la facilidad de
transporte de los invasores. Además, producida la toma del terreno, no tardan en aparecer los
ambulantes, que se encargan de aprovisionar a los pobladores de alimentos y demás vituallas, y
los vendedores de materiales de construcción, con todo lo necesario para edificar las primeras
viviendas.
conforman unos piquetes de defensa que están listos para repeler cualquier intento de desalojo
con piedras, palos y otros objetos contundentes, así como para castigar drásticamente la comisión
de cualquier delito. (p. 22)
Si las invasiones son deliberadas e implican negociaciones para llegar a ellas, suponen también
la existencia de un acuerdo previo entre los invasores. Es en ese sentido que podemos hablar de
un “contrato de invasión’’ como la fuente de la normatividad extralegal en los asentamientos
informales y el origen de la organización de los vecinos.
Los diferentes acuerdos necesarios para hacer una invasión vienen a ser las cláusulas de ese
contrato. Tales cláusulas pueden ser agrupadas en dos; las que se refieren a la creación,
demarcación y repartición del asentamiento mismo, y las que crean, determinan funciones y
asignan responsabilidades a la organización informal encargada de ejecutar los términos del
contrato.
los acuerdos que establecen los mecanismos para elegir a la dirigencia, le encargan la
negociación con las autoridades o eventualmente con los invadidos, le asignan presupuestos y
estipendios, le encomiendan la actualización de los padrones, le confían el cuidado del orden
público, la administración de justicia y aun la movilización de la resistencia. (p. 23)
Tiene un carácter temporal, en espera de que alguna vez el gobierno confiera a los informales la
propiedad definitiva o de que, con el transcurso del tiempo, las organizaciones populares puedan
defenderlo tan efectivamente como el Estado.
en el momento en que queda claro que el Estado no erradicará el asentamiento, los invasores
comienzan a edificar con material noble. Estas edificaciones, a su vez, se convierten en un nuevo
y poderoso sustento para el derecho expectaticio (p. 23)
Organizaciones informales
Para este efecto desempeñan un conjunto de funciones consistentes en negociar con las
autoridades, defender el orden público, tratar de proveer servicios, registrar las propiedades
existentes en el asentamiento y administrar justi1cia por su cuenta. (p. 27)
Las negociaciones resultantes abarcan diferentes problemas, como el reconocimiento de los
derechos adquiridos, la provisión de servicios básicos y obras de infraestructura y las demás
contingencias.
estas organizaciones tratan de contar con una dirigencia competente y con los contactos políticos
o burocráticos suficientes como para poder conseguir apoyo
En lo referente a la defensa del orden público, las organizaciones actúan contra los delincuentes
comunes en dos momentos definidos. En primer lugar, durante la invasión misma, a través de los
piquetes de autodefensa, vigilancia, seguridad y recepción cíe nuevos invasores; y en segundo
lugar, ya establecido el asentamiento, a través de los vecinos mismos o de comisiones
especialmente de signadas para el efecto.
las organizaciones informales buscan mejorar el nivel de vida de sus socios y acrecentar el valor
de sus propiedades, tratan también de proveer servicios públicos para los asentamientos. Para el
efecto, asignan responsabilidades entre los pobladores, formando comisiones que se encargan de
tareas específicas, como conseguir agua y desagüe, electricidad, pistas y aceras. Estas organizan
sus presupuestos tomando en consideración los ingresos por cotizaciones de los pobladores y los
egresos por concepto de estipendios a los dirigentes, realizaciones de obras, costo por trámites y
fondo para sobornar a funcionarios públicos, entre otros.
