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REPÚBLICA DE COLOMBIA
TRIBUNAL SUPERIOR DE BOGOTA
SALA PENAL
Magistrado Ponente:
ALBERTO POVEDA PERDOMO
Aprobado Acta N° 010
Bogotá D.C., lunes, tres (3) de febrero de dos mil catorce (2014).
Radicación 110016000019201309394 01
Procedente Juzgado 3 Penal Municipal de conocimiento de
Bogotá
Condenado LUIS ARCADIO MARTÍNEZ
Delito Hurto agravado tentado
Decisión Revoca y absuelve
I.- ASUNTO:
8. De la defensa. Destacó el defensor que pese a no existir política criminal para los
delitos de bagatela o poca monta el fallo de instancia va en contravía de los postulados
constitucionales.
9. Mostró su inconformidad con la negativa de conceder el subrogado de la suspensión
condicional de la pena a su defendido, la cual fundó en la posibilidad que abrió el nuevo
Código Penitenciario que permite otorgarle beneficios como la prisión domiciliaria a
personas que han sido condenadas a menos de ocho años.
10. La Fiscalía. Solicita tener incólume la decisión del despacho aduciendo que solo
existe una expectativa con el nuevo Código Penitenciario por lo que improcedente
resultan las apreciaciones del defensor y adujo que de acuerdo al principio de
legalidad es necesario que el indiciado cumpla la ejecución de la pena en un centro
carcelario. Solicitó confirmar la decisión.
12. En términos del numeral 1º del artículo 43 y el artículo 179 de la Ley 906/04,
modificado por el artículo 91 de la Ley 1395/10, resuelve la Colegiatura el asunto
esbozado por el recurrente dentro del marco delimitado por el objeto de la
impugnación.
14. Discusión. En el caso bajo estudio aparece que la sanción penal que se irrogó
aLUIS ARCADIO MARTÍNEZ tuvo su génesis en el apoderamiento en el Almacén Éxito de
dos productos -una colonia y un aceite-, que fueron avaluados en
$32.500,00, comportamiento por el que resultó condenado a la pena principal de ocho
(8) meses de prisión, sin que en su caso se estudiara la posibilidad planteada por el
defensor referida a la existencia de un delito de bagatela.
15. Preliminarmente, habrá de precisarse que esta Sala de Decisión Penal ha
destacado que con el concepto delito de bagatela, que literalmente significa pequeño
delito, no se engloba una sola clase de delitos sino toda una serie de fenómenos. En la
doctrina se puede observar que por delito de bagatela se designa tanto al hecho que
tiene poca frecuencia, como el que resulta intrascendente respecto de la clase o
cantidad de lesión que recibe el bien jurídico penalmente protegido. También se tachan
así aquellos delitos contra los que no existe interés público en la persecución penal.
Coinciden los anteriores conceptos en cuanto a los efectos de la acción punible no
repercute trascendentemente, la sociedad no palpa como graves sus efectos.
16. Se suele identificar como bagatelareslas lesiones leves, el hurto simple, la estafa,
entre otros. Se proponen como ejemplos concretos no dar vueltas o cambio por
moneda de escaso valor, la apropiación en el supermercado de un confite, tomar agua
en fuente ajena, la momentánea privación de la libertad por cierre de las puertas del
banco, la invitación aceptada por un funcionario judicial que le hace el litigante a tomar
un refresco[1]. Se trata de afectaciones insignificantes del bien jurídico que no
constituyen lesión relevante del bien jurídico a los fines de la tipicidad objetiva, como
dice ZAFFARONI.
17. Muy relacionado con el anterior concepto, al punto que algunos los tienen por
sinónimos, aparece la insignificancia, y en cuanto principio se asimila por la Corte
Suprema de Justicia a la antijuridicidad material[2]. Sobre el particular la doctrina
señala que las lesiones insignificantes al bien jurídico resultan atípicas, pues según el
derecho penal debe existir relación de proporcionalidad entre la naturaleza del daño y
la respuesta punitiva, por lo tanto ante una lesión socialmente insignificante no resulta
adecuado el principio de responsabilidad.
18. El Código Penal establece en sus normas rectoras el principio de lesividad, así:
Ley 599 de 2000.- art. 11.- Antijuridicidad.- Para que una conducta típica sea punible se
requiere que lesione o ponga efectivamente en peligro sin justa causa, el bien
jurídicamente tutelado por la ley penal.
De ahí que en la doctrina no sólo se haya afirmado que las “acciones típicas son siempre
lesiones de bienes jurídicos en forma de realización de riesgos no permitidos creados por
los hombres”[6], sino que también se consagrara como un criterio más de imputación
objetiva el principio de insignificancia, también conocido como principio de resultado de
bagatela, de acuerdo con el cual “las afectaciones insignificantes de bienes jurídicos no
constituyen lesividad relevante a los fines de la tipicidad objetiva”[7].
Desde la teoría del delito, la cual no es una suma de postulados dogmático penales
ahistóricos sino que, por el contrario, se deben acompasar con los fines y valores del
Estado constitucional, social y democrático de Derecho, es dable comprender sin
dificultad que el daño o peligro de afectación al bien jurídico tutelado de la salud
pública, no se materializa en abstracto ni en el vacío sino en la praxis en situaciones de
interrelaciones en las que se produzca un resultado de menoscabo o conato de lesión
de los derechos o intereses de otro o de otros.
26. Caso concreto. En el sub examinees claro que LUIS ARCADIO MARTÍNEZ adecuó
objetivamente su conducta a la descripción típica del artículo 239 del Código Penal, en
la modalidad de tentativa, al ser retenido con dos productos avaluados en $32.500,00,
los que tenía la intención de sustraer de un establecimiento de comercio, motivo por el
cual el a quo le impuso una pena de ocho (8) meses de prisión[18].
27. Sin embargo, en contra de la opinión del juez de primer grado, la Sala no evidencia
que el bien jurídico tutelado -patrimonio económico de que trata el Título VII de la
Ley599 de 2000-, se hubiese afectado por el resultado objetivo de haber tentado
apoderarse de los mismos, máxime cuando su actuar no representó ningún daño para
la sociedad ni para el titular el bien jurídico, porque dichos bienes no lograron salir de la
esfera de custodia de su propietario[19].
30. No debe olvidarse que en todas las sociedades el delito es un fenómeno funcional a
las mismas, motivo por el cual no existe y seguramente no existirá en el futuro una forma
de organización social en la que desaparezca el delito; por el contrario, la tendencia
mundial es a penalizar más conductas, empece de lo cual las autoridades requirentes
tiene que hacer un proceso de selección para dedicarse a los atentados más graves que
se producen respecto de los bienes jurídicos más valiosos.
31. Lo dicho en precedencia lleva a la Salaa considerar que en casos como el que aquí
ocurrió, en donde la solución judicial ha sido la de imponer pena, se pudo explorar por
otros caminos obtener una respuesta más oportuna y adecuada frente al hecho
disfuncional, como por ejemplo acudir al principio de oportunidad[20] e inclusive a la
reparación por vía de indemnización, evitándose el desgaste judicial frente a una
conducta bagatelar.
RESUELVE: