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Un avance en esta línea provino de los esposos Gilbreth, quienes perfeccionaron el estudio de
los métodos de trabajo basado en las investigaciones de Taylor. La publicación del "Estudio
de movimientos" por Frank Gilbreth en 1911 puso de relieve la importancia de la gestión de
procesos de producción para optimizar la eficiencia y el rendimiento en la industria
manufacturera (Koontz y Weihrich, 1998).
La introducción de las líneas de ensamble por Henry Ford en 1913 marcó otro hito en el
rediseño de procesos. Dividiendo las operaciones entre diferentes empleados, Ford logró
mejoras sustanciales en la productividad a través de la especialización y la optimización de
tareas (Koontz y Weihrich, 1998).
En la misma corriente de la teoría clásica, Henry Fayol propuso una división de actividades u
operaciones empresariales en seis grupos básicos. Esta clasificación sentó las bases para
futuras teorías organizacionales que estructuraron el trabajo por funciones o por procesos,
influyendo en la forma en que las empresas organizaban sus operaciones (Wood y Wood,
2002).
Tras el auge de la mejora incremental en los años 80, diversos autores han propuesto
metodologías para abordar la mejora de procesos. Entre ellos, destacan Michael Hammer y
James Champy con la reingeniería de procesos, W. Edwards Deming con el ciclo PDCA, Tom
Davenport con el enfoque basado en procesos y Joseph Juran con su enfoque en la calidad.
Estos autores ampliaron y enriquecieron el panorama del rediseño de procesos,
proporcionando enfoques y perspectivas diversas para abordar la mejora continua (Bicheno y
Holweg, 2009).
De acuerdo con los autores ya mencionados, estos fueron algunos de sus aportes:
Reingeniería de Procesos - Michael Hammer y James Champy:
La reingeniería de procesos se centra en la revisión radical y la reestructuración completa de
los procesos existentes en una organización para lograr mejoras significativas en la eficiencia,
calidad y satisfacción del cliente. Hammer y Champy, en su libro "Reingeniería de Procesos"
(1993), abogaron por la eliminación de procesos obsoletos y la creación de nuevos procesos
más eficientes y centrados en los resultados. Su enfoque se basa en un rediseño desde cero,
cuestionando y desafiando los métodos y suposiciones tradicionales.