las organizaciones informales buscan mejorar el nivel de vida de sus socios y acrecentar el valor
de sus propiedades, tratan también de proveer servicios públicos para los asentamientos. Para el
efecto, asignan responsabilidades entre los pobladores, formando comisiones que se encargan de
tareas específicas, como conseguir agua y desagüe, electricidad, pistas y aceras. Estas organizan
sus presupuestos tomando en consideración los ingresos por cotizaciones de los pobladores y los
egresos por concepto de estipendios a los dirigentes, realizaciones de obras, costo por trámites y
fondo para sobornar a funcionarios públicos, entre otros. (P. 28)
Matos Mars
El migrante tuvo que adaptarse al contexto que le ofrecía la ciudad y encontrar soluciones dentro
de las posibilidades dadas por su experiencia previa. Tenía dos opciones: someterse al sistema
legal imperante aceptando la falta de techo o violentar los límites del sistema establecido. Su
origen, así como su situación frente a la estructura social urbana y los mecanismos existentes en
la "Ciudad Legal", que están ligados a un sistema de poder que se expresa a nivel político, social
y económico, determinó que decidiera por la segunda opción, es decir la invasión de áreas
marginales posibles de ser urbanizadas. A partir de esta decisión, tanto los migrantes como los
nativos que conforman los sectores populares urbanos, se convirtieron en invasores de terrenos,
llegando con frecuencia a apropiarlos por la fuerza. (p. 77)
que antes se trataba de obtener un pedazo de terreno y una casa, proyectando y adaptando las
estrategias de la lucha comunitaria y sin reparo por leyes y formalidades ajenas al propio mundo;
ahora se trata de sobrevivir y alcanzar seguridad por vías de la propia iniciativa, individual o
colectiva, sin tomar en cuenta los límites impuestos por las leyes y normas oficiales.
Sin graves conflictos con el sistema de administración de obras y servicios, las poblaciones se
organizan espontáneamente para la solución de sus problemas de agua, alumbrado, asfaltado o
locales públicos. (p. 91)
Incapaz de asumir los costos de una plena operación dentro de los parámetros de la legalidad
tradicional, desborda -en un esfuerzo de parámetros de la legalidad tradicional, desborda -en un
esfuerzo de supervivencia- los límites impuestos por los códigos, reglamentos y supervivencia-
los límites impuestos por los códigos, reglamentos y procedimientos. La magnitud de este
desborde supera ampliamente toda capacidad de control de los órganos gubernamentales. Y lo
que, en un primer momento, tuvo un cauce, definido estrictamente por la crisis de vivienda, se
universaliza ahora, abriendo paso a nuevas "invasiones" de la cultura, la economía, la educación,
el gobierno y la política (p. 93)
Lima, comienza a esbozar el nuevo rostro peruano, que pugna por lograr una forma definida y
que tratará de legitimarse jurídicamente lograr una forma definida y que tratará de legitimarse
jurídicamente venciendo toda resistencia opuesta por la ya debilitada maquinaria de la venciendo
toda resistencia opuesta por la ya debilitada maquinaria de la vieja República Criolla. Algunos de
los rasgos de este rostro novedoso, son ya suficientemente claros como para que podamos
imaginarnos su contenido final: se trata de una fusión interregional de culturas, contenido final:
se trata de una fusión interregional de culturas, tradiciones e instituciones, con fuerte
componente andino y dotada de tradiciones e instituciones, con fuerte componente andino y
dotada de un sentido propio de la ley y la moral, que depende más de los usos, un sentido propio
de la ley y la moral, que depende más de los usos, costumbres y decisiones colectivos y de las
necesidades del vivir costumbres y decisiones colectivos y de las necesidades del vivir cotidiano,
que de las fuentes teóricas de derecho que fundamentaron las constituciones y códigos del Perú
Republicano (p. 94)
al desborde multitudinario de las masas, que se organizan y rebasan toda capacidad de control
por parte de los mecanismos oficiales, creando las bases de una emergente estructura paralela.
Su respuesta a esta crisis del control social no hace sino agravar la situación. La complicación, la
rigidez de las reglamentaciones y los procedimientos burocráticos, la obsesión de una cada vez
más minuciosa normatividad legal y administrativa, sofocan y estrangulan la vida nacional y dan
lugar a la aparición de incoherencias y cuellos de botella que reducen aún más la eficiencia de
los aparatos de gobierno. La respuesta cultural complementaria, representada por la creciente
especialización tecnocrática de las élites y su aumento de sofisticación en el empleo de los
códigos culturales especializados de la sociedad post-industrial ha tenido la agravante
consecuencia de ahondar y abrir cada vez más la brecha que separa la cultura de las clases
gobernantes, de la cultura de las masas. (p. 105)
Los términos de interacción entre el Perú Oficial y la otra sociedad que emerge se modifican en
beneficio de esta última y sus representantes. De mala gana, gradualmente y como de soslayo, el
Estado, sus instituciones y los miembros de las élites gobernantes, se ven obligados a aceptar la
existencia de ámbitos de autogobierno en expansión: ambulantes y comercio extralegal;
industrias que no pagan impuestos ni patentes; guardias y rondas vecinales y campesinas,
"ajusticiamiento" por tribunales comunales; cultos populares y profetas vagabundos; droga y
prostitución; amplios mercados de reducidores de objetos robados; guerrilleros, terrorismo y
"zonas liberadas"; coimas y tramitadores. Los esfuerzos del Estado para restaurar el orden legal
en este ámbito invasor se dan en un contexto de triunfalismo público, que consigue ocultar a
duras penas el privado desaliento. El rechazo contra el orden que caduca se hace penetrante e
invade el campo mismo de la oficialidad (p. 106)
Giuseppe Dematteis
ciencia dirigida principalmente a la producción de planes, hacia una ciencia y una técnica de las
políticas territoriales, es decir, de los procesos interactivos que promueven y regulan la creación
y el incremento de los valores urbanos.
ciudades como agentes intermedios, sistemas territoriales locales, en los cuales los sujetos
sociales –individuos colectivos, públicos o privados– actúan como nodos de unas redes virtuales,
relacionando el medio físico local –ambiente de emplazamiento– con el ámbito más global –
relaciones e intercambios. (p. 54)
Henry Lefèbvre– que la ciudad es la sociedad trazada sobre el suelo, pero a mi modo de ver es
todavía más evidente lo contrario, es decir que la sociedad es la idealización de aquello que
ocurre en el territorio. (p.55)
tomar conciencia de que aquello que la distingue de otros conocimientos y técnicas sociales es el
hecho de operar sobre la territorialidad.
“otros” nos ven aún como aquellos que se limitan a estudiar y planificar la adecuación técnica –
formal y funcional– de la ciudad ante cambios que tienen lugar en otras esferas, mientras la
confrontación con las nuevas realidades urbanas nos obliga a afrontar problemas de la
territorialidad (p. 57)
individuos singulares, las relaciones sociales mediadas por el territorio se articulan en agregados
intermedios de distinto nivel territorial. Dicha articulación es territorial en el sentido de que está
en relación con la variación de las propiedades de los lugares y las regiones, y esto hace posibles
las múltiples formas de territorialidad distintas en el tiempo y en el espacio.
Como sistemas territoriales locales, las ciudades expresan formas de territorialidad distintas,
según las relaciones que sus propios sujetos establecen con el territorio que, entendido como un
milieu, es un conjunto de condiciones-vínculos-recursos potenciales ligados a la naturaleza de
los lugares y a su “patrimonio”, es decir, a las propiedades sólidamente adquiridas por estos en el
largo plazo histórico.
Governa (Piroddi y otros, 1999), la territorialidad no depende únicamente del milieu (entendido
como un conjunto de condiciones necesarias pero no suficientes para determinar las formas
locales), sino ante todo de las relaciones intersubjetivas, por las cuales el milieu resulta ser un
conjunto de “anclajes”, “palancas”, medios para su concreción, en un proceso coevolutivo
complejo, en cuyo centro se sitúan las redes locales de sujetos que hacen de interfaz entre las
relaciones (p. 58)
son las relaciones específicas de las redes locales con el milieu las que dan estabilidad, límites (si
bien matizados) e identidad a las ciudades (p. 59)
son imágenes mentales de redes sociales en gran parte por construir, teniendo muy presentes los
principios de la territorialidad local, esto es, de las posibles relaciones con los milieu.
los sujetos privados y públicos, individuales y colectivos que constituyen los nodos de estas
redes se caracterizan por su movilidad, multipertenencia y multiidentidad (Martinotti, 1993;
Hannerz, 1996).
