• En todo tipo de perdón (tanto a otro como a uno mismo), se
puede dar el falso perdón: algo que tiene apariencia de perdón, pero no lo es. Ya hemos hablado de él al hablar del perdón al otro. • En el perdón a uno mismo también se puede dar un falso perdón. Es lo que llaman los autores que estudiamos el “lado oscuro del perdón”. • Este falso perdón o lado oscuro sería la autocomplacencia, el no dar importancia a lo que hemos hecho. La inexistencia de dolor de corazón, la autojustificación, el pensar que “no es para tanto”… • Esta forma de autoperdonarse sería falsa, y además cínica e, incluso, peligrosa. Implicaría la falta de arrepentimiento y el peligro claro de volver a repetir sin remordimientos la acción reprobable. Esto no es camino de humildad, sino de soberbia.