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DESARROLLO DE CONTENIDOS

Un pasado a menudo desconocido


Pocas personas se aventuran a investigar la historia de la propia fami-
lia. Muchos alumnos, de modo particular los adolescentes, desconocen
de dónde proceden sus apellidos, cómo se conocieron sus padres, por
qué sus abuelos viven en otra ciudad que no es el lugar en el que nacie-
ron y, por supuesto, saben del pueblo (cuando lo hay) únicamente por
las fiestas y por los periodos estivales.

Es importante hacerles caer en la cuenta de la importancia que para


toda persona tiene conocer de dónde viene, cuáles son sus raíces, por
qué está hoy situado en el lugar en el que está situado (física, cultural,
económica, religiosamente…).

Conocer e interesarse por el pasado no es un acto nostálgico sino un


acto que refuerza la propia identidad y ayuda a crecer.

Tomar conciencia de la tradición familiar


Tomar conciencia de la tradición familiar no es solamente un ejerci-
cio indispensable para repetir en el tiempo y proyectar en el futuro
lo que otros han sido, hecho y pensado. Se trata de algo más pro-
fundo.
Tomar conciencia es cobrar conciencia, es decir, hacer uso de
esa propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos
esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo expe-
rimenta.
Tomar conciencia de la propia tradición familiar es un ejercicio en el
que se mezcla la memoria y el agradecimiento, el recuerdo y el deseo
de conocer más y mejor quiénes somos, por qué somos así, cómo
somos, de dónde venimos, etc…

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