Por ello la ciudad emergente no representa solo la forma (simbólica, conceptual, física, social) de
los poderes fuertes que la dominan, sino que además es el resultado de resistencias e
insurgencias, sin las cuales el cambio sería diferente del que históricamente le corresponde de
aquel imaginable en el futuro. (p. 61)
regulación social del suelo (van der Haar 2000), entendemos que los procesos de regulación
(para el acceso, el uso y la gestión de la tierra) resultan de la interacción entre el sistema oficial y
varias capas de organizaciones sociales a diferentes niveles (los loteadores, las familias, las
juntas vecinales, los sindicatos agrarios, los movimientos de ocupación, etcétera). Esta
interacción concierne las reglas (el pluralismo legal), pero también los procedimientos para
concretar estas reglas y los actores que elaboran e implementan estas reglas.
Zapotocka
El mercado irregular del suelo produce un tejido urbano con serios problemas de conectividad
interna y externa, vialidades inadecuadas y muchas veces verdaderamente tortuosas, escasez de
áreas adecuadas para la localización de los equipamientos y en general para el desarrollo de las
funciones no habitacionales. Y, peor aún, en muchos casos implica la urbanización de áreas
irremediablemente inadecuadas, inundables, sujetas a riesgos diversos, con grandes pendientes.
El mercado del suelo. La regularización encarece el suelo; aún ante de concretarse, provoca el
aumento inmediato de los precios. Ellos impulsan la demanda por parte de las familias con un
nivel de ingreso superior al de los pobladores originales, ocasionando el surgimiento de un
mercado informal (secundario) y la especulación en el mismo por parte tanto de los
fraccionadores iniciales como de los residentes. Hay dos contraargumentos: uno, de que el
mercado secundario -en el cual se transmiten derechos informales de posesión- Existe
independientemente de la regularización; dos, lazo la introducción de servicios básicos general
mismo efecto en el precio del suelo y su comercialización.
(p. 244)
Durante la gestión 2016, de las 54.819 viviendas particulares que existían en el macrodistrito
Cotahuma, 53,0% eran casas, 22,8% departamentos, y 24.3% cuartos o habitaciones sueltas.
Para el año 2016, 57,5% de los hogares de este macrodistrito residió en vivienda propia, 16,6%
en alquiler y 14,1% en una vivienda prestada o cedida por parientes o amigos, porcentajes
similares a los del municipio. El distrito 3 tenía la mayor proporción de otro tipo tenencia
(20,7%)
En promedio, el material más utilizado en las paredes de las viviendas particulares fue el ladrillo
(73,0%), ligeramente inferior al promedio municipal.
Más de 86% de los techos de las viviendas particulares de Cotahuma eran de calamina,
porcentaje mayor al promedio del municipio (81,8%). El distrito 3 con techos de losa de
hormigón (13,6%).
En Cotahuma, 45,0% de las viviendas particulares contaba con piso de machimbre y 39,9%
presentaba piso de cemento. En los distritos 3 y 6, presentan los porcentajes más bajos de
residencias con piso de cemento, (16,4% y 25,0%, respectivamente) y los más altos
corresponden a los distritos 4 y 5 (56,9% y 53,1%).
El distrito 3 tuvo el mayor porcentaje con 2 o menos personas por dormitorio (85%).
Respecto a los servicios e insumos básicos, durante la gestión 2016 más de 88% de las viviendas
particulares de este macrodistrito contó con agua por cañería, promedio superior al del municipio
(81,3%); 97,8% de las residencias disponía de baño con desagüe a alcantarillado y 1,3% no
contaba con energía eléctrica.